— Espera, ¿cómo se llama nuestra revista? Habrá que sonar creíbles y tener la misma versión por si nos separamos no levantar sospechas. ¿Y cómo nos hemos enterado de las desapariciones? Dudo que se vaya pregonando por ahí.

¡La revista! Casi se le olvidaba lo más importante.

— ¡Corazón kusareño! —Sugirió sin pensárselo dos veces. No, sin pensárselo ni una vez—. No, eso sería tonto. ¿Qué tal Ninja Yesterday?

Se llevó una mano a la barbilla. Buscar nombres era una de sus cosas preferidas, pero eso no significaba que fuera algo que se le diese bien.

— ¡Oh, lo tengo! —Dijo, chocando la base de su puño contra la palma de su otra mano—. Oonindo Today.

Se tomó unos segundos para maravillarse con su propia genialidad antes de continuar.

— Sobre cómo nos hemos enterado... tenemos un contacto, pero no podemos revelar su identidad.

— ¡Corazón kusareño! —Sugirió sin pensárselo dos veces. No, sin pensárselo ni una vez—. No, eso sería tonto. ¿Qué tal Ninja Yesterday?

— ¡Oh, lo tengo! Oonindo Today.

Kinumi le escuchó, mirandolo de reojo y preguntandose una y otra vez por qué le había dejado elegir el nombre.

— No, no, no. Necesitamos un nombre que inspire misterio e incertidumbre. ¿Qué clase de revista especializada en misterios se llama "Onindo Today"? Necesitamos un nombre que aterre e inspire desconfianza. Como el Cúmulo de las Cataratas Lúgubres. Como ese pero que no sea ese, que ya está cogido.

¿Por quien? ¿Qué eran esas cataratas? Toshio se quedaría con esa duda, porque Kinumi no se lo iba a decir.

— Sobre cómo nos hemos enterado... tenemos un contacto, pero no podemos revelar su identidad.

Se lo pensó un instante.

— Podría funcionar... Sí, ¿por qué no?

— Podría funcionar... Sí, ¿por qué no?

Perfecto. Ahora que ambos estaban de acuerdo con la idea del informante, ahora solo tenían que encontrar de alguna manera un nombre mejor que Oonindo Today.

— Y el nombre podría ser... —Tardó demasiado poco en dar con otra tanda de nombres—. Oonindo Misterioso, o planeta de incógnito, o... ¡ya sé! El Lago de los Misterios.

Y entonces levantó las manos a la altura de su cabeza, moviendo los dedos mientras hacía su mejor impresión de un fantasma.

» Uuuuuh...

— Y el nombre podría ser... Oonindo Misterioso, o planeta de incógnito, o... ¡ya sé! El Lago de los Misterios.

Kinumi arqueó una ceja, insegura de qué estaban hablando ya.

— A ver si lo he entendido, quieres llamar a una renombrada revista de misterio en todo Onindo, ¿El Lago de los Misterios? Para empezar, si somos de Tane-Shigai, ¡ni siquiera hay un lago! Debería ser el Bosque de los Misterios. Y además, tendría más sentido porque es una revista de papel, papel, bosque. Ahí lo tienes.

Puso los brazos en jarra, orgullosa de su intelecto superior.

Toshio ya sabía lo que se le venía encima cuando Kinumi arqueó una ceja.

— A ver si lo he entendido, quieres llamar a una renombrada revista de misterio en todo Onindo, ¿El Lago de los Misterios? Para empezar, si somos de Tane-Shigai, ¡ni siquiera hay un lago! Debería ser el Bosque de los Misterios. Y además, tendría más sentido porque es una revista de papel, papel, bosque. Ahí lo tienes.

No pudo evitar reír por lo orgullosa que estaba Kinumi de su idea.

— ¡Entonces mejor! Si no hay ningún lago eso haría al nuestro automáticamente más misterioso. —Dijo, medio en broma y se cruzó de brazos—. Pero creo que me gusta tu idea.

Sonrió. Ahora que ya estaba todo decidido, solo quedaba poner el plan en marcha.

