Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El hombre registró a ambos haciendo pequeñas florituras con el lápiz sobre un papel completamente en blanco, luego lo enrrolló y lo guardó en su bolsillo derecho.
— Bien, vamos.
Daichi comenzó a andar y no esperó a saber si ellos seguían sus pisadas o no, saliendo por las puertas del edificio para andar por el gran patio propiedad de la Academia. Un par de minutos más les bastó para llegar a un edificio más alejado, similar el principal solo que éste era más pequeño. El hombre abrió la puerta e invitó a los jóvenes a entrar para ver una zona totalmente despejada, parecida a un dojo, sin embargo con un aspecto más moderno.
— Este edificio se construyó para hacer clases básicas cuando hubiese mal tiempo, pero en Uzushio no solemos tener ese tipo de problemas... Así que quedó casi olvidado hasta que lo convertimos en una especie de sala de actos. — Explicó mientras se acercaba al centro. — Lo que quiero es que montéis un pequeño escenario justo allí. — Señaló el final del lugar. — También que limpiéis el suelo y saquéis las sillas de aquel almacen, allí también encontraréis utensilios de limpieza y las herramientas necesarias para montar el escenario, ¿alguna duda?
Eri pestañeó varias veces para entender un poco de qué iba la misión, básicamente tenían que aclimatizar el lugar para su uso durante las pruebas, bueno, no parecía tan difícil.
— Ninguna por aquí.
El hombre esperaría a la respuesta del rubio, si él no tenía ninguna que hacerle, se marcharía y dejaría a los muchachos trabajar tranquilos, añadiendo:
— Cuando terminéis, venid a verme.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Seguí al hombre por el patio hasta el edificio donde celebramos la legendaria encuesta sobre qué kunoichi del curso estaba más buena. Una gota de sudor frio me cayó por la sien hasta despegarse de mi barbilla. ¿Nos habían pillado? Imposible, lo quemamos todo... ¿o no? ¿Y si era esto una misión trampa para hacerme confesar?
Por suerte, al llegar al edificio nos dijo que lo único que quería era que lo limpiasemos, ni confesiones ni tortura ni nada. Suspiré aliviado al mismo tiempo que prestaba atención, aunque... ¿todas mis misiones iban a ser así? Yo tambien quería pasear perros o hacer compañia a un anciano, no tanto trabajo físico. Cuando pudiera hacer clones de verdad, ¿podría hacer dos misiones al mismo tiempo?
— Lo dejaremos como los chorros del oro.
Cuando Daichi se fue me giré a Eri para recibir mis ordenes.
— Bien, pues quizá deberíamos montar primero el escenario, luego limpiar toda la estancia y por último sacar las sillas y colocarlas en su sitio. — Enumeró la joven mientras tomaba una goma de pelo y se recogía su corto cabello en una coleta alta. Con suerte aquel día se había vestido con una camiseta de manga corta, así que el calor no debería suponerle problema.
Echó a andar hacia el almacén, y una vez lo abrió y encendió la luz típica que caracterizaba a los almacenes, encontró una serie de palos de metal —que se suponía era donde iba a ir sujeto el escenario— una gran tabla de madera que ocupaba prácticamente toda la pared de delante de la puerta, montones de sillas, escoba, fregona y cubo.
— Sí que lo tienen bien montado... — Alegó mientras tomaba la fregona y la escoba con ambas manos. — Lo mejor será sacarlo todo para luego sacar lo del escenario, si no creo que vamos a tener un problema...
Luego echó una rápida ojeada a lo que eran las piezas del escenario y suspiró.
— ¿Alguna idea de cómo montarlo?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
— Bien, pues quizá deberíamos montar primero el escenario, luego limpiar toda la estancia y por último sacar las sillas y colocarlas en su sitio.
— Como usted ordene, Eri-hime
Hice una breve reverencia para despues seguirla hasta el almacén que tenía la típica luz de almacén que tienen todos los almacenes. Como había dicho el bueno de Daichi ahí tenían todo lo que pudieran necesitar.
— Sí que lo tienen bien montado...Lo mejor será sacarlo todo para luego sacar lo del escenario, si no creo que vamos a tener un problema...
— De inmediato, Eri-sama.
Volví a hacer una pequeña reverencia para despues sacar el cubo y empezar a sacar montones de sillas, al acabar volví a por las piezas de escenario.
— ¿Alguna idea de cómo montarlo?
