Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
23/02/2016, 00:06 (Última modificación: 23/02/2016, 00:11 por Uzumaki Eri.)
No es que le costase dormir, es que simplemente no podía si quiera descansar los ojos un rato - expresión que por cierto, le parecía muy estúpida, ¿qué era eso de descansar los ojos? - y eso que llevaba varias horas dando vueltas en la mullida cama del hotel El Pony Dorado, pero ni la mayor comodidad ni el mejor servicio podrían hacer aparecer su sueño por arte de jutsus y magia. ¿A qué se debía aquel problema? Al día siguiente se enfrentaría con alguien seguramente más fuerte que ella y estaba nerviosa y con miedo, miedo a no saber estar a la altura... Y cuando aquel sentimiento se instalaba en su interior hacía todo su cuerpo temblar cual gelatina y no poder conciliar el sueño.
Celosa porque su perro sí podía dormir a pierna suelta, le dedicó varias miradas asesinas cuando éste se estiraba más sobre el colchón que ambos compartían - sin permiso de Eri, claro, pero Mike hacía lo que le salía del rabo, que no le salía nada, pero era un decir. - Entonces, a la décimo-séptima vez que pensó en una cosa que la llevó a otra y luego recordó que no se podía dormir cuando estaba a punto, decidió levantarse y dar una vuelta por su cuarto.
Con los pies descalzos se deslizó fuera de las sábanas, dejando a Mike tumbarse en su totalidad sobre ellas. Y vestida únicamente por su pijama, el cuál contaba con una única prenda superior que le quedaba bastante grande a la huérfana, vagó por su cuarto con únicamente la luna como fuente de luz sopesando en sus escasas opciones de actividad.
Desechando pensar en el combate que se disputaría al día siguiente, Eri viajó hasta sus más profundos deseos y se vio a sí misma pensando en hablar con Nabi. Él siempre la calmaba allí donde estuviese, sin importar el cuándo y el dónde, por eso decidió salir de su habitación sin cerrar la puerta - total, no pensaba que nadie entrase en ella con un perro que era dos veces su tamaño durmiendo sobre su cama -, así abandonó la estancia y buscó con esmero la habitación del rubio.
Con esmero queremos decir que entró en la primera puerta que encontró.
La del lado continuo.
Para su sorpresa o su suerte, la entrada no estaba sellada, así que con pasos apenas audibles entró como si de un lince acechando a su presa se tratase. Encontrándose con lo que quería ver desde el principio.
Se acercó con sigilo, observándole con total curiosidad y una pizca de admiración al ver como podía dormir de forma tan apacible y tambaleándole con bastante fuerza de lo que usualmente emplearía con una persona normal - hablamos de Nabi, que por dormir se dormiría estando sobre una cama de espinas -, intentó llamar su atención. En vano, le pegó un capón en la cabeza.
-Nabi-kun, por favor, despierta... - Pidió con un tono de voz tirando a lo desesperado.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Hacia tan solo un par de dias que habia vuelto al hotel del hospital, por suerte, la estancia seguia siendo pagada por la villa hasta el fin del evento y no hasta que te echaran y quedaras como un patan inutil ante todas las naciones y aldeas shinobi del mundo. Eso reconfortó al Uchiha, eso y la cama hecha por los dioses que le esperaba en su habitacion. Las camas del hospital estaban hechas con agujas y restos de enfermos que no consiguieron el alta, porque sino, no habia una explicacion logica para tanta incomodidad.
Y no es que eso le quitara el sueño, por favor, no seamos ridiculos. Lo que pasaba es que se levantaba con unos dolores y una osteoporosis de la hostia. Además el era de moverse mucho mientras duerme y de dormir mucho mientras se mueve, así que se arrancaba la via unas tres veces por noche y ni se enteraba, si nadie se hubiera dado cuenta podria haber muerto desangrado. Por suerte, las enfermeras le tenian echado el ojo dado que el primer dia ya habia casi muerto por la visita de la peliazul.
Así, la noche anterior a la segunda ronda, Nabi dormia como alma que no lleva el diablo. Se rebozaba de vez en cuando en aquellas sabanas echas por los angeles, de fina seda y oro, y no pasaba nada, porque no tenia via que arrancarse. Porque dormir no era solo un acto de fe y de devoción, sino que era un sueño, y el sueño es dormir, y él cumplia el sueño durmiendo.
Alguien se coló en su habitación, y Nabi no podria haber ignorado este hecho más de lo que habia hecho, durmiendo apaciblemente como si no pasara nada. De hecho, pareció dormirse aún más profundamente al entrar ese ente misterioso. Las manos de esa figura extraña cogieron los hombros del rubio y empezaron a agitarlos violentamente, con lo que Nabi se durmió un poco menos, pero al volver a caer en la cama se volvió a dormir ese poco.
La persona equis, la figura interrogante, harta del sueño tan placentero cargó una cantidad masiva de chakra rosado en su brazo y la reventó la cabeza al Uchiha, que por la tercera ley de Newton dicha fuerza aplicada en el rubio paso a la superficie que le sostenia conllevando con ello que las patas de la cama se partieran instantaneamente, pero no solo eso, sino que el suelo bajo la cama tampoco fue capaz de soportarlo y cedió. Llevando al shinobi y su cama al piso de abajo, a una habitación que parecia un lavadero. Habia varios electrodomesticos de limpieza como lavadoras, secadoras, centrifugadoras, barredoras...
El mueble que sostenia el colchon que sostenia al rubio se detuvo encima de un montón de sabanas y demas tejidos sucios. Cuando la sangre que se escapaba de su cabeza debido al puñetazo llegó a su nariz y la respiro sin querer, no tuvo más remedio que despertarse tosiendo para no ahogarse.
