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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Era temprano en la mañana, el frió de Aliento Nevado estaba fuera de la casa pero aun así la kunoichi remoloneo en su cama antes de levantarse al fin «Arriba que las misiones no se piden ni se cumplen solas» se dijo a si misma mientras se levantaba pesadamente. Aquel día se encontraba sola en casa, tanto sus padres como sus hermanos estaban de misión y hoy le tocaba a ella.

Desayuno cereal con leche, tal y como todos los días, se dio una ducha con agua caliente y preparo su atuendo el cual consistía de una polera de cuello alto color rojo y ceñida al cuerpo, pantalones negros y su calzado ninja, por encima de todo su clásica capa impermeable, se arreglo su equipamiento como a ella le parecía cómodo y partió hacia el edificio del Arashikage.

Al salir de su casa el frió de la mañana le dio de lleno en la cara ni bien cruzo la puerta, por lo que se coloco la capucha de la capa para soportarlo, pues ahora no se trataba de simple lluvia, seguramente no solo la Aldea de la lluvia, si no todo el País de la Tormenta estaba teñido de blanco

***

Llego al edificio y se sacudió la nieve antes de ingresar, camino hasta el final de la sala para llegar a la recepción y poder hablar con el shinobi a cargo de la misma -¡Buen día!- saludo al mismo de forma alegre, le entusiasmaba poder cumplir una nueva misión -Vengo para solicitar una misión de rango D en solitario- dijo al encargado de la recepción y espero pacientemente a ser atendida. El recepcionista pudo notar que la kunoichi ya no se la veía como en la foto del registro, puesto que en los últimos meses se lo había dejado crecer hasta casi la espalda y ahora lo llevaba atado con una coleta.
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#2
Era un día extraño en Amegakure. Pese a que la fría dentellada del invierno era tan cruda y letal como en el resto de Oonindo, no solía nevar más al sur de Yukio, de la misma forma que tampoco solía salir el sol más al sur de Yukio.

Bueno, Amegakure estaba nevada, pero allá arriba, en Yukio, definitivamente, lo debían de estar pasando muy mal un día como aquél.

Una muchacha se acercó al mostrador y solicitó una misión de rango D en solitario. El encargado del día, un señor con el pelo canoso y gafas de media luna, levantó la vista y le sonrió.

—Buenos días. ¡Y fríos! —dijo—. Claro, espera un momento, voy a mirar las solicitudes pendientes... —Rebuscó un momento entre los papeles, reparó en uno que tenía la fecha de ese mismo día, y lo separó del resto. Luego, abrió un archivador y rebuscó también el pergamino equivalente entre un montón de ellos—. Ajá, ¡aquí está!

Le tendió el pergamino a Reika.

—¡Que se te de bien!

(D) Escarlata

El cliente solicita la presencia de un genin para ir a recoger el encargo de un herrero. Es una misión simple de recogida y transporte, de modo que no debería suponer ningún problema. Dandan Ryū trabaja en la tienda de armas El filo certero, en el Distrito Comercial. Se adjunta la dirección exacta del solicitante. El genin deberá reunirse con el cliente para discutir los detalles de la tarea.


Soy Daruu. Escojo esta trama dentro de mis huecos de rol Sonrisa
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#3
—Buenos días. ¡Y fríos! —dijo—. Claro, espera un momento, voy a mirar las solicitudes pendientes...

-Ningún problema, le espero- respondió la kunoichi de forma simpática. La chica dio un paso a la derecha para poder ver el periódico que se encontraba en el mostrador y movió las páginas Hasta llegar a meteorológia «pfff...En Yukio están hasta arriba»

Ajá, ¡aquí está! Le tendió el pergamino a Reika.

La muchacha lo recibió y lo abrió para darle una leída al contenido del mismo.

(D) Escarlata

El cliente solicita la presencia de un genin para ir a recoger el encargo de un herrero. Es una misión simple de recogida y transporte, de modo que no debería suponer ningún problema. Dandan Ryū trabaja en la tienda de armas El filo certero, en el Distrito Comercial. Se adjunta la dirección exacta del solicitante. El genin deberá reunirse con el cliente para discutir los detalles de la tarea.

