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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1

Esta es una minitrama justo después de la primera ronda, por lo cual no se pedirá experiencia, solo sirve como bien he dicho, como una pequeña trama en la que mi personaje habla con otro participante de lo sucedido y luego se irá. Por lo tanto, repito que no se me dará experiencia y que no ocupa un hueco de rol.

En la habitación 666 el hedor de la muerte impregnaba el aire, aquel olor a antisépticos y vendajes sucios. Un pequeño cuerpo tendido entre multitud de implementos que solo prolongaban su agonía al mantenerlo con vida más tiempo. Sus brazos y piernas se veían famélicos, mientras que su cabellera se mostraba gris por el sudor frío y la suciedad que oscurecían. Yacía postrado y con la posibilidad de dar su último aliento arrebata de él, puesto que era una máquina fría y metálica la que aún le obligaba a respirar. Poco quedaba de pulmones en aquel tórax aplastado y poco le quedaba de humano, con aquellas bolsas de inmundicia que colgaban de sus intestinos expuesto. Kazuma recordaba cada segundo desde que entró en aquella habitación y daba gracias por cada segundo que se le escapaba y que le acercaba a poder abandonarla en paz.

Por suerte para él no tardó mucho en abandonar la habitación que compartía con el viejo Kaneki. Se trataba de un señor canoso y bajito que se disputaba sus últimas horas de vida luego de un accidente de construcción.

Parecía que luego de la intervención que le hicieron, tuvieron que dejarle en aquel cuarto por si se presentaba alguna complicación, o por si estiraba la pata como pensaba él. Posteriormente lo trasladaron a la habitación “238” donde disfrutaría de un ambiente más ameno para aquellas personas que se esperaba sobrevivieran.

Era un lugar cómodo, blanco y con olor a limpio. Pero aun así tenía una sensación desagradable, y no sabía por qué sentirse peor; Si por dejar que el viejo recibiera la muerte solo o por el buitre que se posaba todos los días frente a su ventana.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
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Cuando la fatalidad te roza la mano - por Hanamura Kazuma - 17/02/2016, 07:49


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