14/01/2025, 20:50
Ren se dejó llevar, agarrando con fuerza la ropa de Hana una vez posó la cabeza sobre su hombro. Suspiraba temblorosamente, mientras lloraba desconsoladamente. Había olvidado prácticamente ya lo que era haber sido una niña abandonada, que no había conocido el amor hasta que pasaron ya varios años. Claro que Nanashi y Oda la querían y apreciaban, pero las palabras de Hana siempre conseguían remover en su interior cosas olvidadas o que simplemente pensaban que no existía. La quería tantísimo, la amaba tanto, que no tenía ni idea de lo que era capaz de hacer por ella.
Tras un buen rato, cuando pareció tranquilizarse un poco, Ren se separó con una cara completamente descompuesta, temblorosa y sin rastro de aquella confianza descarada que siempre parecía tener. Asintió tras dejar escapar un larguísimo suspiro. Ya no podía pensar por sí misma, Hana tendría que darle durante unas horas algunas pautas sobre que hacer, moverse y demás. Era una gatita triste y mojada.
Tras un buen rato, cuando pareció tranquilizarse un poco, Ren se separó con una cara completamente descompuesta, temblorosa y sin rastro de aquella confianza descarada que siempre parecía tener. Asintió tras dejar escapar un larguísimo suspiro. Ya no podía pensar por sí misma, Hana tendría que darle durante unas horas algunas pautas sobre que hacer, moverse y demás. Era una gatita triste y mojada.