23/01/2023, 16:24
Suzume le sonrió a todas, y su corazón al fin se calmó por completo. Aunque le quedaba un leve sabor amargo por lo de la niña pelirrosa, y el futuro regaño de Saki, se sentía muy contenta de haber hecho tres nuevas amigas. Las chicas comieron y platicaron largo rato, hasta que se tuvieron que retirar de a poco. La buena suerte les sonrió a Ren, Chika y Miki, pues Suzume insistió en que venían con ella, y el restaurante aceptó invitar su comida de esa noche.
Murakisho Suzume regresó a casa tarde. Tenía un mechón menos de pelo, pero sentía el corazón y el alma más grandes que antes. Mientras se preparaba para acostarse, pensó que era eso por lo que quería hacerse kunoichi: para proteger a quien lo necesitara, para asegurarle a todos que las cosas estarían bien, así como sus nuevas amigas lo habían hecho.
Suspiró y se durmió con una enorme sonrisa en su rostro.
Murakisho Suzume regresó a casa tarde. Tenía un mechón menos de pelo, pero sentía el corazón y el alma más grandes que antes. Mientras se preparaba para acostarse, pensó que era eso por lo que quería hacerse kunoichi: para proteger a quien lo necesitara, para asegurarle a todos que las cosas estarían bien, así como sus nuevas amigas lo habían hecho.
Suspiró y se durmió con una enorme sonrisa en su rostro.