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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Te lo dije cuando nos volvimos a reencontrar. No fue culpa tuya y nadie, ni el más experto, podría haber evitado que me capturaran. Prefiero que pienses que fui yo el que fallé. Supongo que, en realidad, sí que fue así.

No diría que no fuese así. Quizás tenía razón en el hecho de que aquello tenía pasar si o si. Uno de tantos caprichos que tenía el destino. No obstante, ello no era motivo por el que me hubiese castigado más de una noche en mis pensamientos imaginando como podría haberlo hecho mejor y evitar que todo su fuese a la mierda.

— Lo que pasó después...

El comentario de Kumopansa hizo cambiar el semblante de nuestro interlocutor y es que no era para menos ante el reproche que había escupido. De hecho, me hizo pensar. si su reacción fue así o trataba de disimular a las mil maravillas o realmente no quería saber nada de Kurama y sus Generales.

, fue algo que oculté hasta llegar al despacho del Morikage. Porque era una información delicada y no quería que nadie pudiera irse de la lengua hasta que el Morikage decidiera que hacer con ella.

»La identidad del general de Kurama era una persona que tu y yo conocemos bien. El general era Yubiwa.


— QUÉ COJONES —

Me congelé durante unos pocos segundos ante tal revelación. Luego pestañee un par de veces, absolutamente incrédulo. Yubiwa, quién fue mano derecha del mismísimo Kenzō, ahora convertido en una de las peores alimañas de Ōnindo como General de Kurama. Desde luego, sonaba de o más surrealista posible.

— ¿Entonces va en serio? ¿Nuestro Yubiwa? ¿El de Kusagakure? Pero... — a medida que lo pensaba cada vez tenía menos sentido — Kurama está buscando los bijuus para que se unan a su causa y, que yo sepa, Yubiwa no era jinchuriki o ¿es que Kenzō-sama nos lo había estado ocultando?

Demasiadas preguntas ante la simple afirmación que había hecho el marionetista.
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#17
La reacción de los dos no fue para menos. Yubiwa era conocido por todos, así que era lógico. Lo cierto es que Juro también se había llevado una enorme sorpresa. El hombre que le había acompañado el día que Chōmei fue sellado en él y que había bromeado con lo mucho que le iba a doler, había sido el mismo que le había puesto contra la espada y la pared en aquella cueva. Cuanto más lo pensaba, más se abrumaba.

— ¿Jinchūriki? ¿Qué te hace pensar que sus generales lo son? — preguntó Juro, confuso. ¿Qué clase de información había recibido Yota? —. Kurama está buscando bijuus, es cierto, pero hasta donde yo sé, los únicos Jinchūriki existentes actualmente, aparte de mi mismo, son Ayame y Datsue. Y dudo mucho que se hayan unido a su causa. Ahora mismo, Kurama no debería de contar con el apoyo de ningún bijuu, a no ser que nos guarde alguna sorpresa.

Claro que la información que recibía uno como exiliado no era la misma, ni de lejos, que como ninja, y a pesar de ello muchas veces ni te enterabas de las cosas, así que no descartaba que algo hubiera ocurrido a las sombras. Después de todo, su identidad fue, durante bastante tiempo, un misterio para el resto de las aldeas.

Casi era de risa. Al recordarlo, se dio cuenta de que, por un motivo o por otro, se había pasado media vida escondiéndose de los demás. Menuda existencia más triste.

— Yubiwa no era un Jinchūriki, pero sí tenía el chakra de Kurama en él — prosiguió —. Los generales son un grupo de personas que han jurado lealtad a Kurama, y a cambio, él les ha dado poder, parte de su chakra. Desconozco el alcance de ello, pero Kurama pudo hablarme a través de Yubiwa, como si lo poseyera. Kurama mueve sus hilos a través de ellos. Él debe de estar escondido, en alguna parte, y debe de haber tomado el control del cuerpo de su Jinchūriki, sea quien sea.

Esa información la había obtenido gracias a Kokuō , en aquel encuentro que lo había cambiado todo. Ahora lo agradeció. Ella no solo había alertado a Chōmei , sino que le había dado datos muy valiosos. Si alguna vez volvían a encontrarse, debería de agradecérselo apropiadamente.
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  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
#18
— ¿Jinchūriki? ¿Qué te hace pensar que sus generales lo son?

La verdad es que la réplica de Jurete me había desconcertado y eso se reflejaba en mi rostro.

«¿Acaso no está buscando a sus hermanos para unirlos a su causa?»

Kurama está buscando bijuus, es cierto, pero hasta donde yo sé, los únicos Jinchūriki existentes actualmente, aparte de mi mismo, son Ayame y Datsue. Y dudo mucho que se hayan unido a su causa. Ahora mismo, Kurama no debería de contar con el apoyo de ningún bijuu, a no ser que nos guarde alguna sorpresa.

