Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
1/05/2020, 16:02 (Última modificación: 22/05/2020, 11:58 por Uzumaki Eri. Editado 1 vez en total.)
Tras dos semanas de descanso, llegó el momento de la segunda ronda del torneo. Por primera vez en mucho tiempo, los perdedores de las sucesivas rondas se enfrentaban de nuevo para tratar de asegurar un puesto en el ránking final. Así pues, junto a las semifinales, a las que se le daba prioridad en el tiempo, se encontraban también las revanchas.
Los participantes, en silencio, fueron agrupados fuera del estadio en las dos categorías previstas, y diseminados en el interior del edificio en pequeños camerinos, en los que sólo se les proporcionaría una botella de agua para refrescarse, ante las quejas de algunos participantes que habían oído de sus compañeros murmullos sobre quicos, cacahuetes y otros aperitivos solo presentes para algunos. El protocolo ya estaba claro desde la última vez, de modo que los guardias se ahorraron las explicaciones y el proceso fue bastante más ágil.
Una vez tras otra, las dos puertas inferiores, frente a frente, se abrieron. Y una vez tras otra, de una de ellas salió un ganador... y de la contraria un perdedor.
Recordemos el ring de combate: una plataforma circular, de madera, de treinta metros de diámetro. Lo suficientemente espaciosa como para que los participantes luchasen a gusto sin herir al público, que estaba separado del ring por siete metros de césped y una baranda metálica.
De momento, el límite de actividad es de 72 horas desde la respuesta del contrincante. Pero ambos deberán contestar al tema en las primeras 72 horas, o se considerará que no se han presentado en el estadio a tiempo.
A partir del lunes 11 de mayo, el límite de actividad pasa a ser de 48 horas. A partir del lunes 18 de abril, el límite de actividad pasa a ser de 24 horas.
Un usuario que se salte el límite una vez, perderá su turno y el oponente tendrá derecho a acertarle con lo que desee, manipulándolo incluso. Si el límite se ha superado, el usuario ya ha perdido su turno. Eso quiere decir que YA NO PUEDE CONTESTAR. No se admiten quejas. No se admiten pactos entre los combatientes. No se puede esperar al oponente. Si uno de los dos no ha llegado a tiempo, es obligatorio saltarle el turno. Si ambos contrincantes se saltan el límite de turnos, el combate acabará en un empate manipulado por la administración. Nuevamente, aunque la administración tarde tres días más en pasarse, si ya se ha superado el límite, los usuarios no pueden contestar.
Si un usuario se salta el límite dos veces, perderá su turno y el oponente tendrá que rolear cómo lo deja inconsciente en el siguiente turno. Nuevamente, no están permitidos los acuerdos entre usuarios, esto debe hacerse sí o sí. Si un usuario se salta el límite dos veces y el otro se lo salta una vez justo después, la administración será la que rolee como ambos personajes caen K.O. al mismo tiempo. No habrá lugar para quejas y una vez superados los límites los usuarios no podrán contestar.
Como en otros combates, pero con mucha más importancia aquí, recordad seguir las reglas pertinentes a las Acciones ocultas. Y recordad, tirar un kunai al suelo atado con un hilo a una bomba, no son 3 AO (tirar un kunai al suelo, atarlo con un hilo, sacar una bomba del portaobjetos y atarla a dicho hilo). Es 1 AO (tirar un kunai al suelo atado con un hilo a una bomba). No abruméis con las AO, utilizadlas de manera justa y necesaria.
Resolved los conflictos por MP y con cordialidad. Si no se llega a un acuerdo, publicad un tema en Conflictos. No hay premios materiales en el torneo, y si perdéis vais a seguir combatiendo hasta el final. No os peleéis. Las decisiones del master que resuelva el conflicto serán inapelables.
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es
Eri volvía a estar nerviosa, esperando en aquel espacio con la compañía de una botella de agua ya que habían indicado que no podrían comer nada mientras esperaban. Daba vueltas como un león enjaulado, pero había algo positivo: al haber perdido la primera ronda ya no tenía tantos nervios como la vez anterior.
Pese a eso, seguía nerviosa por diversos motivos.
¿Quién estaría esperando para combatir con ella? ¿Cómo se llevaría a cabo el combate? Y si perdiera, ¿Hanabi se decepcionaría? Suspiró y tomó un trago largo de agua, luego se hizo más fuerte la coleta que apresaba sus cortos cabellos. Vestía lo mismo que la ocasión anterior.
