El genin aceptó de buen grado ir a la Torre y cuando este mencionó los combates de entrenamiento al niño se le dibujó una pícara sonrisa en la cara. Cuando llegaron al edificio se escuchaba jaleo, parecía que un combate estaba teniendo lugar en la plataforma central.

—Parece que se está librando un buen combate, vamos a ver si nos da tiempo a verlo.

—¡SÍ! —Gritó enérgicamente. —¡Vamos!

Y Eiji salió corriendo en dirección al barullo, esperando no perderse ni un segundo más del combate.

El Kaguya salió corriendo justo detrás de Eiji al cual parecía no haberle afectado en nada el entrenamiento de la mañana, pues ya volvía a estar fresco como una seta.

Al llegar a su altura, se apoyo en la barandilla listo para ver como una enorme llamarada se detenía en seco contra un gran muro de tierra. En la plataforma central parecía que a dos ninjas se les estaba saliendo de control eso de practicar y habían optado por lucirse delante del publico. Uno de ellos era moreno algo más alto que el otro y por como había erguido el muro de piedra estaba claro que se especializaba en el doton. Mientras que el otro, de apariencia más joven y un color de pelo azulado era el responsable de tal llamarada. Cuando el más joven de los dos fue a rodear la muralla para ir en busca de su rival, se encontró de bruces contra el puño del moreno, el cual, había previamente envuelto en roca, lo cual dejo fuera de combate al muchacho.

—Pues parece que se puso seria la cosa. ¿Has visto la diferencia de experiencia? el más joven se dejo llevar por el momento y cayó de lleno en la trampa de su rival. Siempre debes pararte a pensar antes de hacer algún movimiento, ¿de acuerdo?

Al final Koji había conseguido su objetivo y tal vez, el presenciar ese combate haría que Eiji se plantease mejor sus posibles encuentros venideros.

Parecía que Eiji llegó en el momento álgido del combate, al ver la llamarada chocando contra el muro de su boca salió un grito de emoción.

—¡Wooooaaa!

Y el combate terminó rápido con el usuario de katon mordiendo el suelo.

—Pues parece que se puso seria la cosa. ¿Has visto la diferencia de experiencia? el más joven se dejo llevar por el momento y cayó de lleno en la trampa de su rival. —El niño atendía a las explicaciones del genin mientras asentía ligeramente con la cabeza. —Siempre debes pararte a pensar antes de hacer algún movimiento, ¿de acuerdo?

—¡Señor, sí señor! —Gritó mientras se cuadraba.

Pero poco le duró la disciplina pues rápidamente comenzó a mirar hacia todos los lados, buscando algo.

—¿Habrá otro combate en alguna plataforma? Seguro que si vemos otro más cosas me puedes enseñar...

—¿Habrá otro combate en alguna plataforma? Seguro que si vemos otro más cosas me puedes enseñar...

—Pues seguramente que si que haya unos cuantos, este lugar siempre está hasta arriba de este tipo de combates, no suelen ser nada super excesivo por el público, aunque alguna vez se les puede ir de las manos. —Le comento al muchacho mientras desviaba su mirada hacia otro lado.

El Kaguya hizo una seña con la mano a Eiji indicándole que le siguiera. Pronto llegaron a una zona dos con algunas plataformas más, tres plataformas les rodeaban y de las cuales en dos de ellas se estaban celebrando combates. Mientras en la primera plataforma el combate parecía algo más como un entrenamiento de genins recién graduados, en la otra parecía que la cosa estaba calentándose.

—¿Qué te parece si vamos a ver el combate de los genins, si ves combatir a los recién graduados, quizás aprendas de sus errores?

—Pues seguramente que si que haya unos cuantos, este lugar siempre está hasta arriba de este tipo de combates, no suelen ser nada super excesivo por el público, aunque alguna vez se les puede ir de las manos.

Una torre llena de combates por todos lados, el sueño de todo entusiasta de los shinobi; sobre todo para un chaval de nueve años. Siguió al peliblanco cuando este se lo indicó y cuando llegaron frente a las plataformas la mirada de Eiji no pudo por menos de fijarse en el combate más acalorado.