— Yo no descartaría que los bijūs que desconocemos de su paradero se hayan unido a su causa, pero qué sabré yo de esas cosas

— Yubiwa no era un Jinchūriki, pero sí tenía el chakra de Kurama en él — prosiguió —. Los generales son un grupo de personas que han jurado lealtad a Kurama, y a cambio, él les ha dado poder, parte de su chakra. Desconozco el alcance de ello, pero Kurama pudo hablarme a través de Yubiwa, como si lo poseyera. Kurama mueve sus hilos a través de ellos. Él debe de estar escondido, en alguna parte, y debe de haber tomado el control del cuerpo de su Jinchūriki, sea quien sea.

— Oh, así que lo hace de esa manera...

Aquella revelación explicaba muchas cosas. al parecer el encuentro con Yubiwa había sido de lo más revelador ye so que aún no sabía nada más que el principio de dicho encuentro. No obstante, lo que ya me había contado explicaba muchas cosas sobre el encuentro que tuve con el cabrón ese de los huesitos.

— Bueno, ¿y qué pasó luego? ¿qué te dijo Kurama?

Ya no podía parar, necesitaba todos los detalles, saber qué diantres pasó aquel día. La jodida verdad.
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#19
Juro se encogió de hombros ante la afirmación de Yota. Sí, puede que tuviera razón. Dar por hecho cosas era sinónimo de confiarse, y un ninja confiado siempre acababa en el mismo lugar: enterrado bajo tierra. En lo que respecta a Kurama, uno nunca podía saber en qué clase de cosas pensaba aquel zorro.

El marionetista alzó la mano derecha — lentamente, para que nadie lo confundiera con una agresión — con la palma extendida hacia su compañero, en un gesto para que se calmara.

— Entiendo que tienes muchas preguntas, pero vayamos por partes. Eso te lo contaré después — afirmó, para luego continuar —. Antes de hablar con Kurama, tuve la oportunidad de hablar con Yubiwa. Traté de razonar con él y averiguar por qué estaba traicionando a la villa. Pero su respuesta me dejó... inquieto. No parecía el mismo hombre que había conocido en su día. Algo le había cambiado.

Se aclaró la garganta. La historia que venía ahora era incluso más complicada de entender, y eso ya era decir. Pero había algo de lo que se había dado cuenta hace mucho tiempo y que no había tenido la oportunidad de comprobar hasta ahora: Yota había estado en la misma misión que Yubiwa. Si alguien sabía lo que había pasado ahí, podía ser él.

Quizá su antiguo compañero de villa podía decirle, de una vez por todas, si ese hombre decía la verdad o mentía.

— Me habló de una misión. Una que tú también debes conocer muy bien, puesto que fuiste con él y con una tal Taeko — Juro no reconocía ese nombre, aunque le sonaba ligeramente. Una compañera supuso —. Él... bueno, me dijo que estuvo ante una especie de árbol sagrado y que tuvo una revelación. Que él era un ninja de una antigua nación llamada Takigakure, a la que Kenzō-sama exterminó y que él fue el último superviviente. Le borraron la memoria y le instruyeron como arma para Kusagakure por su poder.

»Fuese o no verdad, Kurama lo engatusó con la promesa de que resucitaría su antigua nación y que le nombraría lider. Y a cambio de ello, él aceptó ser su siervo. No solo estaba dispuesto, sino que consideraba que los humanos eramos seres inferiores y que debíamos servir a los bijuu, así como que era necesario destruir el orden establecido — murmuró, con cierta amargura. No era fácil hablar de algo así.
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#20
— Entiendo que tienes muchas preguntas, pero vayamos por partes. Eso te lo contaré después

El marionetista había levantado sus manos pidiendo calma.

Antes de hablar con Kurama, tuve la oportunidad de hablar con Yubiwa. Traté de razonar con él y averiguar por qué estaba traicionando a la villa. Pero su respuesta me dejó... inquieto. No parecía el mismo hombre que había conocido en su día. Algo le había cambiado.

Más sorpresas. Aunque esta uno se la podía llegar a esperar. Lo cierto es que sentía mucha curiosidad, nunca se nos dio a conocer los motivos de la traición de Yubiwa a Kusagakure, los porqués de su exilio. En definitiva, algún tipo de raciocinio. No descartaba, incluso, que ni siquiera el viejo lo supiera. A las pruebas me remitía que había mil teorías sobre los actos atroces del ninja que tenía delante, pero ninguna certeza. Ardía en deseos de que este mismo día se acabasen las hipótesis y tuviese una realidad.

— Me habló de una misión. Una que tú también debes conocer muy bien, puesto que fuiste con él y con una tal Taeko

— ¿Hiciste una misión con taeko-chan y ese mal nacido?

— Así es — dije asintiendo con la cabeza.

