8/01/2025, 21:33
Había pasado una semana, el tiempo que habían estipulado para reencontrarse en el lago de Shiona. No habían estipulado si sería de mañana, tarde o noche, por lo que Ren había salido el día anterior y durmió en una posada cercana. Le había costado horrores conciliar el sueño la noche anterior de los nervios, pero cuando lo consiguió durmió como un tronco; y sin embargo, se levantó con extremada puntualidad cuando la luz del día empezó a entrar en su habitación y el ruido de actividad llegaba a sus oídos.
Compró algo de comer, lo primero que vio que le pudiera gustar cuando salió del hostal en una tienda cercana y después se dirigió con paso ligero hasta el lago de Shiona, comiendolo por el camino. Una vez allí, simplemente se quedaría a esperar pasar el tiempo hasta que Hana apareciera.
Llevaba una kasa de bambú sobre la cabeza con forma de cono esférico estirado, vestía con una camisa interior negra de cuello alto y sobre esta una de color azul apagado que se solapaba un lado por encima del otro. Sobre este, un haori negro largo y en un lateral se vería su daisho compuesto por una uchigatana y una wakizashi. Llevaba un obi también de un color oscuro, con una cuerda azul a modo de refuerzo, la cual tenía el nudo a un lado y podía verse el resto sobrante de la cuerda así como las dos orejas del nudo; colgado de este y en el lado opuesto, llevaba una pequeña bolsa colgada en la que guardaba algunas monedas y en la parte posterior de ese lado una cantimplora hecha con una calabaza. Sus manos estaban cubiertas por la camisa interior negra que llegaba hasta el final de sus manos, metiéndose entre los dedos anular y corazón. También tenía un hakama de un color oscuro algo más claro, pero bajo este llevaba los pantalones normales de un ninja y las zapatillas negras y blancas que carecían de cuerdas o similares para ser llevadas. Finalmente, a su espalda parecía llevar una bolsa grande y un palo que sobresalía por el lateral.
Con todas las de la ley, parecía una samurai extraviada del país de Acero o de otros ciudadanos más tradicionales del país de la espiral.
Compró algo de comer, lo primero que vio que le pudiera gustar cuando salió del hostal en una tienda cercana y después se dirigió con paso ligero hasta el lago de Shiona, comiendolo por el camino. Una vez allí, simplemente se quedaría a esperar pasar el tiempo hasta que Hana apareciera.
Llevaba una kasa de bambú sobre la cabeza con forma de cono esférico estirado, vestía con una camisa interior negra de cuello alto y sobre esta una de color azul apagado que se solapaba un lado por encima del otro. Sobre este, un haori negro largo y en un lateral se vería su daisho compuesto por una uchigatana y una wakizashi. Llevaba un obi también de un color oscuro, con una cuerda azul a modo de refuerzo, la cual tenía el nudo a un lado y podía verse el resto sobrante de la cuerda así como las dos orejas del nudo; colgado de este y en el lado opuesto, llevaba una pequeña bolsa colgada en la que guardaba algunas monedas y en la parte posterior de ese lado una cantimplora hecha con una calabaza. Sus manos estaban cubiertas por la camisa interior negra que llegaba hasta el final de sus manos, metiéndose entre los dedos anular y corazón. También tenía un hakama de un color oscuro algo más claro, pero bajo este llevaba los pantalones normales de un ninja y las zapatillas negras y blancas que carecían de cuerdas o similares para ser llevadas. Finalmente, a su espalda parecía llevar una bolsa grande y un palo que sobresalía por el lateral.
Con todas las de la ley, parecía una samurai extraviada del país de Acero o de otros ciudadanos más tradicionales del país de la espiral.