Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—Era de mi padre, ya fallecido, no es que sea una experta flautista pero no se me da mal. ¿Tú no tocas nada? Es una buena forma de... evasión, cuando lo necesitas.
Oír que Eri había perdido a su padre le supo agridulce. Le daba pena su sensei, pero la hacía sentir más cercana a ella. Le gustaba saber que no era la única desgraciada en aquel mundo.
— Vaya, lo siento, Eri-sensei. Yo... bueno, mi madre tocaba el arpa cuando estaba mejor, me enseñó algo, pero... dejo de tocar pronto así que no diría que se me da excepcionalmente bien.
—Hablando de la flauta, conocí a Ayame en un festival de música, ella cantaba y yo tocaba la flauta, haciamos una buena pareja. Datsue era de mi quinta, así que desde pequeños que nos conocemos, ¡pero el muy granuja anda desaparecido! Tengo que ir a verle, además, necesito saber cómo está Datsuse... —
¿Un festival de música por parejas? Los ojos de Hana estaban a punto de convertirse en estrellas de lo mucho que brillaban. ¡Ella y Ren podrían petar ese concurso!
— ¿Y donde es ese concurso? ¿En el País de la Tormenta? ¿Y cuando es?
Lo cierto era que no tenía ni idea de si Ren tocaba algún instrumento o sabía cantar o bailar, pero si no sabía hacer nada de eso solo tenían que ponerse vestidos monos y la amejin lo petaría de lo mona que era. Además, seguro que algo sabría bailar, aunque fuese la danza de la lluvia, que seguro que se la enseñaban en Amegakure.
Ya se estaba bombardeando a sí misma con ideas de vestimentas que podían llevar. Había mucho rosa.
— Vaya, lo siento, Eri-sensei. Yo... bueno, mi madre tocaba el arpa cuando estaba mejor, me enseñó algo, pero... dejo de tocar pronto así que no diría que se me da excepcionalmente bien.
—Ya conoces lo que dicen, la experiencia hace al shinobi —señaló, levantando la mano y señalando a un punto simplemente por levantar el dedo índice, haciendo énfasis en sus palabras—. No te preocupes por lo de mi padre, pero gracias por tus palabras, Hana.
Su conversación se fue guiando hasta el Festival Musical que tomaba lugar en Tanzaku Gai, y pese a que a no todo el mundo le gustaba —aunque Datsue mismo había participado—, a Hana la simple mención de aquello hizo que sus ojos brillasen más que nunca.
— ¿Y donde es ese concurso? ¿En el País de la Tormenta? ¿Y cuando es?
—¡Eh! ¡Eh! —levantó ambas manos para que la chica no fuera tan rápido—. Es en Tanzaku Gai, en otoño. Seguramente vaya este año también pero no puedo prometerte llevarme conmigo. Tengo mis propios planes.
Antes de que Hana pudiera reprochar algo, Yamamoto volvió con dos vasos de cristal de similares detalles que los que tenían para beber agua, pero rellenos de un líquido semisolificado de color azul transparente. Se lo tendió a las chicas.
—Aquí tenéis, chicas, invita la casa —Eri se giró, dispuesta a preguntar, pero el cocinero se adelantó—. Es una gelatina de arándano, Uzumaki-san, le gustará.
Y marchó de nuevo.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—¡Eh! ¡Eh! Es en Tanzaku Gai, en otoño. Seguramente vaya este año también pero no puedo prometerte llevarte conmigo. Tengo mis propios planes.
Seguramente no fuese la intención de la Jounin, pero Hana había escuchado que había una posibilidad, bastante real, de que su sensei quisiese llevarla con ella a su encuentro anual de cantantes con Aotsuki Ayame en un concurso musical. Si conseguía que Ren se juntase, serían cuatro. Eso era oficialmente una banda de música. Podían llevar indumentarias a juego e incluso hacer un baile coordinado.