Esta no es mi habitación.
Dijo mientras observaba los alrededores pasivamente, le dolia la cabeza, se llevó la mano y notó un liquido extraño en ella. Lo olió y efectivamente era su sangre. ¿Que demonios habia pasado?
''Pues creo que la he cagado un poco... Bastante''
Después del capón de, al parecer, chakra, encima de la cabeza del shinobi rubio, no había sabido controlar su fuerza y por ella, ya no solo la cama en la que dormía en rubio se había roto, sino que ambos habían acabado debajo de la habitación de Nabi, en una habitación llena de electrodomésticos usados para limpiar sábanas y albornoces, los pocos que suelen quedar mientras que los demás desaparecen por algún cliente tacaño que se lleva hasta los champús.
Al menos Nabi se habría levantado con aquel espectáculo.
Ella, por otra parte, había acabado con la cabeza enterrada entre sábanas sucias y con el camisón caído, dejando ver su ropa interior. Rápidamente se incorporó al escuchar una tos, buscando con rapidez al dueño de ésta, pero una luz cegó sus ojos verdosos, haciendo a la chica llevarse ambas manos a la cara para aminorar tal abominable cantidad de luz.
-¿Pero... Qué narices ha pasado aquí? - Una voz chillona apareció por la puerta de la blanca sala en la que se encontraba, bueno, blanca grisácea por la humedad que se podía sentir en la habitación. -Vosotros dos, ¿qué narices habéis hecho? ¡Aunque seáis ninjas no tenéis derecho a hacer semejantes destrozos en mi preciado hotel! - comenzó a regañar mientras se subía las gafas una y otra vez debido a la posición de su nariz, se notaba que parecía alterada.
Eri parpadeó varias veces hasta acostumbrarse, ¿no era la recepcionista que le había atendido? Se mordió el labio inferior nerviosa y se levantó de un salto desde su posición. Sus manos temblaban ante la regañina que la estaban echando pero no podía quitarle razón, ella había sido la única culpable del destrozo y, como buena kunoichi de Uzushiogakure, repararía los daños con dinero y esfuerzo.
Pero eso no impedía que quisiese llorar.
Un puchero se alojó en su cara y la nariz comenzaba a picar. -L-lo siento muchísimo, n-no pretendía hacer este destrozo... - Comenzó a decir mientras se retorcía las manos, claramente presa del nerviosismo que se estaba instaurando en su cuerpo. -P-pero no se preocupe, señora, ¡y-yo me encargaré de repararlo y de pagar los destrozos! - Agilizó su discurso para decir aquello.
La mujer levantó su canosa ceja y en sus labios formó una sonrisa ladina. -Bien... Bueno... Si estás dispuesta a eso, ¿quién soy yo para quitarte la ilusión? Pero no creas que será barato niña, y el suelo lo arreglarás antes de esta semana - Se volvió a colocar las gafas y miró ahora al Uchiha - Ahora, idos de aquí, volved a vuestros cuartos o lo que sea, ¡y no volváis a hacer más desperdicios! Estos jóvenes...
Y se marchó por donde había venido.
Suspiró pesadamente mientras se giraba a ver a su compañero de villa, y lo único que atinó a preguntar fue:
-¿Estás bien?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Nabi, que se acababa de levantar, se estiró un poco a la vez que bostezaba. Se planteó volverse a dormir, pero dado que Eri se habia metido en un follon y que él tenia la cabeza fuera del sitio, probablemente, se desperezó y arrancó un trozo de la sabana para enrollarselo en la cabeza y que no dejara sangrando toda la cama y el suelo, y el techo, y toda la estancia que habia pasado a ocupar de forma abrupta.
Dejó a las mujeres hablar sin prestar demasiada atención, o eso parecia, solo se quedaba con las cosas importantes. Era increible como él dormido tenia más luces que su compañera de Uzushiogakure despues de haberle propinado un puñetazo potencialmente mortal y armamentisticamente hablando casi una bomba chakral. Esperó a que ambas acabaran y cuando la señora estaba a punto de irse, habló, como el salvador que se lanza al hambriento a darle pan cuando ya ha pedido a todos los vecinos de la localidad.
Espere. Seguramente nuestra villa se haga cargo de los gastos siempre que nosotros demos el visto bueno, así que el dinero no sera problema. No puede esperar que una kunoichi le haga una reparación. Así que tenga esto para agilizar el proceso y encarguese usted de todo. Esta muchacha esta ocupada con las semifinales de mañana.
Sacó un fajo de billetes importante e imponente de debajo de su almohada y se lo lanzó a la señora. A la que el discurso no le habia convencido, pero aquellos papeles de colorines sí que lo hicieron. Los ojos se le iluminaron incluso más que la luz que iluminaba la estancia.
Estos shinobis de Uzushiogakure, ¡siempre es un placer teneros en El Pony Dorado! Si me destrozais un par de habitaciones más podria poner una planta adicional.
Y desapareció con una sonrisa de oreja a oreja contando los papeles con una agilidad pasmosa. Eri suspiró a preguntó por el estado del shinobi.
-¿Estás bien?
Sí, aunque me duele un poco la cabeza.
Ese "poco" era para quedar como todo un macho dominante. Sentia que su cabeza era un coco que se acababa de partir y empezaba a sacar su fluidito cocotero. Ademas, el trozo de sabana empezaba a ser insuficiente para parar todo su liquidillo cocotero.
Antes de que la mujer se fuese, Nabi, haciendo gala de su carisma casi nula, pero carisma de Uzushiogakure después de todo, llamó la atención de la anciana con una oferta mucho mejor que el que había ofrecido la menor de ambos shinobi.
