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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#31
No tenía idea si había logrado hacerle entender al 100% lo de los pactos, pero por lo menos le había hecho bajar un cambio. Algo más calmada, decidió ponerse a la altura del felino y darle lo prometido.

Un gusto Sayori.

Ni siquiera le miró cuando la ninja se presentó, sino que tomó una sardina con la boca, la cual masticaría brevemente. Si la genin no lo impedía, comería la cantidad que esta le había servido sin mucho más. Cuando terminaba de comer el último pescado, le empezó a mirar, esperando que esta le diga algo. Es decir, era ella la que le había hablado primero, pero el gato no le había prestado atención.

Dime humana. — Comentó mientras estaba tragando lo último de su comida. —¿Qué pasó?
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#32
*Ojalá pudiese hablar sin problemas como hace un momento cuando divagaba a la nada, ¿cómo explicarle que estaba en una misión buscando a un gato y que había sido ella quien se había perdido en el proceso? ¿Cómo podía hacer para que la ayude? ¿En qué consistía exactamente dicho pacto de invocación? Dudaba que con solo ofrecerle comida sea suficiente pero al menos podría recibir ayuda o un consejo a cambio, ¿verdad?

Permaneció unos segundos callada y luego, como yendo directo al grano sacó el retrato de Michio y lo puso frente a él.*

- ¿Lo has visto? -

*Si, sin duda hubiese sido más fácil si Kyo le prestaba atención desde mucho antes.*

- Me dieron una misión y… -
«y te perdiste, eso pasó…»
- y… debo encontrarlo, ¿me ayudas? -

*Le acercó el tupper con el resto de sardinas como queriendo intercambiarlas por información, Kyo podría tomar cuánto quisiera sin problema. Por su lado Sayori ya encontraría la forma de acercarse a Michio, de momento saber dónde estaba era su prioridad… Y no hizo más, se había expresado pobremente pero esperaba sea suficiente para recibir ayuda del animal, talvez si este decidía quedarse más tiempo o acompañarla podría explicarle mejor su situación.*
«Pienso»  l  Hablo  l  Narro

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#33
Se notaba que la chica no era la humana más social que había. Kyo no entendía bien si era que aún estaba nerviosa por su presencia o solo la chica era así. Sea como sea, la chica sacó un retrato de un gato y le preguntó si lo había visto en algún lado.

¿Eh? — Observó con detenimiento aquella impresión. —Mmm. Estoy seguro de haberlo visto alguna vez, pero hace algún tiempo ya.

No por ser gato tenía que saber donde estaba Michio y, muchos menos, conocerlo. Pero, con algo de suerte, daba la casualidad que Kyo pensaba haber visto al gato anaranjado alguna vez. Podía llegar a ser un dato útil, sacando que era algo ambiguo la información que tenían sobre este. Ya era un punto por donde empezar, por lo menos.

Niña, deberías cumplir tu misión por tu cuenta. Para eso te prepararon en la academia... Aunque, — se quedó observando como acercó el tupper con las sardinas restantes —puedo llegar a darte una pata parar encontrarlo.

Había elegido intentar darle una lección a la chica, la cual no podía depender de alguien más para realizar su tarea. Pero el soborno era bastante tentador para el gato que, además de ya no tener que hacer nada, se encontraba algo aburrido. También le ponía algo tranquilo que no pregunte ni por la nube de humo en el contenedor ni por el objeto que llevaba consigo, el cual no estaba más en ese lugar.

Aceptó las sardinas, tomando solo alguna más y dejando unas pocas de sobra. Procedió a empezar a subir las casas y quedarse mirando hacia un punto fijo.

Ya te aviso que por esta zona no hay muchos gatos, por lo menos no en situación de calle. La gente de aquí no les suele dar comida. — Pensó en subirse a la shinobi y comenzar a guiarla hacia donde tenía que ir. Pero, teniendo el antecedente de como actuaba frente a él, prefirió que cada uno vaya por su cuenta. Por lo menos por ahora. —Vayamos a investigar por allí.