—¡Que se te de bien! Dijo el recepcionista cuando la chica enrollaba nuevamente el pergamino y lo guardaba en "canguro" de su hoodie

-Muchas gracias señor! Nos veremos nuevamente al regreso- respondió la kunoichi de cabellos dorados, mientras se dirigía a la puerta de salida.

***

El Camino hacia "El filo certero" no era muy largo y le alegró mucho saber que, a pesar del frío, la gente de Amegakure seguía con su vida como siempre lo hizo, hasta los niños jugaban en la nieve que se amontonaba en las calles.

Vio el cartel de entrada a la tienda y comprobó la dirección de la misma con los datos del pergamino, estaba en el lugar indicado.
Una vez dentro la kunoichi se acercó ala mostrador para hablar con el trabajador -Buenos días ¿Dandan Ryū?- preguntó a la persona del mostrador -Mi nombre es Yamanaka Reika, soy la genin enviada para el encargo- Se anunció, probablemente si esa persona no era la contratante, podría ubicarlo para discutir los detalles de la tarea encomendada.
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#4
«Tirada de master: 2d10 por 20 Percepción, 3d10 dados por 35 Inteligencia»
«Percepción == 20, Inteligencia > 20: la dificultad de la tirada será 3 (fácil)»
«Resultado de la tirada de Percepción: 10, 4 (1 crítico, 1 éxito)»
«Resultado de la tirada de Inteligencia: 9, 4, 10 (1 crítico, 2 éxitos)»

Sí, afortunadamente, Reika leyó el mapa con eficacia y encontró enseguida el lugar que correspondía a El filo tercero. Era casi en línea recta desde la torre de la Arashikage, y las indicaciones habían sido suficientemente claras. A lo largo de su vida había pasado muchas veces por esa calle, de hecho, ahora que lo pensaba, quizás hubiera visto el establecimiento alguna que otra vez durante un paseo.

Cuando entró al local, un hombre corpulento casi la atropella al pasar a su lado cargado con dos bolsas llenas de diferentes utensilios, ninguno pensado para hacer la paz. Era un sitio oscuro, iluminado por una tenue lámpara de aceite que colgaba del techo, bastante antigua. A ambos lados del mostrador, se exhibían numerosas armas.

«Tirada de master: 2d10 por 20 de Percepción», «Dificultad 8»
«Resultado de la tirada: 6, 5 (2 fracasos)»

Reika se acercó al mostrador y se presentó. Al otro lado había un muchacho, larguirucho, un saco de huesos de cabello pelirrojo y muchas pecas. El chico tardó un poco en reaccionar. Sacudió la cabeza y tartamudeó:

—¡Oh, p-perdón! S-sí, e-espera. V-voy a a-a-avisar al je-jefe. T-t-t-te esperaba. —Desapareció por una pequeña puerta en la que no había reparado hasta el momento, metálica, al fondo del establecimiento, detrás de una cortinilla con abalorios de plástico.

Al cabo de un tiempo, otra persona bien distinta apareció por el umbral. Era un viejo enjuto de cabello largo, tan largo como su puntiaguda barba. Sus pobladas cejas apenas dejaban distinguir el color de sus ojos. Caminaba con la ayuda de un cayado de madera con decoraciones de dragones.

—¿Eres la genin que han enviado para ayudarme? Bien... bien. Entonces, ¿puedes empezar con la tarea? Humm.


Estoy experimentando con los dados. Obviamente los estoy lanzando en privado. Tengo en cuenta los atributos y la dificultad de los checks que estoy planteando, no te preocupes. Creo que ayudará a que la misión sea un poco más imprevisible.
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#5
La kunoichi de cabellera dorada, leyó eficazmente el mapa y logro guiarse rápidamente hasta la tienda de armas a la cual debía presentarse para la misión, aun así, no había perdida, puesto que ya había pasado cientos de veces a lo largo de su vida y ademas el domicilio del local estaba correctamente detallado en el pergamino que contenía los dato de la misión.