Espere. Seguramente nuestra villa se haga cargo de los gastos siempre que nosotros demos el visto bueno, así que el dinero no sera problema. No puede esperar que una kunoichi le haga una reparación. Así que tenga esto para agilizar el proceso y encarguese usted de todo. Esta muchacha esta ocupada con las semifinales de mañana.
Tan ancho y pancho sacó un fajo de billetes de debajo de su almohada que no se había despegado del colchón y se lo lanzó a la dueña, que con placer lo cogió y desapareció afirmando que los clientes de Uzushio eran los mejores.
''¿D...Desde cuando duerme con un fajo de billetes bajo la almohada? Eso tiene que ser incomodísimo...''
Pensamientos extraños a parte, el joven se volvió para contestar a la chica sobre su estado, respondiendo que le dolía al parecer un poco la cabeza... ¡Ay! ¡El golpe! Eri corrió cual gacela para socorrerle, ¡casi lo mataba y ella ahí preocupándose por algo tan insignificante como era el dinero! Tocó su zona superior descubriendo como hilos de sangre recorrían sus rubios cabellos y se llevó las manos a la cabeza, lo había matado, madre mía...
-Vale, no te preocupes,¡ te curaré! - Alegó haciendo aspavientos con ambas manos para no tocar la zona afectada más, o quizás intentando que el chico siguiese con sus ojos sus extremidades superiores para comprobar si estaba vivo de verdad, no podía darse por vencida todavía -.¿Puedes moverte? Vamos a mi habitación, allí te podré curar y podrás dormir todo lo que quieras, pero... ¿Estás bien? - volvió a preguntar, claramente presa del nerviosismo, tanto que ya ni se planteaba morderse el labio, ahora devoraba sus uñas como si fuesen el manjar más exquisito del mundo. -Oh, bueno, quizás sería lo mejor pedir una habitación nueva... Bueno, es igual, vamos a mi habitación que tengo mi kit médico allí y luego iré a pedirte una habitación nueva...
Bajó del pilón de ropa sucia y tendió una mano a su compañero de villa y mejor amigo para que se dejase guiar por ella.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
La joven reaccionó cuando el rubio menciono la palabra "ostion en la cabeza" y se acercó rapidamente mientras Nabi se quitaba el trozo de sabana ensangrentado que envolvia la parte herida. Habia pasado de un color perfectamente blanco a rojo intenso en unos segundos.
Eso y que se le nublaba la visión, le estaba dando muy mala espina. Por suerte, su cuerpo aún le respondia, más o menos. Se quedo con el cacho de sabana en las manos sin saber que hacer con él. Eri aprovechó la debilidad del chico para tocarle la parte afectada, haciendo que el shinobi aspirara aire con fuerza para aguantar el dolor.
Le aseguró que lo iba a curar, aunque la chica parecia bastante más preocupada y tensa que él por la herida. Despues le hizo como cincuenta preguntas o puede que solo dos, pero la cabeza de Nabi empezaba a no recibir tanto riego como le gustaria.
Sí.
Como respuesta global a todo. Cogió la mano que le habia tendido la medica sin preocuparse demasiado por el equilibrio ni por nada en general, porque la vida era una tombola. Se levantó y todo parecia en orden, hasta que de repente, perdió el equilibrio y la consciencia de golpe, seguramente por cambiar de posición con una herida en la cabeza, y cayó de lado haciendo que su cabeza se encontrara con el cabecero de la cara para despues caer montaña de ropa sucia abajo, totalmente inconsciente.
Sí.- Como respuesta global a todo. Y cayó dando vueltas por la pila de sábanas sucias en un estado de inconsciencia latente.
Eri suspiró y haciendo gala de su reciente recuperada y adquirida fuerza, tomó con delicadeza al rubio y depositándolo en su espalda, salió despacio del lugar tratando de no zarandearle demasiado para que no perdiese más sangre. ¡Solo esperaba no haberle matado justo el día de antes de las semifinales!
Subiendo al piso superior del hotel El Pony Dorado caminó hasta su asignada habitación, recordando que había dejado su puerta sin cerradura echada, se agradeció a su yo misma del pasado y pasando el peso del cuerpo inerte del Uchiha a su brazo bueno, deslizó los dedos hasta el mango de la puerta para abrirla. Al entrar, encontró a Mike en la penumbra de la noche esparcido por toda su cama, estúpido perro que abultaba más que ella.
-Psst, ¡Mike, muévete! - Regañó al perro, pero éste ni se inmutó. A veces se parecía tanto a su dueño... La joven dejó caer su cabeza hacia delante de una forma bastante cómica y se acercó a la cama, dejando a Nabi en el espacio que comprendía el lado derecho de la cama, aprovechando los huecos casi inexistentes que el can dejaba para el shinobi.
-Wroof - ¡Por todos los Kamis existentes y los que no! Al darse la vuelta para buscar su kit médico, el can conocido como Mike se había bajado de la cama y ahora pegaba coletazos con su rabo a la joven kunoichi que pretendía hacer poco ruido, sin embargo, ahora residía en el suelo, ya que; tan concentrada se encontraba con su tarea de buscar dicha bolsa que nada más escuchar el ladrido cayó de bruces contra el suelo por tropezarse con algo que estaba tirado por el suelo.
-Ay... Duele... ¡No vuelvas a asustarme así! - Le reprendió mientras conseguía su tan buscado kit y se levantaba, obteniendo un lametón por respuesta. Bufó y rodó los ojos mientras se volvía a acercar al joven, y con suma delicadeza, comenzó a curar y a vendar la herida que ella misma había hecho.