Kyo comenzó a saltar de casa en casa. No estaba yendo a la máxima velocidad que podía, ya había visto que la genin andaba algo confundida y agitada. Prefirió ir con cierto detenimiento y, de vez en cuando, pispeando un poco cada zona.

Si Sayori le seguía, tenían algunos minutos para llegar a donde pretendía Kyo. El gato no hablaría durante el trayecto, al menos que la ninja le tenga algo que decir o que preguntar.
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#34
*Quizás su rostro no lo expresaba pero cuando Kyo le mencionó que había visto a Michio, la kunoichi se alegró, al menos ya tendría una mejor idea de dónde podría encontrarlo y estaría más cerca de cumplir su misión. Agachó la cabeza cuando el felino estuvo por darle una lección aunque no tardó mucho en cambiar de parecer y decidir ayudarla, había conseguido sobornarlo.*

«Funcionó… lo convenciste…»
- Gracias… no sabía dónde buscar -

*Notó que Kyo no se comió todas las sardinas así que guardó el resto en el tupper y lo devolvió nuevamente a su portaobjetos. Siguió al gato con la mirada mientras este trepaba a los techos y no tardó mucho en ir detrás de él y acompañarlo.*

Ya te aviso que por esta zona no hay muchos gatos, por lo menos no en situación de calle. La gente de aquí no les suele dar comida

*Era verdad, no recordaba haber visto más gatos por esa zona, en especial cuando se había topado con un grupo de éstos ni bien iniciaba su misión, y el único gato que vio luego de eso fue aquel gato gris que resultó ser algo especial.

Sayori no había olvidado el momento en que lo vio por primera vez y cómo escapaba moviéndose hábilmente como si conociera muy bien el terreno, no pudo evitar notar aquel movimiento nuevamente mientras la guiaba, y agradecía que no vaya tan de prisa pues esto le dio tiempo de ir estudiando la zona y vigilar los alrededores.*

«Se ve que conoce bien la aldea... a diferencia de mí»
- ¿vi- vives por aquí cerca? -

*Se animó a preguntarle mientras avanzaba junto a él dando saltos de casa en casa, después de todo parecía que conocía bien el lugar y si había visto al gato naranja era porque ya había estado en la aldea antes, le quedaban ciertas dudas naturalmente ¿qué hacía y porqué lo habían invocado?, pero decidió no hacer muchas preguntas al menos hasta que la lleve al lugar.*
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#35
De una forma u otra, Kyo pensó que la muchachita no iba a dar charla. Ya la sentía demasiada incómoda como para ponerse al día sobre algún tema, cosa que también le tranquilizaba. No quería hablar mucho sobre él o sobre que estaba haciendo. Sin embargo, se animó a dar el paso de hacerle una pregunta al gato. Este último parecía que dibujaba una leve sonrisa en su carita, notando como cierto factor humano en su expresión.

Oh no no, no vivo por aquí. — Cada tanto giraba su cabeza, viendo que la chica no se quede tan atrás. —Pero estuve varias veces por aquí ya. Bastantes incluso.

No muchos minutos después, el felino se detuvo y se puso a mirar los alrededores. Desde aquella altura, podía divisar bien lo que había por la zona. Tanto Sayori como Kyo podrían ver a un gato que estaba directamente en una de las calles, no muy lejos de un callejón. Este era de color negro, por lo que ya se descartaba directamente que podría ser el que estaban buscando.

Escucha, investigare por ahí para ver si puedo sacar algo de información. Vos no te acerques mucho, déjame a mi.

El gato se acercaría al otro de su especie, viendo si podía llegar a serle útil de alguna manera.

En el mientras tanto, la Yuki podía hacer sus propias investigaciones. Por el lado contrario al que fue Kyo, la zona tenía algunas casas con rejas, bastantes llamativas como para lo que eran las fachadas en Amegakure. Si estaba yendo por los techos y se topaba con una de estas casas, debía tener cuidado de no caer en una de estas y lastimarse. Era mucho más seguro y cómodo ir por las calles.

A unas cuadras más, las casas se volvían más tradicionales, algo más cerradas. Lo que sí, para esa dirección había algún que otro callejón.