— ¡Entonces mejor! Si no hay ningún lago eso haría al nuestro automáticamente más misterioso.Pero creo que me gusta tu idea.

Justo cuando al final del camino empezaba a verse un atisbo de civilización con pequeñas casitas de aspecto tradicional muy separadas entre ellas por los campos Kinumi se detuvo y detuvo a Toshio.

— Espera, espera, se nos ha olvidado lo más importante. ¿Quien pregunta y quien apunta?

Parecía una elección de vida o muerte.

Cuando parecía que por fin habían llegado a su destino y que la verdadera misión estaba a punto de empezar, Kinumi detuvo al herrero antes de que se acercasen demasiado a l aldea.

— Espera, espera, se nos ha olvidado lo más importante. ¿Quien pregunta y quien apunta?

Por la manera en la que lo decía, parecía la decisión más importante de todas.

— Quien hace las preguntas suele ser el jefe ¿no?

Abrió ligeramente ambos brazos y se apuntó a sí mismo, como si estuviera seguro de que él ha sido el líder todo este tiempo.

Pero pensándoselo dos veces, Toshio no quería por nada en el mundo que Kinumi abriese esa libreta.

» Aunque no me importaría apuntar. Así cogerás experiencia.

— Quien hace las preguntas suele ser el jefe ¿no?

Kinumi alzó una ceja al ver como Toshio se señalaba a sí mismo. Por un momento pensó en dejarlo por los suelos verbalmente y que tuviese que recoger sus pedacitos. Pero sí que había tenido que usarlo como baza para que le diesen la misión, así que técnicamente debía ejercer de jefe.

Además, le parecía más divertido. Si veía que lo hacia terriblemente mal siempre podía interceder.

» Aunque no me importaría apuntar. Así cogerás experiencia.

— No, por favor, el líder por delante. Así veo como se hace. Si me veo preparada podemos cambiar para el siguiente. ¿A donde vamos entonces?

La Uchiha señaló el camino. Había una casa a mano izquierda, que era la más cercana, después, unos metros más adelante, una a mano derecha y al final, otra a mano izquierda. No es que no hubiese nada más, sino que ahí se acababa el camino que se bifurcaba en un angulo recto perfecto y delante había otro campo de arroz y detrás de dicho campo, más casas.

— No, por favor, el líder por delante. Así veo como se hace. Si me veo preparada podemos cambiar para el siguiente. ¿A donde vamos entonces?

En otra ocasión el chico probablemente habría protestado, pero esta vez Kinumi había utilizado las palabras mágicas, y eso era algo contra lo que el herrero simplemente no podía pelear.

— Si insistes... —dijo el chico, sonriente, mientras el lápiz y la libreta abierta en una página en blanco a su compañera—. Supongo que tendré que enseñarte cómo se hace.

Solo hizo falta que la Uchiha lo declarara como líder para que el chico, feliz como él solo, se pusiera manos a la obra.

— Empezaremos por allí. —Dijo, apuntando a la casa más cercana.

Si Kinumi no tenía ninguna protesta, el chico empezaría a andar hacia la casa para llamar a la puerta.

— Empezaremos por allí.

Siguió a Toshio tras un leve asentimiento. Llegaron a la puerta tras subir los tres escalones que llevaban a la entrada. Y el pelirrojo sin dudar un instante golpeó la puerta de madera.

— ¡¡KICHI!!

— ¿¡Qué te pasa ahora, vieja de los cojones!?

— ¿Pos no has oído que llamaban a la puerta?

— ¿Pos a mi qué coño me cuentas?

— Pos que abras.

— ¿Pa qué? Serán los niños estos que son imbeciles y se dedican a ir picando a las puertas, ¿no ves que son idiotas como sus padres?

— De verdad, Kichi, cada día eres más viejo insoportable.

Kinumi miró a Toshio cuando las voces del interior dejaron de discutir a voces, con un movimiento de cabeza le gesticuló que volviese a picar, porque no tenía pinta de que fuesen a abrirles solo esperando.

