Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Arriba, abajo. Arriba, abajo. Su pecho temblaba del esfuerzo, su único pulmón era como un bombín de bicicleta tratando de oxigenar un trasatlántico hinchable. No se trataba de voluntad, no se trataba de olvidar el dolor, aquella era una limitación tan grande como perder un brazo. De hecho, se estaba dando cuenta, el Gran Dragón hubiese preferido perder eso que el pulmón.
Negándose a aceptarlo, embistió con fuerza. Su brazo se alargó hacia atrás, como si fuese a golpear con el puño al Hōzuki. Sus dedos índice y corazón se iluminaron, y en el último momento, el puñetazo se convirtió en un golpe al aire, de derecha a izquierda, que llevó consigo una ráfaga de viento que amenazó con cortar a Kaido en dos.
¤ Fūton: Kaze no Yaiba ¤ Elemento Viento: Cuchilla de Viento - Tipo: Ofensivo (cortante) - Rango: A - Requisitos:Fūton 40 - Gastos: 48 CK - Daños: 80 PV - Efectos adicionales: - - Carga: 3 - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El corte abarca 1 metro de ancho y recorre 2 metros antes de disiparse
El usuario emite chakra desde la punta de sus dedos índice y corazón, y realiza un movimiento en arco con su brazo, creando una ráfaga de aire cortante prácticamente invisible a cortas distancias, que avanza de forma rápida hacia el adversario como si se tratase de una cuchilla. De hecho, es tan cortante que su impacto equivale a un tajo directo y certero en el pecho con una katana larga.
Puños fuertes. Piernas bien asentadas. Cuerpo ligeramente curvado para una evasión o un contraataque. Kaido repasaba todos sus movimientos como si se encontrase en la clase de primero de academia, dispuesto a sacar el mayor provecho de ese combate como la fuera posible. Y si quería aprender, si realmente deseaba obtener una enseñanza que le pudiese convertir en un mejor ninja, tenía que tratar de cruzar esa montaña maltrecha llamada Ryū en plena igualdad de condiciones.
—¡Ven!
El gyojin no se movió. Mantuvo su posición. Aferró sus pies al hielo con chakra. ¡Fuerte, fuerte! sus ojos inamovibles de la mole que avanzaba hacia él con furia asesina. ¡Valiente, valiente! y esperó, esperó hasta el último momento mientras que las mareas de su interior ya se habían empezado a mover desde el inicio de la arremetida, mientras su brazo izquierdo se retraía levemente y el derecho, jugueteaba en subterfugio en otros linderos de su cuerpo. Y es que ni siquiera se inmutó cuando comprendió que Ryū no acabaría su arremetida con un puñetazo sino que éste invocó la furia de fūjin para cortar a Kaido a la mitad. Él no tenía desde luego la resistencia de ese monstruo ni iba a poder soportar un tajo con la indiferencia de Ryū, pero lo cierto es que... un Hōzuki nunca ha de temer a ser cortado.
¡Fiusj! Kaido dio un paso fuerte impulsándose hacia el viento cortante, y atravesándolo; mientras su cuerpo se convertía en agua allí en donde debía haber vísceras y sangre. Y no sólo eso, sino que en el movimiento de avance ya había balanceado su brazo para que éste saliera despedido de su cuerpo, a nivel del hombro, como un cañón propulsado por el agua presurizada de su cuerpo y que viajó directo hacia el rostro de Ryū.
Técnica insignia del clan Hōzuki. Los miembros del clan son capaces de licuar cualquier parte de su cuerpo, desde un simple pelo hasta convertirse por completo en agua. Esto les permite reducir el daño de ataques físicos enemigos, evitar heridas mortales, infiltrarse en una estructura o mezclarse con una superficie acuática para lanzar un ataque sorpresa. De esta técnica se derivan muchas otras, fruto de la capacidad del Hōzuki para modificar cualquier parte de su cuerpo a voluntad. Cuando un usuario de la técnica se desmaya mientras la utiliza, se transforma en una especie de masa gelatinosa.