Ya era la tercera vez que lo hacía...
-Lo siento... Nabi... Lo siento mucho... - La única luz que iluminaba la estancia era las luces que se colaban del lugar aún señalando que era de madrugada, luego un tono verdoso salió de sus manos, casi rozando el cabello que comenzaba a tomar un color rojo debido a la sangre perdida.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Cayó, a la vez que su conciencia. Todo estaba oscuro y no podia discernir nada más allá de su nariz. Despues de unos segundos que se le antojaron eternos llegó al suelo, aunque no lo veia sus pies se encontraron con una superficie. Levantó la mirada, como si fuera a ver algo en algún lado. De repente, una voz resonó en los anales de su memoria.
Nabi, tengo hambre.
Genial, porque mira que tengo para ti.
Unas figuras, brillantes como el reflejo del Sol sobre la nieve, aparecieron en aquella insondable oscuridad. Los ojos oscuros del Uchiha tardaron unos segundos en adaptarse a tal brillo, despues pudo reconocer las figuras de quien ya habia reconocido la voz. Él y Eri en sus últimos dias en el orfanato, cuando el hambre era algo normal en aquel edificio. El pequeño rubio le ofrecia a la peliazul un trozo de pan y una sonrisa inquebrantable.
El genin miraba con un rostro inescrutable la escena, con los puños apretados con fuerza.
Nada ha cambiado. Sigo y seguire protegiendola.
Callate. Mientras estabas mirando tu culo ella ha hecho su vida. Eres innecesario aqui. Mirate, lamentable. ¿Crees que puedes protegerla? ¿Pudiste hacerlo en la playa? ¿PUDISTE HACERLO CUANDO TE SEPARARON DE ELLA? Admitelo, no eres capaz. Perdiste contra aquel chico, perdiste contra el director, perdiste contra Daruu y perderas contra Hozuki Namiron. ¿Qué haras si explota una guerra? Perder. La perderas a ella y tú y yo ya no tendremos nada de qué hablar.
Chibinabi se habia empezado a acercar a Nabi mientras hablaba, Chibieri comia su trozo de pan totalmente ajena a lo que estaba pasando. La mirada del pequeño estaba clavado en los oscuros ojos del mayor, quien relajó los puños. Su rostro seguia igual de petreo como estaba cuando observaba la escena.
¿Has acabado?
Ahora era ChibiNabi el que apretaba los puños, y la ira se hizo evidente en sus ojos, tiñiendolos de rojo.
¿¡PERO QUE COÑO TE PASA?! ¿No ves lo que esta pasando? ¿No quieres el poder para hacer lo que quieres? ¡Reacciona, joder! Dejame ver la rabia por lo que no puedes hacer, por lo que ha quedado demostrado más de una vez. Que no eres más que un peligro andante para ella, ¡que esta sufriendo ataques por tu culpa! ¡EL DIRECTOR NOS BUSCABA A NOSOTROS! Hozuki Namiron nos busca a nosotros.
Nabi se acercó a él silenciosamente, lentamente, dejandole acabar su discurso. Lo cogió de cuello y lo alzó sin gran esfuerzo del supuesto suelo, teniendo en cuenta que estaba dentro de su cabeza, su fuerza crecia hasta el infinito.
Sabes perfectamente como me siento. Conoces mi ira, igual que conoces mis objetivos. Yo ya no soy tú, tú moriste aquella noche, despues fuiste enterrado aquel dia, cada vez que el sharingan gana poder estoy más lejos de ti. ¿Quieres que me haga poderoso? Para ello tendré que perder, y yo ya no quiero perder nada. Mi determinación es inamovible, hare lo que pueda con lo que tengo. Con mis manos, mi poder y...
mi vida
Se levantó de golpe, abrumado. Se sentó en la cama en la que estaba a toda prisa. Miro los alrededores y podia ver las paredes, respiró aliviado. Putos traumas. Un olor penetró su nariz, el olor a perro. Viendo a Mike dando vueltas intentando cazar su cola, ese perro era idiota. Miro a ambos lados y no vio a Eri por ningún lado, así que se volvió a tumbar, esperando a que la chica volviera o apareciera o que hiciera algún ruido, ya que en realidad estaba detras suyo.
Una vez el rubio fuera curado y vendada estaba su cabeza, sin rastro del líquido carmesí tan familiar para la kunoichi de Uzushiogakure; la joven susodicha se sintió totalmente aliviada. Suspiró mientras dejaba los utensilios que había empleado para curar a su mejor amigo y luego se había acercado a la ventana, justamente posicionada trás la cama, mientras Mike, ya despierto, daba vueltas sobre sí mismo para intentar alcanzar la parte trasera de su anatomía.
Negó con la cabeza varias veces, sumida en sus pensamientos, mientras le dedicaba una risa muda al can.
''Solo unas horas más...'' Divagaba entre estrategias, entre técnicas ya aprendidas y posibles ofensivas de sus contrincantes, aunque solo sabía que Yota usaba especies de telarañas y que Juro tenía un látigo, de Ayame ni sabía ni recordaba haber conocido algo... Un escalofrío recorrió su espalda e hizo que acobijase su pequeño cuerpo entre sus brazos, era primavera, pero aun sentía el frío recorrer las calles cuando el sol se ponía.
Echaba de menos Uzushio.
Un sonido la sacó de sus pensamientos, dando un salto en su posición para ver como Nabi se levantaba de golpe, y luego de lanzar miradas a varios lados - a Mike, por ejemplo - se volvía a tumbar. Eri ladeó la cabeza y lanzó una sonrisa al aire, parecía que fuera de lo normal, Nabi no estaba mal.