Me acerqué a la tabla de madera enorme que se suponía que era el suelo del escenario. Dandome cuenta en el acto de que tenía huecos para encajar las patas. Así se explicaba que lo montaran y desmontaran con tanta facilidad.
— Parece que solo hay que encajar con fuerza las patas y ya, así que será la mar de sencillo de montar. Será más complicado sacar este pedazo de maderón de aquí. Ven a echarme una mano y a ver si podemos levantarlo entre los dos, si no tendremos que arrastrarlo.
16/05/2017, 19:56 (Última modificación: 17/05/2017, 21:16 por Uzumaki Eri.)
—Por favor Nabi-kun, no me llames con esos honoríficos que me siento más de lo que soy... Llámame Eri, o Eri-chan si quieres, lo prefiero. — Pidió con voz amable mientras un leve rubor se instauraba en sus mejillas.
Luego la misión empezó.
— Parece que solo hay que encajar con fuerza las patas y ya, así que será la mar de sencillo de montar. Será más complicado sacar este pedazo de maderón de aquí. Ven a echarme una mano y a ver si podemos levantarlo entre los dos, si no tendremos que arrastrarlo.
— Uhm... ¡Voy! — La joven corrió a socorrer a su compañero, y ambos se pusieron en cada extremo para cogerlo. — Vale, a la de tres subimos la tabla a ver si podemos. — Indicó mientras agarraba con fuerza la madera. — Uno... Dos... ¡Y tres!
Con suerte, pudieron levantar la madera lo suficiente para subirla un par de centímetros del suelo. Solo quedaba la peor parte: transportarla hasta el centro del lugar.
— ¡Voy yo delante Nabi, tu guíame! — Miró a su compañero. — Solo sacarla de aquí y ponerla en el medio, pero si conseguimos sacarla para mí es más que suficiente...
Y echó a andar hacia la doble puerta del almacén esperando no darse de bruces contra el suelo por no estar mirando.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Por favor Nabi-kun, no me llames con esos honoríficos que me siento más de lo que soy... Llámame Eri, o Eri-chan si quieres, lo prefiero.
— Sus deseos son ordenes, Eri-chan.
— Uhm... ¡Voy!Vale, a la de tres subimos la tabla a ver si podemos.Uno... Dos... ¡Y tres!
Ambos usamos nuestra fuerza sobrenatural y todopoderosa para alzar el trozo de madera lo justo para no ir arrastrandolo. Entonces Eri-sama tomó las riendas y se movió delante, yendo de espaldas hacia la puerta del almacen.
— Solo sacarla de aquí y ponerla en el medio, pero si conseguimos sacarla para mí es más que suficiente...
Tenía mis sospechas, las cuales se confirmaron conforme nos acercabamos a la puerta. Tal y como ibamos la madera tocaría con la parte superior del marco la puerta.
— Espera, tendremos que pasarla torcida porque recta no cabe de ninguna de las maneras. Cuando estes lista avisame, y ten cuidado de que no se resbale o algo y te mates y me muera.
— Espera, tendremos que pasarla torcida porque recta no cabe de ninguna de las maneras. Cuando estes lista avisame, y ten cuidado de que no se resbale o algo y te mates y me muera.
— Oído cocina. — Alegó mientras comenzaba a torcer la madera un poco, lo suficiente para que pudiese pasar por aquella puerta.
Sin embargo, por culpa del verano que había pegado fuerte en Uzushiogakure, Eri tenía las manos demasiado sudorosas, por lo que la madera, al verse movida un poco, nada, torcer y ya está, se resbaló de las manos sudorosas de la pobre joven, cayendo sobre sus pies.
«...»
— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY!— Chilló cuando sintió el peso de la madera sobre sus pies, y rápidamente tiró de ellos haciéndose incluso más daño. — Duele, duele... — Se quejaba mientras dejaba caer su cuerpo sobre su trasero, tocando el suelo y sobándose la zona afectada.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Como ya había pronosticado, al torcer un poco la madera ésta se resbaló de las manos de Eri-hime hasta caer sobre sus pies, soltandola en el acto. Gracias a mi nivel de anticipación pude colocarme bajo aquel armatoste para evitar que se cayera del todo y se rompiera o rompiera algo.
Sin embargo, se me estaba cayendo encima, tendría que bajarla lentamente para apoyarla en el marco sin dejarla caer de golpe. Y así hice, lentamente fui acercandola al marco de la puerta hasta que estuvo apoyada en ella.