Las posibilidades estaban a punto de hacer que el cerebro se le fundiera. Lo poco que recordaba de la jinchuriki de Ame era su palidez y su pelo negro, Hana empezaba a ver un patrón en los habitantes de la Lluvia. Algo había que hacer para que tanto Ayame como Ren destacasen, porque estaba claro que ella y Eri ya tenían el trabajo hecho.
Espera, ¿y si Ren destacaba demasiado? ¿Y si se hacía famosa? No, no, no. Cancelar el plan. Abortar misión.
Hana volvió a la realidad, donde alguien había plantado un vaso con algo gelatinoso dentro. Miró a su sensei, confusa.
— ¿Y esto? — se había quedado un poco absorta en sus pensamientos, donde ahora forzaba los pensamientos de bailes coreografiados al fondo, justo al lado del Shurikenjutsu o los unicornios panda.
17/02/2020, 12:23 (Última modificación: 17/02/2020, 12:23 por Uzumaki Eri.)
—Gracias —musitó la de cabellos carmesí, mirando con no muy buena cara aquel postre de gelatina que le habían dado. Luego miró a Hana y, sin ser una maleducada por juzgar algo que ni si quiera había probado, tomó una cucharada.
«¡Por Shiona-sama!»
Se llevó una mano a la cara, sin entender como aquello tan poco apetecible era, sin lugar a dudas, un manjar digno de los propios kages. Se llevó otra cucharada y se deleitó al comprobar que no era fruto de su imaginación y su gusto gastándole una pesada broma, no; era de verdad una delicia.
—¡Qué rico!
No tardó mucho en acabar con aquello, dejando un sabor de arándanos refrescar toda su boca. Soltó un suspiro y sonrió, sin duda aquella comida había revitalizado su humor.
—Igualmente, si quieres puedes ir al festival, dejan participar a todo aquel que quiera hacerlo, y si tocabas el arpa... —«¿Pero ella querría ir?» —. No puedo llevarte conmigo porque tengo una cita ya allí, pero siempre podemos hacer el trayecto juntas.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Su sensei le dio un tiento al supuesto postre gelatinoso que tenía delante y pareció convencerle. Con lo cual, Hana no vio ningún motivo para no imitarla. Cogió el suyo y probó un poquito de la punta de su cuchara. Apenas le supo a nada. Repitió, esta vez cogiendo una cantidad importante, y entonces si notó el sabor dulzón de la gelatina. Pero la textura no la apasionaba para nada, la verdad.
—Igualmente, si quieres puedes ir al festival, dejan participar a todo aquel que quiera hacerlo, y si tocabas el arpa... No puedo llevarte conmigo porque tengo una cita ya allí, pero siempre podemos hacer el trayecto juntas.
— Oh, vaya. Sí, me había planteado ir. Había pensado en ir las cuatro juntas, si tú ibas a ir con Ayame-san. Ya sabes, cuantas más mejor, pero entiendo que es vuestro rollo y no queréis que os molesten. Aunque podríamos ir vestidas a conjunto, no, lo entiendo. Soy demasiado infantil, perdona.
Hana se tuvo que cortar ella sola antes de echar por tierra aún más la visión que tenia Eri de ella. Ahora que había empezado con buen pie con lo del Fuinjutsu le soltaba de ir conjuntadas a un festival de música. Menos mal que había obviado la parte del baile.
— Oh, vaya. Sí, me había planteado ir. Había pensado en ir las cuatro juntas, si tú ibas a ir con Ayame-san. Ya sabes, cuantas más mejor, pero entiendo que es vuestro rollo y no queréis que os molesten. Aunque podríamos ir vestidas a conjunto, no, lo entiendo. Soy demasiado infantil, perdona.
La sinceridad e imaginación de Hana hizo que sonriese casi sin querer, incapaz de no sentir ternura por las ideas infantiles que acechaban sus ideas. Sin embargo, eso ya no quedaba a su elección pues había más personas en juego.
Espera, ¿cuatro?