No tardaron mucho más en llamarla, siguiendo de nuevo al samurái que le indicaba por donde ir hasta llegar a las puertas que daban con el ring. Era exactamente igual al de la ronda anterior. Por ello, el estómago de Eri dio un vuelco, sujeto por todos sus nervios que hacían que sus ojos no se fueran del otro extremo del lugar, aguardando, espectante, a quien vendría desde el otro lado.
Se colocó en su sitio y esperó.
«Venga Eri, por Uzushiogakure, por ti.»
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
2/05/2020, 17:54 (Última modificación: 2/05/2020, 17:57 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
Ayame aguardaba en su propio camerino, con los antebrazos apoyados en las rodillas y la mirada fija en el suelo. Puede que por fuera aparentara calma, pero lo cierto es que en su interior bullía como un torbellino. Había entrado de cabeza en las rondas de los perdedores tras haber fracasado estrepitosamente contra Amedama Daruu en su primer combate, y la hora de combatir se acercaba peligrosamente. Por supuesto, lo primero que había hecho al llegar al estadio había sido echar una ojeada a sus posibles contrincantes; y, para su sorpresa, sólo se encontró con un posible candidato. O, mejor dicho, candidata: Uzumaki Eri, de Uzushiogakure.
Le había sorprendido que ella fuera su rival. También le había alegrado ver una cara conocida. Pero no sabía nada más. Lo único que había hecho con Eri había sido cantar en un karaoke y tomar batidos en una pastelería. No conocía cómo luchaba, ni conocía su naturaleza de chakra.
No había sido hasta ese momento que se dio cuenta de que no sabía nada de su querida amiga.
Y eso la había entristecido sobremanera.
Ayame se sobresaltó al escuchar su nombre y se levantó como un resorte. La kunoichi volvió a saltar a la arena de combate. Tras el combate contra Daruu se había visto obligada a cambiar su indumentaria, por lo que tuvo que hacerse con una nueva. Dado el calor que hacía en aquella época del año, Ayame había optado por ropas más bien frescas pero igual de cómodas que la permitieran moverse sin problemas: Llevaba una camiseta sin mangas con estampados de olas, pero cubría la mitad inferior de sus brazos con sendas mangas blancas que estaban anudados justo encima de sus codos y se extendían en su máxima amplitud a la altura de las muñecas. Una falda violeta de tres pliegues (uno frontal y dos laterales), holgada y con vuelo, cubría sus piernas hasta las rodillas y debajo de aquella unos shorts negros, bien elásticos, a los que había atado con vendas su portaobjetos. La otra bolsa estaba tras su espalda, anclada con un cinturón también oscuro.
En aquella ocasión intentó evitar por todos los medios que los aullidos del público la amedrentaran; y aún así escuchó con total claridad los abucheos de Kusagakure. Nuevamente, no pudo culparlos. No después de la escena que había provocado en la anterior ronda.
«Pero aquí no habrá más numeritos.» Se prometió, con la mirada siempre puesta al frente. «Al menos ahora no estarán tan pendientes de mí...» Añadió, entristecida. Ni su padre ni su hermano habrían acudido a verla, ella misma se lo había dicho la última vez que se vieron en aquel restaurante de nikudango.
Por eso decidió apartar aquellos pensamientos a un lado y concentrarse en el presente. En su oponente. En Uzumaki Eri, que ya la esperaba en el centro del campo de combate. Verla allí volvió a devolverle la felicidad y sus labios se curvaron inevitablemente en una sonrisa.
—¡Eri! Demos un buen espectáculo, ¿vale? Como en Tanzaku Gai —le dijo, guiñándole el ojo con complicidad. Al mismo tiempo había alzado la mano derecha, con los dedos índice y corazón extendidos en el tradicional Sello de la Confrontación.
Aunque hubiese perdido el combate anterior, pensaba dar lo mejor de sí misma. ¿Y qué mejor que hacerlo con una buena amiga?
La silueta de alguien conocido acudió a su encuentro. Los nervios de Eri se acrecentaron, hasta que, por fin, descubrió que no era nada más y nada menos que Aotsuki Ayame en persona. Hacía tanto que no la veía que su creciente nerviosismo se aminoró al ver su sonrisa, esa sonrisa que hizo que los chillidos —y los abucheos— disminuyesen en sus oídos y se centrara en el combate que estaba a punto de comenzar.
