Chika se pasó todo el rato que siguió a Ranko hasta el dojo buscando una forma de librarse de pelear con Meme y que Kimi no se pegase con Ranko. Podía decirles que quería pelear ella con la Sagiso, pero Kimi se negaría y la mataría. O peor, mucho peor, no se negaría y la miraría durante lo que quedaba de día con una mirada de cachorrito apaleado y se moriría de pena. Sabía que Kimi iba loca por enfrentarse a Ranko. Pero... temía que las piernas de Ranko fuesen demasiado para su pequeña hermanita.

¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh! Si seguía pensando se iba a volver loca. Kimi ya era una ninja de pleno derecho. Podía decidir por si sola. Y durante unos buenos cinco segundos, Chika se relajó.

—. ¿Cómo...? Ahm... ¿Cómo les gustaría comenzar?

Justo entonces Lyndis decidió descansar así que solo se pelearían Ranko, Kimi, Meme y ella. Solo tenía que decir de pelear con Ranko y todo estaría bien, pero dudó. Dudó porque sería anteponer la seguridad de su hermana a su felicidad, a su crecimiento, a todo por lo que había entrenado.

— ¿Te gustaría empezar conmigo, Sagisō-san?

Estaba muerta. Iba a morir de una patada de las piernas más fuertes de Onindo. Iba a tener que volver a montarla de nuevo cuando acabasen el entrenamiento y ella no tenía ni idea de mecanica... ¡ni de medicina! Completamente palida, se giró a Meme.

— Supongo que solo quedamos tú y yo, Meme-chan. ¿Quieres...?

Ni siquiera le salían las palabras. No dejaba de mirar de reojo a Ranko y a Kimi, que se estaba emocionando como una niña con una piruleta. Se iba a tropezar y se le iba a romper. Y ella tenía que impedir que se clavase el palo de la piruleta y se sacase el ojo bueno. ¡Y Kimi nunca se lo ponía fácil!

Ranko se cruzó de brazos al ver a Lyndis querer flojear más. Infló una mejilla como una chica malcriada. ¿Cómo podía ser tan vaga a veces, y tan energética en otras? ¿Cómo podía pensar que le encantaba entrar en acción y luchar con ella, pero que le molestaba demasiado verla de perezosa? ¿Era la sangre oni?

Suspiró.

—Bien, Lynn —Estuvo cerca de pedirle a Waai-chan que por favor se levantara, pero había decidido llamarla así cuando estuvieran a solas nada más. ¿Por qué? No lo sabía. —, serás la primera en la siguiente ronda. Contra mí.

Ranko fue a ponerse en posición frente a Kimi,con varios metros entre ambas, y la vio cubrirse de electricidad.

"Raiton. Por supuesto." Ranko miró a Chika y asintió. Le había dicho que no iría al cien por ciento contra ella, y Ranko lo cumpliría. Frente a la peliazul, la pelirroja se posicionó, aunque no dejaba de ver a Kimi y su brazo metálico.

—Oh. Yo quería enfrentarme a Kimi también. Será después. Vamos. —Meme alzó las manos a la altura del rostro, extendiendo los dedos y mostrando los dorsos. Su abrigo negro se deshizo y se transformó en una nube amorfa que fluía alrededor de su cuerpo.

Ranko miró a Meme. Parecía que a las dos hermanas mayores les preocupaba que sus hermanitas salieran heridas. La de la trenza tragó saliva.

—Interesante justsu, Kimi-san. Mi hermana Kuumi tiene uno similar, pero más… caótico. Comencemos.

Ranko hizo el sello de confrontación y le dedicó una reverencia. Meme hizo lo mismo para con Chika.

Hakuto avanzó. Un par de largos pasos y llegó a la Yotsuki joven. Comenzaría levemente, pues mantendría su promesa. Una patada izquierda desde el lateral, dirigida al torso [21PV], y luego un puñetazo derecho al estómago [17PV]. A pesar de su gran fuerza, el estilo de Ranko no se enfocaba en puñetazos, así que la diferencia de potencia se sentiría con facilidad. Ranko estaba ansiosa de ver de qué era capaz Kimi, aunque su temor de lastimarla no se iba.

Mientras tanto, Meme estaba ansiosa por combatir con Kimi y su brazo, pero temía que Chika pudiese tocarla. La pelirroja concentraría chakra en sus manos alzadas y un tercio de su Suiken se concentraría en la forma de cinco perlas brillantes.

