20/01/2025, 10:01
La noche se calmó mientras Hana se relajaba en los brazos de la única persona en este mundo que podía acelerarle el corazón y ralentizarle la cabeza. Respiró hondo ese aroma fresco que siempre venía de Ren. Era como estar en un bosque tras una noche de lluvia, tan reconfortante...
De repente, un grito agudo desgarró el aire. Venía de abajo y parecía de puro dolor.
— ¡Lily! — exclamó Hana saltando de la cama al instante.
Miró un instante a Ren, esperando que la siguiese, y se marchó escaleras abajo a toda prisa. Se fue tan rápido que ni siquiera se puso los zapatos. Si Ren iba tras ella, ambas llegarían al cuarto de Lily en unos segundos. Saori ya estaba allí, sentada en el borde de la cama sin saber qué hacer mientras Lily se retorcía en la cama entre quejidos de dolor.
— ¡Mamá! ¡No! No te vayas tú también. — parecía estar teniendo una pesadilla, sin embargo, la voz de Saori y sus zarandeos no la despertaban.
— N-No sé qué le pasa, no le había pasado antes. — explicó Saori girandose a las chicas.
— Es un terror nocturno. Básicamente una pesadilla, pero mucho peor. Saori, ¿tenemos algo de té? Un olor reconfortante la ayudará. — le pidió Hana mientras se acercaba a Lily y la cogía entre sus brazos.
— S-Sí, voy. — contestó Saori saliendo aprisa hacia la cocina.
Hana abrazó a Lily con cuidado y le apartó el pelo de la cara.
— Está bien, Lily. Estoy aquí. Está bien. — empezó a decir un suaves susurros.
Lily seguía musitando y temblando, sin parar de sudar y con una expresión de terror en el rostro.
— No, no perderé a mamá otra vez. ¡No! — abrió los ojos de golpe con ese último grito.
Sus ojos eran rojos, con una pequeña marca negra alrededor de la pupila. Hana se giró de inmediato a Ren, reconociendo perfectamente el Sharingan de un aspa, con temor. Los ojos de Lily volvieron a su azul habitual casi al instante y su cuerpo se destensó, cayendo sobre los brazos de Hana.
— M-Mamá... L-Lo siento... Y-Yo... — se echó a llorar contra su pecho, agarrandose a su camisón.
Hana ni siquiera reaccionó. Estaba completamente en shock. No fue hasta unos largos segundos después que estrechó a Lily con sus brazos. Volvió a girarse a Ren con pura preocupación.
De repente, un grito agudo desgarró el aire. Venía de abajo y parecía de puro dolor.
— ¡Lily! — exclamó Hana saltando de la cama al instante.
Miró un instante a Ren, esperando que la siguiese, y se marchó escaleras abajo a toda prisa. Se fue tan rápido que ni siquiera se puso los zapatos. Si Ren iba tras ella, ambas llegarían al cuarto de Lily en unos segundos. Saori ya estaba allí, sentada en el borde de la cama sin saber qué hacer mientras Lily se retorcía en la cama entre quejidos de dolor.
— ¡Mamá! ¡No! No te vayas tú también. — parecía estar teniendo una pesadilla, sin embargo, la voz de Saori y sus zarandeos no la despertaban.
— N-No sé qué le pasa, no le había pasado antes. — explicó Saori girandose a las chicas.
— Es un terror nocturno. Básicamente una pesadilla, pero mucho peor. Saori, ¿tenemos algo de té? Un olor reconfortante la ayudará. — le pidió Hana mientras se acercaba a Lily y la cogía entre sus brazos.
— S-Sí, voy. — contestó Saori saliendo aprisa hacia la cocina.
Hana abrazó a Lily con cuidado y le apartó el pelo de la cara.
— Está bien, Lily. Estoy aquí. Está bien. — empezó a decir un suaves susurros.
Lily seguía musitando y temblando, sin parar de sudar y con una expresión de terror en el rostro.
— No, no perderé a mamá otra vez. ¡No! — abrió los ojos de golpe con ese último grito.
Sus ojos eran rojos, con una pequeña marca negra alrededor de la pupila. Hana se giró de inmediato a Ren, reconociendo perfectamente el Sharingan de un aspa, con temor. Los ojos de Lily volvieron a su azul habitual casi al instante y su cuerpo se destensó, cayendo sobre los brazos de Hana.
— M-Mamá... L-Lo siento... Y-Yo... — se echó a llorar contra su pecho, agarrandose a su camisón.
Hana ni siquiera reaccionó. Estaba completamente en shock. No fue hasta unos largos segundos después que estrechó a Lily con sus brazos. Volvió a girarse a Ren con pura preocupación.