—¡Eri! Demos un buen espectáculo, ¿vale? Como en Tanzaku Gai
—¡Claro! —respondió Eri, visiblemente más animada—. Todo por mi sirena favorita —mencionó, haciendo el sello de la confrontación.
Sabía que su derrota con Rōga, por mucho que le pesase y le doliera en el orgullo, no dejaba de ser un combate más, sin embargo; poder medirse con Ayame allí la renovaba con energías nuevas, cargando su tan preciada técnica mientras miraba a su compañera de banda, su vocalista y una de las personas que más le importaban de todas las que allí se habían presentado.
- Hitai-ate [De diadema]
- Sakura no Tanken [Sellada en la palma de la mano izquierda]
- Gin [Sellada en la palma de la mano derecha]
- Chūgata Makimono [Sellado en la muñeca izquierda]
- Chaleco militar [0/5]
- Portaobjetos básico [7/10] [En la parte posterior de su obi]
Shuriken (x2)
Kunai (x1)
Kemuridama (x1)
Hikaridama (x1)
Paquete de 5 senbon (x1)
B-ranku no Kibaku Fuda (x1)
¤ Raiton no Yoroi ¤ Armadura de Elemento Rayo - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos:Raiton 80 - Gastos:
75 CK activación, divide la regeneración de chakra
14 CK por movimiento ultrarrápido
- Daños: - - Efectos adicionales:
Agilidad+30, Percepción+30
Permite usar un movimiento ultrarrápido de 10 metros cada 5 turnos
(Aguante 80) El movimiento ultrarrápido ahora tiene un enfriamiento de solo 3 turnos
El ninja recubre su cuerpo con una capa de chakra eléctrico, que en lugar de ser utilizado para maniobras ofensivas, estimula el sistema nervioso del usuario. La técnica produce que las sinopsis neuronales transmitan la información con una presteza exponencialmente mayor, consiguiendo que la velocidad física y de reacción sean llevadas al límite. Combinando esta técnica con Taijutsu da lugar a una conjunción de estas conocida como Nintaijutsu.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
3/05/2020, 16:10 (Última modificación: 3/05/2020, 16:15 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—¡Claro! —respondió Eri, devolviéndole la sonrisa y el Sello de la Confrontación—. Todo por mi sirena favorita.
Ayame se sonrojó inevitablemente ante el apelativo utilizado por la pelirroja, pero la kunoichi enseguida sacudió la cabeza para apartar el sentimiento de vergüenza. Tenía que concentrarse en el combate que estaba por venir, y no podía permitir que cualquier tontería la distrajera ni un solo instante.
—¡Empecemos, pues! —bramó la Uzumaki; y, con un breve y escalofriante chisporroteo, su cuerpo se envolvió repentinamente en electricidad, erizando en el proceso sus cabellos del color de la sangre.
Ayame se tensó al instante, sintiendo que se le ponía la carne de gallina al verla.
«Raiton... El destino me odia.» Chasqueó la lengua, irritada.
No conocía de nada aquella técnica, pero viendo cómo envolvía el cuerpo de su oponente dedujo que le debía beneficiarla de alguna manera. El cómo era algo que no deseaba conocer. Incluso era probable que la dañara si entraba en contacto con ella. Por eso, decidió actuar en consecuencia y entrelazó las manos en un único sello.
Carnero.
«Lo siento mucho, querido público.» Sonrió para sí.
Ayame inspiró hondo y expelió una densa neblina que tomó cuerpo en casi todo el estadio. La figura de la kunoichi no tardó en disolverse en ella, dejándose abrazar por su propio elemento.
Eri tragó saliva en cuanto Ayame comenzó a expulsar una densa niebla que cubrió casi todo el estadio, haciendo que tanto el público, no muy contento de haber sido privado de su combate; como ella, se quedaran con muy poca visión. El corazón de Eri latía a toda velocidad, tanto, que casi sentía los latidos en sus oídos, pero intentó serenarse, haciendo un sello.
«Carnero...»
De su espalda salieron dos cadenas que ya había empleado en su combate anterior, moviendo, de nuevo, su cabeza hacia un lado y hacia otro. No sabía si moverse era una buena opción, tampoco si debía quedarse allí de pie sin hacer nada. No conocía esa técnica y seguro que con ello Ayame la sacaba ventaja, pero no podía rendirse, así que esperó.
«Vamos... Vamos...»