El jutsu es muy versátil, no obstante, tiene dos grandes puntos débiles: el primero es que el usuario debe ser capaz de prevenir que va a recibir un golpe para absorberlo, o transformarse nada más recibirlo, por lo que queda vulnerable a ataques a los que no pueda reaccionar (de sigilo y por la espalda). El segundo es que si una técnica de Raiton impacta en el usuario mientras está utilizando esta o cualquier técnica que requiera el Suika como requisito, éste recibirá un 50% más de daño por parte de dicha técnica.
El uso de soporte no puede utilizarse para esquivar un ataque en el momento en el que se lo lanzan al usuario.
¤ Suiton: Sentan Taihō ¤ Elemento Agua: Cañón de Extremidad - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos:
Los brazos arrojados pueden sostener un objeto durante su trayectoria (sólo herramientas y consumibles) siempre y cuando cumpla con los requisitos de Inteligencia (sustituyendo a Destreza)
(Hōzuki 80) El usuario puede reducir un nivel de velocidad de la extremidad arrojada para lanzarla en una parábola
- Velocidad: Muy Rápida - Alcance y dimensiones: La extremidad de agua alcanza los 10 metros antes de disiparse si no impacta contra algo
Gracias a las capacidades concedidas por el Suika no Jutsu, el usuario es capaz de arrojar una extremidad desde su cuerpo como si de un cañón de agua se tratase, la cual se separa a nivel del codo o las rodillas y sale disparado en un potente y rápido movimiento rectilíneo hacia el adversario. La extremidad mantendrá su forma durante el trayecto y se verá impulsada como un torpedo hasta impactar con su objetivo, momento en el que el golpe le hará estallar en agua, y finalmente, disiparse.
Ryū apenas giró el rostro para recibir el impacto en su mejilla. Un auténtico cañonazo que impactó contra la muralla que era el Gran Dragón sin siquiera hacer mella, más allá de empaparle.
—¿Hmm? —soltó, sorprendido. ¿Eso era todo?
Un metro separaba a dragón y tiburón, y el primero aguardó al segundo, esperando que eso no fuese todo lo que tenía que ofrecer.
No, desde luego que eso no era todo. Sonrió ampliamente y...
Kaido ejecutó el sello del tigre.
El hielo bajo los pies de Ryū se vio de pronto abierto a bocarrajo por un poderoso torbellino que le impactó de forma ascendente, y cuyo movimiento en espiral tendría que retorcer su cuerpo hasta elevarlo, incluso.
Ya se lo había dicho en el inicio del combate. No habría piedad alguna.
El torbellino puede surgir desde cualquier masa de agua en una distancia de 5 metros a la redonda desde el ejecutor
El torbellino puede medir hasta 3 metros de longitud y 80cm de grosor
Una técnica que inflinge daño físico al enemigo con una masa de líquido sustraída de una superficie de agua cualquiera. El usuario realiza un sello, y desde un punto cercano a su adversario surge un potente torbellino de agua que impacta contra su cuerpo. Su poder asesino es aumentado añadiendo al torbellino que crea la técnica un movimiento en espiral al ya de por sí presurizado y compacto agua que la forma. Es una técnica diseñada para su uso en combates sobre el agua, y su particular habilidad para impactar desde cualquier lugar en 360º a la redonda la hace muy versátil.
… y justo en el momento antes de entrelazar las manos, lo vio. La súbita transformación. Las pupilas rodeadas de un halo dorado. Los iris teñidos por el ocre. Los párpados y el contorno de los ojos de un amarillo anaranjado.
Kaido formó el sello del Tigre, pero Ryū también, a una velocidad sustancialmente mayor. El Gran Dragón podía ser puro músculo, pero no le faltaba destreza.
Todo pasó muy deprisa. De la boca de Ryū salió un dragón flamígero, que solo tuvo que recorrer un metro para impactar en el cuerpo del Hōzuki. Y, casi acto seguido, una bala subterránea perforó el hielo e impactó de lleno en el cuerpo del Gran Dragón, que salió volando varios metros hacia el cielo antes de caer sobre el hielo.
Justo al lado de Cometruenos.
—Hmm…
Tenía la piel en carne viva. Le dolían los músculos. Le ardía el pulmón. Todo su cuerpo pedía tregua, enviando un mensaje alto y claro a su cerebro: para, para, para…Él les respondió levantándose. Él les respondió buscando con la mirada a Kaido. Él les respondió alzando de nuevo la guardia.
