20/03/2016, 20:49
—¡TÚ!
¿Yo…?
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Datsue, que se pegó todavía más a su yegua para ocultarse de la mirada asesina de la kunoichi. Pero no era a ella a quién realmente temía, sino al hombre que traía a su lado. Incluso a aquella distancia, podía sentir su mirada clavándose en él como una estalactita.
¿No son los mismos ojos de antes?
El Uchiha, como si todavía ocultase su presencia a los dos ninjas que estaban frente a él, sacó media cabecita por encima de la espalda de Tormenta. Entonces enfocó la mirada y...
Por Onindo… ¡Son los mismos!
Para empeorar las cosas, Ayame seguía enfadada. Muy enfadada.
—¡ESE ES EL CABALLO DEL MALNACIDO QUE ME ABANDONÓ! —le escuchó aullar, sintiendo un nuevo escalofrío. Aquel sí había sido por culpa de ella. Jamás había creído que pudiese llegar a tener tan mal genio.
—Oye, oye… —trató de calmarla, todavía enseñando sólo la cabeza—. Es cierto que soy un malnacido, en el sentido estricto de la palabra, vaya… ¿Pero abandonarte? ¿Yo? —Datsue lo decía como si fuese una locura—. ¡Pero si te estaba esperando! —exclamó, con tal convicción que hasta casi se cree a sí mismo—. Te dije que había que irse… pero te entretuviste hablando con Okura… y Tormenta se asustó y… ¿Qué querías que hiciese? —preguntó, como si no hubiese tenido otra opción—. Además, lo dices como si te hubiese abandonado en pleno campo de batalla y no en una posada, donde el peligro más grande que puedes correr es que te siente mal el estofado…
¿Yo…?
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Datsue, que se pegó todavía más a su yegua para ocultarse de la mirada asesina de la kunoichi. Pero no era a ella a quién realmente temía, sino al hombre que traía a su lado. Incluso a aquella distancia, podía sentir su mirada clavándose en él como una estalactita.
¿No son los mismos ojos de antes?
El Uchiha, como si todavía ocultase su presencia a los dos ninjas que estaban frente a él, sacó media cabecita por encima de la espalda de Tormenta. Entonces enfocó la mirada y...
Por Onindo… ¡Son los mismos!
Para empeorar las cosas, Ayame seguía enfadada. Muy enfadada.
—¡ESE ES EL CABALLO DEL MALNACIDO QUE ME ABANDONÓ! —le escuchó aullar, sintiendo un nuevo escalofrío. Aquel sí había sido por culpa de ella. Jamás había creído que pudiese llegar a tener tan mal genio.
—Oye, oye… —trató de calmarla, todavía enseñando sólo la cabeza—. Es cierto que soy un malnacido, en el sentido estricto de la palabra, vaya… ¿Pero abandonarte? ¿Yo? —Datsue lo decía como si fuese una locura—. ¡Pero si te estaba esperando! —exclamó, con tal convicción que hasta casi se cree a sí mismo—. Te dije que había que irse… pero te entretuviste hablando con Okura… y Tormenta se asustó y… ¿Qué querías que hiciese? —preguntó, como si no hubiese tenido otra opción—. Además, lo dices como si te hubiese abandonado en pleno campo de batalla y no en una posada, donde el peligro más grande que puedes correr es que te siente mal el estofado…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado