Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El jabalí estaba haciendo fuerza contra Lyndis, quien intentaba aguantarlo y empujarla con su fuerza bruta. Sin embargo, parecían estar bastante parejos en cuanto a fuerza parecíal. Por ello, cuando Lyndis soltó un momento para darle un puñetazo, el jabalí volvió a hacer fuerza, llevandose el puñetazo pero arrollando a la kunoichi contra la pared (20 PV).
Rebotó de la pared, intentando recuperar el equilibrio al mismo tiempo que el shuriken de Toshio se clavaba en su piel y el hilo enredaba sus patas. Antes de que pudiese probar a hacer fuerza para romperlo o recuperar el equilibrio, una sorprendentemente fuerte corriente de viento le golpeó el trasero, haciendole caer de boca contra el suelo.
Tras un quejido, empezó a menearse indefenso en el suelo, incapaz de volver a ponerse en pie.
¡Lo habían conseguido! Lyndis había vuelto a ser arrollada, sí, pero finalmente tenían al animal a su merced. Ahora solo tenían que terminarlo.
— ¡Ahora! ¡Todos a la vez! —Ordenó, antes de ir a la carga.
Corrió directo hacia el animal mientras... ¿desenvainaba? La vaina de su Wakizashi, en la que concentraría chakra para endurecerla, tornándola de un color negro azabache para utilizarla como arma, saltando encima del jabalí para intentar golpearlo directamente con la punta de esta en la cabeza (32 PV).
Para los herreros Kurogane cualquier cosa puede transformarse en un arma.
Esta técnica que consiste en aplicar chakra en la vaina de un arma o en un objeto cualquiera, haciéndolo más pesado y endureciéndolo hasta el punto de poder utilizarlo como si se tratara de un arma real, además de cambiar su color a negro.
Por cada golpe, para mantener activa la técnica, el usuario debe volver a pagar el coste.
El golpe impacto, y no la chica no pudo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción tras haber sido evadida y golpeada por aquel ser por tanto rato. Aquello ofreció una apertura ante su confianza que de no haber sido una bestia, el resultado podría haber sido aún más fatídico. Fue nuevamente embestida y arrojada contra la pared, aunque esta vez no fue ni por asomo con la violencia que lo había hecho la primera vez, pudo encaramarse a un saliente tras el golpe utilizando uno de sus brazos.
Toshio entonces exigió un último golpe a la vez que cargaba contra el animal. Lyndis aprovechó su posición para impulsarse con las piernas sobre la pared soltándose, y caer contra el animal para propinarle una patada directa (40 PV).
Bandana ninja de Kusagakure (Brazo derecho, protege de 7 PV)
Portaobjetos básico (0/10) (Lateral derecho)
¤ Shinobi Kumite ¤ Raiton: Karada No Nagare
¤ Dynamic Entry ¤ Entrada Dinámica - Tipo: Ofensivo - Rango: D - Requisitos:Taijutsu 20 - Gastos: 24 CK - Daños: 40 PV - Efectos adicionales: - - Carga: 3 - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El impulso de velocidad en el aire puede hacerse desde 10 metros.
—Esta técnica consiste básicamente en que el usuario atice una patada voladora en la cara del oponente, a una velocidad considerable y desde cierta distancia, en ocasiones haciendo acto de aparición en escena y pillándolo por sorpresa. Normalmente, se suele usar un kunai como distracción para aprovechar el momento de despiste del adversario y asestar el golpe. Para aumentar la sorpresa de la técnica, el usuario puede gritar su nombre dramáticamente mientras la ejecuta.
¡Muy bien! ¡A atacar a la criatura que muy probablemente no tuviese malas intenciones!
—¡A la vez! —repetí a mi capitán.
Alcé los brazos, mostrando los dorsos, y concentré chakra de nuevo. Toda mi prenda, Suiken, tomó forma de perlas, quince preciosas perlas negras, y las lancé contra el jabalí. [-4PV por perla (60PV total)]. La criatura era tan grande que podría acertar con todas sin golpear a Lyndis, quien se había lanzado de nuevo a atacar.
—¡Sōshu!
