19/03/2016, 20:19
Si uno se vuelve ninja lo normal es que se empeñe en buscar las armas necesarias para forjarse una reputación de poder al rededor de su figura, que la gente común sepa que ellos son diferentes y que no es buena idea tenerlos como enemigos. Pero matar a una persona puede resultar más fácil que salvar su vida.
Muchas veces es mas fácil cortar a una persona que cerrar la herida. Pero tienes que estar listo para al menos intentarlo.
Dijo sonriendo contestando a los halagos de sus compañeros de mesa. Tatsuya entonces le intentaría preguntar al muchacho del Remolino a que se dedicaba exactamente pero sería algo que no podría terminar de hacer pues, en un lugar no muy alejado de ellos dentro del mismo local, hubo un ruido de metales, porcelana y madera que hizo girar la vista del muchacho inmediatamente.
El grandullón aquel tomaría un plato y lo azotaría contra la pared, haciéndolo pedazos claramente. Tomaría entonces del cuello de la ropa al camarero que amablemente les había servido a los tres shinobi. Mogura miró un momento la escena, había varios platos en la mesa, eran cinco personas en total comiendo ahí e incluso habían pedido postre. No había necesidad de ser un matemático para darse cuenta que comiendo toda la cantidad que esos habían comido el precio final fuese una ganga.
La actitud de aquellas personas era algo que el shinobi de Amegakure no estaba dispuesto a dejar pasar como había hecho con el caso del padre de Tatsuya minutos atrás, eso no podía evitarlo pero lo que estaba sucediendo frente a él si podía. Tomó su sombrero de paja y lo hizo salir volando en dirección a la cara del matón aquel que tenía apresado al pobre camarero.
El sombrero realizaría su trayectoria hasta darle de lleno al tipo aquel, no le haría ningún daño mas que a su orgullo seguramente, no podría golpear al camarero siendo que alguien mas lo habría insultado tirandole cosas a la cara.
Hey... baja esa mano, inmediatamente.
Dijo mirándolo seriamente a la vez que se ponía de pie y acomodaba la silla en la mesa. No estaba del todo seguro de que es lo que podía llegar a pasar, siendo una sola persona contra cinco no tenía muchas oportunidades de ganar. Pero alguien tenía que hacer algo y él estaba dispuesto a dar el primer paso, a pesar de que eso de alguna manera fuese en contra de ciertos principios de su profesión.
Muchas veces es mas fácil cortar a una persona que cerrar la herida. Pero tienes que estar listo para al menos intentarlo.
Dijo sonriendo contestando a los halagos de sus compañeros de mesa. Tatsuya entonces le intentaría preguntar al muchacho del Remolino a que se dedicaba exactamente pero sería algo que no podría terminar de hacer pues, en un lugar no muy alejado de ellos dentro del mismo local, hubo un ruido de metales, porcelana y madera que hizo girar la vista del muchacho inmediatamente.
El grandullón aquel tomaría un plato y lo azotaría contra la pared, haciéndolo pedazos claramente. Tomaría entonces del cuello de la ropa al camarero que amablemente les había servido a los tres shinobi. Mogura miró un momento la escena, había varios platos en la mesa, eran cinco personas en total comiendo ahí e incluso habían pedido postre. No había necesidad de ser un matemático para darse cuenta que comiendo toda la cantidad que esos habían comido el precio final fuese una ganga.
La actitud de aquellas personas era algo que el shinobi de Amegakure no estaba dispuesto a dejar pasar como había hecho con el caso del padre de Tatsuya minutos atrás, eso no podía evitarlo pero lo que estaba sucediendo frente a él si podía. Tomó su sombrero de paja y lo hizo salir volando en dirección a la cara del matón aquel que tenía apresado al pobre camarero.
El sombrero realizaría su trayectoria hasta darle de lleno al tipo aquel, no le haría ningún daño mas que a su orgullo seguramente, no podría golpear al camarero siendo que alguien mas lo habría insultado tirandole cosas a la cara.
Hey... baja esa mano, inmediatamente.
Dijo mirándolo seriamente a la vez que se ponía de pie y acomodaba la silla en la mesa. No estaba del todo seguro de que es lo que podía llegar a pasar, siendo una sola persona contra cinco no tenía muchas oportunidades de ganar. Pero alguien tenía que hacer algo y él estaba dispuesto a dar el primer paso, a pesar de que eso de alguna manera fuese en contra de ciertos principios de su profesión.