—Jibaku Shohō. Sōshu. —soltó Meme, casi con aire de villana, por alguna razón. Las perlas salieron disparadas en dirección a Chika. Cada una haría poco daño [4PV], pero si se recibían todas podría ser doloroso.

Por suerte para Lyndis, todas parecieron acceder, menos Ranko quien le dirigió una mirada enfadada, y la desafió a ser el siguiente combate.

— Ara ara. Claro, claro. En el siguiente, soy toda tuya — añadió dando un suspiro sin perder la sonrisa, y terminando de acomodarse, apoyando la cabeza sobre una de sus manos.

Kimi, deseando enfrentarse a Ranko, tomó la iniciativa pareciendo ejecutar una técnica, que provocó en ella misma la aparición de diversas chispas así como el pelo algo erizado. Aquello llamó la atención de la peliplateada, pues parecia poseer un jutsu bastante parecido al de ella, y Ranko la alabó, mencionando uno parecido por parte de su otra hermana. ¿Que clase de técnica era la que mencionaba Ranko? Ahora le picaba la curiosidad. Y antes de poder seguir, se abalanzó sobre Kimi para golpearla principalmente con sus piernas.

Meme por su parte, hizo levitar aquellos sedimentos de un tono grisáceo para sin perder el tiempo, darles una forma esferica y que estas arremetieran contra Chika. Lo que sea que utilizara Meme, era de lo más característico.

— ¡Osu!

Como ninjas, ambas combatientes se saludaron con el sello de la confrontación antes de, como artistas marciales, empezar el combate con una reverencia.

La Sagisō avanzó mucho más rápido de lo que la pequeña Kaminari podía aspirar a correr en ese momento. Sabía que si no hacía algo pronto, ni siquiera tendría tiempo de reaccionar.

«Lo siento, Chika».

Su ojo derecho brilló con fuerza y todos sus músculos se tensaron durante un instante. Pudo ver venir la patada de Ranko, pero no por mucho.

Dio un largo paso hacia atrás, retrocediendo lo justo para que la patada de la Sagisō pasara de largo. No porque haya calculado la distancia al milímetro, sino porque no le dio tiempo de moverse más.

Entonces vio venir un puñetazo, que por la distancia que había conseguido pudo evitar fácilmente dando otro paso hacia atrás.

«¡Es asombrosa! ¡Puedo sentir el viento que genera sus golpes!»

Kimi sonrió ampliamente mientras una gran cantidad de electricidad se concentraba en su brazo derecho, antes de dar un paso hacia adelante para intentar estamparle el antebrazo a Ranko directamente en el estómago (40 PV).

— Ara ara. Claro, claro. En el siguiente, soy toda tuya —

"¿Eh?"

La pobre mente de Chika no podía procesar las leves sutilezas del subtexto entre Ranko y Lyndis. Eso combinado a que tampoco podía dejar de vigilar a su hermana, que se había puesto en modo asesina letal sin piedad, hizo que ni siquiera prestase atención a Meme.

Ranko se lanzó a por Kimi al mismo tiempo que Meme le había lanzado unas perlas de metal a Chika. Para cuando la peliazul se dio cuenta de que estaba en un combate y debería prestar atención a su contrincante en vez de a su hermana ya tenía aquellos orbes a escasos centimetros.

— Auch. — dijo al recibir las perlas con su cuerpo.

Sabía que a Meme le disgustaba el contacto, así que Chika hizo dos sellos cuando se recuperó del golpe y apuntó a Meme con su brazo, del que brotó una serpiente eléctrica que se lanzaría a por el cuello de la muchacha. Se pondría en guardia de nuevo, esperando el próximo movimiento de Meme.

Ranko notaría algo pequeño en Kimi, como si de un instante a otro se volviese más fuerte o rápida. Tal vez era su imaginación. Como fuese, la morena evadió ambos golpes de la castaña y contraatacó con un golpe eléctrico.

—Ara ara. Claro, claro. En el siguiente, soy toda tuya.

Ranko volteó a ver a Lyndis con el rostro totalmente sonrojado. Normalmente, la de la trenza se enfocaba al cien por ciento en el combate. Incluso cuando todavía tenía muchos problemas para interactuar con toda persona, lograba superarlos solamente durante la pelea. Pero las palabras de la peliplateada la distrajeron por completo.

—¡L-Lynn! ¡¿Qué di…?!