- PV:
270/270
–
- CK:
165/260
– - 30 (Divide, Raiton no Yoroi) (Divide, Uzumaki no Kusari)
- Hitai-ate [De diadema]
- Sakura no Tanken [Sellada en la palma de la mano izquierda]
- Gin [Sellada en la palma de la mano derecha]
- Chūgata Makimono [Sellado en la muñeca izquierda]
- Chaleco militar [0/5]
- Portaobjetos básico [7/10] [En la parte posterior de su obi]
4/05/2020, 18:07 (Última modificación: 4/05/2020, 18:08 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
Entonces, como en una de esas historias fantásticas de marineros y sirenas, un místico canto comenzó a escucharse entre la niebla. Era un canto suave, casi melancólico al mismo tiempo, pero Eri lo reconocería al instante: Era la misma canción que Ayame había cantado con ella tiempo atrás, en Tanzaku Gai.
Pero en aquella ocasión la canción arrastraba un poder inimaginable, un poder atrayente y magnético como el de un imán. Ayame la llamaba entre la niebla, invitándola a acercarse a ella, tal y como hacían las sirenas con los marineros a los que acechaban entre los corales. Y si Eri caía en su influjo, acabaría encontrándola allí, con las manos entrelazadas en el sello del Pájaro mientras seguía cantando. Hasta que se encontró a apenas un metro de ella, que fue cuando dejó de cantar y agarró rápidamente a Eri por el cuello del uwagi con las dos manos.
—¡Ya! —exclamó al mismo tiempo, con una sonrisa.
Fue instantáneo a la orden de la kunoichi: justo desde encima de sus cabezas, un brillante delfín de agua atravesó la niebla como un fantasma y cayó con toda su fuerza sobre las dos jóvenes. El Kage Bunshin se deshizo en apenas una nube de humo ante el brutal impacto, dejando caer al suelo algo pequeño y metálico que rebotó contra el suelo un par de veces: un comunicador.
PV:
260/260
– CK:
198/330
–
-30 CK del turno anterior
–
-72 CK
–
Regeneración dividida
–
1 AO revelada
– Ayame ha creado un Kage Bunshin y le ha dado uno de sus dos comunicadores para poder comunicarse con él.
La voz de Ayame comenzó a escucharse entre la niebla cual destructivo canto que hacía embriagar a todos sus sentidos. Eri conocía la canción a la perfección: fue aquella que entonaron la primera vez que se habían conocido. «Eso es jugar sucio, Ayame...» pensó, sin embargo; avanzó con cautela. Tenía desventaja en ese lugar y cualquier movimiento en falso sería su perdición. Aunque su cuidado pronto se vio deshecho y al final no pudo evitar caer, ¿por el canto? ¿Por Ayame? No podía evitarlo, la amejin sabía jugar.
La encontró allí, con el sello del Pájaro, cantando. Se acercó a ella y, de pronto, ella la agarró.
«¡Mierda! ¿Pero qué me pasa?»
La kunoichi actuó, y, de pronto y sin ser esperado, un torrente de agua en forma de delfín cayó con fuerza sobre ambas.
«Rata, trigre...» Su desesperado intento en proteger a ambas —sin saber cuál era la original— hizo que su sucesión de sellos fallase en el tercero, fallando en su intento de protección y siendo arrasada por el agua que la arrastró fuertemente mientras sentía el dolor en su cuerpo, intentándolo mitigar, en vano, poniendo una de sus cadenas frente al agua que la arrastraba mientras que con la otra trataba de no perder demasiado el equilibrio.
—Ngggh... —claramente en desventaja y ahora tocada, corrió a hacer una sencuencia de sellos antes de volver a perderla. Tenía que aprovechar esa pequeña oportunidad, así que, lo más rápido que pudo, creó múltiples agujas eléctricas que viajarían a toda velocidad hacia donde se suponía que había quedado Ayame.
- PV:
200/270
– - 70 PV
- CK:
129/260
– - 36 CK (Chidori Senbon) - (Divide, Raiton no Yoroi) (Divide, Uzumaki no Kusari)
- Hitai-ate [De diadema]
- Sakura no Tanken [Sellada en la palma de la mano izquierda]
- Gin [Sellada en la palma de la mano derecha]
- Chūgata Makimono [Sellado en la muñeca izquierda]
- Chaleco militar [0/5]
- Portaobjetos básico [7/10] [En la parte posterior de su obi]
Eri se vio arrollada por el delfín y se vio arrastrada varios metros por la riada de agua liberada con el impacto. Pero la kunoichi no iba a rendirse así como así y, después de recuperar el equilibrio utilizando sus curiosas cadenas de chakra, y dispuesta a seguir dando lo máximo de sí; entrelazó las manos en varios sellos y lanzó una oleada de agujas cargadas con electricidad hacia delante, atravesando la niebla paralelas al suelo, pero sin encontrar nada a su paso. Parecía que Ayame no estaba allí.
