Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Lyndis pasó a prestar toda la atención a Meme mientras se mantenia de brazos cruzados. Mostró un gesto de indiferencia en su rostro hasta que una fugaz mirada de la chica destruyó su psique.
«Menuda desgraciada ¿sabe siquiera lo que ha hecho? Pfff, ella se lo pierde» Lyndis arrugó un poco el ceño mientras seguía la marcha recordando sus palabras una y otra vez. «Espera. A lo mejor es mentira y lo hace para ver como reacciono. Tal vez quiera alejarme de su hermana. Pero si no es así, como pille a esa Mei no le dejaré un diente con el que sonreír sobre el escenario por haberla rechazado.»
Una de sus manos se deslizó hasta el mentón, mientras mantenía una mirada de concentración en la estación pese a que para ella era como si no hubiera nada frente a ella.
«No, espera de nuevo. Eso se supone que es bueno para mí ¿no? Quiero decir, esta interesada en chicas, y que tengo además una posibilidad. ¿Y qué hago? ¿La invito a salir a algún lado y le pregunto sobre esa tal Mei? Meme dice que no sabe más de ella, pero puede que a escondidas... O no... ¡¡Aaaggghhh!!»
Poco a poco bajaba la miriada cada vez más hacia el suelo, sin despegar la mano con la que se agarraba el mentón ni la otra con la que sujetaba el codo de la otra, asi como también parecía que estaba más enfadada por momentos, pese a que solo estaba dándole demasiadas vueltas a aquel asunto.
Avanzamos y nos topamos con una ancianita despistada y un guardia, al parecer. Toshio, como buen líder, tomó las riendas y fue a preguntar sobre la misión. Yo me quedé detrás, a distancia prudente de todos, y saludaría con una mano a quien hablase con Toshio.
Prestaría atención a lo que le dijeran, aunque seguía pensativa. A veces me fascina ver a la gente reaccionar, y creo que en ocasiones digo cosas de más sin pensar cómo les afectaría. Yo sé de Lyndis, y la manera en que Onee-sama habla de ella... Sí, si lo pienso bien, estuvo de más. Debería intentar corregirlo, ¿No? No quisiera que Lyndis se molestara con Onee-sama sin razón. Eso le entristecería mucho.
—Oi, Lyndis —Intenté susurrarle —. Esto... Eso fue hace tiempo. Onee-sama me habla mucho de ti ahora —Espera. ¿Y si le digo eso y ella no piensa igual? ¿Y si el hablar de más de nuevo hace que las dos entren en desacuerdo? Mmm... Qué difícil. Debí quedarme callada como buena muñeca, no debí decir eso tampoco —. No debí decir eso tampoco.
Fruncí los labios y decidí enfocarme en la misión. Ahora sí.
— Ey. ¿Tienes un momento?Tenemos la misión de desalojar y destruir unos nidos de animales hay por la zona. ¿Sabes dónde hay alguno y qué tipo de animales han hecho los ataques? Para tener por donde empezar.
Toshio se acercó a una chica que tenía el uniforme pero parecía estar rehuyendo a la gente para intentar llegar detrás del mostrador de información, como si ese fuese su lugar sacrosanto. Tenía el pelo recogido en una simple cola de caballo, era negro al igual que sus ojos, tenía la nariz chata y los labios carnosos. Apenas medía metro cincuenta y llevaba el uniforme algo arrugado por aquí y por allá.
— S-sí. — se paró en seco y escuchó lo que Toshio tenía que decirle. — ¿A-animales? ¿Nidos? ¿Hay pajaros en la estación? Yo no he visto ninguno. Alguna paloma, sí, pero nunca he visto un nido de palomas. -- contestó nerviosamente
— Sí, hay animales haciendo disturbios. Con nidos, se refieren a lugares de interes para estos bichos. Tiki, vuelve a tu puesto, yo me encargo. — un hombre de pelo extremadamente corto y negro apareció desde detrás de la chica.
— Sí, señor. — contestó la muchacha desapareciendo de la escena aprisa.
— Siganme. — el hombre empezó a andar en dirección contraria a la muchedumbre. — Creo que todos sabreis lo acaecido en esta estación este verano. Desde entonces hay cierta reticencia a entrar en la sala donde ocurrió todo. Los animales no tienen ese conflicto moral, así que se han hecho con el sitio.
