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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#62
Daruu no era tan bebedor como Uchiha Datsue. Alguna vez se había pasado de la raya, pero solía controlarse. Por Ayame, sobretodo. Vale, sí. Era solo por Ayame. Así que sí, estaba contento, pero en el sentido literal. Tranquilo, perdiendo su atención en las motas de polvo que flotaban alrededor de las luces y...

R-rápido.

¡Eh, eh! —Daruu protestó. El Uzukage había agarrado el cuello de su chaqueta y le estaba zarandeando—. ¿¡Pero qué mosca te ha picado!?

¡R-rápido! ¡Golpéame! ¡Golpéame fuerte!

¿Pero qué dices? ¡Anda, suelta! ¡Estás borracho! —Daruu le pegó, sí. En la muñeca para librarse del agarre.

¡Pero en la cara no, cabrones! ¡En la cara no que tengo una entrevista televisiva en unos días! ¿¡Vamos, sois amejines o qué!?

¡¡Kirishima!! ¡¡A este ponle solo agua a partir de ahora, eh!! —gritó Daruu, ligeramente molesto, mirando al camarero, que exhaló un suspiro de desgana—. Ayame. Ayame, ¿qué es esa cara? ¡¡Ayame, NO!!

Ayame, sí.

Sus órdenes son un deseo para mí, Uzukage-sama.

¡PLAS! ¡rrrrRAASCLACATACA!

Varios de los presentes se habían quedado pálidos. Otros tantos se levantaron apresuradamente. Algunos aprovecharon para irse sin pagar. A Kirishima no le importó demasiado. Porque su atención estaba centrada en otra cosa.

Veréis, Aotsuki Ayame y Amedama Daruu habían salvado la vida a Kirishima, un excriminal reformado, que ahora regentaba la taberna. Por eso hacía falta que ocurriera una catástrofe para que se enfadase con ellos. Sí, pero es que Kirishima todavía estaba pagando la deuda de la reforma del local, y resulta que Ayame acababa de golpear a Datsue con una técnica ninja. No sé si os he contado ya cómo son las técnicas ninja, a estas alturas de la historia, creo que sí. Definitivamente sí.

Datsue había sido arrastrado con la silla incluída, marcando un surco por el suelo del recién renovado bar. Había chocado contra otras sillas y mesas, que se unieron a la cabalgata del festival. La traca final fue contra la barra.

Y claro, Kirishima estaba molesto. Visiblemente.

No dijo nada, no. Pero sus ojos, inyectados en sangre, estaban clavados en una muesca agrietada de considerable tamaño justo tras la nuca del Uchiha. Si la había mellado con su cráneo o con el desfile de mobiliario hostelero lo dejaré a la imaginación. Kirishima estaba a medio secar una jarra de hidromiel. Seguía con ella agarrada, el trapo inmóvil, los nudillos del puño cerrado en el asa tan blancos que parecían querer salirse de la piel. Su mandíbula, tensa, se abrió un momento, como para decir algo, pero volvieron a cerrarse. Y sus ojos fueron registrando el local lenta y cuidadosamente para finalmente posarse en los de Ayame.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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Mensajes en este tema
Viejos amigos, nueva voz - por Amedama Daruu - 18/04/2022, 18:08
RE: Viejos amigos, nueva voz - por Amedama Daruu - 23/02/2023, 19:54


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