17/01/2023, 00:53
La chica que le había preguntado se retiró algo desanimada y fue a informar al resto de lo que había dicho Chika y no tardaron en poner mala cara. Uno de ellos decidió acercarse a las kunoichis con cara de pocos amigos.
— Así que no solo te retiras cuando llego yo, sino que tienes la osadía de decir que no hay nadie capaz de hacerte frente. ¡Todo por haber empujado a un bueno para nada a las gradas! ¡Baja aquí y tengamos nuestro duelo! — vociferó el hombre de unos treinta años que era el siguiente para enfrentarse a ella.
— No tenía animo de ofender. Únicamente quiero no hacer daño a nadie. Por favor, señor.
El hombre se puso rojo de la ira al escucharla.
— ¿Cómo que señor? ¡Estoy en la flor de la vida, niña! Baja aquí y pelea.
— Así que no solo te retiras cuando llego yo, sino que tienes la osadía de decir que no hay nadie capaz de hacerte frente. ¡Todo por haber empujado a un bueno para nada a las gradas! ¡Baja aquí y tengamos nuestro duelo! — vociferó el hombre de unos treinta años que era el siguiente para enfrentarse a ella.
— No tenía animo de ofender. Únicamente quiero no hacer daño a nadie. Por favor, señor.
El hombre se puso rojo de la ira al escucharla.
— ¿Cómo que señor? ¡Estoy en la flor de la vida, niña! Baja aquí y pelea.