—¿Qué te parece si vamos a ver el combate de los genins, si ves combatir a los recién graduados, quizás aprendas de sus errores?.

—........ —Estaba completamente ensimismado. —¿Eh? ¡Ah! El de los genins, si... —Vaciló durante un instante. —¿No está más interesante el otro? —Preguntó con ojos de carneo degollado.

Koji vio como el muchacho le miraba con aquella mirada de no haber roto un plato nunca.

—Pensé que te gustaría más ver a shinobis más cerca de tu edad, pero si lo que quieres es ver el otro podemos acercarnos.

Nada más llegar a la segunda plataforma el Kaguya confirmo sus sospechas, este combate ya no era de entrenamiento, sino de dos kusajines cabezones dándose de ostias por ver quien tenia razón.

Koji se acercó a algunos de los espectadores y les pregunto interesado en el porque de la pelea, al parecer todo era por una diferencia de opiniones con respecto al mejor batido del centro comercial.

—Pues al final vas a ver una de las famosas peleas por cualquier cosa de Kusagakure, aunque esta tradición mejor no la aprendas. —Dijo el shinobi medio riendo.

—Pensé que te gustaría más ver a shinobis más cerca de tu edad, pero si lo que quieres es ver el otro podemos acercarnos.

—¡Bieeen! —Celebró con emoción, se había salido con la suya. —Que seguro que son combates interesantes pero me parece más interesante algo más espectacular uno con fuego y rayo ahí ¡fium fium! —Empezó a gesticular con las manos. —¡Booom! ¿Sabes?

Cuando llegaron a la plataforma se enteraron que aquel acalorado combate estaba teniendo lugar por una discusión un poco tonta, pero un combate de shinobis es un combate de shinobis y eso a Eiji es lo que le importaba, el motivo del mismo ya era secundario si el espectáculo era bueno.

—Pues al final vas a ver una de las famosas peleas por cualquier cosa de Kusagakure, aunque esta tradición mejor no la aprendas.

El niño se acercó lo suficiente como para tener una buena visual de la disputa, pero no tanto como para que pudiera recibir algún golpe por si las cosas se iban de las manos. Le gustaban los ninjas, si, pero también le gustaba que su padre no le reprimiera o que le pudiera echar la culpa al pobre Koji.

—¡Entendido jefe! —Se le veía realmente contento, el genin parecía que estaba cumpliendo su misión a la perfección con el chiquillo.

Durante el combate Eiji no perdía de vista ni un segundo de lo que pasaba en la plataforma y aunque en principio no corrían peligro por la distancia, parecía que la cosa se estaba calentando un poco demasiado. Tanto fue así que tras una técnica que hizo saltar varios chispazos de largo alcance, más de uno en las gradas se llevo un chispazo.

Fue solo en ese momento que otros 3 ninjas saltaron a la plataforma a golpear a los dos combatientes hasta dejarlos fuera de combate.

—Pues ya ha llegado un grupo a pacificar las cosas. —Dijo mientras soltaba alguna que otra risotada. —Por eso te dije de ver el otro, estos duran hasta que la cosa se va de madre y algunos saltan a zanjar el problema. No se te ocurra solucionar tus problemas igual, y si lo haces, no le digas a tu padre de donde lo has sacado. —Dijo aun riéndose, pero con un tono algo más serio.

Tras ver el combate, Koji había sacado algo en claro, quería un batido, y tras comprarlo se dispuso a acompañar al muchacho hasta el punto de encuentro. El día había estado interesante pero como todo lo bueno se pasa más deprisa que despacio, y aprovechando el camino de regreso decidió preguntar a Eiji que le había parecido su visita a Kusa.

Parecía que la cosa se fue de las manos y otros shinobis tuvieran que intervenir para acabar con el combate.

—Jo...

—Pues ya ha llegado un grupo a pacificar las cosas. —Comentó el genin entre risas. —Por eso te dije de ver el otro, estos duran hasta que la cosa se va de madre y algunos saltan a zanjar el problema. No se te ocurra solucionar tus problemas igual, y si lo haces, no le digas a tu padre de donde lo has sacado.

—Tranquilo, mi boca está sellada. —Afirmó con una gran sonrisa.