Con cautela se acercó a él y se sentó en la cama, agitándole el brazo con suavidad - con suavidad, nada de fuerza sobrehumana ni cosas así -, llamándole en silencio. Y cuando la mirase, hablaría:
-Buenas noches, Nabi-kun - Musitó en voz baja -Lo siento mucho por haberte hecho daño de nuevo... - Su mano acariciaba el brazo del rubio lentamente, y su mirada viajó a un punto muy lejos de allí -¿Cómo te encuentras?
Se llevó la mano que tenía libre de tareas a la cabeza, revolviéndose el cabello que ya de por sí se encontraba desordenado, y prosiguió -Yo... No podía dormir, estoy muy nerviosa por mañana y... Como tu siempre has sido quién me ha tranquilizado... Quería... yo... - Balbuceó, entre nerviosa y abrumada -¿Podrías pasar conmigo la noche?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Eri apareció a uno de los lados de la cama y se sentó en la misma, cuando sus miradas se encontraron la peliazul habló. El aspecto de la peliazul era exageradamente desordenado y dejado, seguramente no se habia preocupado por él desde que Nabi se habia desmayado. El rubio la dejó hablar sin apartar la mirada de las gestualizaciones de la chica. Aún intentaba recobrarse de sus sueños. En ellos siempre parecia muy facil sobreponerse, pero la realidad era cruda y dura y no una pesadilla debida a la falta de riego en el cerebro.
Se podia palpar el nerviosismo de la kunoichi medica, que empezó a balbucear al final de su oración, para finalmente lanzarle una petición un tanto absurda al muchacho.
Buenas noches, Eri. Me encuentro bien. Y no tengo habitación, así que si no te importa me quedaré aqui durmiendo en el suelo con Mike hasta que la reparen.
Le puso la mano en el pelo, intentando ordenarlo un poco, porque parecia una fregona con tantos pelos hacia tantos lados.
Tengo que decirte una cosa y preguntarte otra. Empezaré por lo que te tengo que decir, porque es más importante y tampoco quiero que te obsesiones con ello. Ya se lo dije a Juro, pero quiero que tú tambien lo sepas. Y ese tal Yota de Uzushiogakure que tambien ha pasado, pero no me gusta, se llama igual que Kaguya Yota, es raro y sospechoso. Además, no nos dieron ninguna explicación para su muerte.
La cuestión. Amegakure tiene un jinchuriki, un shinobi que tiene sellado en su interior a un bijuu, ese shinobi tiene más o menos nuestra edad así que la probabilidad de que se haya apuntado a este evento es bastante alta, o por lo menos, de que este presente en los dojos ahora mismo. Así que extrema las precauciones cuando te relaciones con gennins de la Lluvia, y la kunoichi que ha pasado a la segunda ronda, si te toca con ella, ten mucho cuidado. Ella y Hanaiko Daruu son los dos principales sospechosos entre los participantes del torneo.
Despues, mi pregunta es ¿qué piensas de cómo soy ahora?
El tono se habia mantenido serio hasta el final. Y no parecia que fuera a cambiar, aunque habia hecho un leve gesto de rabia y habia apretado el puño de la mano que tenia libre al hablar de Kaguya Yota, al parecer, Yota habia sido un nombre realmente común para bebes de shinobis de Uzushiogakure hacia 15 años. Esperaba no encontrarse con ningún Nabi Nabi de otra villa en aquel sospechoso evento.
Buenas noches, Eri. Me encuentro bien. Y no tengo habitación, así que si no te importa me quedaré aqui durmiendo en el suelo con Mike hasta que la reparen.
Vale, bien, estaba bien, estaba vivo, y podía hablar con normalidad. La sangre volvió a distribuirse por sus extremidades y tiñó de nuevo sus mejillas de un color rosado, además de que su corazón volvió a crear un compás armónico, respuesta más que evidente de que se estaba tranquilizando en su totalidad. Nabi posó su mano en el pelo, intentando en vano ordenarlo aun a pesar de su escaso volumen de éste, pero la verdad es que parecía indomable, incluso más que nunca.
Tengo que decirte una cosa y preguntarte otra. Empezaré por lo que te tengo que decir, porque es más importante y tampoco quiero que te obsesiones con ello. Ya se lo dije a Juro, pero quiero que tú tambien lo sepas. Y ese tal Yota de Uzushiogakure que tambien ha pasado, pero no me gusta, se llama igual que Kaguya Yota, es raro y sospechoso. Además, no nos dieron ninguna explicación para su muerte.
Frunció el ceño, la verdad es que no se había parado a pensarlo. Sasagani Yota... Dos personas diferentes con un nombre igual, la verdad era que... Olía demasiado a chamusquina, más sin embargo ambos tenían raiton. Pero no podía juzgar a nadie, el pelirrojo no tenía nada que ver con el Kaguya, y aunque le dolía la pérdida del chico aun sin saber la razón de su muerte - descubrió que había desaparecido del mapa poco tiempo después, pero sin razones sobre la mesa, solo palabras dichas -, había descubierto que, después de dedicarle un día entero a llorarle su muerte, la vida seguía, por él y por ella.
Luego apareció el arácnido, el Sasagani Yota pelirrojo, con caramelos y telarañas, nada de huesos... ¿Y si solo era una coincidencia? Si, la verdad es que solo debería ser eso.
La inocencia de la kunoichi del remolino era bastante clara a estas alturas.
-Yo creo que Yota, el pelirrojo, no tiene nada que ver con Yota, el rubio. Además, si pasa algo malo, ¡seré la primera en enterarme! Después de todo... Siempre he sido una de las más cercanas al... Kaguya Yota, ¿por qué no de la arañita? - Preguntó dejando entrever una sonrisa por entre sus rojizos labios, sin embargo volvió a callar cuando el joven rubio comenzaba a relatar el principal problema.