Dando por concluida su explicación siguió andando, entrando en un pasillo más estrecho que el principal pero casi sin gente. Había un cartel que decía acceso restringido pero el hombre siguió andando. Aquel hombre de pelo negro y ojos azules era tremendamente disciplinado. Caminaba recto, erguido, sin el menor apice de duda o de ralentización. Era corpulento pero no se veía bruto, sino elegante en su uniforme. Su rostro era todo seriedad, con una ancha nariz y un mentón prominente.
Toshio se había acercado a una chica para preguntarle, pero ella realmente no parecía estar enterada de nada. Por suerte, un hombre de pelo corto y negro apareció para ayudarlos.
— Entonces solo es en esa sala... —Respondió Toshio, mientras empezaba a seguir al hombre—. Si es así, deshacerse de ellos será pan comido.
El chico andaba relajado, siguiéndole el ritmo al hombre mientras miraba a su alrededor con aparente desinterés. De vez en cuando miraba a sus compañeras para asegurarse de que estuvieran bien, pero más allá de ello no añadió nada más hasta llegar al lugar.
Las palabras de Meme intentaban arreglar una especie de entuerto que había creado accidentalmente. Lyndis giró casi instintvamente su cabeza cuando escucho que Ranko hablaba habitualmente de ella. Un pequeño rubor casi impercetible aparecería en sus mejillas, mientras se acariciaba la boca por los nervios
— Y... ¿Q-Que dice de mí? B-Bueno, n-no es algo que debieras contarme realmente —
La inocencia de Meme seguramente la hubiera hecho irse de la lengua de la misma forma que lo había hecho momentos antes, pero aprovecharse de eso hubiera sido algo ruin y mezquino, algo de lo que Lyndis carecía. Poco después una voz llamó su atención, y seguramente la de Meme también. Le haría un gesto para que ella fuera adelante, y la seguiría por los pasillos.
Aquel hombre que guió al grupo era fornido, y en cierto modo gracias al uniforme, se le veía bastante elegante. Apartó cartel que negaba el paso a todo aquel que no fuera personal autorizado.
«¿Lo acaecido a esta estación?... ¿Y aquí que ha pasado? ¿Qué significa siquiera "acaecido"?» Si lo daba por hecho y no daba una explicación, luego se la pediría a Toshio cuando aquel hombre se marchara o estuviera lo suficientemente lejos.
Toshio preguntó por los animales, y un par de personas contestaron. Primero una chica, sospechosamente nerviosa, quien negaba que hubiese animales. La miré fijamente con ojos entrecerrados, acusadores. La otra persona fue un hombre de cabello corto, quien les confirmó los problemas, y les guió hasta un pasillo.
¿Qué había acaecido? ¿Y en la estación? Realmente no estoy muy atenta de lo que sucede en otros sitios, así que... Espera, ¿Se refería a estación de estación de tren o a estación de las cuatro estaciones? Quise preguntar, pero esta duda me detuvo.
Ah, la sala donde ocurrió todo, entonces se refiere a la estación de tren. Entonces... ¿Qué sucedió?
—¿Qué sucedió? —dije, con el tono más natural posible, aunque posiblemente se notara mucho mi curiosidad.
Y dicha curiosidad se hacía más fuerte al escuchar a Lyndis preguntar sobre lo que decía Onee-sama. Jum. Me pregunto si podría... Sacar algo de aquí.
—Bueno... No creo que haya problema en contarte esas cosas. Si cumples lo que Onee-sama te pidió sobre echarme un ojo, te digo todo lo lindo que dice, ¿Va? —Le guiñé un ojo, sonriente.
¿Qué? No está de más contratar un seguro. No es que cuente como chantaje, ¿O sí?
11/02/2022, 08:11 (Última modificación: 11/02/2022, 08:12 por Kaminari Chika. Editado 1 vez en total.)
— Entonces solo es en esa sala...Si es así, deshacerse de ellos será pan comido.
— No tengo la seguridad de que sea solo en esta sala, pero, sin duda, habrá varios haciendo vida aquí. Se les ha visto entrar y salir varias veces, han abierto un agujero en la persiana delantera y en la puerta. Ha habido altercados por toda la estación, principalmente substracción de alimentos. Supongo que asegurareis todo el lugar ¿verdad?
Más que una pregunta, era una orden disimulada. No quería imponerse sobre ellos, solo sugerirles que no vagueen y hagan bien su trabajo.
—¿Qué sucedió?
El hombre alzó una ceja, sorprendido de que unos ninjas de Kusagakure no supiesen de eso. De hecho, deberían saber más que él.