Entonces salí por debajo para ver como estaba Eri-sama.
— ¿Estás bien, Eri-chan? Vamos que te llevaré a la enfermeria a que te pongan hielo, ya me ocupo yo de esto.
19/05/2017, 15:37 (Última modificación: 19/05/2017, 15:39 por Uzumaki Eri.)
— ¿Estás bien, Eri-chan? Vamos que te llevaré a la enfermeria a que te pongan hielo, ya me ocupo yo de esto.
«¿Qué? ¡No! Esta misión es mía también...»
La joven dejó de tocar sus pies para levantar su cabeza y mirar a Nabi, quién tendía su mano para ayudarla a volver a incorporarse. La joven negó aunque sí tomó su mano.
— Estoy bien, perdón por dejar caer el tablón, déjame descansar unos segundos hasta que me dejen de palpitar los pies y sacamos este trozo de madera juntos. — Sin embargo, cuando quiso incorporarse no pudo, ya que el dolor de sus pies era demasiado en aquel momento, por lo que volvió a dejar caer su cuerpo al suelo y retiró sus botas ninja.
Acto seguido creó unos dos cubitos de hielo, pequeños; con su mano izquierda y se los puso sobre sus pies, haciendo que el dolor aminorase notablemente. Su rostro comenzó a cambiar, alejándose de una mueca de dolor a otra de alivio lentamente.
«Si solo fuese ninja médico...»
— Esto, Nabi-kun... — Llamó sin apartar su mirada de sus pies. — De verdad que lo siento mucho, si no hubiese dejado caer el tablón ahora estaríamos cumpliendo la misión y no retrasándola... — Había algo de tristeza en aquella frase, arrepentimiento por lo que acababa de suceder y que ella no había podido evitar. ¿Y si no podían terminar el trabajo por su culpa?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
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—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
— Estoy bien, perdón por dejar caer el tablón, déjame descansar unos segundos hasta que me dejen de palpitar los pies y sacamos este trozo de madera juntos. —
— Está bien, tampoco es que nos hayan dado tiempo límite o que esto sea a vida o muerte. Tomate todo el tiempo que quieras.
Me senté a su lado observando como creaba cubitos de hielo de la nada y se los ponía en el pie. Se había quitado la sandalia ninja así que podía ver todo su pie. Seguro que a alguien le ponen los pies de Eri-hime. Malditos pervertidos asquerosos. Lo que te tiene que poner de Eri-sama es toda ella, no solo sus pies maldito energumeno.
— Esto, Nabi-kun...De verdad que lo siento mucho, si no hubiese dejado caer el tablón ahora estaríamos cumpliendo la misión y no retrasándola... —
— O igual hubiera entrado un cachorrito de perro y se nos hubiera caido la tabla encima suyo y ahora estariamos limpiando sesos de perro del suelo mientras buscamos a su dueño para explicarle lo sucedido. Además, seguro que Gouna-sama está en contra de aplastar cachorritos. Así que nos hubiera exiliado y tendríamos que haber mendigado en Shinogi-to durante el resto de nuestras vidas. Así que nos has salvado la vida, Eri-chan. Muy buen trabajo, sigamos trabajando duro para no aplastar animales inocentes.
Desde luego, Eri-hime pensaba a largo plazo, todo lo que hacía era para salvar el universo de todos los malos que lo aquejaban.
Eri miraba perpleja al joven de cabellos claros que se había sentado a su lado tranquilamente y que ahora relataba su versión de los hechos donde ningún cachorro era asesinado por la tabla que había osado poner una astilla encima de sus pies por lo cual Gouna-sama no les exiliaría y podrían seguir en su villa.
Y lo que siguió a continuación no fue otra cosa que una sonora carcajada proveniente de la garganta de Eri, que reía y reía sin parar con los ojos cerrados, un par de lágrimas se escapaban por entre sus ojos que no se preocupaba en ocultar y sus cortos brazos fueron a parar en su estómago, incapaz de contener la risa.
Sin embargo, tras unos segundos el sonido fue aminorando, hasta que al final la joven, con una mano sujetándose aun el estómago y con la otra limpiándose las lágrimas; miró al chico con una sonrisa en los labios.
— Eres el mejor Nabi-kun, de verdad. — Aquello lo dijo de todo corazón, sus palabras habían hecho que su preocupación disminuyese a niveles ínfimos, sin saber si lo decía de verdad en serio o bien lo decía en broma para tranquilizarla. Suspiró notando que ya no podía reír más y se retiró los cubitos de hielo que reposaban aun en su pie, ya no tan hinchado como antes.