PV:
80/100
– CK:
92/140
–
-36
– Unidades de Suiken:
Sōshu
–
Sōshu
–
Sōshu
–
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (en el obi)
¤ Portaobjetos básico[Capacidad 5/10](en el muslo derecho), dentro el cual:
Shuriken x 4 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
¤ Tantō [Mango/Vaina 2PV, Corte superficial 8PV, Corte 12PV, Penetración 20PV] (a la cadera, a la derecha.)
A la vista / No visible / Agotado
¤ Jibaku Shohō: Sōshu ¤ Primera Costura de la Cortina Magnética: Perlas Ornamentales - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos:Jiton 10, Suiken 1 unidad (por multiplicador) - Gastos:
12 CK por unidad
(Jiton 20) (multiplicable ×2)
(Jiton 30) (multiplicable ×3)
- Daños: 4 PV por perla - Efectos adicionales: - - Sellos: Sello específico mantenido por Carga 2 - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Cada perla tiene un volumen de 200 ml, es decir, 7.25 cm de diámetro. El disparo afecta un área de 50 cm de diámetro, y alcanza una distancia de 5 metros
Meme atrae hasta su posición la Suiken cercana, que esté a un máximo de 2 metro de ella, y le da forma. Una unidad de la sustancia es transformada en cinco esferas o perlas endurecidas. Luego, estas perlas son lanzadas velozmente en ráfaga en una dirección. Cada perla hace daño de manera individual, aunque si una impacta es probable que el resto impacte también.
Si no golpean a algún objetivo o si llegan a su alcance máximo, las perlas se desharán, la Suiken se tornará Inerte y regresará lenta e inofensivamente hasta Meme.
«Hasta las joyas más sencillas pueden dar un porte elegante.»
El jabalí fue golpeado, atizado, regolpeado y apalizado sin ningún tipo de piedad. Ni a los peores criminales se les daba tal tunda, pero Lyndis, Meme y Toshio no estaban jugando a ser la justicia, estaban jugando a ser los ejecutores. El gran animal soltó un terrible quejido desde lo más profundo de su alma, que se estaba yendo directa al cielo de los jabatos.
Tras la triste defunción del ser más grande del lugar, un tenso silencio volvió a envolverles. Esta vez siendo interrumpido ocasionalmente con los movimientos de patas de los mapaches restantes, huyendo y escondiendose como podían.
La joven cayó de culo, dando un largo suspiro y estirando sus piernas, quitándose el sudor de la frente para ensuciarla con tierra con el dorso de la mano.
— Estoy bien, estoy bien — respondió entre suspiros, con la respiración agitada y algo sudada. Ahora que se había acabado el combate y roto el ritmo, se desmoronó un poco físicamente —.Es verdad... Buff... Todavía tenemos que encargarnos de los nidos. Solo espero que no haya otro más como este grandullón, o estaremos en problemas.
Le dio una patada que fue más bien un leve empujón sin moverse del sitio, al gran jabalí que yacía ahora en el suelo sin vida.
—Woah. Lyndis luchando contra un jabalí bestial. A Onee-sama le encantará oír eso.
Concentré chakra y Suiken regresó a mi, formando una bonita blusa sin mangas y unos preciosos pantalones.
—Siento haberme quedado embobada un ratito. Debo de afinar mis sentidos combativos. ¿Están ambos bien? Eso espero.
Hice una mueca al escuchar lo de los nidos. Ya apestaba mucho, y me daba asco, pero una kunoichi debe hacer lo que una kunoichi debe hacer. Destruir casas de animalejos. Sip.
—Ajá. Creo que sí puedo aguantar.
Ya me estaban dando ganas de irme. ¿Pero quién iba s cuidar de las espaldas de Lyndis y Toshio?
Y habiendo ajusticiado al jefe final, el resto fue coser y arreglar. Porque esa puerta que habían dejado que el jabalí reventase no se iba a recolocar sola.
Tras varias horas de arduo trabajo, acabando de rematar a los bichos restantes, paseandose por la estación en busca de algunas ratas que se habían dado a la fuga y arreglando la puerta del almacén, dieron por acabada la misión.
Viendo la implicación de los ninjas, y sobre todo sus heridas, el personal de la estación les pagó unos buenos rollitos de carne picante de los puestos cercanos para que tuviesen algo de comer antes de volver a patita hasta la aldea.