Entonces marcharon al punto de encuentro con el padre de Eiji, no sin antes comprar un batido. Durante el camino el peliblanco preguntó al señorito sobre la visita a Kusagakure.

—Pues... ¡Ha estado genial! —Dio una palmada. —La Aldea mola un montón, tenéis un montón de sitios interesantes y hay un montón de ninjas por las calles. A ver si con suerte convenzo a mi padre y en un par de años me puedes ver en los Dojos de Instrucción con el kunai que me has regalado. —Su sonrisa mientras divagaba con ese futuro era digna de enmarcar.

Justo cuando llegaron a la entrada de la Torre del Ocio vieron en la plaza exterior, apartados a un lado a la sombra, a Shirogane Shinrin junto a su mayordomo.

—¡S-señorito! —Hiromasa alzó el brazo buscando la atención de Koji y del niño. —¡A-aquí estamos señorito!

Eiji rápidamente corrió hacia ellos dos con los brazos hacia atrás y dio un abrazo a su padre.

—¡Hiromasa-san mira, mira, tengo mi propio portaobjetos shinobi!

—¡Ohhh! Impresionante joven señor, seguro que Yondaime-sama está deseosa de que entre a engrosar sus filas.

—Koji-san, —Shirogane Shinrin se acercó al Kaguya. —muchas gracias por hacerte cargo de Eiji, se ve que se lo ha pasado en grande. —Expresó con una leve sonrisa en sus labios. —¿Ha dado algún problema?

El peliblanco escuchó como el señor Hiromasa les llamaba desde un lugar algo apartado de la entrada. Sin perder un segundo Eiji salió corriendo hacia donde se encontraba su mayordomo y tras una breve pero aparentemente emotiva charla, vio como el padre del muchacho se dirigía hacia él.

—muchas gracias por hacerte cargo de Eiji, se ve que se lo ha pasado en grande. ¿Ha dado algún problema?

—No señor, Eiji-san se ha comportado estupendamente y espero que haya disfrutado de todas nuestras actividades del día. —Dijo esbozando una sonrisa. —Es un chico muy enérgico, pero dedicado y perseverante, ha sido un placer poder cuidar de él y enseñarle la villa.

Tras esas palabras, Koji se acercó al muchacho y le tendió el puño, esperando que el muchacho hiciese su parte como señal de aprobación a sus palabras.

Eiji inmediatamente chocó su puño con el del Kaguya.

—¡Ha estado genial Koji-sensei! —Y procedió a darle un breve abrazo al genin.

A su padre se le dibujó en la cara una leve sonrisa que evocaba melancolía.

—Con que "sensei", ¿eh? Koji-san, no se si contará como una misión pero tal vez te toca volver a encargarte de este en un futuro, —Dijo medio riéndose. —pero me tiene que convencer él antes. —Miró a su hijo y le guiñó un ojo.

Hiromasa se acercó al peliblanco con un papel entre las manos y se lo ofreció.

—Entregue esto en el edificio de la Morikage, contiene la firma de Shinrin-sama y con ello la misión estará completa y podrá recibir su pago. Muchas gracias por todo.

—Con que "sensei", ¿eh? Koji-san, no se si contará como una misión pero tal vez te toca volver a encargarte de este en un futuro, pero me tiene que convencer él antes.

—Será todo un placer volver a hacerme cargo de Eiji-kun. —Dijo mientras dirigía su mirada al muchacho.

De reojo, el peliblanco vio como Hiromasa se acercaba hacia él, y dirigiéndole su atención se dio cuenta como le ofrecía un papel.

—Entregue esto en el edificio de la Morikage, contiene la firma de Shinrin-sama y con ello la misión estará completa y podrá recibir su pago. Muchas gracias por todo.

—Pues muchísimas gracias por permitirme hacerme cargo de Eiji señor, espero que hayan disfrutado de su breve estancia y que podamos volver a vernos en un futuro. Ahora he de entregar esto y reportarme. —Dijo, acabando la frase con una sonrisa.

Tras acabar las despedidas se dirigió rápidamente hacia el edificio de la Morikage, quería entregar pronto la confirmación para poder decir orgulloso que había acabado su primera misión.