17/02/2016, 12:02
El día amaneció gris en la Villa del Remolino, el cielo estaba cubierto de nubes, no de las típicas nubes blancas y preciosas, no, de esas nubes de un tono muy oscuro, que parecían prever uno de esos diluvios que inundan ciudades, que hacen que el agua corra por las calles llevándose todo por delante, aunque quizás simplemente fueran unas nubes normales, pero a Riko le gustaba imaginar, posiblemente le gustaba demasiado, al fin y al cabo, no era más que un niño... O quizás no.
— ¡Mira que bien me queda la bandana mamá! — Gritó el joven mientras entraba corriendo en el salón, donde se encontraba su madre.
— ¡Es verdad, Riko! ¡Te queda genial! Aunque claro... Al que es guapo... Todo le queda bien. — Sonrió su madre al verle con tanto entusiasmo ante su reciente logro.
— Bueno mamá, me voy a ir al Jardín de los Cerezos un rato, ¿vale? Intentaré no llegar muy tarde... — Esto último lo dijo con un hilo de voz, pues sabía como se pondría su madre si llegaba más tarde de la hora de la comida, y acto seguido, echó a correr, dirección a la puerta de salida, pero antes de alcanzarla escuchó el grito de su madre.
— ¡NI SE TE OCURRA LLEGAR MÁS TARDE DE LAS 2! —
Riko prefirió no contestar a esto y salir directamente. Cuando hubo salido, empezó a pensar que haría en el Jardín de los Cerezos aquel día, y decidió que quizás, ahora que se había convertido en un ninja, debería centrarse más en su entrenamiento, por lo que sería una buena idea ejercitarse un poco por allí.
El joven iba absorto en sus pensamientos, paseaba por las calles como un autómata, pues el camino de su casa al Jardín se lo conocía como la palma de su mano, así que no prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor, y cuando se quiso dar cuenta, allí se encontraba, a las puertas del Jardín de los Cerezos, todos los árboles en flor daban un color increíble y formaban un paisaje inigualable.
''Bueno, empecemos con un calentamiento, un par de vueltas alrededor del Jardín y luego ya veremos.''
Dicho y hecho, el joven Haiso echó a correr como alma que lleva el diablo, cualquiera que lo viera pensaría que estaba huyendo de cualquier cosa, un monstruo horrible, con cuernos y muchos ojos. Riko solamente corría, y de vez en cuando daba un salto para impulsarse de árbol en árbol durante un rato, y luego bajaba al suelo para continuar su carrera.
Completar el calentamiento le llevaría un buen rato así que simplemente se olvidó de todo, quizás cosa que no debería hacer, y se dedicó a disfrutar del momento.
— ¡Mira que bien me queda la bandana mamá! — Gritó el joven mientras entraba corriendo en el salón, donde se encontraba su madre.
— ¡Es verdad, Riko! ¡Te queda genial! Aunque claro... Al que es guapo... Todo le queda bien. — Sonrió su madre al verle con tanto entusiasmo ante su reciente logro.
— Bueno mamá, me voy a ir al Jardín de los Cerezos un rato, ¿vale? Intentaré no llegar muy tarde... — Esto último lo dijo con un hilo de voz, pues sabía como se pondría su madre si llegaba más tarde de la hora de la comida, y acto seguido, echó a correr, dirección a la puerta de salida, pero antes de alcanzarla escuchó el grito de su madre.
— ¡NI SE TE OCURRA LLEGAR MÁS TARDE DE LAS 2! —
Riko prefirió no contestar a esto y salir directamente. Cuando hubo salido, empezó a pensar que haría en el Jardín de los Cerezos aquel día, y decidió que quizás, ahora que se había convertido en un ninja, debería centrarse más en su entrenamiento, por lo que sería una buena idea ejercitarse un poco por allí.
El joven iba absorto en sus pensamientos, paseaba por las calles como un autómata, pues el camino de su casa al Jardín se lo conocía como la palma de su mano, así que no prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor, y cuando se quiso dar cuenta, allí se encontraba, a las puertas del Jardín de los Cerezos, todos los árboles en flor daban un color increíble y formaban un paisaje inigualable.
''Bueno, empecemos con un calentamiento, un par de vueltas alrededor del Jardín y luego ya veremos.''
Dicho y hecho, el joven Haiso echó a correr como alma que lleva el diablo, cualquiera que lo viera pensaría que estaba huyendo de cualquier cosa, un monstruo horrible, con cuernos y muchos ojos. Riko solamente corría, y de vez en cuando daba un salto para impulsarse de árbol en árbol durante un rato, y luego bajaba al suelo para continuar su carrera.
Completar el calentamiento le llevaría un buen rato así que simplemente se olvidó de todo, quizás cosa que no debería hacer, y se dedicó a disfrutar del momento.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
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