Mientras le quedase una brizna de aire, no iba a parar. Nunca.
Ryū:
15/240
–
-90
–
296/470
–
-4
– Modo Sabio:
0/140
–
-144
– *Estado de Agotamiento*
—Daños propuestos: 240PV
—Explicación: El Kage Bunshin había estado acumulando energía natural durante todo este tiempo. El Katon va duplicado x2 gracias a la habilidad del Modo Sabio
¤ Sennin Mōdo ¤ Modo Sabio - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos:Senjutsu 100, Resistencia 60, CK mayor a 300 - Carga: (ver descripción) - Daños: +20 PV a todo Taijutsu - Efectos adicionales:
+12 a Fuerza, Resistencia, Aguante, Agilidad, Destreza, Poder y Percepción.
+20 a Inteligencia a la hora de utilizar o disipar Genjutsu.
Por cada 10 de Percepción, el usuario puede sentir el chakra y el estado de otras personas en un radio de 4 metros, la dirección y la proximidad.
Las técnicas sin multiplicables pueden multiplicarse por dos, pagando el doble de chakra, y duplican su tamaño, tanto si el usuario cumple el requisito para hacerlo como si no. Las técnicas con multiplicables ganan uno más.
El usuario obtiene de 100 al 100% de su CK en puntos de CN (Chakra Natural), que puede utilizar para ejecutar cualquier técnica (ver descripción).
Este estado se podrá mantener durante 8 turnos del usuario, o hasta que el chakra se agote.
El Modo Sabio es un estado extremadamente poderoso al que se accede mezclando energía natural del entorno con las energías física y espiritual del interior del cuerpo, generando chakra Senjutsu, más conocido como chakra natural.
Para aprender a utilizar el Modo Sabio, uno debe aprender a permanecer completamente quieto, y luego, a adquirir energía natural del medio ambiente, balanceándola perfectamente para que sus niveles de energía física, espiritual y natural estén en perfecta harmonía. Si la proporción de energía natural es mayor, se convertirá en piedra. Si es menor, será expulsada de su organismo y no podrá entrar en Modo Sabio. El usuario deberá meditar durante al menos un año en el Dominio de los animales de su Pacto la mayoría de los días para perfeccionar la habilidad. Esto no significa que no se pueda rolear, sino que, de facto, este será su hogar, y sólo saldrá de allí para participar en tramas.
Para entrar en Modo Sabio, uno debe permanecer completamente inmóvil, sentado, con los ojos cerrados y totalmente concentrado, y recabar energía natural, mezclándola cuidadosamente durante un período de tiempo no inferior a cinco turnos. Cada turno, se absorben 20 CN del ambiente. El mínimo para activar el Modo es 100, y el máximo, el 100% del CK del personaje.
Durante el Modo Sabio, además de obtener una gran cantidad de Chakra Natural que utilizar para todas sus técnicas, el Taijutsu, el Ninjutsu y el Genjutsu del usuario se vuelven más fuertes. Su fuerza, su resistencia, sus reflejos, su agilidad y el poder de su chakra se incrementan en gran medida, y es capaz de sentir la presencia de los demás hasta cierto punto. Si alguien intenta absorber su chakra, se convertirá en piedra. Esta versión del Modo Sabio está perfeccionada, y sólo los iris y las pupilas del usuario se volverán de aspecto animal. Además, ganará unas marcas de forma y color al gusto de la interpretación en el rostro y rodeándole los ojos.
(Inteligencia 100) Un shinobi con una gran capacidad de concentración será capaz de recabar energía natural para el Modo Sabio simplemente permaneciendo inmóvil, de pie, participe en conversaciones o no.
¤ Katon: Gōryūka no Jutsu ¤ Elemento Fuego: Técnica del Gran Fuego del Dragón - Tipo: Ofensivo (fuego) - Rango: B - Requisitos:Katon 60 - Gastos: 72 CK - Daños: 120 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: Tigre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: El proyectil con cabeza de dragón mide 2 metros de ancho y de alto, 3 de largo, y avanza hasta chocar contra algo o hasta alcanzar los 20 metros
El ejecutor comprime una enorme cantidad de chakra en el interior de su cuerpo y la moldea, otorgándoles a los obuses flamígeros un llamativo aspecto: el de la cabeza de un dragón chino. La bola de fuego avanza hasta que choca contra algo, momento en el que estalla y se desestabiliza, reduciendo a un oponente con menos de 120 PV a meras cenizas.
