12/04/2023, 15:56
—¿En serio, Ayame? —resopló Daruu, con los brazos tras la nuca. Entonces le dio un codazo—. ¿Acabas de meterle un Gōsuiwan en todo el pecho y me estás diciendo que no sería adecuado pelear en un combate de entrenamiento contra él? —Entonces hizo una larga pausa, midiendo los segundos con la precisión de un cirujano—: A mí me suena a que tienes miedo.
—Pensé que los amejines lo teníais prohibido —agregó Datsue, con una sonrisa tan afilada como el filo de un kunai—. Tener miedo.
Ayame abrió la boca, queriendo replicar. Pero pareció cambiar de opinión en el último momento. Sus pasos se detuvieron en mitad de la calle y bajó la mirada. Distraída, una de sus manos ascendió hasta que sus dedos rozaron la trenza decorativa que ahora adornaba sus cabellos. El miedo era lo que la había estado paralizando hasta ahora. El miedo era lo que le había impedido salvar a Yui y lo que le había robado la voz hasta aquel día. Era consciente de ello, pero deshacerse del miedo así como así era difícil. Muy difícil. Sus ojos se posaron en Uchiha Datsue. Quizás un combate de entrenamiento contra él le vendría bien: él no atentaría contra su vida y podía venirle bien para quitarse el óxido de encima. Además, si quería enfrentarse a alguien como Kurama, no podía sino apuntar a lo más alto.
La mirada de sus ojos cambió. La antigua Ayame había quedado muy atrás.
—Tenéis razón —accedió, con un breve asentimiento—. Es hora de deshacerse del miedo de una vez por todas.
—Pensé que los amejines lo teníais prohibido —agregó Datsue, con una sonrisa tan afilada como el filo de un kunai—. Tener miedo.
Ayame abrió la boca, queriendo replicar. Pero pareció cambiar de opinión en el último momento. Sus pasos se detuvieron en mitad de la calle y bajó la mirada. Distraída, una de sus manos ascendió hasta que sus dedos rozaron la trenza decorativa que ahora adornaba sus cabellos. El miedo era lo que la había estado paralizando hasta ahora. El miedo era lo que le había impedido salvar a Yui y lo que le había robado la voz hasta aquel día. Era consciente de ello, pero deshacerse del miedo así como así era difícil. Muy difícil. Sus ojos se posaron en Uchiha Datsue. Quizás un combate de entrenamiento contra él le vendría bien: él no atentaría contra su vida y podía venirle bien para quitarse el óxido de encima. Además, si quería enfrentarse a alguien como Kurama, no podía sino apuntar a lo más alto.
La mirada de sus ojos cambió. La antigua Ayame había quedado muy atrás.
—Tenéis razón —accedió, con un breve asentimiento—. Es hora de deshacerse del miedo de una vez por todas.

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)