Él... bueno, me dijo que estuvo ante una especie de árbol sagrado y que tuvo una revelación. Que él era un ninja de una antigua nación llamada Takigakure, a la que Kenzō-sama exterminó y que él fue el último superviviente. Le borraron la memoria y le instruyeron como arma para Kusagakure por su poder.

»Fuese o no verdad, Kurama lo engatusó con la promesa de que resucitaría su antigua nación y que le nombraría lider. Y a cambio de ello, él aceptó ser su siervo. No solo estaba dispuesto, sino que consideraba que los humanos eramos seres inferiores y que debíamos servir a los bijuu, así como que era necesario destruir el orden establecido


— No hubo tal visión ni nada que parecido. Al menos no que yo recuerde. Aquella misión fue rara. Pero lo que está claro es que nos traicionó por las mentiras de Kurama, ¿Cómo puede confiar alguien en ese hijo de la gran puta? Vamos, no me jodas. Solo es un tipo que va soltando por ahí que será el emperador de Ōnindo porque supuestamente la raza de los bijūs es superior a la de los humanos — dije, entre iracundo y enrabietado — ¿Te dijo algo más?
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#21
Juro frunció el ceño cuando su ex compañero le habló de la misión. Él afirmaba que no había habido ninguna clase de visión. Sin embargo, estaba bastante seguro de que Yubiwa, a pesar de su aspecto de demente, no mentía. ¿Habría sido alguna clase de ilusión enemiga? ¿Y si Kurama había estado detrás de él desde el principio? Sonaba muy rebuscado, sin embargo. Y no podía quitarse de la cabeza el hecho de que Yubiwa, desde siempre, había bromeado con ser un miembro de aquella nación inventada. En algún momento de esa misión, sus delirios habían tomado forma y le habían arrastrado a la locura.

Sin embargo, al marionetista no se le pasó por alto el apreciativo de su compañero. La misión había sido "rara". ¿Qué clase de cosas habrían pasado en ella?

— Mencionó algo sobre un Kekkei Genkai único que él tenía y que ese era el motivo por el que Kusagakure lo manipuló y utilizó. Pero no tengo ni idea de a que se refería — dijo Juro, frotandose el mentón. Frunció el ceño, tratando de hacer memoria —. Lo que si que entendí es que Kurama quiere crear un imperio, tal y como tu dices. El imperio del Norte. Él... llevaba una placa diferente en su bandana. Una con un copo de nieve. Puede que sea su símbolo.

» Yubiwa quería rebelarse contra los Daimyo, contra el sistema. Creía que no tenían ningún derecho a gobernar sobre el resto de seres humanos y que eran una plaga... y por eso, quería depositar su fe en un imperio gobernado por los bijuu, a los que calificó como dioses — Juro no pudo evitar sentir angustia ante el destino de aquel hombre. Su mirada se ensombreció —... pero él no lo entendía. A Kurama no le importan esas cosas. Ni si quiera reconstruiría su nación. El imperio de Kurama quiere destruir el orden y a todos nosotros con él. Solo está utilizando a esos humanos, como manipuló a Yubiwa y como quiere utilizarnos a nosotros, los Jinchūriki. Ese nuevo orden es la esclavitud de la humanidad. Ojalá me hubiera escuchado... pero razonar con él fue inutil, él creía firmemente en lo que decía y en las mentiras que Kurama le había contado. Y después, el Zorro hizo acto de presencia.

Esperó, puesto que era consciente de que revelar mucha información de golpe podría saturar a Yota, y puede que él aun tuviera más preguntas antes de continuar con la historia.

Lo cierto es que pensar en Yubiwa le había traído un recuerdo doloroso. Al fin y al cabo, era la primera persona que había matado y que guardaba alguna clase de significado para él. Una persona que había visto y con la que había bromeado, a quién también había admirado. Alguien con cara, voz y nombre, que le perseguiría siempre. Desearía no haber tenido que hacerlo. Pero en el mundo shinobi, uno deseaba muchas cosas. No podía arrepentirse de un acto que le había salvado la vida.
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#22
— Mencionó algo sobre un Kekkei Genkai único que él tenía y que ese era el motivo por el que Kusagakure lo manipuló y utilizó. Pero no tengo ni idea de a que se refería

Aquellos ojos dorados que lucía, ciertamente tenían un aire particular. Pero lo cierto es que no recordaba haberle visto hacer con ellos nada espectacular. Joder, tenía demasiadas lagunas sobre aquella dichosa misión. Solamente la recordaba a grandes rasgos, nada particular, adentrarme en detalles me resultaba extremadamente complicado.

Lo que si que entendí es que Kurama quiere crear un imperio, tal y como tu dices. El imperio del Norte. Él... llevaba una placa diferente en su bandana. Una con un copo de nieve. Puede que sea su símbolo.

