Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
No esperó que el demonio se lanzase contra él directamente, pero a la mitad de la carrera la otodama estalló inundando el mausoleo con un agudo chirrido que también afectó al Yotsuki, obligándole a llevarse las manos a la cabeza y a que apretase los dientes, pero al menos fue suficiente para derribar a la oscura deidad en sus asesinas intenciones y sintiese por fin el castigo de las leyes de la física. "¡Amedama!" Observó como una parte del chūnin volvía a la normalidad. "¡Lobo tenía razón!" Se sacudió la cabeza para quitarse el molesto dolor de los oídos.
Nuevamente, falacias brotaron de la boca de la entidad como un río de desesperación, pero en algún momento se vio interrumpido por una voz más humana, y esa voz era Daruu, quién luchaba por retomar el control de sí mismo y por ello dio una única orden.
¡ROGA, DAME CON TODO LO QUE TENGAS AHORA!
"No podías pedir mejor cosa..." Sonrió emocionado mientras y estiraba el brazo derecho y daba un paso fuerte en la misma dirección, ondeando su cabello y su chaqueta con el movimiento. Cumpliría encantado con el mandato.
—¡Cuidado, Roga, no vayas a hacerle daño a Daruu-san por favor!
Lo tenía todo fríamente calculado. El golpe sería certero, sin lugar para fallos. Dispuesto a liberar de una vez por todas al poseído del dios en desgracia sin lastimar a su compañero. "O eso espero..." Su brazo derecho se cargó con electricidad mientras levantaba la zurda delante de sí formando el sello de carnero.
—Dijiste que ibas a purgar a los indignos...
En un instante tan frágil como un cristal sometido al fuego del volcán, un parpadeo en la existencia del tiempo; Rōga ahora estaba a un lado de Shiro Shinigami, con su extremidad superior derecha por delante de su cuello. En esa fracción de la eternidad de la historia, quedarían grabadas unas palabras, diciéndole al oído con poca delicadeza:
¡¡¡¡¡PÚRGAME ESTAAAAAAAAAAAA!!!!!
Siquiera antes de terminar con aquel grito, el lazo impactaría la garganta de Daruu con toda la intención de arrancar no sólo su aliento, sino los últimos remanentes del Dios de la Muerte de sus carnes.
Penalización de -10 de Aguante en curso. 0/5 Turnos transcurridos
Inventario:
Bandana Ninja (Cuello)
Portaobjetos Básico (Pierna Derecha ~ 4/10)
Shuriken x2
Kunaix1
Hilo Shinobi (3 usos)
Otodama
Gun'yō Megane (cabeza)
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
Aplicado sobre el cuello, dos Lightning Lariat de dos usuarios distintos decapitan a la víctima
Al usarlo junto al 'hermano', su potencia aumenta en un 25%
- Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario carga hacia su oponente, atizando su pecho o su cuello con un movimiento de Lariat, que puede o no estar potenciado por alguna técnica Ninjutsu o del flujo del chakra. Un golpe muy preciso puede destruir costillas o incluso decapitar a un oponente con un sólo ataque directo. La técnica es muy simple y convencional, pero también muy rápida y poderosa. Esta técnica se considera toda una tradición en Kumogakure, y se utiliza para encontrar un "hermano" simbólico para el Raikage. "Hermano" para los líderes de la villa es aquél que logra igualar el Lariat de su otro "hermano".
La versión del clan Yotsuki incluye una capa de electricidad que aumenta peligrosamente la potencia del golpe, y provoca una descarga eléctrica en el oponente.
Justo el Shinigami levantaba la cabeza y alzaba el brazo para lanzar otro de sus tajos mortales cuando Rōga, haciendo uso de todo su valor, le golpeó en el pecho con un ataque directo. Esta vez sí con un grito de dolor —¿o quizás fuera de rabia?—, el Purgador se iluminó como una bengala en un estadio de Torneo de los Dojos. Brilló y salió despedido chocando contra la pared contraria del mausoleo, y luego cayendo boca abajo.
La luz blanquecina volvió a envolver a Shiro Shinigami, y de pronto de su espalda un torrente de energía salió despedido hacia arriba. Nuevamente el Shinigami se manifestó ante los presentes. Soltó una risa gutural y se deslizó a toda velocidad hacia Rōga.