—¿Acaso tienes pensado ir con alguien, Hana? —preguntó, entre divertida y curiosa.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
— La verdad es que sí. — admitió derrotada, tarde o temprano iba a tener que decirselo. — Conocí a alguien de Amegakure y pensé que como Ayame-san también era de allí, tal vez se conociesen como nosotras y ya teníamos banda.
Desde luego, dicho en voz alta sonaba aún más estúpido y fantasioso. En fin, otra de las muchas ilusiones de Hana, que aún era más infantil que los Ame Rangers. Lo cierto era que tenía muchas ganas de hablar de Ren con alguien, pero no quería abrumar a su sensei, que empezaba a mirarla con buena cara.
Sonrió, triunfal, tras descubrir que había alguien más por la que se estaba interesando como para invitarla a un festival como aquel. Recordaba con cierto cariño como había encontrado a Ayame y ambas habían decidido formar parte en aquel festival, así que siempre era buena excusa utilizar aquella festividad en Tanzaku Gai para reforzar aquellos lazos.
— Conocí a alguien de Amegakure y pensé que como Ayame-san también era de allí, tal vez se conociesen como nosotras y ya teníamos banda.
—Para el carro, pequeña —paró, volviendo a poner ambas manos delante de ella—. Los grupos tienen que tener coordinación antes de poder formarse como tal. Ayame y yo teníamos algo que nos hacía brillar, bueno, mejor dicho, yo la tenía a ella —corrigió, con una sonrisa—. Por eso, antes deberías saber si tú y tu pareja estáis bien sincronizados y os aprovecháis la una de la otra.
Apuró su bebida y tragó, volviendo a refrescar su garganta.
—Por cierto, ¿quién es?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Para el carro, pequeña. Los grupos tienen que tener coordinación antes de poder formarse como tal. Ayame y yo teníamos algo que nos hacía brillar, bueno, mejor dicho, yo la tenía a ella. Por eso, antes deberías saber si tú y tu pareja estáis bien sincronizados y os aprovecháis la una de la otra.
— Por eso nos va tan bien que sea en otoño, ¡tenemos un montón de tiempo para practicar! Llamas a Ayame y nos reunimos cada mes un día o dos. Con los ferrocarriles es coser y cantar, apenas tardaríamos un día en encontrarnos por en medio de... — se detuvo ella sola de nuevo, demasiado entusiasmo. — Quiero decir, claro que nos coordinaremos bien, somos hermanas.
Agarró su vaso y empezó a dar pequeños tragos intentando olvidar el discurso que había soltado delante de su sensei, que ya le había dicho que se detuviese.
—Por cierto, ¿quién es?
— Se llama Ren, Himura Ren. Es de mi edad, solo que mucho más madura y guapa y responsable, aunque no cuándo se trata de bañarse. Quiero decir, Ren se llama.
¿En qué mierdas piensa su cerebro? ¿En qué pensaba Kami-sama? Oh, cuando te pongas nerviosa soltaras verdades embarazosas y juicios vergonzosos sin parar, así te pondrás más nerviosa y soltaras cosas peores. Estúpido Kami-sama.
— Por eso nos va tan bien que sea en otoño, ¡tenemos un montón de tiempo para practicar! Llamas a Ayame y nos reunimos cada mes un día o dos. Con los ferrocarriles es coser y cantar, apenas tardaríamos un día en encontrarnos por en medio de... —pero ahí se detuvo, corrigiéndose a sí misma— Quiero decir, claro que nos coordinaremos bien, somos hermanas.
«¿Hermanas? ¿Pero no era que sus padres murieron y no tenía más familia? ¿Me han ocultado algo?» Su primera reacción fue alarmarse, pues aunque Hana estuviera absorta en sus pensamientos algo más infantiles, ella necesitaba estar atenta de todo lo que tuviera que ver con su pupila, pero simplemente asintió a su discurso y la dejó terminar, por si añadía algo más al asunto.
Y vaya si lo hizo.
— Se llama Ren, Himura Ren. Es de mi edad, solo que mucho más madura y guapa y responsable, aunque no cuándo se trata de bañarse. Quiero decir, Ren se llama.