Por supuesto, no pudo concentrarse en esquivar o bloquear el Lariat, y lo recibió en toda la panza. El dolor del Raiton ya le era tan desafortunadamente familiar. Soltó aire y apretó los dientes, antes de avanzar de nuevo, acortando incluso más la distancia, esta vez con un rodillazo derecho [21PV], seguido de una patada frontal izquierda [21PV], ambos ataques dirigidos a su estómago. Ranko no tenía mucho que pudiese hacer a distancia, así que entrar a combate cercano era lo mejor. Sólo buscaba no golpear demasiado fuerte.

Sorprendentemente, Meme estaba más concentrada en el combate que su hermana. Y más que su propia contrincante, pues Chika parecía prestarle más atención a Ranko y a Kimi que a ella. Normalmente, a Meme le disgustaría que la atención le fuese arrancada, pero entendía que su hermanastra la recibiera. O que lo hiciera aquella chica del hermoso brazo metálico. Sin embargo, no esperó. Apenas las perlas hubiesen alcanzado a Chika, hizo algunos sellos y aspiró.

—Toppa. —sopló.

Desafortunadamente, Chika no tardó mucho en contraatacar. Hizo menos sellos, más rápidamente, y lanzó una técnica que avanzó más veloz que la de Meme. La pelirroja apenas y logró soplar justo cuando la serpiente eléctrica estaba a un instante de morderla. La ventisca dispersó la electricidad, pero siguió avanzando hacia Chika, aunque con mucha menos fuerza [10PV]. Meme estaba segura de que, de haber estado Chika atenta desde el inicio, no habría tenido tiempo de lanzar su propio jutsu.

Ranko recibiría un lariat directo en el estómago a causa de un despiste pero aquel golpe parecía tener algo más que simplemente un impacto físico. Varias chispas surgieron tras el impacto, e hizo que Lyndis se irguiera en el momento, redirigiendo la mirada a Kimi acto seguido, fijándose de nuevo en aquellas chispas que desprendían su cuerpo sin cesar. Aunque la primera técnica se le hizo parecida a la suya, algo le hizo pensar que lo subsecuente no era parecido, no era un simple golpe marcial. No es que pusiera sus sentidos al máximo, pero si que la hizo prestar atención, a diferencia de lo que tenía planeado, que era dormir si se despistaban lo suficiente.

Chika por otro lado, tuvo en consideración lo que Meme y Ranko le comentaron, y en lugar de pelear en su elemento más comodo, el combate cuerpo a cuerpo, lanzó un ataque a distancia de similar forma que hizo Meme.

Lyndis se cruzó de brazos, pensativa. Es cierto que su especialidad era la corta distancia ¿pero que hacer contra un oponente evasivo o que era experto en el combate medio o largo? Alternaría entonces la mirada de un lado a otro, queriendo buscar una respuesta a eso.

El lariat de Kimi impactó de lleno en el estómago de la kusajin. No porque hubiese sido más hábil o más rápida que ella, sino porque simplemente se distrajo por las palabras de Lyndis, que se había sentado a observar los combates.

«¡Préstame atención!» Pensó Kimi, irritada. El combate apenas había empezado y ya se estaba distrayendo.

Seria, la karateka recuperó la guardia para prepararse ante el contraataque de Ranko. Al verla acortar la distancia para darle un rodillazo, Kimi decidió bajar ambos brazos para bloquearlo, preparándose para salir volando y sabiendo que si le daba de lleno probablemente no se recuperaría.

Kimi consiguió bloquear el ataque sin demasiados problemas. Sí, el impacto fue impresionante y por poco la levanta del suelo, pero no era lo que ya había visto de Ranko. No era su 100%. Ante la segunda patada, la Kaminari pudo ladear su cuerpo y dar un paso hacia la derecha para esquivarlo y lanzarle ella misma una patada a su muslo izquierdo con la diestra (15 PV patada + 10 PV Lightning Mōdo).

— No tienes por qué contenerte. Puedes pelear al cien por cien. —Le informó Kimi con calma, aunque todavía centelleante, luego de lanzar su ataque.

La serpenteante corriente electrica que había lanzado hacia Meme fue rápidamente dispersada por una onda de viento, que pasó a través de ella para golpear a Chika. Esto le dejó claro a la Kaminari lo que ya sabía pero había intentado ignorar tanto como fuese posible. Su mejor baza era el cuerpo a cuerpo.

Sin pararse a pensar en contra quien estaba peleando, recortó la distancia con su contrincante e intentó darle un puñetazo al estomago, rápido y sencillo (16 PV). Serían las palabras de su hermana las que la harían retroceder de nuevo para echar una ojeada al otro combate.