— ¿El imperio del norte? ¿conoces su ubicación?

Si mal no recordaba, el paradero de Kurama era, por el momento desconocido por las Tres Grandes Aldeas. De no ser así, igual ya se hubiese orquestado algún tipo de ataque o se hubiese enviado algún pequeño escuadrón para investigar. Aunque también cabía la posibilidad de que se hubiese hecho esto último sin que yo supiese al respecto.

» Yubiwa quería rebelarse contra los Daimyo, contra el sistema. Creía que no tenían ningún derecho a gobernar sobre el resto de seres humanos y que eran una plaga... y por eso, quería depositar su fe en un imperio gobernado por los bijuu, a los que calificó como dioses

«Espera... ¿como Dragón Rojo?»

... pero él no lo entendía. A Kurama no le importan esas cosas. Ni si quiera reconstruiría su nación. El imperio de Kurama quiere destruir el orden y a todos nosotros con él. Solo está utilizando a esos humanos, como manipuló a Yubiwa y como quiere utilizarnos a nosotros, los Jinchūriki. Ese nuevo orden es la esclavitud de la humanidad. Ojalá me hubiera escuchado... pero razonar con él fue inutil, él creía firmemente en lo que decía y en las mentiras que Kurama le había contado. Y después, el Zorro hizo acto de presencia.

— Vamos, que enloqueció y le besó los pies al primero que le dio su tierra prometida, ¿no? — pero me seguía abduciendo la idea de que los de Dragón Rojo y Kurama pudiesen estar compinchados. Posiblemente aquel fuese el peor escenario posible para la supervivencia de Ōnindo y la raza humana — ¿Conoces a los de Dragón Rojo? Aquella banda que asaltó el torneo de los Dojos y que buscaron matar a los daimyos. Uchiha Akame y Umikiba Kaido estaban con ellos. Me resulta extraño que sus respectivos planes tengan un punto en común

Quizás estaba sacando conclusiones precipitadas, o quizás no, pero toda aquella información estaba resultando demasiado impactante. Era mucha y de golpe, por lo que trataba de asimilarla y digerirla lo mejor que podía. La verdad es que Juro disponía de toda mi atención.
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#23
— ¿El imperio del norte? ¿conoces su ubicación? — le preguntó Yota, nada más escucharle. Lo cierto es que así había llamado Yubiwa a lo que pretendía Kurama. Pero además de eso, no sabía nada.

— No tengo ni idea de donde puede estar — admitió —. Llevo bastante tiempo tratando de reunir pistas, hechos... o cualquier mínimo detalle. Pero ya ves lo perdido que voy, que hasta he llegado hasta aquí pensando que podría ser un escondite para él y sus generales. Lo de imperio debe de ser figurado aún, porque no hay forma de esconder algo así a ojos del mundo.

Curiosamente, Yota debía de estar pensando en muchas cosas en este mismo momento, porque en lugar de instarle a que continuara con la historia (la cuál había dejado en un punto interesante, a decir verdad), continuó manteniendo una conversación con él, esta vez mencionando a la banda criminal conocida como Dragón Rojo.

En fin, no se quejaba. Era agradable que el chico empezara a tratarle de una manera menos agresiva.

— Puede que haya estado escondiéndome todo este tiempo, pero no he vivido debajo de una piedra. He oído hablar de ellos y de lo que pasó— murmuró Juro —. Creo que muchos criminales quieren derrocar el sistema, la verdad. Pero si una banda tan poderosa como esa sigue existiendo a día de hoy y sus objetivos pueden interesarle, no descartaría que Kurama tratara de reclutarla para su causa. Ese Zorro es muy astuto.

» Aun así, Uchiha Datsue y Aotsuki Ayame estaban en el torneo, ¿verdad? Si Kurama hubiera estado metido en todo el ajo, no habría desaprovechado una oportunidad para atacarles. — Solo era una suposición, pero ambos eran shinobis excelentes y la posibilidad de dejarlos en sus respectivas villas sin la protección de sus Kages podría ser contraproducente. En su día, a él también le llevaron a un torneo, junto a ellos.

Sabía perfectamente la mala relación que tenía Kurama con Ayame y su bijuu, y, aunque le faltaba información sobre cómo era Shukaku, Datsue no se dejaría capturar fácilmente. Yubiwa mismamente se lo había dicho. Kurama se encontraba en una encrucijada con ellos, puesto que, aunque revertiera el sello, no tenía la seguridad de que sus hermanos se unirían a su causa. Eso era una pequeña victoria. La cosa es qué sería capaz de hacer Kurama como castigo a sus hermanos rebeldes.