Si quería ver bien estas casas o bien los callejones por dentro, debería acercarse y revisar, sea cual sea su opción.
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#36
*Había recibido información útil cuando el felino le mencionó que ya había estado varias veces en esa parte de la aldea, si se quedaba junto a él lo suficiente era posible incluso que la ayude a volver a casa una vez termine la misión.*

- Entendido -

*Le respondería a Kyo antes de que éste se marchara hacia donde estaba el gato negro, la kunoichi comprendió que podía asustar al felino por lo que estuvo de acuerdo en no seguirlo por el momento.*

- Yo buscaré por aquí -

*Agregó, para entonces Kyo ya se estaba alejando por lo que no supo si la alcanzó a escuchar. La chica haría sus propias investigaciones, consultaría con alguien por su cuenta si llegaba a ver gente por esa zona. Bajó hacia las calles y caminó primero hacia las casas que tenían rejas pero no observó a nadie.*

«Espero que también pueda conseguir información… no puedo dejar que Kyo haga todo… al menos ya me llevó a este lugar, Michio podría estar aquí…»

*Con el tiempo sin embargo su inseguridad volvía a salir a flote. ¿Y si Kyo había aprovechado la oportunidad para irse? ¿Y si se volvía a perder? Solo y solo por si acaso volteaba a ver de vez en cuando la zona donde habían visto al gato negro, para no perderla de vista y así regresar si no encontraba nada importante o bien para que el gato la pueda encontrar una vez haya terminado sus averiguaciones...

...Unas cuadras más adelante pudo ver casas más tradicionales, también habían un par de callejones pero de momento decidió mantenerse alejada de estos, decidiendo revisar más de cerca las casas a ver si encontraba a alguien que la pueda ayudar o alguna pista.*
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#37
La insegura muchacha quería estar atenta a que Kyo no se vaya por patas y la dejé a su suerte, perdida en su propia aldea y sin mucha idea de como hacer para volver a su hogar. Los gatos son seres a los que no se los suele percibir como muy fieles, fama que solo servía para aumentar aún más aquel miedo de que Kyo le abandone. Contra ese pronóstico, el felino gris solo parecía estar "comunicándose" con el otro animal. En un momento en el que Sayori volteó a verles, vio que ambos se metieron al callejón, con un andar calmo.

Con respecto a su lado de la investigación, sinceramente vería poco. A priori parecían casas del todo normales sin nada que salga de lo común. Solo en dos de estas casas con rejas pinchudas iba a notar algo que le llame la atención.

La primera era que solo una de estas casas parecía que había personas, ya que las otras casas no se veía actividad humana desde afuera. No se veían bien, solo en una ventana se notaba la silueta difuminada de una persona que parecía estar cocinando o haciendo alguna labor del estilo. El patio de esta casa estaba bastante cuidado y parecía tener algunos juguetes por ahí afuera, tales como balones, inevitablemente mojados.

Lo segunda de las casa que para empezar tenía una puerta externa, hecha de las mismas rejas, que se encontraba abierta. Ya por dentro, el patio no parecía no tener nada del otro mundo. Un techo saliente de metal cubría de la lluvia a la casa, que contaba con algún que otro material de madera en algún decorado de su construcción. Lo otro fuera de lo normal era una especie de pequeño charco, desigual al color del piso y que parecía de un color marrón, ya parecía estar algo seco. No se podía ver mucho por dentro, parecía que tenía todas las ventanas cerradas y no denotaba mucha iluminación desde fuera.
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#38
*La chica alcanzó a ver como ambos felinos se marchaban hacia un callejón desapareciendo de vista, esperaba no haya sido la última vez que veía a Kyo y que realmente la ayude con su misión, sin embargo no podía sentarse a esperar sin hacer nada por lo que decidió seguir con la investigación por su cuenta. De su lado no pudo observar mucha actividad, tal parecía que esa zona de la aldea no era muy comercial así que no tendría tanta suerte en encontrar personas en los exteriores.