Era demasiado rápido para que Lobo reaccionase. Le atravesó, literalmente, sintiendo él tan sólo una terrible corriente de aire frío.
—NI QUE QUISIERA TOMAR ESE INDIGNO CUERPO COMO HUÉSPED.
Asuko se apartó de un salto con un chillido que sonó al huir de un conejo, y dejó pasar al Shinigami, que salió por la puerta.
Se acercó corriendo a Rōga, y se abrazó a él.
—¡Lo conseguiste, lo conseguiste!
Entre tanto, el cuerpo magullado de Daruu luchaba por reincorporarse. Con dificultad, apoyó ambas manos en el suelo y luego se puso de rodillas. Adelantó las piernas y se sentó, apoyándose en la pared.
¿Lo había logrado? Un último resplandor inundó el mausoleo antes de que la entidad emergiera desde la espalda de Daruu, justo para reír macabramente. Nada era tan fácil en esta vida. "Oh crap..." Antes de que su cuerpo pudiera siquiera tensarse, sus pupilas se contrajeron a su mínimo punto. Sintió que la sangre se le heló, de una forma más que literal al sentir un frió congelante a través de él. El Dios de la Muerte emitió una última burla antes de huir de la estancia y el Yotsuki chasqueó la lengua, ladeando la cabeza para verle una última vez.
"¡HA! Que le ardió su translúcido culo." Un escalofrío le invadió y se sacudió para quitárselo. Sin embargo, también se sentía fatigado al agotar casi en su totalidad sus reservas de chakra. "Estoy en mi límite." Sintió pronto el abrazo de Asuko, la cuál le festejo por su logro pese a que en un inicio ella misma fue la que le echó sal a su suerte. Había triunfado en aquella batalla de forma épica como en las antiguas leyendas con todo y chica incluida. "Bueno, no es tan bonita pero supongo que me puedo conformar con ella." Se dijo a sí mismo con picardía.
—Claro, ¿podía ser de otra forma?— Sonrió de forma presuntuosa a la vez correspondía de mala manera al abrazo moviendo su diestra para tomar a la castaña, siendo este en realidad un esfuerzo camuflajeado para no caer al piso por el cansancio. Que hablando de estar en malas condiciones... —¡Amedama!— exclamó al ver a este último esforzarse para incorporarse.
Apartaría con delicadeza los brazos de Asuko para luego caminar hasta la posición del chūnin con pasos lentos. "Mierda, ¿tanto me esforcé?" Sentía que todas las fuerzas que le fueron prestadas por Amenokami para aquel duelo se habían desvanecido al haber cumplido su cometido.
Estando ya enfrente se agacharía, apoyando una una rodilla en el suelo y flexionando la otra para encararle a su misma altura y así de paso recuperar algo de aliento. Se colocaría las gafas por sobre su frente, dejando que sus ojos dorados se encontrasen con los violeta de él antes de realizar una simple pregunta.
—Te preguntaría si estás bien, pero Imagino que las has pasado peores— Respiraba de forma agitada al pronunciar aquello. —¿Me despeiné demasiado?— Deslizó su mano entre sus cabellos de colores.
No quería ser negativo, pero aún sentía que algo se le escapaba. ¿A dónde huyó el espectro? ¿Que ocurriría con el tipo noqueado que dejaron afuera con las manos atadas? Más aún, ¿cómo demonios iban a explicar lo ahí ocurrido a sus superiores sin que los tacharan de locos? Definitivamente, el trabajo no estaba terminado aún.
—Nah, estás perfectamente, Roga —dijo, y no sin esfuerzo se levantó, suspiró y comenzó a caminar hacia Asuko, que casi se le echa encima a él también. Pero le mostró las palmas de las manos y un rostro desesperado: si le abrazaba probablemente cayese al suelo—. Roga, oye... muchas gracias. Me has salvado la vida.
Hizo una pequeña reverencia y se dio la vuelta, encarando la salida del mausoleo. Estiró un poco los brazos y las piernas, acomodándose.
—Bueno, vamos a llevarnos a nuestro amigo a Amegakure. A ver qué puede cantar ante Yui. Aunque desde luego, nada de lo que diga será más inverosímil que lo que acabamos de vivir. —«Como que no se lo va a creer.»
· · ·
—Mierda.