Se llevó la mano de manera inconsciente al estómago, donde residía su sello, en un afan protector. No podían vivir con miedo eternamente, pero no iba a abandonar a Chōmei a manos de aquel monstruo.
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#24
— No tengo ni idea de donde puede estar

Por un momento pensé que sabría decirme algo, después de todo todo aquel encuentro estaba siendo de lo más revelador. Aunque la verdad es que aquella pregunta era la del millón de ryos en todo el territorio de Ōnindo. Saber del escondite de Kurama y sus fieles era una baza estratégica importante en aquella lucha.

Llevo bastante tiempo tratando de reunir pistas, hechos... o cualquier mínimo detalle. Pero ya ves lo perdido que voy, que hasta he llegado hasta aquí pensando que podría ser un escondite para él y sus generales. Lo de imperio debe de ser figurado aún, porque no hay forma de esconder algo así a ojos del mundo.

Me encogí de hombros. Yo tampoco tenía una respuestas para ello.

— Puede que haya estado escondiéndome todo este tiempo, pero no he vivido debajo de una piedra. He oído hablar de ellos y de lo que pasó— murmuró Juro —. Creo que muchos criminales quieren derrocar el sistema, la verdad. Pero si una banda tan poderosa como esa sigue existiendo a día de hoy y sus objetivos pueden interesarle, no descartaría que Kurama tratara de reclutarla para su causa. Ese Zorro es muy astuto.

» Aun así, Uchiha Datsue y Aotsuki Ayame estaban en el torneo, ¿verdad? Si Kurama hubiera estado metido en todo el ajo, no habría desaprovechado una oportunidad para atacarles.


— Lo cierto es que yo no estuve allí ese día, pero si que estaban Ayame y Datsue. De hecho, tengo entendido que Datsue disputó la final contra Amedama Daruu. Luego se armó todo el revuelo. si te digo la verdad, desconozco si Kurama aprovechó el momento para lanzar sus zarpas sobre los jinchuriki, no puedo ni afirmarlo ni desmentirlo. La única certeza que tenga eran las intenciones de Dragón Rojo. Yo... bueno, estaba ocupado por Kusagakure — alcé mi mano zurda, donde se podría apreciar un inusual vacío — Yo también he tenido mis más y mis menos con los secuaces de Kurama

No obstante, no estábamos allí para discutir de mi breve batalla con Kurama y lo suyos, sino para que Juro se explicase y nos estábamos yendo por las ramas

— Pero sigue con lo que estabas contándome, ¿qué pasó con Yubiwa?
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#25
Al igual que Juro no tenía ni idea del escondite de Kurama, esta vez fue Yota quién afirmó no saber nada a la pregunta del marionetista. Supuso que era lógico. Yota no tenía porque enterarse de la vida de dos shinobi de otras aldeas. Además, por lo que había oído, las relaciones de Kusagakure con el resto de villas, lamentablemente, no estaban en su punto más algido.

Lo único que no supo como encajar fue su revelación posterior. Ver como su compañero había sido herido permanentemente en la guerra contra Kurama le partió el corazón.

— No... — Ni si quiera supo como reaccionar. ¿Si Juro hubiera podido estar con él las cosas habrían sido diferentes? Si Kusagakure no se hubiera sumido en aquel extraño caos, quizá Yota no hubiera perdido un dedo — Lo siento. No debe de haber sido fácil. No importa por lo demás, gracias igualmente por decirmelo.

No tenía porque haberlo hecho, al fin y al cabo. Él seguía siendo un exiliado y Yota, un shinobi que debería estar acabando con su vida.

Juro trató de relajar aquel estúpido arrebato de culpabilidad. Al fin y al cabo, las cosas no podían evitarse una vez que los actos se habían cometido. El dedo de Yota ya estaba perdido y el anterior Morikage, muerto. Sin embargo, esto sumó otra razón más para terminar con la vida de aquel estúpido Zorro. Ese bijuu parecía alimentarse de las desgracias ajenas y cuanto más miserable hacía la vida de los de su alrededor, mejor.

Le hubiera gustado saber más. Mucho más. ¿Quién había sido? ¿Cómo? ¿Qué habilidades tenía? Si Yota se había enfrentado a uno de sus generales y este seguía vivo, existía la probabilidad de que Juro mismo lo encontrara. Pero no quiso tentar a la suerte. Si más adelante su ex compañero de villa decidía confiar en él, hablarían.

— Como decía, traté de razonar con él, pero era inutil. Por eso, supongo que Kurama se cansó y tomó el control de Yubiwa. Parece que puede manifestarse a través de sus generales, quizá por ese chakra que comparten. Sus ojos se volvieron rojos y su voz era... horrenda — repuso Juro, tratando de hacer memoria. Aquellos recuerdos solo le generaban ansiedad, pero tenía que forzarse a pensar en ellos —. Él... creo que respondió a mis intentos de convencer a Yubiwa. Afirmó que masacraría a quién hiciera falta para imponer un nuevo orden y que una vez los humanos nos acostumbráramos, podríamos coexistir. Esas fueron las únicas y últimas palabras que me dirigió.