Y entonces la de Uzu pudo escuchar un nuevo canturreo desde lo alto, desde el mismo lugar donde había aparecido el delfín de agua. Un canturreo prolongado en el tiempo, una melodía sin letra que se vio acompañada por el silbido de un kunai que se dirigía a toda velocidad hacia su torso.
Sus senbons viajaron lejos, pero no encontraron objetivo. Chistó mientras volvía a estar alerta. ¿Dónde estaría Ayame? ¿Dónde?
De nuevo, su canto de sirena la atrajo. Venía desde arriba, justo donde había lanzado su técnica acuática. Esta vez, el canto era suave, sin letra, sin significado, hasta que lo acompañó el sonido de un kunai dirigiéndose rápidamente hacia ella. Eri a duras penas consiguió esquivar el golpe directo, pero sí que cortó su brazo, haciendo que se llevara la mano diestra a su brazo herido sin perder de vista el lugar desde donde había venido.
Comenzó a correr y saltó hacia el lugar desde donde provenía su voz con el puño en alto para intentar desestabilizarla, dispuesta a buscar a Ayame entre aquella dichosa niebla que las separaba.
- PV:
188/270
– - 12 PV
- CK:
134/260
– + 5 CK (Divide, Raiton no Yoroi), (Divide, Uzumaki no Kusari)
- Hitai-ate [De diadema]
- Sakura no Tanken [Sellada en la palma de la mano izquierda]
- Gin [Sellada en la palma de la mano derecha]
- Chūgata Makimono [Sellado en la muñeca izquierda]
- Chaleco militar [0/5]
- Portaobjetos básico [7/10] [En la parte posterior de su obi]
Pero el kunai no llegó a alcanzar el cuerpo de Eri. Justo antes de eso, algo mucho peor pasó:
¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOM!!!
El kunai apenas brilló un instante antes de estallar con violencia en una vorágine de humo y fuego levantados por la pólvora. Ayame había adherido un sello explosivo al mango del arma y lo había activado a distancia, justo en el preciso instante en el que el arma había llegado junto a su oponente.
Y la canción, desde lo alto, seguía sin dejar de sonar.
PV:
260/260
– CK:
165/330
–
-15 CK
–
Regeneración dividida
–
1 AO mantenida
–
1 AO revelada
– El kunai llevaba adherido en el mango un sello explosivo de rango B
7/05/2020, 18:14 (Última modificación: 7/05/2020, 18:16 por Uzumaki Eri. Editado 1 vez en total.)
El kunai nunca la alcanzaría aunque ella tratara de esquivarlo, pues lo que no se imaginaba es que, en aquel arma, había adherido un sello explosivo que recibió la kunoichi sin poder evitarlo, arrastrándola con violencia mientras dejaba humo y fuego a su alrededor. Cayó e impactó contra el suelo del ring donde permaneció unos segundos, recobrando el aliento mientras sentía su cuerpo arder.
—Duele... —murmuró para sí misma mientras se levantaba con la ayuda de sus dos cadenas, que terminó por deshacer. Estaba cansada y ni si quiera se había podido acercar a ella, pero tenía que intentarlo, no podía quedarse ahí parada.
Y su canción seguía sonando.
Desde el sitio donde había acabado tras el golpe, tomó de su portaobjetos sus dos shuriken que lanzó hacia el sitio donde se escuchaba la canción.
- PV:
135/270
– + 12 PV (Porque no impactó el Kunai) - 65 PV (bomba)
- CK:
- Hitai-ate [De diadema]
- Sakura no Tanken [Sellada en la palma de la mano izquierda]
- Gin [Sellada en la palma de la mano derecha]
- Chūgata Makimono [Sellado en la muñeca izquierda]
- Chaleco militar [0/5]
- Portaobjetos básico [7/10] [En la parte posterior de su obi]
Shuriken (x0)
Kunai (x1)
Kemuridama (x1)
Hikaridama (x1)
Paquete de 5 senbon (x1)
B-ranku no Kibaku Fuda (x1)
¤ Raiton no Yoroi
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
8/05/2020, 15:04 (Última modificación: 8/05/2020, 15:32 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
Dos shuriken atravesaron la niebla, buscando el cuerpo de la sirena que cantaba, oculta en ella. Su ecolocalización le permitió verlos a tiempo, pero ni siquiera se movió para evitarlos. Las estrellas de metal la atravesaron, como si no fuera más que un reflejo en la superficie de un lago.
