10/04/2023, 18:05
Daigo le saltó al cuello sin piedad y Hana tuvo un escalofrio. Estuvo a punto de pedir ayuda pero el peliverde solo la abrazó. La sorpresa se diluyó rápidamente y Hana le abrazó de vuelta, confundida y avergonzada más que otra cosa. Le dio unas palmadas en la espalda para consolarlo.
— Todo está bien, Daigo-san. No te preocupes. — ahora ya no tenía sentido bajar al Tsukiyama-san, sonaría antinatural.
Olía a bosque de forma intensa. Para cualquier otra persona de Uzushiogakure podía ser un olor un tanto desagradable por la intensidad, pero para Hana no era nada del otro mundo. Aunque sí que acabó por apartarlo cuando se alargó más de la cuenta el abrazo.
— Sería mejor que te calmases, no tiene que ser bueno hacer esfuerzos en tu estado. — sonrió compasivamente, no tenía ni idea de a qué estado se refería, entre el estado de vagabundo y el de paraplegico.
— Todo está bien, Daigo-san. No te preocupes. — ahora ya no tenía sentido bajar al Tsukiyama-san, sonaría antinatural.
Olía a bosque de forma intensa. Para cualquier otra persona de Uzushiogakure podía ser un olor un tanto desagradable por la intensidad, pero para Hana no era nada del otro mundo. Aunque sí que acabó por apartarlo cuando se alargó más de la cuenta el abrazo.
— Sería mejor que te calmases, no tiene que ser bueno hacer esfuerzos en tu estado. — sonrió compasivamente, no tenía ni idea de a qué estado se refería, entre el estado de vagabundo y el de paraplegico.