Las esposas estaban rotas. Carbonizadas por los extremos. Y el tipo al que se las habían puesto... no estaba.
—Oh, no...
—¿Y a este hijoputa sí lo consideró digno? Me parece que Oonindo va a tener un problema de Shinigamitis.
—Bah, no fue nada— le restó importancia con la mano cuando recibió el formal agradecimiento de Daruu.
De todas formas, tenía un resquemor en el pecho. ¿Historia con final feliz? Aquello era la vida real, así que estaba en su mano escribir la última página. "Aún es pronto para cantar victoria" Ni siquiera disponían de una foto como prueba ante Yui, puesto que la cámara de Asuko terminó rota durante el incidente. Según él, el resto de la noche sólo iban a ser procedimientos técnicos. Oh que inocente era lobo, que aún era joven para entender que no debía tentar al destino con su suerte, y que la realidad muchas veces supera la ficción.
Sería cuando volviesen a terminar de limpiar la escena del crimen, cuando una dura revelación iba a azotarle sin clemencia.
"¡Esto no me puede estar pasando!"
Shinigami suelto, esposas quemadas, cultista con cuestionable cordura liberado. Una maldición por parte del chūnin, un negativo augurio por parte de la cazafantasmas. Y sin embargo, el que peor llevó el golpe, fue Rōga.
—ARE YOU FUCKING KIDDING ME!!!???— se llevó ambas manos a la cabeza, sólo para luego dejar caer los brazos, quedando colgando de lado a lado mientras agachaba la cabeza y negaba con pesadumbre. —No de nuevo...— Se ajustó las gafas una vez más por encima de los ojos mientras suspiraba con resignación.
Luego de ello, Daruu se permitió soltar una pequeña broma, ante la cuál el Yotsuki no hizo sino alzar la ceja y caminar hasta él.
—Hay chistes malos, y luego están los tuyos— Pero antes de que el superior pudiera responder para recriminarle, le jaló de las ropas por el hombro para acercarse y poder susurrarle al oído sin que la de anteojos pudiese escuchar. —Agoté toda mi maldita reserva de chakra tratando de liberarte, que no sé si podré seguir luchando sin desfallecer en el intento, además...— Vio de reojo a la castaña. —Tengo hambre joder, que esos sandwich son un pretexto de cena. Sólo no se lo digas a Arashi, que quiero mantener el poco respeto que me tiene— Se alejaría de él.
Suspiraría, tratando de relajarse y serenarse mientras alzaba la vista al invisible cielo que se ocultaba levantando sus faldas de neblina. Observó por enésima vez a la muchacha, llevándose las manos a la cintura en el proceso.
—Arashi, tú que eres la experta en el tema. ¿No conoces alguna forma para detenerlo? Un mito, una leyenda, lo que sea— En ese punto, cualquier información, por inverosímil que fuese, quizás sería una ayuda. —De lo que yo pude observar, necesita emplear la, ¿energía espiritual? de los difuntos para mantenerse atado al cuerpo de su huésped y manipularlo. Pero es posible arrancársela a los talegasos— Hizo una pausa y empezó a caminar en círculos. —Si lo sacamos de un cuerpo, se va a mudar a otro y ya. ¿Cómo demonios lo regresamos a donde sea que sea su lugar? Que dijeron que lo tuvieron que "invocar", y según las leyes del kuchiyoshe, cuando invocas algo no lo sacas de la nada así cómo así. De por sí me preocupa que se haya soltado de las esposas, ya que eso significa que sus poderes no tienen que ver con las artes ninja— Se detuvo finalmente y suspiró por enésima vez. —Me estoy fundiendo el cerebro y no le veo una salida dentro de nuestras posibilidades, por lo que en serio, por mínimo que sea, si tienes una noción, dínosla.
Cerró los ojos, aunque ni Daruu ni Asuko podrían verlo.
»Ni siquiera sé si es posible perseguirlo a estas alturas.
13/05/2019, 11:14 (Última modificación: 13/05/2019, 11:14 por Amedama Daruu.)
De los tres, como venía ya siendo habitual, Roga fue el más escandaloso. Blasfemó en ese idioma proveniente del extranjero y luego se permitió la confianza de meterse con su chiste. No es que a Daruu le importase demasiado, claro: acababa de salvarle la vida. Un par de irreverencias de un subordinado no iban a despeinarle. El chico se le acercó y le susurró confeso: no tenía ya casi chakra para combatir, y además tenía un hambre del carajo. Como si se lo acabasen de recordar, el estómago de Daruu rugió también, solícito.