— Hubo un ataque sobre uno de los vuestros y un compañero de la estación falleció. No recuerdo los detalles, pero hubo un gran revuelo por ello.
No quiso darle más tiempo a esa tragedia. La vida seguía y seguía en forma de nuevos enemigos como mapaches y jabatos. Justo al acabar de hablar se detendría en la puerta más alejada del pasillo, de hierro parcialmente oxidado, tenía una placa incrustada en la parte baja.
— Claro, claro. No te preocupes. —Respondió el herrero, bastante despreocupado.
Meme entonces preguntó sobre lo que sucedió en la estación. Toda una tragedia en la que uno de los generales asesinó a uno de los trabajadores de la estación y atacó a un ninja de Kusagakure. Al escucharlo de nuevo, y comprobar que no se trataba solo de un rumor, Toshio se cruzó de brazos.
«Suerte que yo no estuve allí...» Entonces agitó la cabeza. ¿Desde cuándo pensaba él cosas como aquella?
— Algo había escuchado, pero a nosotros tampoco nos han dado detalles.
Se detuvieron en la puerta más alejada del pasillo. Una puerta de hierro parcialmente oxidado que tuvo que ser parchada con una placa de metal en la parte baja. Tras ella, probablemente, se encontraban los animales.
— ¿Es aquí? —Preguntó—. Si es así, le recomiendo alejarse un poco. Quizás salte algo cuando abramos.
Por suerte para ella, Meme hizo la pregunta que queria hacer pero le avergonzaba su desconocimiento sobre el tema. Después, prácticamente fue como si hubiera cogido un hueso y una golosina para perros, pasado por el hocico al perro, y le hubiera dado una orden si queria de vuelta su juguete y un premio. El corazón de Lyndis se aceleró ante esta jugosa posibilidad de saber más sobre Ranko.
¿Pero era un poco moralmente incorrecto ir a por su hermana pequeña, para poder saber más de ella? Puede que Ranko hubiera hecho lo mismo en su situación. Oh, como le hubiera encantado. Decidida a dar lo mejor de ella, se crujió los nudillos ansiosa, a la espera de sí algo salía de allí, cazarlo al vuelo como fuera posible.
Ah. Lyndis quiere. Ya veo. No presté mucha atención a lo de ataque y alguien que murió. Sólo podía imaginarme a Onee-sama cuando le contara lo mucho que Lyndis se había emocionado por hablar sobre ella. ¡Lo alegre que se pondrá!
—Bichos tras la puerta. Vale, Toshio. Te seguimos. —dije con medio decisión y medio aburrimiento. Le guiñé un ojo a Lyndis.
Luego me puse en posición, las manos levemente alzadas,mostrando los dorsos, lista para lanzar a Suiken, de ser necesario. Asentí a mis compañeros.
El hombre les enseñó la palma de una mano ante la preocupación de los muchachos.
— Yo solo venía a enseñaros el lugar y abrir el pestillo, después es todo vuestro.
Con la otra mano sacó una llave, la metió en la cerradura y le dio un par de vueltas. Resonaron bastante los pestillos al ser movidos, como si estuviesen especialmente reforzados por cualquier motivo. Probablemente, por seguridad. Después de eso, simplemente sacó la llave y les señaló el pomo.
— Si teneis alguna duda más, podéis venir al puesto de información a preguntar. No pregunteis a los trabajadores que están deambulando por la estación, ellos solo están para ayudar a la clientela, no sabrán mucho más que vosotros.
Esperaría a que alguno le diese a entender que había entendido sus palabras antes de asentir levemente y marcharse por el mismo pasillo, sin mirar atrás.
Si los ninjas abrían la puerta, no verían más que una habitación enorme, casi a oscuras por completo. Ninguno de ellos sería capaz de oír nada más después del estridente sonido de la puerta abriendose aparatosamente, rozando el metal contra el suelo. Toda la luz que tenían era la que venía del pasillo y de algunos huecos bajos en la persiana que había en la lejanía, justo enfrente. Sin embargo, la estancia era demasiado grande para que nada de eso la iluminase suficiente, también había que contar con los vagones abandonados y corroidos por todo el lugar, que proyectaban aún más sombras.
— Entendido. —Simplemente respondió y esperó entonces a que el hombre se marchase.