Entrelazó sus manos y comenzó a frotarselas, para reducir el nerviosismo. ¿Cómo diablos iba a explicarle lo que pasaba a continuación? Yota no tenía ni idea de nada. Absolutamente de nada. Y la visión actual de los bijuu en Kusagakure no era precisamente una ayuda.

— Mirad, chicos... Él me quería por una razón, os acordáis, ¿no? Revertir mi sello y liberar al bijuu que tengo en mi interior para controlar mi cuerpo. Igual que hicieron con Ayame— mencionó —... pero lo que te dije no es mentira. Yo no me uní al ejército de Kurama . Si lo hubiera hecho, mi sello se habría revertido hace tiempo, ¿No os dais cuenta? La persona que volvió de esa cueva fui yo, y la persona que tenéis delante también.

» Mentí sobre lo que ocurrió, sí, pero hay una cosa que debéis tener clara. Kurama perdió aquel día a uno de sus generales. Yubiwa fue derrotado — dijo Juro, seriamente. Miró a Yota a los ojos y lo repitió —. Yubiwa está muerto.

Y sí, eso significaba, por descontado, que la persona que había asesinado a su querido Morikage también había sido él. Pero a eso llegaría luego, si se lo permitían.
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#26
Oh, claro que no fue tarea sencilla. En mi encuentro con aquel General de Kurama tuve que hacer la elección inevitable. Viri o morir. Y la opción de vivir tenía un precio a pagar, el cual iba a pagar en el preciso instante de aferrarse a la vida. No fue sencillo, pero si doloroso. Todavía lo recordaba como si me estuviera pasando en aquel preciso momento. También hubo una recompensa de todo aquello, de un modo u otro renací ante aquel encuentro.

Pero aquello no era lo que nos atañía en aquel momento. El orden del día era más importante.


— Como decía, traté de razonar con él, pero era inutil. Por eso, supongo que Kurama se cansó y tomó el control de Yubiwa. Parece que puede manifestarse a través de sus generales, quizá por ese chakra que comparten. Sus ojos se volvieron rojos y su voz era... horrenda

De ser cierto, Kurama pudo verme aquel día y ese chakra abrasador debía de ser le suyo y no el de otro de los bijū.

Él... creo que respondió a mis intentos de convencer a Yubiwa. Afirmó que masacraría a quién hiciera falta para imponer un nuevo orden y que una vez los humanos nos acostumbráramos, podríamos coexistir. Esas fueron las únicas y últimas palabras que me dirigió.

Nada nuevo bajo el sol. Ōnindo entero era consciente de que Kurama iba a pasar por encima de todo y de todos para lograr su objetivo, ahora nos correspondía a nosotros llevarle la contraria y evitar que su plan fuese exitoso.

— Mirad, chicos... Él me quería por una razón, os acordáis, ¿no? Revertir mi sello y liberar al bijuu que tengo en mi interior para controlar mi cuerpo. Igual que hicieron con Ayame— mencionó —... pero lo que te dije no es mentira. Yo no me uní al ejército de Kurama . Si lo hubiera hecho, mi sello se habría revertido hace tiempo, ¿No os dais cuenta? La persona que volvió de esa cueva fui yo, y la persona que tenéis delante también.

» Mentí sobre lo que ocurrió, sí, pero hay una cosa que debéis tener clara. Kurama perdió aquel día a uno de sus generales. Yubiwa fue derrotado


Juro dirigió una fuerte mirada hacia mis ojos, buscando captar mi total atención. Sin embargo, nboe staba por aguantar aquel pulso visual porque, si él fue quien volvió a Kusagakure... eso quería decir que...

«¿Mataste a Kenzō-sama a sangre fría?»

Por momento mi corazón empezó a palpitar, nervioso como un demonio, ante la simple idea de que todo lo que creíamos de Juro fuese verdad, aquello a lo que me había negado desde el primer día tras todo lo ocurrido fuese verdad. Que Juro fuese un jodido traidor y que en todo momento quiso destruir Kusagakure y sus cimientos, tomando a su bijū como una mera arma de destrucción masiva.

Yubiwa está muerto.

Qué cojones. Estaba dejando caer que se cargó al mismísimo Yubiwa, un ninja del más alto nivel y que encima contaba con el apoyo de Kurama y, por tanto de su chakra. No estaba siendo nada fácil de digerir, pero todo me llevaba a la misma conclusión.

— Entonces... ¿te cargaste a un traidor para convertirte en otro?

Mis puños se apretaron tanto que los nudillos se tornaron de un blanquecino como la nieve de aquellas montañas y mis ojos destilaban rabia contenida.
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#27
Yota le negó el contacto visual. Pero eso no quiere decir que, a través de sus gestos, no respondiera a sus palabras. Sus ojos se llenaron de rabia y sus puños se apretaron hasta adquirir un blanco mármol de lo más inquietante.