—Tranquilo, ya... —comenzó a explicar Daruu, pero Roga se había dirigido hacia Asuko y le cortó la respuesta.
Daruu se mantuvo atento a toda la explicación, mientras que Asuko, perpleja y avergonzada, negaba con la cabeza.
»Ni siquiera sé si es posible perseguirlo a estas alturas.
—Ni vamos a hacerlo —dijo Daruu de repente—. Sus poderes no tienen que ver con las artes ninja, o quizás sí, y lo que use sea chakra natural. Dudo mucho que las esposas puedan parar al chakra natural. Pero seguro que se le puede parar con Fuuinjutsu. De hecho, por la leyenda que ha contado antes Asuko, seguro que fue así como lo pararon la última vez. Sellándolo en algún lugar. Estos tipos debían de conocer una manera de romper el sello. —Se encogió de hombros—. Sea como sea, Roga, aquí termina toda nuestra implicación en el asunto. Yo no sé nada de Fuuinjutsu y nos enviaron sólo para averiguar qué estaba pasando. Pues bien, ya hemos averiguado qué coño estaba pasando. Si informamos rápidamente, quizás puedan enviar a otro equipo más capacitado para rastrearlo, combatirlo y sellarlo. Lo que no sé es si nos creerán...
—Ahem —tosió Asuko. Se acercó a ellos con una sonrisa, rebuscó en su bolsillo y sacó un pequeño trozo de papel plastificado. Ahí estaba, en todo su esplendor, el Shinigami blanco—. Me la iba a llevar como prueba, pero... creo que la nece... la necesitáis más que yo.
Daruu prácticamente se la arrebató de las manos para verla mejor.
—¡Esto... esto es genial! ¡Gracias, Asuko! —«Dios mío, ya estaba empezando a temerme la reacción de Yui. Al menos ahora tengo algo que demuestra la locura que le voy a contar... Quizás incluso pueda apañármelas para presentar un informe en recepción y no tener que subir a verla.»
—Por supuesto, ¡Fūinjutsu! ¿Cómo no se me ocurrió antes? La magia negra la combates con magia negra— Inspiró hondo antes de soltar el aire poco a poco, permitiéndose relajar la tensión que mantuvo retenida en los músculos todo este tiempo.
"¡Faltaba más! Esto solo me confirma mi teoría de que el fūinjutsu es brujería. ¿Si no como es que sería capaz de usarse contra un shinigami y someterlo? Y si es así, yo no tengo vela en este entierro." Oh, los refranes relacionados a muertos no podían hacer falta, más si estabas a mitad de un cementerio. "Me duele admitirlo, pero esto me excede." Le daba un ardor en el pecho por sentir que su enfrentamiento quedó a medias, ¿o era reflujo? Quizás ambas cosas.
—Tú no sabes, y yo soy directamente un inútil cuando se trata de comprender el sellado cómo tal. Sólo espero que esa deidad psicópata sea detenida antes de que se le ocurra purgar a buena parte de la población— Giró el cuello para tronárselo.
Sería entonces, cuando la castaña les mostraría una fotografía de Shiro Shinigami en alta calidad.
—¿¡Cómo!? Quiero decir, ¿en qué momento?— Se levantó las gafas y parpadeó varias veces mientras observaba a la chica. —Creí que tu cámara se había roto...— Independientemente de cuál fuese la respuesta, sonreiría suavemente e inclinaría la cabeza en una reverencia muy impropia de su comportamiento habitual. No es que no supiera modales, que no cumpliese con ellos a rajatabla en su vida cotidiana ya era otra cosa. Este era de los pocos momentos en los que iba a mostrarlos. —No tenemos forma de pagarte por este favor, Arashi— Levantó la cabeza. —Sé lo mucho que te importaba conseguir una prueba, pero así como nosotros hemos visto todo lo que ocurrió aquí, allá en Amegakure se van a enterar también— Se permitió cruzarse de brazos y ladear la cabeza.
Retrocedería algunos pasos, permitiendo así tener una vista tanto de Daruu como de Asuko, intercalando la mirada cada vez que se dirigía a uno al hablar.