Una vez se marchase, Toshio les daría unos segundos a las chicas para que se preparasen antes de abrir la puerta. Al abrirla, el chico pudo fijarse en que dentro de la habitación estaba tan oscuro que apenas se podía ver nada dentro. Tampoco escuchaba nada en especial, así que durante un momento pensó que quizás no había nada allí dentro, pero se lo pensó dos veces.
— Esperad un momento, voy a hacer algo.
Concentrando chakra en la palma de su mano izquierda, Toshio creó una fina capa de lava ardiente y brillante en su mano, que mantuvo frente de sí con la palma hacia arriba, para intentar iluminar todo lo posible.
Si nada se lo impedía, el chico empezaría a adentrarse en la habitación.
— Recordad cerrar la puerta al pasa, no vaya a ser que algo salga fuera mientras estamos aquí.
Emocionada por las palabras de Meme, y en parte por un subidón de adrenalina de darse de palos contra lo primero que saliera disparado de ahí, Lyndis daba ligeros saltitos a los lados con los puños en guardia. Como el líder de grupo que habían proclamado por acuerdo, Toshio dio el primer paso abriendo la puerta, respondiendo la chica de cabellos plateados, quedándose rígida y apretando los puños.
Nada pareció salir de allí.
Fue entonces cuando se adelantó, revelando la oscuridad de aquel lugar con una brillante capa de lava sobre su palma, alzándola para iluminar lo máximo posible. Tras una última advertencia a las chicas, Lyndis fue tras el pelirrojo.
— Nosotros dos nos encargamos de ir delante, así será más difícil que te llegue a tocar algo — respondió levantando el pulgar en señal de aceptación, mientras miraba a Meme tras ella, esperando que cerrara la puerta.
Ni mucho menos lo decía por pensar que era débil, sino por el conocimiento que tenía sobre su aversión al tacto físico. Ya lo había evitado en el camino todo el rato, y Ranko le había hablado de ello en ocasiones, preocupada por esa situación.
Toshio hizo algo genial con fuego, o algo así, e iluminó un poco el paso. Asentí cuando dijo que cerrada la puerta, y asentí mucho más, sonriente, cuando escuché el plan de Lyndis. Qué agradable chica.
—Bueno, no está de más, ¿Lista, Suiken? —dije, tocando una de las mangas e imbuyéndola de más chakra.
Una vez hubimos entrado, cerré la puerta.
—No es como que fuese una trampa, ¿O sí?
¤ Jiton: Jishaku Shuriken ¤ Elemento Magnetismo: Shuriken Magnético - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos:Jiton 25 - Gastos: 8 CK por shuriken - Daños: - - Efectos adicionales: Magnetiza a un oponente u objeto - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
Utilizando su Kekkei Genkai, el usuario magnetiza varios shuriken de su repertorio que serán posteriormente arrojados hacia el oponente. Cualquier individuo que entre en contacto directo con estos shuriken será magnetizado, ya sea al ser heridos por ellos o incluso al bloquearlos. Esto producirá en consecuencia un potente campo magnético alrededor de su cuerpo. Una vez que la persona ha sido magnetizada, el campo magnético se encargará de atraer cualquier otro shuriken magnetizado, por lo que un nuevo ataque con esta técnica del usuario será inevitable, que no imbloqueable.
Alterador (Jibaku Munekazari): Meme puede sincronizar los campos magnéticos aplicados a los shuriken con el campo magnético que ata a la Seda Líquida. De esta manera, Meme puede magnetizar también las unidades de Suiken (el costo es el mismo, 8 CK por unidad) para que, al entrar en contacto éstas con un enemigo, éste se vea afectado por el Jishaku Shuriken, convirtiéndolo así en blanco para shuriken magnetizados. La Suiken no se ve atraída a objetivos magnetizados.
Solo cerrarse la puerta se quedaron en el silencio más absoluto. Solo se oían sus voces, sus pasos y el goteo de la lava de Toshio contra el frio suelo, que la endurecía de inmediato. La luz de la lava era intensa, rojiza e irregular. Al ser liquida no dejaba de moverse y las gotas que caían se apagaban de golpe, dando unos cambios de luz apreciables.
Unos segundos después de cerrar la puerta, empezarían a oirse pasos. No de pies sino de patas, rápidos, ligeros. Primero por la izquierda, luego la derecha, y al final era imposible saber donde empezaban las pisadas y acababa el eco del lugar.
Parecía que era cuestión de segundos que se les lanzasen al cuello, pero de momento, no había nada a su vista.