—Pero... A ver, Hana —comenzó, poniendo ambas manos frente a ella, palma justo enfrente de la otra, recapitulando—. Me acabas de decir que tienes una hermana en Amegakure llamada... ¿Ren? —preguntó, sin comprender.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—. Me acabas de decir que tienes una hermana en Amegakure llamada... ¿Ren?
Hana tomó aire para soltarlo lentamente mientras pensaba en cómo explicarlo exactamente.
— Bueno, es que no es mi hermana, propiamente dicho. Es decir, nuestros padres ni se conocían. Pero nos conocimos y conectamos y teníamos el mismo apellido y una falta de familia, así que... una señora nos confundió por hermanas y la idea no nos desagradó así que nos consideramos hermanas. — la historia peor contada de la historia, viva la redundancia. — Además, técnicamente me salvó la vida, así que...
Volvió a dejar el final a la imaginación, pero esta vez porque no tenía ni idea de qué estaba defendiendo. No habia nada de malo en su hermandad, ¿no?
— Bueno, es que no es mi hermana, propiamente dicho. Es decir, nuestros padres ni se conocían. Pero nos conocimos y conectamos y teníamos el mismo apellido y una falta de familia, así que... una señora nos confundió por hermanas y la idea no nos desagradó así que nos consideramos hermanas.
Eri se encogió de hombros tras asentir, esto último principalmente por cortesía. ¿Cuántas veces se habían visto? ¿De verdad era una buena chica? ¿Y si volvía a herir a Hana? Sabía que ella y Ayame habían conectado y se habían convertido en amigas pero, ¿la vería alguna vez como a una hermana? Ni si quiera era capaz de ver a sus hermanos como hermanos solo por la distancia que había puesto en su relación.
O quizá la culpa la tenía ella por ser tan cerrada de cabeza y no querer permitir que nadie se acercase. Lo había intentado con Nabi, pero no había salido nada bien.
— Además, técnicamente me salvó la vida, así que...
O quizá simplemente temía porque la pequeña Hana pasara más penares.
—Afianzar las relaciones entre las villas está bien, Hana —respondió al final, sin saber muy bien qué decir. Después de todo, no entendía por qué de golpe y porrazo no se sentía realmente apegada a nadie—. Me alegro que tengáis tan buena relación, ¡ya nos conoceremos algún día! —soltó, demasiado animada para su gusto.
Pero tampoco sabía cómo reaccionar, así que simplemente se pellizco la mano con la otra de la manera más disimulada posible. ¿Qué narices le pasaba?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Afianzar las relaciones entre las villas está bien, Hana. Me alegro que tengáis tan buena relación, ¡ya nos conoceremos algún día!
Hana ensanchó los ojos y la sonrisa tanto como era humanamente posible mientras se lanzaba a por las manos de su sensei. Las agarró entre las dos suyas y las zarandeó alegremente.
— ¡Me alegro tanto de que te parezca bien! — le soltó las manos a Eri, volviendo a sentarse en su sitio — Tenía miedo de que me echases una bronca monumental y me dijeses que seguramente quería los secretos de la villa o algo por el estilo. Me he relajado cuando he oído que tu mejor amiga es de Amegakure también, pero no estaba segura de como te lo ibas a tomar.
Le siguió sonriendo a la pelirroja.
— Entonces, ¿te parece bien? Me preocupaba que me ordenases dejar de verla, la primera vez que nos vimos parecías la típica sensei estricta que piensa que los genins no tienen ni idea de la vida.
El entusiasmo de Hana hizo que se sobresaltase, pero no pudo llevarse una mano al pecho, no, porque ella había apresado las dos que tenía libres. ¡Y menos mal que no las utilizaba para apoyarse, porque si no se iba a llevar una leche contra la mesa!
— Tenía miedo de que me echases una bronca monumental y me dijeses que seguramente quería los secretos de la villa o algo por el estilo. Me he relajado cuando he oído que tu mejor amiga es de Amegakure también, pero no estaba segura de como te lo ibas a tomar.