»Creo que nosotros luego de un bocadillo regresaremos a la aldea para informar. Arashi, la próxima vez ten más cuidado, que no vas a tener a un shinobi tan guapo cómo yo para cuidarte.
—N... no es nada. Es un honor poder ayudaros —tartamudeó, cogiéndose el brazo—. Además. Me habéis hecho ver que hay cosas más extrañas de las que creía al alcance de... mis manos. —Levantó las manos y se las miró durante unos segundos. Las acercó despacio, levantando los dedos índice y anular, como queriendo imitar un sello del Carnero.
Daruu levantó una ceja, intrigado.
—Bueno, como sea, será mejor que te acompañemos a Coladragón. Ese tipo podría andar cerca todavía.
»Y de paso, comeremos algo más que bocadillos con el pan duro —rio—. Si encontramos un sitio en el que haya más que pescado.
• • •
Genin y chūnin estaban sentados al refugio de la lluvia bajo un porche al aire libre, hecho de aluminio gris y techado con unas viejaa cristaleras. Prácticamente era la hora de almorzar ya, y desde la noche anterior no habían probado bocado. Después de dejar a Asuko en su casa, los jóvenes se habían parapetado en el único sitio donde no servían sólo pescado frito típico: en una hamburguesería de comida rápida.
Daruu devoraba su Raijin Burguer con absoluto hedonismo. A pesar de todo lo que había pasado, habían conseguido proteger a Asuko y, de todas formas, si no hubieran intervenido ahora habría un Shinigami suelto por el mundo sin que nadie lo supiese. Estaba contento.
—Pues así te lo cuento. Aquella chica nos metió una puta paliza. No le dejaron participar en el Torneo de los Dojos porque no era ninja, pero si le hubieran dejado nos habría curtido el lomo a todos —relataba Daruu con la boca llena.
El Yotsuki a diferencia de Daruu, no tenía demasiadas taras con la comida media vez fuese algo con mucho aceite, mantequella, manteca o cualquier grasa posible. Fue a por pescado y pescado consiguió, siendo este un filete empanizado con hierbas del cuál repitió ración dos veces porque no terminaba de satisfacerse de aquel exquisito sabor. "HAHA. Que yo no soy el único con mañas." Se dijo divertido para sus adentros al observar a Daruu hartarse la hamburguesa como si hubiese pasado años sin comer.
—Demonios, para como lo cuentas debió ser humillante— No quería sonar pesado, aunque era difícil que abandonase sus malas costumbres. —Para cuando fue ese torneo yo aún estaba en la academia, así que tengo nula idea de cómo debió ser... ¿No has pensado en volver algún día por tu revancha contra ella? Digo, después de tanto tiempo has debido mejorar como para estar al tú por tú. Además que yo me medí con Daigo y tiene técnicas muy geniales...— Aquellas palabras sonaban un poco amargas, tanto que si le mirabas a los ojos, dirías que en lugar de dorado los tenía de color amarillo envidia. —Igualar el marcador, demostrando que puedes ser igual de digno— Alzó el brazo derecho y empuñó la mano con tanta fuerza que el trocito de pan que sostenía se redujo a migajones, acordándose de que aún tenía una cuenta pendiente con el perezoso de Zōzei.
»Igual, mi papá siempre dice que los shinobis no son el centro del mundo y que toda persona tenga el oficio que tenga puede aportar su granito de arena para mejorar Ōnindo.
—Tu padre es muy sabio —dijo Daruu, una vez hubo vaciado la boca de hamburguesa—. Y sobre el honor: pues a mí no me importan demasiado esas cosas, y más viniendo de alguien que no conozco. Quizás me picaría más si fuera conocido. Pero al final lo que importa, creo, es superarse a uno mismo, ¿no?
»Si me la volviese a cruzar, probablemente no me importaría medir mis fuerzas con ella de nuevo. Pero de momento me basta con saber que yo he mejorado desde entonces.
»Fíjate, casi me interesaría más volver a pelear con Daigo. Luché contra él en la primera ronda del torneo, y aunque le superaba en experiencia, casi me gana. ¡Menudo puño tiene!
—No sé, será que a mí no me gusta dejar las cosas a medias, no me sentiría satisfecho— Por lo mismo, no iba a dejar su pescado sin comer, continuando en su diligente labor de llevárselo al estómago.