La cuestión. Amegakure tiene un jinchuriki, un shinobi que tiene sellado en su interior a un bijuu, ese shinobi tiene más o menos nuestra edad así que la probabilidad de que se haya apuntado a este evento es bastante alta, o por lo menos, de que este presente en los dojos ahora mismo. Así que extrema las precauciones cuando te relaciones con gennins de la Lluvia, y la kunoichi que ha pasado a la segunda ronda, si te toca con ella, ten mucho cuidado. Ella y Hanaiko Daruu son los dos principales sospechosos entre los participantes del torneo.
''¿Pero no era Hachiko?''
Suspiró, sabía que Amegakure tenía un jinchuuriki, pero le daba igual. Sí, un bijuu, un bicho capaz de destruir aldeas enteras, era claramente algo de lo que asustarse y de lo que plantearse bien con qué estás luchando. sin embargo era un jinchuuriki, una persona que tenía una criatura dentro de él o ella, con o sin su permiso, y no dejaba de ser una persona, como Nabi, como Yota y como ella misma.
-No te preocupes, Nabi-kun, estaré bien, no creo que ni Hanaiko Daruu, que, recuerda, no ha pasado a la segunda ronda... - Recordó mientras cerraba los ojos con fuerza que había conocido aquella información hace poco, cuando descubrió que ni él ni Nabi habían pasado por empate, parpadeó varias veces, un poco enrabiada ya que hubiese deseado que su compañero hubiera pasado, se lo merecía. -... Ni... La otra chica de Ame, Aotsuki Ayame... - Ayame... Ese nombre hizo que una calidez recorriera su espalda, con recuerdos de una noche difícil y una sensación de paz burbujeante en su cuerpo. - Vayan a hacerme daño, a mí, otra participante y una chica como ellos... ¿No crees? - Susurró mientras llevaba una mano a su mejilla, acariciándola lentamente. - ¡Ellos serán mis amigos!
Estaba segura de eso.
Después, mi pregunta es ¿qué piensas de cómo soy ahora?
-Eres tú -. Respondió casi de inmediato. era Nabi, Uchiha Nabi, su mejor amigo y su gran caballero de dorada armadura. Y sonrió casi de forma refleja mientras acariciaba con la yema de los dedos su blanca mejilla -Eres Nabi, mi mejor amigo, y aunque... seas más serio que cuando estábamos en aquel lugar... Sé que sigues siendo aquel chico que me protege y me cuida siempre que lo necesito - Terminó de caminar con sus dedos hasta la barbilla del chico, con una caricia tierna a la par de que terminaba de hablar. -Y bueno, eres rubio y alto, y tienes una kodachi que se vuelve negra cuando te apetece. ¡Yo también quiero! - Exclamó con renovadas energías. -¿Por qué me preguntas esto?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
-Yo creo que Yota, el pelirrojo, no tiene nada que ver con Yota, el rubio. Además, si pasa algo malo, ¡seré la primera en enterarme! Después de todo... Siempre he sido una de las más cercanas al... Kaguya Yota, ¿por qué no de la arañita?
Las palabras así como el tono de la muchacha, y llamarle, "arañita", dejaba bastante claro un dato, un dato que no le gustaba nada al Uchiha. ¡Ya se habia hecho su amiga! Shiona santa del amor hermoso, ¿pero no ve que no es de fiar? ¡Es un espia de Amegakure que ha usado un nombre con el que son familiares para infiltrarse entre sus tropas y comerles el cerebro! O simplemente se puso de moda llamar Yota a los niños hacia poco más de una decada. Pero habia que contemplar todas las opciones.
Podia pensar todo lo que quisiera, pero el visto bueno de Eri marcaba un antes y un despues, al fin y al cabo, era ella quien iba a formar equipo con el Kaguya y quien mejor le conocia. Si a ella le parecia bien, para el rubio eso era lo más importante, pero vigilaria de cerca al extraño y misterioso aracnido que se hacia llamar Yota.
No te preocupes, Nabi-kun, estaré bien, no creo que ni Hanaiko Daruu, que, recuerda, no ha pasado a la segunda ronda...... Ni... La otra chica de Ame, Aotsuki Ayame... Vayan a hacerme daño, a mí, otra participante y una chica como ellos... ¿No crees?
¿Pero de que coño estaban hablando? Estaba claro que Nabi y Eri no estaban en la misma conversación o por lo menos no en el mismo sentido. Dejando eso a un lado, la idea de "una kunoichi de otra villa que viene a un torneo shinobi a matar a otros shinobis de otras villas que no hace daño a una kunoichi porque es mujer" no era algo valido en ese punto de historia. Él casi achicharra a su compañero de aldea, ¿y si en el combate de Eri no habia un casi?
De todas formas no era de eso de lo que él la estaba advirtiendo.
Aunque ella no quiera hacerte daño, si por un casual tiene un bicho lleno de chakra y de ira en su interior, ese bicho puede no pensar igual. Y esta premisa es valida para todos los shinobis de esa villa. No te pido que la odies y huyas de ella como si tuviera algún tipo de enfermedad contagiosa. Solo quiero que estes más atenta de lo normal y te retires si pasa algo raro.
Sí, esa era su idea. Unicamente, que la muchacha tuviera cuidado, preferia no intervenir en el combate y que la muchacha lidiase por si misma con eso. Aunque de todas formas, si su kage ni se presentaba como en la última ronda ni siquiera deberia correr el riesgo.