Pero su mejor amiga estaba lejos y lo último que había escuchado es que había podido volver a su estado normal en vez de estar con el sello revertido. A veces se sentía algo molesta consigo misma, y si hubiera estado cerca, ¿podría haber ayudado a Ayame de alguna manera? Negó, seguro que no, salvarla fue pura suerte.
— Entonces, ¿te parece bien? Me preocupaba que me ordenases dejar de verla, la primera vez que nos vimos parecías la típica sensei estricta que piensa que los genins no tienen ni idea de la vida.
Eri, al recuperar ambas manos, no tardó en enarcar una ceja y mirar directamente a los ojos de su pupila. Azul se encontró con marrón, y no muy feliz que dijera.
—¿Perdón? —preguntó, incrédula—. Típica sensei estricta que piensa que los genin no tienen idea de la vida —repitió, para saber cómo se escuchaba aquello desde sus labios—. A ver, Hana, ¿crees que yo he nacido Jounin? ¿Crees que sé cómo va la vida? ¿Que por ser ninja debería pillarme borracheras, tener relaciones sexuales con cualquiera y drogarme porque la vida son dos días?
Irguió su postura, posando ambas manos sobre la mesa y reclinándose frente a ella.
—Me presenté al examen de chuunin y salvé a Aotsuki-san de lo que podría haber sido su muerte, y me ascendieron —explicó, sin dejar que su mirada se desviase de la suya—. He fallado la mayoría de mis misiones, no soy fuerte, no soy lista, soy solo una más —replicó—. Sin embargo, ya he tenido dos pupilos, ¡dos! —exclamó, levantando ambas manos con algo de rabia—. Y ni si quiera sé qué ha sido del primero, simplemente desapareció un día, pero yo sigo aquí, con todas las responsabilidades que conlleva ser una kunoichi.
»Ahora dime, Hana, después de saber que eres una ninja que no destaca en nada y ya ha perdido un pupilo, ¿con qué cara vas a la siguiente?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—¿Perdón?Típica sensei estricta que piensa que los genin no tienen idea de la vida. A ver, Hana, ¿crees que yo he nacido Jounin? ¿Crees que sé cómo va la vida? ¿Que por ser ninja debería pillarme borracheras, tener relaciones sexuales con cualquiera y drogarme porque la vida son dos días?
La genin hizo todo lo que pudo por aparentar fortaleza ante la ira de su sensei. Era culpa suya, como siempre, había hablado de más. Y obviamente, se había pasado tres pueblos. Conforme Eri continuaba con su discurso, Hana apretaba más los dientes. Lo cual podía ser malinterpretado como un gesto de que se estaba conteniendo la ira, en realidad, luchaba por no echarse a llorar. Estaba siendo regañada, en público, por una Jounin, que además era su sensei, por ser una bocachancla.
—Me presenté al examen de chuunin y salvé a Aotsuki-san de lo que podría haber sido su muerte, y me ascendieron. He fallado la mayoría de mis misiones, no soy fuerte, no soy lista, soy solo una más. Sin embargo, ya he tenido dos pupilos, ¡dos! . Y ni si quiera sé qué ha sido del primero, simplemente desapareció un día, pero yo sigo aquí, con todas las responsabilidades que conlleva ser una kunoichi.
»Ahora dime, Hana, después de saber que eres una ninja que no destaca en nada y ya ha perdido un pupilo, ¿con qué cara vas a la siguiente?
Nunca había sido buena con la gente cuando se enfadaban con ella, con sus padres, se echaba llorar el mismo momento en que abrían la boca, pero ahora era una kunoichi. Una ninja.Una mujer hecha y derecha. E iba a demostrarle a Eri lo dura que era como shinobi. Abrió la boca con confianza, con determinación, y, evidentemente, se echó a llorar.
— Yo... no quería decir eso... Lo siento... es solo... que, que, que... hay ninjas que solo miran el rango y... y... tú parecias muy decepcionada conmigo la primera vez. Lo siento. — sorbió los mocos que se le caían, hundiéndose cada vez más en su asiento.