Cuando ya estuvo dentro, debio esquivar a una persona corpulenta que casi la atropella junto a sus bolsas cargadas de objetos belicos. El interior del local era oscuro el cual estaba pobremente iluminado por una lampara de aceite que colgaba del techo.

—¡Oh, p-perdón! S-sí, e-espera. V-voy a a-a-avisar al je-jefe. T-t-t-te esperaba. — respondió el muchacho larguirucho de cabellos rojos antes de internarse en el interior del local atravesando una puerta metálica que estaba del otro lado de una cortina de plástico. No paso mucho tiempo hasta que una persona diferente a la que había entrado salio por la puerta hablando directamente a la kunoichi, era un hombre mayor de edad de cabello largo y barba puntiaguda, quien caminaba apoyándose en un cayado.

—¿Eres la genin que han enviado para ayudarme? Bien... bien. Entonces, ¿puedes empezar con la tarea? Humm.

-Yamanaka Reika, mucho gusto señor! salud amablemente tal y como era usual en ella -En efecto señor, soy quien le ayudara con la entrega y ya estoy lista para el trabajo- respondió la kunoichi al hombre lista y dispuesta para cumplir una nueva mision.

Me parece genial!!!!
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#6
El anciano asintió, lentamente.

—Bien... bien. —Se dio la vuelta, y señaló a una especie de expositor que había colgado en la pared del fondo. Hasta ahora, Reika no había reparado en él, y eso que era bastante llamativo. En el contenedor había una ausencia, una ausencia bien importante: la del contenedor. Dos piezas de plata pretendían sujetar un arma inexistente—. Ese es el lugar donde debería estar Escarlata, una espada que lleva aquí desde hace cuatro generaciones. Desde prácticamente que la tienda abrió. —Se dio la vuelta, y volvió a encarar a Reika—. Cuando mi familia dejó el servicio shinobi y fundó este comercio, la espada dejó de tener un uso práctico, pero he visto a mi abuelo y a mi padre tratar a esa espada como si fuera un hijo propio.

El anciano tosió y se encorvó. Le pesaba el cuerpo. La edad hacía estragos.

—Desgraciadamente, últimamente la he descuidado un poco. Hace unas semanas se cayó y la hoja se fracturó. Llevaba años sin cuidar de ella, y esto es lo que pasa cuando descuidas una espada en desuso con materiales centenarios y exóticos —rio, con alguna que otra tos adicional intercalada—. En este cuerpo no queda ya mucha vitalidad, y nada me dolería más que morir sin ver la espada de mi familia en su lugar, entera y brillante. El caso es que contacté con un herrero. Yamauchi-san, del Yunque Enamorado. Dicen que no hay mayor maestro herrero que él, de modo que le encargué la reparación. Creo que a estas alturas ya tendrá preparada la espada, pero hay mucho trabajo en la tienda, y mi ayudante no puede marchar.

»Por otra parte y como comprenderás, mis huesos y mi piel no aguantarán mucho bajo la tormenta, ja, ja, ja —rio—. Mi padre, cuando estaba ya viejo, solía decir que el dinero estaba para gastarlo, no para heredarlo. Y ese jovenzuelo de la trastienda tiene suficiente con que le deje la tienda, a pesar de que no sea hijo mío. Así que en vez de arriesgarme a romperme la cadera, envío a genin a recados, que es para lo que parece que os tienen, ja, ja, ja. —Se quejó de la espalda, encorvándose súbitamente. Se dio un pequeño masaje con la mano—. Ojalá asciendas pronto, chiquilla. Sé que al principio parecéis más recaderos que ninjas... Ahora, sé una buena muchacha y traeme la espada. Espera, que te doy la dirección de Yamauchi.

