Akane es una muchacha que no pasa desapercibida, no es como si fuera intencional, simplemente sucede. Tes bronceada y complexión gruesa, la muchacha no es delgada y esbelta como muchas de las chicas de su edad, por el contrario, Ella heredo de su madre dicha característica, de la cual se muestra orgullosa. Rostro redondo y facciones suaves, haciendo juego un par de orbes ámbar lo suficientemente expresivos para cautivar, así sea por escasos minutos, a quien los mire.

Sobre sus ojos un par de cejas pobladas y uno que otro mechón verdoso muy oscuro (casi esmeralda) asomando en su frente. La cabellera verdosa que le corona la cabeza, desciende hasta sus hombros, siendo corto atrás y más largo en frente. Es laceó y rara vez se le ve recogido, usa un pequeño broche en el cabello para sujetar parte de su flequillo y que su vista no se vea obstaculizada.

Dejando su apariencia física de lado, su forma de vestir no es nada complicada. Adora los yukatas y los estampados florales, por eso su madre se tomó la tarea de confeccionar uno solo para ella. No es propiamente un yukata, aunque a simple vista parezca uno, este es mucho más corto (apenas alcanzando sus rodillas) además de tener mangas muy cortas y algunos detalles raros en las mismas. Lleva un pantalón negro que baja hasta sus talones y porta las típicas sandalias ninja en color negro. Su bandana está atada en el brazo deñecho, aunque los lugares donde suele llevarla varían.

Akane es zurda.

Akane es una jovencita risueña, bromista sin exagerar y sumamente sociable. Su lengua no tiene filtros por lo que suele hablar de casi cualquier cosa, así no sepa propiamente del tema, si no lo sabe se lo inventa. Platicar es su hobbie favorito, una vez le da rienda suelta a su lengua difícilmente se callara, a menos que la situación lo amerite, entonces guardara silencio y escuchara.

Es feliz la mayor parte del tiempo. Aunque su felicidad no se basa en cuanta comida pueda comer, debe admitir que es sumamente feliz cuando degusta algún alimento. Son pocas las cosas que le desagradan y para evitarse molestias prefiere ignorarlas y pasar de ellas. Un ceño fruncido es un gesto extraño y poco probable, pero a veces, cuando esta de mal humor es muy común verla de brazos cruzados refunfuñando y lanzando miradas de odio a quien sea que se cruce, demasiado quisquillosa a veces.

Su trato para con otros es normal, su forma de iniciar una conversación es ofrecer lo que sea que se encuentre comiendo en ese momento. Es su ritual, algo que difícilmente puede dejar. Si bien, no tiene pensamientos románticos hacia nadie en especial, tiene cierta costumbre de fantasear con chicos “guapos” además de gustarle los músculos, le resultan extrañamente atractivos pero no de forma romántica, es más curiosidad suya que otra cosa.

¤ A contracorriente (gratis)

¤ Ojimetrista (coste de 1 punto)

¤ Atractivo natural (coste de 1 punto)

¤ Atributo deficiente: Agilidad (otorga 2 puntos)