16/03/2016, 19:14
¿Podría llegar a ser el torneo un lugar donde realizar misiones?
Pensaba para si mismo un tanto avergonzado por la pregunta un poco muy directa que había hecho y había sido contestada por Riko con una deducción un poco rápida que a él se le habría escapado totalmente.
Supongo que es así, Riko-kun. Cuando no se entrena se debe mirar, dicen los que saben.
Respondió para luego recibir su pedido sobre la mesa por parte del empleado de la tienda. Observó el pastel de frutilla posicionado en su plato de forma tan elegante, la mezcla entre masa con sabor a vainilla y con el relleno de crema y fruta, la cubierta de merengue y la coronación con una frutilla completa, era algo simplemente magnifico.
Parecía que los padres de ambos shinobi les habían impedido llegar a tiempo a los combates, quizá a él le hubiese pasado lo mismo si el suyo estuviese aun en su vida. Mas allá de eso lo que captó la atención del shinobi de la Lluvia fueron las palabras de Tatsuya. Cierto sentimiento de desprecio se comenzó a generar por una persona que ni siquiera conocía, el padre de aquel muchacho habría dejado a su esposa enferma en su casa para irse de paseo a un torneo, algo no encajaba, era demasiado egoísta y sin mucha razón.
No sería lo correcto, preguntar por qué...
Pensaba para luego escuchar las palabras de aquel muchacho nuevamente. Podía hacer dos cosas, quedarse callado o bien preguntar que tenía su padre en la cabeza. Terminó haciendo lo primero durante un rato, miró a Riko un momento y después regresó la mirada a su taza de té, le dio un sorbo para ahogar las palabras que quería decir pero que no debía.
Mejor no decir nada sobre temas que se supone no me incumben.
Pensaba para si mismo un tanto avergonzado por la pregunta un poco muy directa que había hecho y había sido contestada por Riko con una deducción un poco rápida que a él se le habría escapado totalmente.
Supongo que es así, Riko-kun. Cuando no se entrena se debe mirar, dicen los que saben.
Respondió para luego recibir su pedido sobre la mesa por parte del empleado de la tienda. Observó el pastel de frutilla posicionado en su plato de forma tan elegante, la mezcla entre masa con sabor a vainilla y con el relleno de crema y fruta, la cubierta de merengue y la coronación con una frutilla completa, era algo simplemente magnifico.
Parecía que los padres de ambos shinobi les habían impedido llegar a tiempo a los combates, quizá a él le hubiese pasado lo mismo si el suyo estuviese aun en su vida. Mas allá de eso lo que captó la atención del shinobi de la Lluvia fueron las palabras de Tatsuya. Cierto sentimiento de desprecio se comenzó a generar por una persona que ni siquiera conocía, el padre de aquel muchacho habría dejado a su esposa enferma en su casa para irse de paseo a un torneo, algo no encajaba, era demasiado egoísta y sin mucha razón.
No sería lo correcto, preguntar por qué...
Pensaba para luego escuchar las palabras de aquel muchacho nuevamente. Podía hacer dos cosas, quedarse callado o bien preguntar que tenía su padre en la cabeza. Terminó haciendo lo primero durante un rato, miró a Riko un momento y después regresó la mirada a su taza de té, le dio un sorbo para ahogar las palabras que quería decir pero que no debía.
Mejor no decir nada sobre temas que se supone no me incumben.
Hablo - Pienso