17/03/2016, 19:22
(Última modificación: 17/03/2016, 19:23 por Manase Mogura.)
El shinobi no quería seguir pensando en el asunto de la madre del chico de la Cascada, por lo que tras tomar el sorbo de té, buscó algo donde centrar su concentración por el tiempo necesario hasta que otro tema tocara la mesa. La primera y la mas rápida fue el té, pero este eventualmente se acabaría y tendría que esperar a que el camarero le trajera otro mas.
Nuevamente ahí estaba, con un bizcocho esponjoso con un agradable aroma a vainilla, humedecido levemente con almíbar y dividido en tres secciones, entre las dos inferiores había una suave y blanca crema que si bien se veía como un pedacito de nube se mantenía firme en su lugar y con la forma triangular otorgada por el corte de la porción, a su vez arriba de esta estaría la capa con crema y fruta combinando los sabores de la suave crema con el ligero toque ácido que podía llegar a tener la frutilla y a su vez jugando también con las texturas de ambos ingredientes, finalmente en la capa exterior habría un dulce y bien decorativo merengue suizo que le daría un aire de pureza al postre.
La frutilla que coronaba el pastel ya no estaría allí, pues Mogura la abría quitado con su tenedor como primer bocado.
Delicioso...
Fue el simple pensamiento del muchacho, sus ojos brillaron ligeramente mientras comía aquella pequeña fruta. Seguidamente mientras Riko expresaba sus pensamientos sobre el tema que Mogura intentaba ignorar, le daría el segundo ataque al pastel esta vez en la punta, llevándose un poco de cada cosa directo a la boca.
No era ningún adicto a la azúcar o los postres, simplemente podría decirse que ese era su postre favorito. Pero la reacción que tenía o mejor dicho la que no tenía era la que podría llegar a sorprender a sus compañeros de mesa, pues simplemente estaba ahí sentado, con sus ojos cerrados, el tenedor apoyado ligeramente sobre su labio inferior y con una leve sonrisa.
En esa dimensión de dulzura no había ningún problema, estaba liberado de las ideas que tenia en su cabeza de hacía unos segundos atrás. Pero sería la pregunta del shinobi de la Cascada la que lo devolvería a la mesa de la casa de té en la que se encontraba.
Eh... especialización... medicina... si, medicina ninja.
Balbuceo un poco perdido del hilo de la conversación. Su pequeño viaje astral podría haberle cobrado un gesto de mala educación, no prestarle la debida atención a lo que diría Tatsuya. Hizo una pequeña reverencia hacía el centro de la mesa en señal de disculpa por sus pocos modales.
Me distraje un poco.
Agregó con una sonrisa en el rostro y soltando una pequeña carcajada.
Nuevamente ahí estaba, con un bizcocho esponjoso con un agradable aroma a vainilla, humedecido levemente con almíbar y dividido en tres secciones, entre las dos inferiores había una suave y blanca crema que si bien se veía como un pedacito de nube se mantenía firme en su lugar y con la forma triangular otorgada por el corte de la porción, a su vez arriba de esta estaría la capa con crema y fruta combinando los sabores de la suave crema con el ligero toque ácido que podía llegar a tener la frutilla y a su vez jugando también con las texturas de ambos ingredientes, finalmente en la capa exterior habría un dulce y bien decorativo merengue suizo que le daría un aire de pureza al postre.
La frutilla que coronaba el pastel ya no estaría allí, pues Mogura la abría quitado con su tenedor como primer bocado.
Delicioso...
Fue el simple pensamiento del muchacho, sus ojos brillaron ligeramente mientras comía aquella pequeña fruta. Seguidamente mientras Riko expresaba sus pensamientos sobre el tema que Mogura intentaba ignorar, le daría el segundo ataque al pastel esta vez en la punta, llevándose un poco de cada cosa directo a la boca.
No era ningún adicto a la azúcar o los postres, simplemente podría decirse que ese era su postre favorito. Pero la reacción que tenía o mejor dicho la que no tenía era la que podría llegar a sorprender a sus compañeros de mesa, pues simplemente estaba ahí sentado, con sus ojos cerrados, el tenedor apoyado ligeramente sobre su labio inferior y con una leve sonrisa.
En esa dimensión de dulzura no había ningún problema, estaba liberado de las ideas que tenia en su cabeza de hacía unos segundos atrás. Pero sería la pregunta del shinobi de la Cascada la que lo devolvería a la mesa de la casa de té en la que se encontraba.
Eh... especialización... medicina... si, medicina ninja.
Balbuceo un poco perdido del hilo de la conversación. Su pequeño viaje astral podría haberle cobrado un gesto de mala educación, no prestarle la debida atención a lo que diría Tatsuya. Hizo una pequeña reverencia hacía el centro de la mesa en señal de disculpa por sus pocos modales.
Me distraje un poco.
Agregó con una sonrisa en el rostro y soltando una pequeña carcajada.