El rasta y el Uchiha

[Riko]

Después de aquel combate el rastas se había dado cuenta de que, al especializarse en Taijutsu, tendría que ser excepcionalmente bueno para poder dar la talla en un combate real, y aquello era algo que realmente lo motivaba para entrenarse y dar todo de sí para seguir mejorando y convertirse en un ninja de élite, de los mejores del mundo, aunque quizás eso era fantasear demasiado.

Ante la propuesta de Riko de tener una revancha cuando su nivel hubiera aumentado, el rubio, mostrando algo de... Aburrimiento, por decirlo de alguna forma, un suspiro se escapó de su boca, pero aquello no mermó las ganas del pelinegro de tener un combate con él en un futuro.

Como quieras. Pero si no te veo suficientemente preparado me contendre de todas formas.

Era exactamente la respuesta que el rastas se esperaba de aquel muchacho, que parecía ser lo más serio del mundo.

— ¿Sabes? Creo que te estoy empezando a tener calado, sabía que me dirías algo así, y lo comparto, si veo que no estás a mi nivel, yo también me contendré. — Rió el muchacho. — Por cierto, aún no me has dicho como te llamas. —

Ante el recordatorio de Riko sobre su sexo, el rubio aseguró que no lo iba a olvidar, y eso esperaba de verdad, no le gustaba que se equivocaran en ese tema, era algo que le sacaba de sus casillas, como ya había comprobado el Uchiha hacía un rato.

— ¡Hey vosotros, sinvergüenzas! ¿Qué creéis que hacéis? He visto el fuego que habéis provocado, ¿Sois pirómanos o que? —

Para sorpresa del rastas, un hombre había hecho acto de presencia, algo nervioso, parecía que el pequeño fuego que había provocado el jutsu del rubio, le había alarmado y había sacado conclusiones precipitadas. Era un hombre de una tamaño normal, 1.80, que parecía de la edad de sus padres, unos 35 años, pelo castaño, y algo alborotado y de piel pálida, llevaba unas gafas de cristales redondeados.

— ¿Acaso queríais prender fuego al jardín o qué vándalos? ¡RESPONDED! —