— ¡¡KICHI!!

— ¿¡Qué te pasa ahora, vieja de los cojones!?

— ¿Pos no has oído que llamaban a la puerta?

— ¿Pos a mi qué coño me cuentas?

— Pos que abras.

— ¿Pa qué? Serán los niños estos que son imbeciles y se dedican a ir picando a las puertas, ¿no ves que son idiotas como sus padres?

— De verdad, Kichi, cada día eres más viejo insoportable.

Boquiabierto, Toshio no pudo hacer más que escuchar como las voces que venían del interior de la casa discutían tan alto que se les escuchaba desde fuera. Miró a Kinumi un segundo, y entonces comprendió que no les iban a abrir solo por quedarse esperando.

— No me jodas... —se quejó por lo bajo y carraspeó antes de volver a tocar a la puerta—. ¡Buenos días, somos periodistas! ¿¡Les importaría contestar un par de preguntas!?

— No me jodas... ¡Buenos días, somos periodistas! ¿¡Les importaría contestar un par de preguntas!?

La sorpresa sería del pelirrojo cuando un hombre joven, de pelo rubio corto, le abriese la puerta. Por algún motivo, Toshio había supuesto que se trataba de una pareja de viejos, a pesar de la enérgica discusión que habían compartido. El agricultor le sacaba una cabeza a Toshio y varios músculos que se podían ver perfectamente porque iba descamisado. Al menos llevaba unos pantalones cortos de color khaki.

— ¿Periodistas? Pero si sois un par de crios.

— ¿Periodistas?

A Kichi, el rubio musculado, se le podía ver el sudor caer lentamente por su musculado torso, seguramente venía de hacer alguna tarea en los campos. Eso provocó que Kinumi apartase la mirada sonrojada, llevandose la mano a la boca para taparsela.

— Y-Yo solo soy la becaria, señor. — sonaba mucho más timida de lo que había sonado nunca con Toshio. — Toshio-kun es una eminencia.

Poco después la puerta se abrió de par en par por la mujer del rubio, una chica de cabello moreno de rostro mucho más afable que el hombre, que parecía vivir con el ceño fruncido. Llevaba el pelo recogido en una larga coleta agarrada al principio y al final por gomas para el pelo.

— ¿Venís por lo de las desapariciones? Pasad, pasad. — prácticamente apartó al hombre a culetazos y les permitió a los ninjas una buena visión del salón, que básicamente, era toda la casa. A un lado estaba la cocina y al otro había una cama que parecía individual, pero que al no ver más, parecía que ahí dormían ambos.

La mujer, al igual que el hombre, apenas llevaba ropa. Llevaba un sujetador de tela y unos pantalones cortos del mismo color que su compañero, hermano o marido. Les señaló una pequeña mesa sobre la que había un par de cuencos de arroz... y ya. Tenían tres cojines para sentarse que estaban muy usados.

— Sentaos, y no os preocupéis por mi, suelo sentarme sin cojín igualmente.

Kinumi no se movería hasta que su gran líder lo hiciese, porque tenía la mirada perdida... en los pequeños espacios entre cada músculo del abdomen de Kichi.

— ¿Periodistas? Pero si sois un par de crios.

— ¿Periodistas?

Toshio se sorprendió al no encontrarse con una pareja de ancianos, sino con un hombre joven extremadamente alto, musculado y... descamisado.

— Y-Yo solo soy la becaria, señor. —Toshio se giró hacia Kinumi, sin poder creerse que de pronto la Uchiha hablara tan tímidamente solo por ver a un pedazo de hombre esculpido por los dioses—. Toshio-kun es una eminencia.

«Una eminencia... ¡no me olvidaré de esta, Kinumi!»

Ahora que la Uchiha estaba completamente perdida en los abdominales del agricultor, solo Toshio seguía estando medianamente funcional.

— ¿Venís por lo de las desapariciones? Pasad, pasad.

La puerta se abrió de par en par, revelando el interior de la casa y a la pareja del agricultor, una mujer de aspecto mucho más amable que apartó a Kichi para permitirle el paso a los genin.