—Tsukiyama es alguien muy especial y no hablo sólo de su habilidad, pues cuando me enfrenté a él estábamos muy emparejados en cuanto a Taijutsu se refiere. Tiene una manera de lucirse al pelear que te deja boquiabierto. Pero, aún así, también tiene algo que muchas personas no. Algo más allá de puro poderío— Hizo una pausa para beber algo de batido de chocolate. —Tiene una mentalidad distinta, creyendo que el mundo puede cambiar para bien si todos hacemos lo que nos corresponde. A algunos podría parecerles una locura creer que es posible lograr una paz firme y duradera con toda la tensión que se vive, pero ya te digo yo que esas personas buscan la salida fácil.
Suspiró.
»No es fácil perdonar, destruir siempre es más sencillo. Qué fácil cortar una flor que pasó meses luchando por ser hermosa. Todos quieren una flor bonita sin ponerse los zapatos de jardinero para cuidarla... Pero Tsukiyama parece tener una espalda muy fuerte para cargar con esas cosas en los hombros.
En la mentalidad del Yotsuki, aquello era una actitud admirable. Una que todos deberían ver, pero que las vendas de la denigración humana no permitían observar. Quizás de ahí venía la envidia del Yotsuki, de que él no era ni tan genial cómo el propio Daigo le parecía a sus estándares.
Ya lo había pensado durante toda la misión, pero una vez más Rōga demostraba ser un muchacho muy inteligente. Quizás inmaduro e idealista, pero a veces es lo que más necesita el mundo, ¿no?
—El problema, Rōga, es que para que la filosofía de esas personas se impregne al mundo entero, todas las personas del planeta tendrían que ser igual que ellas —dijo—. Pero basta con una sola que no siga esos principios para que la mitad del mundo se vuelva huraño, desconfiado y a veces hasta cruel.
»¿Conoces a Uchiha Datsue? Me hice muy amigo suyo. Compartimos una cena juntos, cazada con nuestras propias manos. Pues bien, mientras yo confiaba en él, me puso un Fuuinjutsu con una bola de fuego, dirigido a mi novia. Luego ese mismo hijo de perra le hizo perder el control en medio de Uzu después de que yo le perdonase y que él me jurase que haría las paces con ella.
»Yo intenté ser buena persona, y Ayame es prácticamente como Daigo, todo buena intención... pero esa rata es como es. Le perdoné una vez y se aseguró de que esta vez sólo quiera destruirlo.
Daruu rebatió un poco los argumentos del Yotsuki, diciendo que bastaba una pequeña chispa para desatar un infierno, tristemente. "Huh, no debería ser así..." ¿Por qué debían pagar los inocentes por los errores de otros? Él no tenía absolutamente nada que ver el caos político que se desató. Y sin embargo, el simple hecho de ser un ninja de Amegakure lo involucraba de una u otra forma. Cuestión tan simple cómo nacer. "Todos estamos relacionados, que de una u otra forma nuestras acciones tienen consecuencias en el mundo, afectando mucho más de los que creemos. Qué fastidio. Bufó mientras levantaba el vaso para seguir bebiendo de su batido hasta que...
¿Conoces a Uchiha Datsue?
Oh, claro que lo conocía, para su desgracia. La cara de Rōga cambió drásticamente en cuanto escuchó aquel nombre. De por sí, su apariencia le hacía lucir como un maldito criminal dispuesto a asaltarte. Y aún así, su expresión mutó a una forma rara de sonrisa psicópata mientras escuchaba la explicación de Daruu. "Por qué no me extraña..." Tuvo que bajar el vaso para no tumbar su bebida, pero entre más le contaban lo ocurrido, más se acentuaba su cara de asesino serial, amenazando de estallar el cristal con sus propias manos de lo fuerte que apretaba.