Mientras avanzaba solo pudo ver dos casas que parecían estar habitadas, la primera más iluminada donde observó actividad por una de las ventanas y la segunda que tenía la puerta principal con la puerta de reja abierta lo que la hizo asumir que también había alguien dentro. Se decidió ir por la primera de las casas, donde parecía que una persona preparaba el almuerzo, y probar suerte allí.*

«Bien… veamos si encuentro información aquí»

*Llamó a la puerta y esperó alrededor de medio minuto, si nadie salía volvería a tocar cada vez de manera más impaciente y mientras esperaba parecía estar memorizando un discurso, las palabras no le salían de manera tan fluida por lo que debía elegir bien qué decir a continuación.*
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#39
Al escuchar las primeras tocadas, en el interior de la casa se escuchó una voz que parecía ser de la persona que se veía desde la ventana. Desde afuera no se llegó a oír que era, pero por el contexto parecía que había mandado a alguien a abrir la puerta. La chica no tuvo que esperar mucho para que una persona abra la puerta.

Buenas.

Un muchacho de más o menos la misma edad que la ninja abrió la puerta. En altura solo le llevaba unos pocos centímetros a Sayori y su contextura física era media. De cabello corto y color marrón claro, con unos ojos negros y de piel clara.

Al ver la bandana de la chica, achantó un poco su actitud y parecía intentar mantener formas más serias y cordiales.

¿Q-qué se le ofrece?
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#40
*Apenas segundos después de haber llamado a la puerta escuchó como alguien en el interior dijo algo que no alcanzó a comprender, solo se pudo percatar de que había alguien más, un muchacho quien la atendió mucho antes de lo previsto y ya sea para su suerte o no, la espera le fue bastante corta. El chico que parecía tener su edad no tardó en cambiar su actitud cuando se dio cuenta que en frente suyo tenía a una ninja de Amegakure.*

«Perdón por la interrupción, no quiero hacerle perder mucho tiempo, soy Yuki Sayori Genin de Ame y me encuentro en la tarea de encontrar a un felino de nombre Michio, nuestras investigaciones aseguran que se encuentra cerca de esta área… si posee alguna información que me pueda proporcionar será de gran ayuda e importancia para el bienestar de la aldea»

*Pese a la breve espera pudo formar y memorizar las palabras en su cabeza, tenía el discurso listo para recitarlo con su voz monótona, pero en lugar de eso la realidad fue que...*

- ¿P-perdón por la interrupción… uhm… lo… lo has visto? -

*Y allí murieron sus palabras habiendo olvidado el resto de lo que iba a decir, y solo mostrándole al joven el retrato de Michio, si éste prestaba atención hasta podría notar que la mano que sostenía la imagen le temblaba levemente, pero hacía lo posible por mantener la compostura y seriedad, intentando comportarse como la kunoichi que era a pesar de su torpeza social.*
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#41
El chico logró bajar su nerviosismo al notar como era la ninja. Si sentía un poco raro la escena, donde la chica que tenía en frente uso muy pocas palabras para expresarse. Sentía como que ella era la que en verdad estaba nerviosa ante la situación, incluso notando como había un leve tembleque en la mano que sostenía el retrato.

Oh, tranquila, entiendo que los ninjas son de pocas palabras.

Observó por unos momentos el retrato y su cara hacía alguna que otra mueca. Muecas totalmente dubitativas y perdidas.

Eem... Si. Creo. O no. No lo sé muy bien.

Rascó su nuca y pasó su mirada del retrato a los ojos de la muchacha.

Se parece a uno que anda siempre por estas calles, uno que vaga no muy lejos de aquí. Pero no sé. — Miró nuevamente al retrato, intentando deducir algo. —Hay un algo en ese — dijo señalando la impresión —que es diferente al que yo veo siempre.

Finalmente, suspiró y desistió de seguir intentando razonar con sus pensamientos. Volvió a mirarle.