No podía hacer nada ya para evitar que su técnica transcurriera en el tiempo, así como tampoco pudo evitar que un miedo intrínseco recorriera su cuerpo al comprobar el cómo esas extrañas tonalidades que cubrían el rostro de Ryū, marcas que no eran sólo un detalle estético, sino que parecían traer consigo un poder inmenso —o así lo había demostrado en el Kaji Saiban—. aparecían en él. Y con ellas, el Dragón recuperó su esencia de manera tal que fue capaz, una vez más, de escupir fuego por sus fauces.
Las técnicas impactaron en sus respectivas víctimas prácticamente al unísono. Su torbellino había elevado a Ryū en una fulgurante poder giratorio hasta dejarlo expedido en el aire, y haciéndolo caer por la gravedad como la haría una inmensa bola de plomo. Kaido, finalmente, sólo fue capaz de confiar en sus capacidades innatas y recibir el aliento del dragón como si fuera parte de él. Puso las manos en frente de las fauces del Dragón chino y gritó sin contemplación a medida de que su cuerpo iba asimilando el calor de la técnica y generando estelas de vapor a causa de la acelerada forma en la que actuaba el Suika. Cuando llegó la explosión, Umikiba Kaido explotó en cientos y cientos de gotas de agua que se desperdigaron por el hielo resquebrajado y que no buscaron unirse sino hasta pasados unos segundos, cuando las secuelas del Gōryūka hubiesen cesado.
Vivo, pero sumamente herido y exhausto; el gyojin se formó a unos cuantos metros de su oponente. No hizo nada, porque no era capaz. No tenía aliento. Y aunque no tenía ni una herida, la conmoción estaba ahí, haciendo que los huesos le dolieran como si estos hubiesen sido calcinados. Kaido volvió a sonreír.
—Eres una maldita bestia —soltó entre largas bocanadas de aire—. incluso en este estado, has logrado llevarme al límite. Si hubiera luchado contigo antes del Kaji...
No hubiese tenido ninguna chance de ganar. Sencillamente, ninguna.
Resollaba. Resollaba como un toro exhausto, arriba y abajo. Arriba y abajo. Su único pulmón no daba oxigenado tanto músculo y tanta energía. Tenía chakra de sobra, tanto como para lanzar tres torbellinos que arrasarían con todo el lago si quisiese, uno tras otro. Pero se sentía tan agotado que no podría moldear dicho chakra para convertirlo en viento y fuego. Era como un bijū en el cuerpo de un humano.
¿Cómo era posible? Él era el Gran Dragón. Él no conocía la debilidad, ni la derrota…
Ni la derrota.
—Yo… puedo… seguir —dijo entre bocanadas de aire, negándose a aceptar lo que su cuerpo le decía a gritos.
—No, no puedes. Y yo tampoco —admitió, apoyándose en el mango de nokomizuchi para ponerse de pie. Miró a Ryū y sonrió—. estás en negación, maestro. Y ese es el problema. Que hasta que no admitas que no estás al cien por cien, no podrás saber qué es lo que necesitas para volver llegar a la cima de tu Poder.
»Sabes, yo no lo entendí hasta hace un par de semanas. No os conté nada porque me daba vergüenza admitir que esa cabrona me pateó el culo, literalmente. Pero bueno, es lo que es. No podría vencer a Amekoro Yui ni queriendo —dijo, sin ningún tipo de remordimiento. Sonreía como si fuese sólo un dato curioso y no una mancha en su record de victorias y derrotas—. estuve en Amegakure. O bueno, un clon. No estaba en mis planes aparecer allí, pero una de mis antiguas compañeras de Aldea estuvo en Coladragón mientras preparaba el cargamento de la fábrica de Guko y trató de llevarme con ella. Usó una técnica de teletransportación muy similar a la de Akame, pero eso ya es un cuento para otro momento —dio unos cuantos pasos para acercarse hasta el guerrero de ébano y continuó—. ella me miró, Ryū, y yo no pude moverme. No pude puto moverme. ¿Eso qué quiere decir? que aún no soy lo suficientemente fuerte. Que mi voluntad es quebrantable. Que mis sentidos no reaccionan lo suficientemente rápido. Que mi cuerpo no es tan duro como quisiera que fuese.
