22/06/2016, 14:38
—Lástima que no haya tenido un kunai para clavártelo en la frente. O una katana para cortarte por la mitad. —
Al parecer, la verdad era demasiado para la pobre pelirroja, parecia incapaz de argumentar nada en contra de los solidos argumentos del rubio y, como todo buen animal que se precie, paso a ladrar amenazas como un perrito salchicha ladrandole a un leon para que este último supiera quien mandaba. Aunque la realidad fuera que el leon se acababa de comer a toda su familia y podria matarlo de un pisotón.
—Pero que va hombre, los de Uzushio son la raza superior, no tiene sentido que hables con alguien de la plebe. —
De repente, la chica aceptó su inferioridad de la nada. Por fin las profundas y sinceras palabras de Nabi habian alcanzado las neuronas barbaras de aquella pobre muchacha criada como kunoichi en la más primitiva de las aldeas. Y entonces se fue sin despedirse ni nada, desde luego a maleducados no les ganaba nadie. Paso por al lado del rubio para marcharse. Una vez habia pasado, el gennin se giró para despedirse, como un buen y educado shinobi.
— Hasta la proxima, kunoichi de Takigakure.
Ni siquiera se habian presentado, pero no le dio muchas vueltas, volvió a virar sobre sí mismo y siguió con su busqueda de aquel magico lugar con el simbolo de la carne restandole importancia al encuentro con ese intento de kunoichi.
Al parecer, la verdad era demasiado para la pobre pelirroja, parecia incapaz de argumentar nada en contra de los solidos argumentos del rubio y, como todo buen animal que se precie, paso a ladrar amenazas como un perrito salchicha ladrandole a un leon para que este último supiera quien mandaba. Aunque la realidad fuera que el leon se acababa de comer a toda su familia y podria matarlo de un pisotón.
—Pero que va hombre, los de Uzushio son la raza superior, no tiene sentido que hables con alguien de la plebe. —
De repente, la chica aceptó su inferioridad de la nada. Por fin las profundas y sinceras palabras de Nabi habian alcanzado las neuronas barbaras de aquella pobre muchacha criada como kunoichi en la más primitiva de las aldeas. Y entonces se fue sin despedirse ni nada, desde luego a maleducados no les ganaba nadie. Paso por al lado del rubio para marcharse. Una vez habia pasado, el gennin se giró para despedirse, como un buen y educado shinobi.
— Hasta la proxima, kunoichi de Takigakure.
Ni siquiera se habian presentado, pero no le dio muchas vueltas, volvió a virar sobre sí mismo y siguió con su busqueda de aquel magico lugar con el simbolo de la carne restandole importancia al encuentro con ese intento de kunoichi.
—Nabi—