—Ese Uchiha de mierda...— dejó el vaso a un lado, mascullando mientras observaba ahora el lejano cristal. Perdió todas las ganas de seguir bebiendo. —Él le pasará encima a quién sea por lo que sea— Apartó los platos y puso ambos brazos cruzados en la mesa, hundiendo el lado derecho de su cara en ellos. Observando el vaso mientras inspiraba hondo para relajarse. No quería terminar con agruras por un mal recuerdo. —No le importa el sufrimiento de los demás, no es sincero en sus intencions. Incluso aunque parezca que quiere ayudar, será solo por su conveniencia. Pero ante todo, su codicia es desmesurada... Tal vez yo sea arrogante, pero su avaricia lo ciega al punto de que pinta de oro encima de todo el daño causado— Alzó un dedo, previendo que Daruu fuese a interrumpirle para preguntar que había ocurrido entre ellos. Luego, lo bajó y continuó hablando. —Si estuviese en mi mano decidir un castigo justo, le desollaría la espalda con un cuchillo oxidado sin filo para luego restregarle una lija de madera untada en jugo de limón... Pero, yo no soy de guardar rencores, más cuando hay cosas más importantes en juego que no pienso arriesgar por rencillas personales sin razón de ser. Me creo cualquier cosa que me digan de él, pero, no voy a patalear como niño enrabietado como lo hace él cuando no consigue lo que quiere... En fin. No quiero seguir hablando del tema y sulfurarme el pecho arruinándome el almuerzo.
Terminó por hundir la cara de frente a la mesa, alzando su brazo derecho y sacudiéndolo cómo si no pasara nada.
—Mejor pasemos a cosas más importantes...— Se levantó de golpe y miró a Daruu con sonrisa maliciosa y curiosa. —¿Entonces la Guardiana es tu novia?— Dijo en tono picaresco.
Luego de la explicación de Daruu, ató algunos cabos de información respecto al incidente del examen y no tardó en deducirlo.
Era un fenómeno increíble. Daba igual a quién le pronunciases aquél nombre maldito, que absolutamente todo el mundo había tenido una desventura con aquella rata de Datsue. El malnacido tuvo que hacerle algo muy gordo a Roga, de lo contrario, no habría descrito con todo detalle lo que le haría si pudiera. «Pues para no guardar rencor, madre mía». Daruu ni siquiera se había imaginado una tortura tan retorcida, y mira que había soñado veces con sus Futatsu Mukei cortándole el cuello a aquél demonio.
Roga se molestó visiblemente al hablar de Datsue, así que cambió de tema. Y dijo algo que escoció. Daruu frunció el entrecejo un momento, hasta que Roga admitió haberlo dicho así para pincharle.
—Se llama Ayame, y no le gusta que le llamen Guardiana, aunque debería ser un honor para ella. Pero ella considera que así se le despersonifica, así que como compañeros de aldea lo mejor que podemos hacer es hacerle caso.
Quizás Rōga fuese un poco exagerado, como siempre. Si bien, el no tenía tanta maldad para llegar a esos extremos, sin duda la creatividad de sus ideas a veces se encaminaba de forma retorcida. Era más bien, algo travieso.
Daruu por su lado se mostró receloso ante la interpelación del Yotsuki, pasando a la defensiva de su amada como buen novio que era. Únicamente para el disfrute del de cabellos tricolor. "Ah mierda, que no va a confesar más. Que triste." Iba a quedarse con la curiosidad sobre la muchacha. ¿Cómo era de carácter? Daruu decía que tenía un buen corazón como Daigo. ¿Sería fuerte? "Debe ser como una heroína de historieta, fuerte e independiente. Con un traje ajustado en negro, escondiendo su identidad secreta de los demás para luego saltar a salvar el día y no le hablará a cualquier imbécil a menos que demuestre estar a su altura. ¡Por algo debe ser la jinchūriki!" Ay, que a veces imaginar demás también causaba daño, en especial luego de ver demasiadas películas.
—Un segundo— Estiró el brazo para tomar de nuevo el resto del batido y zampárselo a toda velocidad, casi ahogándose en el proceso. Se dio un par de golpes en el pecho para pasárselo, soltando luego el aire con satisfacción. —Ahora si podemos largarnos— Si bien Daruu dijo que iba a pagar, el genin se permitió dejar algunas monedas sobre la mesa a manera de propina para el que quisiera. "Que no se diga que lobo no es generoso." Sonreía tan afable como de costumbre.
Si nada más los detenía, se largaría de ahí. Asuko estaba en casa y ellos iban a regresar a Amegakure con una de las anécdotas más épicas que pudiesen contarse. "Digno de lobo, sí que sí." Iba a estar con el pecho inflado por un buen rato, aunque el noventa y nueve por cierto de la gente seguramente nunca iba a creerle.