—Exactamente. Muchas gracias. —Respondió el joven, con una sonrisa amable, mientras entraba en casa de la pareja.

«¿Es que en este pueblo no saben lo que son las camisetas?» Pensaba el chico, mientras hacía un esfuerzo por no mirar demasiado fijamente a ninguno de los dos.

Al entrar, los chicos se encontraron con una pequeña mesa con unos cuencos de arroz y tres cojines a su alrededor.

— Sentaos, y no os preocupéis por mi, suelo sentarme sin cojín igualmente.

Toshio levantó la palma y negó con la cabeza, sonriendo.

— No te preocupes, por favor. Estoy bien así. —Dijo el chico, sentándose en seiza en el suelo—. Sentimos interrumpir vuestra comida. Les prometo que intentaremos no ocupar mucho de vuestro tiempo.

Miró a Kinumi un instante, intentando llamar su atención sin hacer demasiado obvio que su compañera se había quedad embobada.

» ¿Empezamos? —Dijo, casi más para avisar a la Uchiha que a la pareja—. ¿A qué se dedican? Y ¿recuerdan cuándo ocurrió la primera desaparición?

— Bah, me vuelvo al campo a ver si arreglo el desvío de agua antes de que anochezca. — contestó de mala gana Kichi en cuanto los dos ninjas entraron en la casa, yendose por la puerta contraria.

Kinumi lo siguió con la mirada hasta que desapareció y después se centró por completo en su cuaderno de apuntes, sentándose en un cojín ya que nadie más quería uno. Toshio se sentó de la forma más profesional y educada que existía, pero la Uchiha había madrugado demasiado para ponerse tan seria de buena mañana.

— Pero, ¡Kichi! Si ni has tocado el arroz. — dijo a la puerta cerrada que dejó detrás su compañero.

Se oyó a lo lejos un "Hasta los huevos de arroz estoy" y la mujer torció el gesto por pura preocupación. No tardó en borrar la preocupación y ofrecerles una sonrisa.

— Bueno, si queréis comer arroz, es todo vuestro. Ni lo hemos tocado. — les ofreció la mujer.

» ¿Empezamos? ¿A qué se dedican? Y ¿recuerdan ocurrió la primera desaparición?

— Uy, que oficial se ha puesto esto de repente. — dijo poniendose algo nerviosa mientras se sentaba sobre otro cojín igual que Kinumi. — Bueno, Kichi ayuda en los campos y yo ayudo en la aldea, en lo que haga falta en el momento, no somos muchos así que todos hacemos un poco de todo y vamos tirando. La primera desaparición fue hace un mes más o menos.

La Uchiha había acabado de apuntar apenas un segundo después de que la mujer dejase de hablar, con una velocidad que hacía raro que no ardiese el lápiz.

Kichi, que no parecía estar en lo absoluto interesado en continuar con esto, se marchó malhumorado por la puerta contraria a la que entraron los chicos.

Ahora que sobraba un bol de arroz en la mesa, la mujer se los ofreció a los chicos, pero Toshio, con su profesionalidad tan intermitente como su inteligencia, lo rechazó de forma educada.

— Uy, que oficial se ha puesto esto de repente. —El chico rio un poco. Lo usual era que pecara de ser demasiado casual, pero a veces podía pecar de justo lo contrario—. Bueno, Kichi ayuda en los campos y yo ayudo en la aldea, en lo que haga falta en el momento, no somos muchos así que todos hacemos un poco de todo y vamos tirando. La primera desaparición fue hace un mes más o menos.

Volteó un momento para ver si su compañera ya había terminado de apuntarlo todo, pero se sorprendió al comprobar que ya había acabado apenas la mujer terminó de hablar.

— Entiendo. —Respondió el joven—. Hemos escuchado que a veces han dejado rastro... ¿hay alguna zona en dónde haya sucedido más de una? y ¿han sucedido varias desapariciones por noche? ¿o solo una a la vez?