- ¡Ellos serán mis amigos!
El shinobi se habia mantenido imperturbable durante toda la conversación y realmente le fue dificil aguantar un suspiro de resignación que se avecinaba ante las palabras tan credulas de la chica. ¿Como no entendia que aqui nadie habia venido para hacer amigos sino para aplastar enemigos? No dijo nada, esperó a que la kunoichi respondiera su pregunta.
-Eres túEres Nabi, mi mejor amigo, y aunque... seas más serio que cuando estábamos en aquel lugar... Sé que sigues siendo aquel chico que me protege y me cuida siempre que lo necesito. Y bueno, eres rubio y alto, y tienes una kodachi que se vuelve negra cuando te apetece. ¡Yo también quiero!¿Por qué me preguntas esto?
No, la verdad es que no
Era una versión muy parecida a la que el Uchiha hubiera esperado de la peliazul, en cualquier caso, ya tenia su respuesta. Y la chica, justamente, le exigia saber a que habia venido esa pregunta. Aunque ella ya parecia saber más de lo que el rubio se hubiera planteado en primera instancia.
Sinceramente, no lo sé. No soy el mismo que cuando eramos niños, y tú tampoco. Yo ya no soy protector de nada, tú eres más fuerte que yo, hasta Juro es más fuerte que yo. No pude hacer nada por Yota, simplemente un dia llego la noticia de que habia muerto y ya esta. Hare todo lo que este en mi mano para protegeros a todos, pero tengo que asumir que es muy probable que eso no sea suficiente para salvar a nadie.
Las palabras habian salido de su boca sin duda, y sabia que era verdad, lo sabia desde hacia tiempo, pero oirlo tenia más impacto que recordarlo mentalmente antes de irse a dormir para traumarse un poco. Cada vez que intentaba dar un paso hacia delante para cualquier cosa, la realidad le devolvia tres palazos para que retrocediera, y la mayoria de veces se quedaba atras. Eri mejoraba, Juro mejoraba, INCLUSO KAZUMA, no, Kazuma lo intentaba, pero era demasiado orgulloso para mejorar. No habia mucho más que explicar, sencillamente se habia quedado atras.
Aunque ella no quiera hacerte daño, si por un casual tiene un bicho lleno de chakra y de ira en su interior, ese bicho puede no pensar igual. Y esta premisa es valida para todos los shinobis de esa villa. No te pido que la odies y huyas de ella como si tuviera algún tipo de enfermedad contagiosa. Solo quiero que estes más atenta de lo normal y te retires si pasa algo raro.
-Pobrecitas criaturas... - Susurró haciendo un puchero, pero luego agachó la cabeza, avergonzada porque, aunque ella pensase así de los bijuu, tampoco sabía lo que era una bestia de tal calibre. -Está bien, Nabi-kun, tendré más cuidado y estaré alerta -. afirmó con una pequeña sonrisa.
Y después esperó, espero a terminar de hablar porque le estaba demostrando todo lo que creía que era él, todo lo que pensaba del Uchiha rubio que llevaba con ella toda su vida, incluso si durante años no hubiesen estado juntos en cuerpo, en alma siempre había un sitio para él, un sitio que por mucho que quisiese o no, allí se encontraría de por vida. Así, cuando terminó su pequeño discurso, Nabi volvió a hablar.
Sinceramente, no lo sé. No soy el mismo que cuando eramos niños, y tú tampoco. Yo ya no soy protector de nada, tú eres más fuerte que yo, hasta Juro es más fuerte que yo. No pude hacer nada por Yota, simplemente un dia llego la noticia de que habia muerto y ya esta. Hare todo lo que este en mi mano para protegeros a todos, pero tengo que asumir que es muy probable que eso no sea suficiente para salvar a nadie.
- Tú lo que eres es tonto. - Exclamó chistando la lengua mientras fruncía el ceño. ¿Más fuerte que Nabi? ¡Jamás! -Yota desapareció y murió, ¿teníamos la responsabilidad de estar sobre él todo el rato? ¡No! Ni tú, ni yo, ni Shiona, ¡NADIE PUDO HACER NADA! - Su tono de voz se incrementaba por momentos mientras recordaba lo sucedido a su excompañero de equipo y una lágrima traicionera, fruto de la desesperación y frustración, se escapó de su ojo izquierdo. -Solo sé tu mismo, ¡por el amor de Shiona-sama! ¿Qué son todas esas tonterías que estás diciendo? ¡Y luego yo soy la que las dice! - De sus ojos seguían escapando más y más lágrimas. -Tú... Tu eres capaz de proteger tu villa, y a tus amigos... Tu... Eres Nabi... ¡Y si no lo crees, yo te lo haré saber! - Declaró mientras se tiraba a sus brazos, enrollándolos alrededor del cuerpo del de ojos oscuros de forma torpe y ansiosa. -Pero no pienses así de ti mismo... - pidió -Por favor...
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
El Uchiha habia soltado a bocajarro todo lo que se le pasaba por la cabeza, que volvia a estar más en Cuenca que en aquella habitación, de tanto daño que recibia en la mollera al final se iba a quedar tonto. Más. Finalmente, parecia que Eri se tomaba minimamente en serio lo que le estaba intentando inculcar el rubio acerca de los bijuus y los Amegakurianos.
- Tú lo que eres es tonto.Yota desapareció y murió, ¿teníamos la responsabilidad de estar sobre él todo el rato? ¡No! Ni tú, ni yo, ni Shiona, ¡NADIE PUDO HACER NADA!
Las palabras de la peliazul se clavaron en la mente del Uchiha como hierro candente, lo que escuchaba le estaba alimentando un fuego mucho mayor que ningún katon que pudiera ejecutar en su vida.