—Necesito tu ayuda. Necesito que admitas que te falta un jodido pulmón y que nada va a ser igual sin él. Necesito que alcances tu cima, coño, y que me muestres el camino hasta ella. Sólo así podré moverme cuando ella me vuelva a ver.
Ryū se quedó pensativo, con el ceño fruncido, mirando fijamente a Kaido. Pensando sobre lo que él creía que era un estado de negación. Sobre que no estaba al cien por cien. Y no, no era eso. Simplemente necesitaba más tiempo para recuperarse…
… solo eso.
Tiempo para habituarse a tener solo un pulmón. Tiempo para que este creciese, rellenando el vacío dejado por el otro. Tiempo para que sus músculos se habituasen de nuevo al movimiento, y al peso. Solo eso, se repitió, como un mantra.
Pero Kaido tenía una curiosa revelación. Una que bien podía haber dicho antes. Uno de sus clones había estado en Amegakure no Sato, llevado por una técnica de teletransportación, y había estado frente a la Arashikage. Aún siendo tan solo un clon, ni tan siquiera había podido moverse. Se había quedado paralizado ante aquella mujer llamada Yui.
—Ella me miró, Ryū, y yo no pude moverme. No pude puto moverme. ¿Eso qué quiere decir? Que aún no soy lo suficientemente fuerte. Que mi voluntad es quebrantable. Que mis sentidos no reaccionan lo suficientemente rápido. Que mi cuerpo no es tan duro como quisiera que fuese.
Ryū avanzó hasta él y le miró con los ojos de alguien que no era humano, sino un monstruo. Un dragón. Los ojos de alguien que no entiende de palabras, ni de sentimientos, ni de discursos. Alguien que solo sabe distinguir una presa cuando la ve delante e hincar el diente. Por un momento, ese preciso momento, Kaido creyó ver en él al Ryū de antaño.
—Si no eres lo suficientemente fuerte, deshazte de las cosas que te vuelven débil —dijo, y su voz, ronca y gutural, era la de alguien que había hecho honor a sus palabras. Hasta límites dantescos—. Si tu voluntad es quebrantable, destrózala hasta que ya no haya nada que quebrar. —Tomó a Cometruenos por el mango y la echó al hombro—. Si tus sentidos no reaccionan a tiempo, convierte al tiempo en una cuenta atrás. Una cuenta atrás variable, pero inevitable, de la muerte de tus enemigos. —Posó una mano en el hombro de Kaido, y el Hōzuki sintió el peso de dos montañas pellizcándole el trapecio—. Si tu cuerpo no es lo suficientemente duro, corta las partes blandas.
Había hablado. Ese era el camino.
—No importa que no lo entiendas del todo, Kaido. —Ryū se dio la vuelta y empezó a caminar de vuelta a Ryūgū-jō—. Pronto lo harás.
Y es que sólo hace falta creer para que algo que ansíes realmente acabe siendo verdad. Él lo sabía, Ryū, el verdadero Ryū, seguía ahí en algún lado. Solo hacía falta excavar entre la vergüenza y la ira para encontrarlo.
Cuando el dragón le vio a los ojos, Kaido sonrió. Y lo hizo no porque entendiese a la perfección su discurso, o porque fuera capaz de percibir el verdadero mensaje oculto tras las finas líneas de sus palabras, pero algo le decía que aunque por más enigmático que fuese, las soluciones que le ofrecía su nuevo maestro tenían sentido. ¿Y qué sintió el Tiburón cuando las montañas peregrinas se postraron sobre su hombro? ¿que se hundía? no. Más bien le alzaban. Le mostraban el camino.
Umikiba Kaido se dio vuelta y siguió física y espiritualmente los pasos de Ryū, el Gran Dragón.