¿Quieres que les pregunte a mis padres si pueden reconocer a ese gato?
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#42
*El muchacho que tenía al frente afirmó haber visto a Michio pero rápidamente comenzó a dudar. No podía culparlo, era probable que se esté confundiendo con otro gato anaranjado que podría deambular por el mismo sector, además el felino que buscaba tenía rasgos en el patrón de su pelaje que lo hacían único en cierto sentido…

…El joven ya habiéndose rendido en intentar recordar si había visto a ese gato en específico, le dijo que podía preguntar a sus padres para tener mayor seguridad, algo que Sayori vio más que bien, entre más personas le den pistas mejor, aunque tampoco quería molestar mucho a esa familia que parecía que estaba por sentarse a comer, basándose en lo que vio a través de la ventana minutos antes.*

- Sí por favor… te lo agradecería… puedo esperar aquí… -

*Terminó por extenderle el retrato para que lo pudiera tomar y mostrar a sus padres, ya ahora se sentía algo más tranquila y con esperanzas de tener nuevas pistas.*
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#43
Oh, no, por favor. — El muchacho tomó el retrato intentando ser sutil. —No te haré esperar mucho.

Se metió en su casa y parecía que se puso a hablar con dos personas. Se notaba desde la ventana como aquella persona se daba vuelta de vez en cuando a escuchar y contestar algo. También, en un momento, se vio como tomó el retrato y lo observó. Por lo menos desde afuera, parecía que la reacción era parecida a la del chico.

Unos momentos más tarde de algunos intercambios de palabras, terminó la charla y se escuchaban unos pasos que iban a la puerta.

Esta vez no salió el mismo muchacho, sino que salió su padre. Tenía algunas similitudes con su hijo, sobre todo en algunas de sus facciones faciales. Aunque este tenía la cabeza rapada y tenía barba candado. Era un poco más grande en altura y cuerpo y, cuando salió, fue viendo para más o menos su misma altura. Para su sorpresa, en esa latitud no encontró a nadie, por lo que agachó un poco la cabeza al notar que si había alguien afuera.

Aquí tienes. — Le devolvió el retrato. —¿Hace cuanto andas buscando a ese gato? Es que hay uno que si merodea por aquí y es anaranjado. Pero, vaya, hace rato que este gato anda por aquí.
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#44
*El chico tomó el retrato de Michio y entró a su casa, ahora solo debía esperar a que vuelva. Desde afuera vio movimiento de unas dos personas más y al cabo de un tiempo salió el padre de este chico, una persona de tan elevada estatura que parecía no haber notado la presencia de la kunoichi hasta que agachó la mirada.

Cuando le habló a Sayori esta sintió que nuevamente podía estar más cerca de encontrar al felino ya que el hombre parecía reconocerlo mejor y tener más información. Tomó el retrato de vuelta y lo guardó, a continuación regresó su atención al hombre.*

- Mucho gusto -

*Lo saludó inclinando la cabeza y a continuación se quedó pensando un momento, según el pergamino de la misión Michio había desaparecido hace varios días pero la kunoichi había olvidado preguntar a su dueña el tiempo exacto en el que desapareció, así que le respondió con la poca información que tenía.*

- Pues… tiene varios días desde que huyó de casa… -

«Puede que ese gato anaranjado sea el mismo que estoy buscando, supongo que no pierdo nada si lo veo de cerca»

- ¿Por dónde lo ha visto? Sé que… uhm… le gusta ir por los techos… -
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#45
Imitó su saludo, inclinando la cabeza.

¿Varios días?

Posó su mano en la barbilla, pensativo y viendo como se podía resolver aquel tema. El hombre estaba absorto en sus pensamientos, tal así que no se dio cuenta que había un acechador en las alturas. Al terminar de decir "techos", Sayori vería un gato que se asomaba por el techo de aquella casa. No era ni más ni menos que el mismísimo Kyo.

Creo que hace unas semanas pasó por acá. Suelo verlo a unas calles de aquí.

Al ver que estaba interactuando con otro humano, tan solo se sentó y se quedó mirando a la humana. No quería interrumpir y, si además soltaba alguna palabra, ya se imaginaba lo que iba a ser la reacción del hombre.

De hecho, alguna que otra vez lo habré visto pasar por estas calles. Aunque, ya hace más semanas aún. — Dijo después de rascarse la barbilla y mirando hacia abajo, es decir, en dirección hacia la chica.

Por detrás de Kyo, asomaba otro animal de la misma especie. Por la posición en la que se encontraba, desde abajo no se podía ver bien al gato en cuestión. Pero podía ver la punta de cola meneando de un lado a otro. Una cola color naranja.
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