Entonces me estas diciendo que simplemente tengo que quedarme parado esperando a que un dia no volvais, sin más. Porque no puedo evitarlo. ¡¡¿¿Tengo que aceptar el hecho de que por muy fuerte que sea acabareis muriendo todos??!! ¡Si nadie tiene la culpa y nadie pudo hacer nada, ¿qué demonios se supone que estamos protegiendo?! ¡Era nuestro compañero, joder!
La rabia habia elevado el tono de la voz del muchacho, tenia los puños apretados, se estaba dando cuenta de que toda su vida habia sido una sucesión de instantes en los que habia sido meramente espectador, en los momentos importantes, no habia sido más que un cero a la izquierda. Él no era el vengador en que su pasado le intentaba convertir, ni el protector en que su villa confiaba que se convirtiera, no era nada más que un chiquillo, desamparado y confuso.
-Solo sé tu mismo, ¡por el amor de Shiona-sama! ¿Qué son todas esas tonterías que estás diciendo? ¡Y luego yo soy la que las dice!Tú... Tu eres capaz de proteger tu villa, y a tus amigos... Tu... Eres Nabi... ¡Y si no lo crees, yo te lo haré saber!Pero no pienses así de ti mismo... - pidió -Por favor...
Eso es lo que te estoy diciendo, que esto es lo que soy. Te estoy haciendo saber que no busques a mi pasado yo aqui, porque no esta. Pase lo que pase, y acabe como acabe, no volveré a ser ni remotamente parecido a aquel niño.
Eri se le abalanzó encima y lo abrazó, no tenia el espiritu suficiente para apartarla, ni las ganas ni la voluntad ni el deseo de hacerlo, aunque en lo más profundo de su ser sabia que lo mejor era alejarse y que se olvidara de él. Sabia que no iba a arreglarse, no lo habia hecho durante la academia y no lo haria ahora, cuando peor estaba. Si un jarron se rompe y pegas los trozos, lo más normal es que termine volviendose a romper, no que recupere su forma original por arte de magia.
Posó la mano derecha sobre la cabeza de la pequeña, despeinando aún más su cabellera, mientras que con el brazo izquierdo la rodeo. Sus ojos azabaches y frios como un tempano de hielo habian recobrado la compostura, cada vez le costaba más mantener sus estribos a raya.
Entonces me estas diciendo que simplemente tengo que quedarme parado esperando a que un dia no volvais, sin más. Porque no puedo evitarlo. ¡¡¿¿Tengo que aceptar el hecho de que por muy fuerte que sea acabareis muriendo todos??!! ¡Si nadie tiene la culpa y nadie pudo hacer nada, ¿qué demonios se supone que estamos protegiendo?! ¡Era nuestro compañero, joder!
Era frustrante escuchar aquellas palabras del actual Nabi. No, no simplemente tenía que quedarse parado, joder. -No, solo te estoy diciendo que tu no tienes la culpa de que desapareciese, él había salido solo, por el amor de Shiona-sama, Nabi, ¿debemos salir siempre juntos? ¿Y si te pasase algo a ti por mi culpa, eh? ¡Ojalá hubiese dado mi vida por salvar a Yota! Era mi estúpido e imbécil compañero de equipo... Y... Y yo no pude hacer nada... Ni tú, ni yo... ¡Jopetas! - Exclamó, ya sin encontrar sentido a sus palabras, aferrándose todavía más al agarre que mantenía en el Uchiha, sin embargo el cariño estaba siendo sustituido por la frustración y el dolor que solo había manifestado en su habitación. -Entrenamos para volvernos más fuertes y proteger lo que nos importa... Ojalá pudiese salvarlos a todos...
Pero no podía.
Oh, por Kami-sama, qué inútil se sentía... Su rabia y frustración hacía que sus uñas se clavasen en la piel de la espalda del chico, incluso por encima de su camiseta. Comenzó a hipar y a sollozar, intentando en vano ahogarlos en sus propias lágrimas, pero no podía, no era tan fuerte emocionalmente.
Eso es lo que te estoy diciendo, que esto es lo que soy. Te estoy haciendo saber que no busques a mi pasado yo aqui, porque no esta. Pase lo que pase, y acabe como acabe, no volveré a ser ni remotamente parecido a aquel niño.
-¿Dónde fue aquel niño? - Preguntó entre hipos y mocos. -¿Dónde fue? ¿Qué pasó con él? - Exclamó más fuerte. -Alegas que no volverá, que no está aquí, ¿por qué? ¿Qué le ocurrió? No exijo que vuelva, ¡te pido explicaciones, Nabi! - Separó su agarre e intentó buscar bajo la luz de la luna los ojos azabaches del chico, intentando hallar la respuesta por sí misma. -Afirmas que no volverá, que no lo busque... Pero ya ni si quiera sé quién eres tú... Siempre dices que quieres cuidarme, que estarás ahí, pero que no eres el mismo... No te entiendo, no me entiendo... ¿Debería haberme ido completamente después de dejarte en aquel hospital? ¿Eso es lo que quieres, que deje de ser una carga? - Podía malinterpretar lo que quisiese, así era ella, malinterpretadora hasta extremos incomprensibles por el humano, pero no podía evitarlo, no entendía a Nabi, no sabía quién era Uchiha Nabi.
Se levantó de la cama, dándole espacio, ni si quiera sabía si quería que lo abrazase como cuando eran niños o no, sin embargo el arrepentimiento cruzó su mente, nublándola como las lágrimas hacían lo mismo con su vista. ¿Qué estaba haciendo mal? Se había propuesto salvarles, no hundirles más.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100