— No tienes por qué contenerte. Puedes pelear al cien por cien.

Chika no dijo nada, pero su mirada no paraba de ir de Kimi, a Ranko y a Meme, intentando no desconcentrarse pero no perderse detalle.

Ranko no tuvo tiempo ni espacio para esquivar a Kimi, y recibió el impacto en el muslo, haciéndole caer de rodillas. Ella le dijo que no tenía que contenerse.

Pero sí tenía que, ¿No? Chika le había pedido que no fuera al cien por ciento contra su hermana para evitar herirla, y Ranko había aceptado. No podía echarse para atrás, ¿Dónde estaría su honor? Aunque, por otro lado ¿Dónde estaría su honor si luchaba conteniéndose? Era un combate amistoso al fin y al cabo, no es como si fuese a matarla, ¿no es así?

"Bueno. Creo que puedo usar cosas más potentes."

En el suelo, Ranko rodó velozmente hacia Kimi, concentrando chakra en una pierna y lanzando una patada potenciada a las piernas de la Kaminari para derribarla.

—¡Reppū! — [60PV]

Claramente no era su técnica más fuerte, pero lo era más que una patada normal. Ranko aprovecharía el impulso de la patada para girar y ponerse de rodillas, lista para erguirse y seguir combatiendo.

El combate de Ranko y Kimi seguía distrayendo a Chika, por lo que ésta no pudo ver el instante de desesperación en el rostro de Meme cuando le dio un puñetazo. Su bandana en el vientre amortiguó un poco el daño, pero el contacto se sentía, como una roca cayendo sobre los hombros. La traición y el asco eran visibles en sus ojos verdes al alzarse hacia Chika. Al instante, la pelirroja dio un largo paso hacia atrás.

—¡NOO! ¡NO ME TOQUES! ¡ALÉJATE! —gritó, cambiando por completo su actitud hasta el momento. Alzó sus manos, concentrando chakra y moldeando toda la Suiken en pequeñas perlas —. ¡QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE MÍ!

En un arranque de rabia, Meme lanzó una descarga de quince esferas en dirección a Chika [4PV por perla]. Ranko volteó hacia su hermana.

—¡Meme-chan! —soltó, preocupada.

Parecía que nadie podía combatir en paz.

El combate de Ranko y Kimi resultaba de lo más interesante para Lyndis, hasta el punto de que no se dio cuenta cuando la sirvienta que las había atendido en la entrada, dejó a su lado varios vasos de té humeantes y un par de galletas expresamente para dicho té. Lyndis se fijaba sobre todo en los movimientos de ambas, en parte en los de Kimi, pues como también usaba taijutsu y raiton, podría intentar imitarla en algo. Pero algo llamó la atención. Un grito en el cielo se puso por encima del resto de las chicas. Giró la cabeza completamente sorprendida hacia Meme, quien parecía completamente desquiciada.

Ahí estaba aquella característica de la que Ranko hablaba de su hermana. Chika había cruzado la raya por accidente, y lo iba a pagar con creces. Lyndis se puso de pie, pero estaba demasiado alejada como para poder llegar a intervenir.

Ranko no le respondió, pero Kimi creyó poder verlo en su mirada. Algo había cambiado, para bien.

Cuando la Sagisō giró sobre sí misma para intentar barrer los pies de Kimi, la karateka dio un pequeño salto a la vez que estiraba su pierna derecha en una patada frontal a la cara de Ranko (15 PV patada + 10 PV lightning mōdo). Al caer, la capa de electricidad abandonó su cuerpo, aunque sus cabellos seguían igual de herizados.

— ¡NOO! ¡NO ME TOQUES! ¡ALÉJATE!

Una chispa salió de su ojo, provocándole un dolor muy intenso que le hizo llevarse la mano a la cara. Suerte que casi todo el mundo estaba mirando a Meme.

— ¡QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE MÍ!

Se quitó la mano de la cara poco a poco, llegando a ver cómo Meme preparaba unas quince esferas que lanzaría llena de rabia hacia Chika.

— ¡Chika, muévete!

Otro chispazo salió de su ojo, aunque esta vez no la hizo doblarse.

Mientras peleaba, se había olvidado por completo de contra quien peleaba y qué le habían dicho. Sencillamente le pareció completamente imposible pelear a distancia con Meme y, por instinto, había entrado a cuerpo a cuerpo.

—¡NOO! ¡NO ME TOQUES! ¡ALÉJATE! ¡QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE MÍ!