— Entonces... ¿te cargaste a un traidor para convertirte en otro?

Reprimió un suspiro. Hacia dos segundos había tratado de razonar con él, le estaba dando información vital, y sin embargo, el chico era incapaz de dejar que continuara hablando y seguía saltando a conclusiones precipitadas. La verdad es que su antiguo compañero de villa era un verdadero desastre en lo que era recabar información de vital importancia.

Pero en el fondo, lo entendía. Ahora mismo, no tenía delante a un shinobi de Kusagakure en una misión. Tenía delante a alguien que fue su amigo y que la vida les separó. Una persona que esta viviendo una verdadera montaña rusa de emociones en ese instante.

« Lo siento. No quiero ni pensar cómo te estarás sintiendo » — No necesitó mucho esfuerzo para entender, sin embargo, que Yota ahora mismo era prácticamente dinamita. Si no andaba con ojo, le explotaría en la cara.

— Bueno... es una forma bastante simple de resumirlo y se deja mucho. Pero si quieres contarlo así, no te voy a corregir. Al fin y al cabo, es lo que ha sucedido, ¿no? — Un segundos. Dos segundos. Tres segundos. Si Yota aun no había decidido saltarle al cuello y acabar con su vida, continuaría —. No mate a Yubiwa por diversión precisamente, ¿sabes? Lo hice porque Kurama no me dejó otra opción. Y tampoco la tuve con Kenzō-sama. Como te he dicho, yo no quise matarle. Puedes creer lo que quieras, de cualquier manera. Las palabras se las lleva el viento y por mucho que me disculpe, él va a seguir estando muerto y yo voy a seguir siendo un traidor.

» Un traidor que te está dando toda la información posible. Me da igual que al final decidas matarme. Si sabes esto, puede que aun haya esperanza para Kusagakure — añadió, para luego encogerse de hombros —. En fin, ¿Qué será? ¿Me dejarás hablar o la conversación acaba aquí?

Lo lamentaba. No quería ser tan frío, ni tan directo. Pero él tampoco estaba pasándolo bien precisamente. Las mismas emociones que hacían a Yota pasar de la sorpresa a la rabia más intensa estaban comprimiendo su estómago, dandole motivos para querer gritar, para llorar, para golpear a la persona que tenía delante por tratarle de aquella manera a pesar de estar intentando ayudarle.

La verdad es que si pudiera, se echaría a reír. Al fin y al cabo, Yota siempre había sido muy duro de cabeza y esa sensación que le inundaba era más que familiar. Simplemente, se había olvidado de ella. Como todo lo demás.
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#28
— Bueno... es una forma bastante simple de resumirlo y se deja mucho. Pero si quieres contarlo así, no te voy a corregir. Al fin y al cabo, es lo que ha sucedido, ¿no?

Juro había pasado a una postura más defensiva, enrocandose en una posición de victimismo. Obviamente estaba jugando sus cartas y, aunque podía imaginarme que no estaba siendo un momento fácil para él, casi podía asegurar que mi posición era peor. Me senté en una roca que había en la ladera y saqué la petaca de mis caramelos, sacando uno el cual me lo llevé directamente a la boca para que mi lengua juguetease con el dulce mientras en mis labios el palito que permanecía en el exterior iba bailando de lado a lado.

— Yo no sé qué coño pasó. Por aquel entonces yo estaba hecho una mierda en el castillo del Daimyo, pero siempre he querido saber qué coño pasó

No mate a Yubiwa por diversión precisamente, ¿sabes? Lo hice porque Kurama no me dejó otra opción. Y tampoco la tuve con Kenzō-sama. Como te he dicho, yo no quise matarle. Puedes creer lo que quieras, de cualquier manera. Las palabras se las lleva el viento y por mucho que me disculpe, él va a seguir estando muerto y yo voy a seguir siendo un traidor.

» Un traidor que te está dando toda la información posible. Me da igual que al final decidas matarme. Si sabes esto, puede que aun haya esperanza para Kusagakure


Igual es que no se daba cuenta, pero diciendo simplemente que no tuvo opción no arreglaba nada. De hecho, puesto así... ¿Kenzō tuvo opción? Lo más seguro es que ni siquiera Kintsugi lo supiera.

En fin, ¿Qué será? ¿Me dejarás hablar o la conversación acaba aquí?

Me llevé la mano a la frente, frotandola con los dedos mientras trataba de calmarme y no meterle una hostia allí mismo. Chupar aquel caramelo me ayudaba a aquel autocontrol. Aún así me resultaba difícil.