El viejo sacó una tarjeta de aspecto antiguo con una dirección: la del Yunque Enamorado. Se la tendió.
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#7
El anciano señalo a la rubia un expositor que, en principio, no había prestado atención. Este expositor presentaba dos piezas de plata que claramente servían para sujetar algo...algo que no estaba presente en ese momento.
El viejo comenzó a contar que allí debería estar "Escarlata" una espada que pertenecía a su familia, una herencia de generación en generación, como lo que pretendía hacer el día que no estuviera en este mundo, heredar la tienda al joven larguirucho y de cabellos rojos.

La kunoichi entendió que el hombre hablaba del legado, de lo que se dejaba a la siguiente generación, el ejemplo para Reika eran las enseñanzas que su clan compartía dentro de sus propias lineas. Sea algo legado o no, aquella pieza faltante era de importancia para el anciano y debía ser devuelta nuevamente a donde pertenece, solo debía ir a retirarla del herrero.

-Aun falta ganar un poco mas de experiencia y posteriormente dar el examen, pero tengo fe de que saldré bien- respondió al anciano que, que al decir verdad, tenia razón. Esto de hacer recados de los mas mayores no le permitía poner a prueba sus habilidades ¿Como podría demostrar que puede ser una aspirante a la Fuerza de espionaje e Inteligencia, sacando a pasear tortugas?

Recibió aquella tarjeta de negocios que pertenecía a la herrería a donde debía ir, allí, figuraba la dirección de la misma, ahora ya sabia el domicilio de aquel establecimiento y ya era hora de ponerse en marcha -Ryū-dono, me pondré en marcha de inmediato- dijo la chica haciendo una leve reverencia al anciano.

***

No había caminado mucho desde que salio del local del anciano, busco el toldo de un local de venta de verduras y decidió comprobar su mapa para ver si su camino era el correcto, triste seria perderse en su propia aldea...pero todo era posible.
Miro nuevamente la dirección de la tarjeta, comprobó su mapa y miro los nombres y altura de las calles para ubicarse correctamente, finalizado el chequeo la kunoichi de cabellos dorados continuaría con su camino.


Dejo espacio para la tirada de dados y ver que es lo que el azar de los dados nos dice
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#8
Afortunadamente, las direcciones de Dandan Ryū eran claras y concisas. Apuntaban a una dirección cerca del sur de la ciudad, al auspicio de la muralla. Allí, un ajetreado mercado de artesanos la acogió en su seno, y pronto se vio caminando entre el olor a cuero y a metal, y el sonido inconfundible de los martillos de herrero. Las torres y grandes edificios escaseaban en aquél insólito rincón de la Lluvia, y las que abundaban eran casitas pequeñas y de madera. Bueno, pequeñas moviéndonos en el gran esquema de las cosas que era Amegakure. Digamos que no había edificios con más de tres o cuatro pisos.

Desafortunadamente, de entre todos los yunques que vio, no había ni uno que hubiera decidido tomar forma de establecimiento, y por supuesto, ninguno de ellos estaba Enamorado. En la dirección que había escrita en la nota, no vivía ningún herrero. En su lugar, lo que encontró fue una modesta joyería. El cartel rezaba Abalorios Yime-hime, tallado en la madera, y se balanceaba suavemente con el viento.
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#9
La dirección que el anciano Dandan Ryū le había entregado en aquella nota era correcta y la kunoichi llegó sin mayores problemas. El tema es que allí no había ningún yunque enamorado en su lugar había una joyería.

Desde el punto en donde estaba ella estaba parada, vio el hervidero de gente, compradores y artesanos que ofrecían sus objetos al precio que creían justo y correcto para ellos. Pero aún deteniéndose a observar de forma tranquila, la kunoichi de cabellos dorados no encontraba el bendito yunque.

«No me queda otra que preguntar» se dijo la rubia, era lo mejor que podía hacer en aquella situación. La kunoichi decidió ingresar en "Yime-Hime" y buscó con la mirada con el fin de encontrar el dependiente o dueño de la tienda «Pffff...recién empieza y ya se complica...En fin» nuevamente se habló en pensamientos esperando ser atendida por alguien.