Una vez el pie estuvo seco, se colocó su bota ninja con delicadeza y miró de nuevo al rubio con ojos suplicantes:
— ¿Me ayudas a levantarme? Tengo miedo de hacerlo mal y caerme o algo, ahora que los cachorritos están a salvo debemos continuar con el trabajo y acabar pronto para que ningún perrito se encuentre en problemas nunca jamás.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
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Me sonrojé más de lo que un hombre pudiera admitir, desvié la mirada para que Eri-hime no me viera colorado como una colegiala ante un senpai. Aunque por dentro estaba viviendo una fiesta mental con matasuegras y asesinanueros, intenté disimularlo con todos mis poderes voluntarios.
— Si lo soy es solo porque tú eres tú.
Mis argumentos eran tan solidos que no había ninguna duda de que tenía toda la razón.
— ¿Me ayudas a levantarme? Tengo miedo de hacerlo mal y caerme o algo, ahora que los cachorritos están a salvo debemos continuar con el trabajo y acabar pronto para que ningún perrito se encuentre en problemas nunca jamás.
— Faltaría más. Sobretodo no te fuerces.
Pase uno de sus brazos por mis hombros y la ayudé sujetandola con cuidado de no tocar sus enormes y hermosos pechos, por suerte, mi caballerosidad era notable.
Una vez de vuelta sobre ambas piernas y de mover un poco el pie para cercionarse de que estaba en condiciones de seguir, se acercó a la tabla y volvió a ponerse en posición.
—Bien, entonces volvamos al lío, tenemos que sacar esto en cuanto antes.
Sujetó firmemente con sus manos la tabla, esperando que Nabi acudiese lo más pronto posible a ayudarla y por fin terminar con esa maldita tabla que ya estaba comenzando a molestar, ¿por qué tenían que montar un escenario? ¿No podían tener uno ya montado? Era lo más sencillo y económico, vaya, así no tenían que estar montándolo y desmontándolo siempre.
— A tu señal lo levantamos, lo cruzamos y lo sacamos, ¿vale?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Bien, entonces volvamos al lío, tenemos que sacar esto en cuanto antes.
La miré con preocupación mientras un debate interno no acababa de resolverse, debía confiar en su palabra, pero no podía evitar preocuparme. ¿Estaba bien preocuparme o iba a reflejar que no confio en ella?
— ¿Estás segura de que estás bien? Lo más importante de esta misión es que salgas sana y salva.
Sin embargo, antes de contestarme ya se había puesto en posición y yo la imité por el otro lado.
— A tu señal lo levantamos, lo cruzamos y lo sacamos, ¿vale?
— Está bien, pero vamos a hacerlo despacio y si te empieza a doler paramos.
Acabé cediendo aunque tampoco es que ella me diera muchas más opciones.
— A la de tres. Una, dos y... tres.
Al llegar a tres, levanté el armatoste aquel lo justo para que pudieramos moverlo, vigilando a Eri de reojo.
— ¿Estás segura de que estás bien? Lo más importante de esta misión es que salgas sana y salva.
— Que síiii, ¡no te preocupes!
Y se colocó en su posición.
— Está bien, pero vamos a hacerlo despacio y si te empieza a doler paramos.
Ella asintió energéticamente.
— A la de tres. Una, dos y... tres.
Después del tres Eri tomó con fuerza su lado de la madera, y sintió un suave cosquilleo en su pie, sin embargo lo ignoró y se dirigió hacia la puerta. Una vez allí lo inclinó poco a poco con la mirada volando entre la madera y Nabi, para comprobar que él también giraba aquella tabla lo suficiente para que cabiese por la puerta.
Una vez pudieron pasar la tabla sin mucho contratiempo —solo rozaron un poco la puerta, pero no fue nada —, Eri volvió a girarla lo suficiente para que la tabla volviese a estar recta y ambos se dispusieron a dejarla en el centro del recinto.
— A la de tres lo dejamos en el suelo poco a poco, para no hacernos daño en los dedos, ¿vale? — Preguntó mirando al rubio de nuevo. — Una, dos... ¡Y tres!
Se agachó y dejó la madera en el suelo con cuidado de no hacer ningún daño ni a la madera ni a los dedos de ambos shinobi.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100