— Vamos a ver, Yubiwa me la tare un poco al, pairo, ahora que sé que acabaste con su triste existencia estoy algo aliviado, no te mentiré. Pero necesito saber qué cojones pasó después. supongo que volviste a la aldea y tuviste que reportar la misión que no pudimos cumplir como jōnin que eras, ¿no es así? De ser cierto, allí te encontraste con Kenzō, ¿cierto? ¿qué pasó para que acabaseis a hostias?

Cada vez costaba más. Los recuerdos iban a venían. Los recuerdos de aquel día negro de nuestras vidas y de la historia de Kusagakure. De hecho, todavía recordaba las lágrimas del cielo el día del funeral.

— Así que habla
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#29
Juro escuchó complacido como Yota relajaba su posición ofensiva, poco a poco. Su antiguo compañero siempre había sido la típica expresión de "perro ladrador poco mordedor", pero en este momento, no iba a jugarse la vida por probar hasta donde podía llegar. Le recordaría que le necesitaba cada vez que hiciera falta. Ahora que había empezado a contar la historia, no pensaba parar.

Sin embargo, se le hacía bastante difícil cuando su interlocutor era una persona tan insufrible como la que tenía delante. Ya estaba intentando meterle prisa otra vez. ¿Tan duro era escucharle hablar y cerrar la boca mientras?

— Hablaré. Pero no voy a contarte eso aún — se encogió de hombros. Pudo sentir el enervamiento de Yota desde kilómetros de distancia —. Lo siento, pero aun te faltan un par de piezas para entender este rompecabezas. Si no sabes lo que de verdad ocurrió en esa cueva, nunca podrás entender lo que ocurrió en el despacho. Por mucho que lo desees.

No lo estaba disfrutando precisamente. Pero recordó — no sin cierto desanimo — que la última persona que le había metido prisa a la hora de contar su versión de la historia había sido precisamente a la que había asesinado después. No tenía nada que ver con el incidente de Kusagakure, por supuesto, pero odiaba sentirse presionado para hablar de algo que voluntariamente había accedido a contar.

Suspiró. Vuelta otra vez al intento.

— Maté a uno de los generales de Kurama, pero no lo hice solo. Yo era un jōnin promedio en ese entonces, con suerte, y estaba esposado e inmovilizado. Nunca habría tenido la oportunidad si quiera de enfrentarme a él — explicó. La verdad es que le sorprendía bastante que Yota lo hubiera dado por hecho. El ex Morikage se había dado cuenta al instante de la mentira. Pero bueno, supuso que Yota no era muy perceptivo que digamos —. Kurama tomó el control de Yubiwa y estuvo a punto de revertir mi sello. Pero entonces, alguien me habló.

Juro, con cierta vacilación, se llevó una mano al estómago, donde residía el sello.

— Fue Chom.... bueno, el Nanabi — Mejor aclarárselo luego, no era precisamente el momento de reivindicar los derechos de los bijuu —. Fue capaz de comunicarse conmigo. Y no solo eso. Me ofreció su poder para enfrentarle. Voluntariamente.
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#30
— Hablaré. Pero no voy a contarte eso aún

«Joder»

Lo siento, pero aun te faltan un par de piezas para entender este rompecabezas. Si no sabes lo que de verdad ocurrió en esa cueva, nunca podrás entender lo que ocurrió en el despacho. Por mucho que lo desees.

Me encogí de hombros de pura resignación. Al menos seguía hablando y contándome la sucesión de los hechos. Por lo menos su versión de los hechos. La versión oficial carecía de detalles, puesto que el único hombre que los conocía fue asesinado antes de que pudiese contarlo a nadie.

— Maté a uno de los generales de Kurama, pero no lo hice solo. Yo era un jōnin promedio en ese entonces, con suerte, y estaba esposado e inmovilizado. Nunca habría tenido la oportunidad si quiera de enfrentarme a él

Arquee una ceja y la boca se me abrió ligeramente. Juro podía ser muchas cosas, incluso un traidor, pero nunca jamás dejaba de sorprender, era una definición gráfica de lo que venía siendo ser una caja de sorpresas.

Kurama tomó el control de Yubiwa y estuvo a punto de revertir mi sello. Pero entonces, alguien me habló.

Impresionante. Pero al final, en esas situaciones uno debe aferrarse a la vida o morir allí mismo. El titiritero optó por la segunda opción.

— Fue Chom.... bueno, el Nanabi

«¡¿Qué cojones?!»

Fue capaz de comunicarse conmigo. Y no solo eso. Me ofreció su poder para enfrentarle. Voluntariamente.

— A ver si lo he entendido. ¿El Nanabi te dio todo su poder para enfrentarte a otro bijū? No es que no quiera creerte, pero me suena raro hasta a mí. A no ser que... — fue como si una bombilla iluminase mi rostro — A no ser que tengan estén peleados entre ellos
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