-¡Buenos días!- saludó la joven con voz clara, quizá alguien por simple amabilidad le devuelva el saludo.
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#10
La muchacha entró en la joyería. No era más que una sobria tiendecita, de esas cuyos dueños no tienen suficiente dinero para pagar estantes reforzados con la seguridad apropiada. Afortunadamente —para los joyeros—, también era de esas familias con pocos recursos para el entretenimiento, y habían engendrado hijos sanos y fuertes.

Dichos dos hijos sanos y fuertes estaban a derecha e izquierda de la habitación, de brazos cruzados, armados hasta los dientes y observando a Reika con desconfianza.

—Buenos días, ¡buenos días! ¿En qué puedo ayudarte, jovencita? —La mujer detrás del mostrador era ya anciana. Tenía el pelo largo y gris, y los ojos verdes. Vestía, por encima de la ropa, un delantal de artesano manchado de negro: aquella mujer no sólo se dedicaba a tomar nota a los clientes, probablemente había fabricado con sus propias manos más de la mitad de las joyas que Reika tenía a la vista.


Como está en mis huecos de rol y no estoy usando al kage, voy a usar mi cuenta Sonrisa
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#11
Mientras que esperaba ser atendida, la chica pudo observar un poco lo que le rodeaba dentro de aquella joyería, por alguna razón, se había hecho a la idea de que sería un lugar super lujoso, pero le sorprendió la sobriedad del lugar. Prestó atención a los dos muchachos que le apuntaban su mirada con desconfianza «Okeey, me estaría sintiendo un poco observada»


—Buenos días, ¡buenos días! ¿En qué puedo ayudarte, jovencita?— La voz de la señora detrás del mostrador la sacó rápidamente de sus pensamientos, notó que era una mujer de edad, seguramente con experiencia en el rubro joyería y se notaba en aquella delantal que portada

-Quisiera hacerle una pregunta... - dijo la kunoichi, no sin antes humedecer sus labios antes de hablar -Dandan Ryū-donó me envió a hablar con el señor Yamauchi y me dio esta dirección ¿De casualidad se encuentra? - de seguro que aquella pregunta estaba de más, eso era una joyería y no la herrería que buscaba en primer lugar, pero como se había dicho antes, nada se perdía con algunas consultas.
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#12
La mujer la escuchó atentamente, pero, confusa, dibujaba muecas de desconocimiento. Sin embargo, cuando le tendió la dirección, la mujer suspiró y se llevó una mano a la frente con fastidio.

—Bueeeno... No sé quién será Dandan Ryū, pero es la segunda vez en dos semanas que alguien viene preguntando por el Yunque Enamorado. La última vez vino un idiota con una espada rota, ¿acaso tengo yo cara de espadera? Ese Dandan Ryū debe de tener problemas de memoria. Ese establecimiento nos vendió el local hace dos años. Te ha debido de dar una dirección antigua. —La mujer entrecerró los ojos peligrosamente—. ¿Y sabes qué? ¡Le voy a dar una lección a ese tipo! Si quieres saber la dirección del nuevo lugar, vuelve allá, ¡y pregúntaselo tú misma!

«Tirada de Carisma 20: 2d10. Dificultad 8»
«Resultado: 1, 2. FRACASO + PIFIA»

—¿Qué es esa cara? ¡Largo de aquí! ¡Vamos, chicos, echadla, no quiero volverle a ver la cara!

—Tienes que irte, niñata. —Uno de los hijos-matón se había adelantado, la había cogido del hombro y la estaba empujando hacia la salida—. VETE, ¡YA!
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#13
—Bueeeno... No sé quién será Dandan Ryū, pero es la segunda vez en dos semanas que alguien viene preguntando por el Yunque Enamorado. La última vez vino un idiota con una espada rota, ¿acaso tengo yo cara de espadera? Ese Dandan Ryū debe de tener problemas de memoria. Ese establecimiento nos vendió el local hace dos años. Te ha debido de dar una dirección antigua. —La mujer entrecerró los ojos peligrosamente—. ¿Y sabes qué? ¡Le voy a dar una lección a ese tipo! Si quieres saber la dirección del nuevo lugar, vuelve allá, ¡y pregúntaselo tú misma!.—¿Qué es esa cara? ¡Largo de aquí! ¡Vamos, chicos, echadla, no quiero volverle a ver la cara!

