25/01/2025, 00:46
Tras jugar con ella un rato más haciéndole gracietas, Ren se quedó mirándola con una afable, cariñosa pero algo triste sonrisa. Si se hubiera quedado en la villa o hubiera convencido a Hana de no hacerlo, ¿que hubiera sido de la pequeña Lily? Seguramente se hubieran podido ocupar de ella igualmente sin ningún problema. Saori era una mujer buena y amable, y aunque Yukiko era algo estricta y áspera, entre las dos no hubieran tenido tampoco ningún problema para criarla. Pero ahora la tenía a ella y a Hana, y era parcialmente la viva imagen de cada una de las dos.
Sabía que no debía seguir entrándole al trapo, que debía negarle que la llamara mama, pero habían pasado poco más de 24 horas y Ren no podía resistirse a sus pequeños encantos. Tenía ese no se qué al igual que Hana, que le ablandaba el corazón con facilidad, tan solo esperaba que esta última no acabara poniéndose celosa de su hija adoptiva.
— ¿Habéis ido a mirar la ropa? ¿O unas buenas mantas? — dijo sosteniendo ya a Lily de forma normal entre sus brazos y mirando a Hana con aquella expresión que hacía siempre de forma inconsciente y que la acababa derritiendo un poco.
Sabía que no debía seguir entrándole al trapo, que debía negarle que la llamara mama, pero habían pasado poco más de 24 horas y Ren no podía resistirse a sus pequeños encantos. Tenía ese no se qué al igual que Hana, que le ablandaba el corazón con facilidad, tan solo esperaba que esta última no acabara poniéndose celosa de su hija adoptiva.
— ¿Habéis ido a mirar la ropa? ¿O unas buenas mantas? — dijo sosteniendo ya a Lily de forma normal entre sus brazos y mirando a Hana con aquella expresión que hacía siempre de forma inconsciente y que la acababa derritiendo un poco.