27/01/2023, 13:35
Al sentarse en aquella silla alta, notaría que se podía tambalear un poco. No era que se iba a caer de boca ni bien hacerlo pero, descuidándose un poco, tranquilamente se podía caer.
Del otro lado del bar, los músicos parecían haber hecho total silencio. Uno pensaría que era por la incomodidad que podía transmitir que una persona ajena al grupo los vea pre-recital. Pero, la verdad, que parecía que el silencio hizo presencia cuando Midori subió al escenario. El baterista y el bajista intercambiaron miradas para luego desviarlas hacia otro lado y volver con sus instrumentos. Fuyu, al notar eso, miró a Midori y suspiró, yendo a sentarse donde estaba el teclado. La chica recorrió el escenario, pasando por el frente de casi todos los demás y sin hacerles puto caso. Luego, volvió con un cable en mano que fue llevando hacia la guitarra, para conectarlo a la misma.
Sosteniendo el instrumento y apoyando su pierna arriba del banquito, miró hacia delante y vio a Sayori, la cual estaba apoyada tan cómodamente en la barra. Fuera del micrófono, el cual no parecía estar prendido aún, dio un fuerte suspiro, que de todos modos se hizo notar en el lugar. Y, justo cuando se dio vuelta la kunoichi, tocó un par de acordes que sonaron en los parlantes. Si la ninja no estaba muy acostumbrada a esos lugares o ruidos tan fuertes, probablemente le aturdiría un poco.
Al mismo tiempo, cuando se asomó a la barra, notó que había un hombre que andaba guardando dinero en la caja registradora. También movió las botellas, haciendo que, una de las que estaban más pegadas al lado interior de la barra cayera.
—¿Niña? — Soltó con bastante tranquilidad mientras atajó con rapidez la botella. —Ten más cuidado...
El señor destacaba por una estatura bastante baja. Es decir, medía más o menos como la Yuki, con la diferencia que el hombre parecía algo mayor. Entre unos cuarenta y cincuenta años. Su cabello era corto y totalmente canoso, y en su cara asomaba un mostacho pronunciado y del mismo color.
Cerró la caja con la mano que le quedó libre y, luego, metió la botella en una bolsa grande de residuos que tenía cerca.
—Con que te mandaron a arreglar este embrollo, ¿eh? — Dijo mientras iba tirando una en una las botellas vacías.