Claramente, allí no había ningún yunque, ni enamorado ni traicionado. Solo una vieja en apariencia amable pero bruja en la realidad, junto a dos idiotas armados.

—Tienes que irte, niñata. —Uno de los hijos-matón se había adelantado, la había cogido del hombro y la estaba empujando hacia la salida—. -«¡A mi me quitas la mano de encima!»- dijo en pensamientos quitándose su mano del hombro y saliendo por su propio medio VETE, ¡YA!

Ya afuera y luego de tomarse un largo tiempo para bajar unas cuantas octavas su enojo, comenzó a pensar más tranquila «Si Escarlata fue entregada hace dos semanas ¿A donde fue enviada? Y además ¿A quien envió para el trabajo» se preguntaba la chica quien emprendía el regreso alestablecimiento del anciano Dandan Ryū
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#14
Tras su expulsión de la joyería, Reika caminó de nuevo el largo trayecto de vuelta hasta la tienda de armas de Dandan Ryū. Cuán desgraciada sorpresa se llevó cuando, plantada enfrente del establecimiento, que tenía las luces apagadas, leyó el pequeño cartel que colgaba de dentro del cristal de la puerta, y que rezaba: CERRADO.

«Tirada de Percepción 20: 2d10. Dificultad: 5»
«Resultado: 10, 7. ÉXITO + CRÍTICO»

Reika pudo observar dos cosas: la primera, es que detrás del cartel, había otro donde figuraba el horario. Y según el horario, a esta hora el establecimiento debería estar abierto. A pesar de que había poca luz, si entornaba los ojos se daría cuenta, además, que dentro, había un delantal arrojado de cualquier manera al suelo. El perchero, donde antes habían estado las capas con las que los dueños se cubrían de la lluvia, estaba también derrumbado.

«Tirada de Inteligencia 35: 3d10. Dificultad: 7 (-1 por 5 de Int adicional) -> 6»
«Resultado: 6, 3, 1. ÉXITO AJUSTADO + FRACASO + PIFIA»

Reika tenía la breve sombra de una sospecha. Quizás, si lo pensaba muy bien, podría tratar de adivinar qué había pasado allí, y decidir en consecuencia el curso de acciones que tendría que tomar a continuación.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#15
«No era para tanto la reacción de esa estúpida vieja ¿Era realmente necesario echarme de esa manera?» se dijo la kunoichi en pensamientos mientras apuraba el paso para llegar Lo más pronto posible al local del anciano. La rubia no entendía que tipo de problema psicológico tendría aquella señora para reaccionar de aquella manera, no había nada que la excuse.

Resopló pesadamente cuando al llegar nuevamente al local de Dandan Ryū vio el cartel de "CERRADO". No había forma de que el día fuera más hacia atrás, o eso creía la kunoichi, cosa que estaba casi por empeorar. La chica movió el cartel encontrando debajo otro mas con los horarios de atención «Pero entonces debería estar abierto ¿Que sucede aquí?» Buscando una respuesta a esta nueva interrogante, intentó ver a través de la ventana y lo que se veía no era nada alentador: Un delantal de trabajo tirado en el suelo, al igual que el perchero.

«Le voy a dar una lección a ese tipo» recordó las palabras de la vieja, no necesitaba muchas mas pistas, abrió la puerta (en caso de no estar abierta la forzaria) -¡¡Dandan Ryū-dono!!- llamó con premura al dueño, realmente preocupada por lo que le había sucedido, también buscó a su ayudante, quien seguramente tampoco será abría librado de la maliciosa mujer joyera.
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