En cuanto Meme gritó, Chika volvió en sí y alzó ambas manos, saltando hacia atrás.

— Meme-chan, lo siento, calma...

Sin embargo, la joven kunoichi estaba lejos de calmarse. Lanzó una cantidad ingente de esferas metalicas en dirección a la peliazul, que dio un paso lateral mientras se cubría la cabeza, dejando completamente de lado cualquier intento de contraataque. Logró esquivar parte del ataque pero se llevó la mayoría de daño.

Lo había encajado bastante bien hasta que una de las bolas golpeó de lleno en su estomago, doblandola con ciertas nauseas, sin llegar a echar nada.

— Uf... — no dijo nada más, doblada e intentando recobrar el aliento.

Si Meme volvía a atacarla, no esquivaria ni bloquearía. Alzó una mano para enseñarle la palma a Ranko y Kimi para que no intervinieran.

— M-Meme-chan... Perdona, m-me avisaste y... te he hecho daño. — se irguió con una sonrisa. — Puedes golpearme cuanto quieras, no me defenderé, ¿vale? Así estaremos en paces, ¿te parece?

Parecía, en efecto, que no podían combatir. Ranko se vio distraída también, y no pudo evitar la patada de Kimi. Al menos, la adrenalina que sentía hizo que recibiera menos daño. Curiosamente, el dolor le trajo de nuevo al combate con la Yotsuki, justo para ver el ojo de Kimi chispear.

—E-espera, ¿Kimi-san? —Su atención iba de una menor a la otra. Kimi parecía estar teniendo algún fallo de sistema, mientras que Meme estaba alterada por el toque de Chika —. ¡Meme-chan!

La castaña quiso asistir a Kimi, pero la proposición de Chika de recibir los golpes de Meme le hizo prestarles atención a ellas de nuevo.

—Sí me parece —le contestó la pelirroja a la peliazul, con rostro endiablado —. Me parece mucho.

Meme alzó las manos, mostrando los dorsos, y atrajo la Suiken hasta ella, donde se formó de nuevo en una y media decenas de perlas. Sin embargo, Ranko ignoró la indicación de Chika y, en un parpadeo, apareció frente a Meme, encarándola, con los brazos abiertos para evitar que le disparase a Chika.

—Meme, no.

—¡Hermana! ¡Pero ella me tocó! ¡Ella me…! ¡Ella…!

Ranko colocó sus manos en los hombros de Meme. Las esferas de Suiken se deshicieron, y el metal flotó de vuelta a la chica.

—Ya se ha disculpado. Está bien. Estás a salvo.

La respiración de Meme se tranquilizó rápidamente.

—Sí… Sí, yo… Sí. Chika. Siento haberte atacado tanto —La Suiken se transformó en un vestido sin mangas y en una bufanda. Acarició las manos de Ranko y luego pasó de ella hacia la puerta —. Creo que me haría bien algo de beber. Iré a ver si Goromise tiene algo —Se detuvo al ver el té y las galletas al lado de Lyndis —. Algo frío.

Meme salió de la habitación mientras Ranko suspiraba. Les dedicó a todas una reverencia.

—L-lo siento, chicas… Meme-chan es… delicada. P-pero estará bien. De-denle algo de tiempo… Ahm… ¿Continuamos? ¡Ah, Kimi-san! ¿Te encuentras bien? ¿Q-qué fueron esas... Chispas.

Ahora que había un espacio libre, Ranko miraba casi sin querer a Lyndis, aunque le preocupaba que la Kaminari menor se encontrase herida.

Por suerte para la propia Lyndis tambien, no tuvo que intervenir gracias a Ranko, quien sus palabras parecieron tranquilizarla con una facilidad que seguramente nadie más podría. Suspiró aliviada, y se sentó de nuevo. Meme se acercó hasta la puerta, y Lyndis incluso se apartó un poco de ella, buscando no incomodarla. Sostuvo la mirada un rato en el pasillo sin moverse, viendo como la pelirroja se marchaba al interior de la casa.

Cuando Ranko observo a Lyndis, esta simplemente se encogió de hombros. Si luego quería hablar del tema, sabía que no tendría ningún problema en contarle lo que quisiera o si simplemente la quería para desahogarse por estar triste o enfadada ante lo acontecido.

— Dejale un poco de espacio... Supongo. No creo que la haya hecho queriendo. Ninguna de las dos — dijo intentando quitarle algo de peso al asunto, y también queriendo aliviar a Ranko mientras miraba a Chika.