En el camino de vuelta, tuvieron el tiempo de cabilar y pensar en lo que habían hecho. Joder un ecosistema natural recien nacido.
Pues ya estaría, podéis hacer una, dos o cinco rondas más si quereis, yo me desentiendo. Ya sabéis como va todo, caminais, llegais y cobrais. Gracias a todos por vuestra atención y nos vemos en el concierto de esa idol que no es Suzume, que ya hay que tener mal gusto para ir a ver otra idol, yo solo iría a ver a mi niña Suzume, pero eh, vosotros haced lo que queráis.
Terminar de atar todos los cabos sueltos no les costó nada a los ninja. Apenas un muy buen par de horas de sus vidas y mucho trabajo duro, pero finalmente terminaron e incluso fueron invitados a unos rollitos de carne por el trabajo bien hecho.
Ahora, en el camino vuelta, Toshio regresaba contento junto al resto del grupo, aunque estaba completamente muerto del cansancio.
«Me nombraron el líder para la misión. Así que supongo que tendría que hacerlo hasta el final». Pensó.
Se giró para mirar al resto de chicas, todavía caminando con las manos en los bolsillos y les sonrió.
— ¡Muy buen trabajo hoy! Lo hicimos de puta madre —Les dijo, felicitándolas—. No me importaría hacer otra misión con vosotras otro día.
Sí. Creía que así estaba bien. Las palabras se le daban más bien regular, pero no quería irse a casa sin felicitar a sus compañeras por un trabajo bien hecho.
El trabajo restante fue más tedioso y pesado que combatir contra aquellos animales. Deshacer los nidos, así como terminar de dar caza a las alimañas que quedaban dando vueltas y limpiar ligeramente parte de la zona por la que habían estado. Posteriormente, fueron invitados a comer algo, y ninguno pareció querer rechazar aquello, ya fuera por mera cordialidad o compromiso. La comida sabia mejor después de un largo y duro día de trabajo, y más si era un trabajo bien hecho. La chica de pelos plateados abusaría un poco de la confianza, pidiendo casi un poco más de lo que comerían los otros dos integrantes, no lo hizo con mala intención; simplemente comía en abundancia y más si además era carne.
— Huhm, oh-shi. Hishimos um bhuem trhabajoh — dijo terminando de masticar la carne que tenía en su boca, mientras entre sus brazos portaba un par de bolsas con más comida. Ya no tendría que preocuparse por la comida y cena del día siguiente. — No me importaría volver a hacer otra, o si queréis quedar para algo o entrenar, no dudéis en contar conmigo.
A mitad de camino, se despediría de ellos moviendo un poco una mano para evitar que no cayera nada al suelo, tomando una dirección distinta a los demás en algun momento por las callejuelas de la ciudad.
Qué. Cansado. Pero qué. Cansado. ¡Tardamos más limpiando y arreglando la puerta que matando ratas! Creo. No sé. ¡Pero eso me pareció! Agradezco el sistema de refrigeración que mi creadora le puso a mi piel, pero... Podría haberlo hecho más cómodo. Y con, no sé, olor a jazmín.
Antes de partir nos dieron unos bollitos. No soy fan de lo picante, así que le di los míos a Lyndis.
—Sí, muy bien hecho, Toshio, Lyndis. Que en la siguiente no haya ratas ni mapaches, por favor.
Me despedí de ellos. Fue divertido, aunque asqueroso. Aunque podría haber sido más asqueroso aún. Onee-sama me recibió en casa.
—¡Meme-chan! ¡Bienvenida de vuelta! ¿Cómo estás?
—Asqueada. Ratas. Necesito un baño.
—Oh, ¿Eh? En-entiendo.
—Oh, olvidé decirle algo a Lyndis.
—¿Mmh? —Onee-sama volteó con sumo interés, a como supuse que haría. —. ¿Qué es?
—Hicimos un pequeñito trato. Sólo iba a decirle lo buena peladora que es. Ya veo por qué te gusta. Es tosca, fuerte y bruta, pero comprensiva —Onee-sama se ruborizó tanto. Eso me dio una idea —. Nee, ¿Ves que querías invitar a unas amigas a Notsuba? ¿Y si invitas a Lyndis también?