«Veamos...»
Ayame respondió de inmediato, de una forma similar. Sin dejar de cantar, sacó cuatro shuriken que lanzó trazando sendas parábolas contra la silueta de Eri dentro de la niebla: dos a izquierda, dos a derecha. Pero había algo extraño en aquel movimiento: Los shuriken no se dirigieron contra el cuerpo de la Uzujin; en su lugar, y por su trayectoria, parecía que iban a pasar a sendos lados de su cuerpo sin llegar a rozarla.
Los shuriken viajaron hasta Ayame, que ni se movió para esquivarlos. En cambio, el metal la atravesó como si fuese parte de la neblina que las rodeaba a ambas, continuando con su cantar sin problema. Eri volvió a chistar, cada vez más inquieta por su combate. «¡Está ahí! Y aun así, mis ataques no llegan a ella...»
Fue el turno de la amejin. No tardó en contraatacar con cuatro shuriken hacia su posición, pero no fue hasta que se acercaron lo suficiente que ninguno iba hacia ella directamente, sino a sus lados.
«¡No! ¿Otra trampa?»
Corrió hacia su izquierda todo lo rápido que pudo, haciendo una voltereta para llegar más lejos antes de que los shuriken impactasen contra el suelo. No quiso girarse a mirarlos, sino que recortó distancia con aquella chica y su voz, aun desde lo alto, dispuesta a descubrir por qué no la alcanzaban sus ataques.
Tomó impulso y, tras un salto, se dispuso a pasar a taijutsu para darle un simple puñetazo en el estómago.
- Hitai-ate [De diadema]
- Sakura no Tanken [Sellada en la palma de la mano izquierda]
- Gin [Sellada en la palma de la mano derecha]
- Chūgata Makimono [Sellado en la muñeca izquierda]
- Chaleco militar [0/5]
- Portaobjetos básico [7/10] [En la parte posterior de su obi]
Shuriken (x0)
Kunai (x1)
Kemuridama (x1)
Hikaridama (x1)
Paquete de 5 senbon (x1)
B-ranku no Kibaku Fuda (x1)
¤ Raiton no Yoroi
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Pero Eri se intuyó que algo andaba mal con aquellos shuriken, y echó a correr hacia un lado con una ágil voltereta antes de que llegaran a alcanzar su posición. En consecuencia, los proyectiles cayeron al suelo con un delicado tintineo metálico, con los hilos que los unían enredados entre sí, ahora inservibles.
«Nunca funciona, voy a tener que cambiar esa táctica.» Se dijo Ayame, divertida. Todas las veces que había intentado aquello, por una cosa o por otra, jamás había funcionado.
Sin embargo, la Uzumaki no estaba dispuesta a perder el tiempo. Siguiendo la estela de la voz, la marinera quiso acercarse a la sirena escondida entre la niebla. Y cuando saltó hacia ella, puño en ristre, pudo ver al fin a Ayame, con sus alas de agua desplegadas tras su espalda y sosteniéndose en el aire sobre la niebla. Pero ella también la estaba esperando, y tenía las manos ya entrelazadas en el sello del Tigre. La canción se había detenido.
«Oh, no, ¡no puedo dejar que te acerques!» Pensó, frunciendo el ceño, tomando una buena bocanada de aire.
Y poco antes de que Eri llegara hasta ella para asestarle el puñetazo, y aprovechando que estaba en el aire y le sería más difícil evitarlo al no tener un punto de apoyo, lanzó desde sus pulmones una bomba de agua, una bala de cañón que buscó impactar contra ella y devolverla contra el suelo.
PV:
260/260
– CK:
89/330
–
-30 CK por las alas
–
-36 CK
–
Regeneración dividida
–
2 AOs reveladas
– 1: Desde que Ayame creó la niebla, está volando sobre ella con sus alas de agua. 2: Los shuriken lanzados estaban atados con hilos entre sí.