Juro le dedicó una sonrisa a Nabi cuando le dijo que al menos, estaba siendo amable con él. Puede que el chico fuese borde, pero oye, era amable siempre.

— Si te cruzas con algún participante de Uzushiogakure, huye, escóndete y, sobretodo, no les mires a los ojos. Los dos que hay son Uchiha Datsue y, por supuesto, Eri. Y si uno de esos dos tiene que derrotarte en alguna prueba de algún modo, te hará picadillo, no te dejará ni la más leve oportunidad. Después tendrá que venir el Kusakage en persona a recoger tus restos del suelo y será muy incomodo.

— B-bueno.

Percibiendo quizá el nerviosismo de Juro, Nabi se echó a reír, alegando que era una exageración, y que no debía preocuparse tanto, aunque tampoco debía despreocuparse...

— Es broma, bueno, no del todo, pero era una exageración. Tal vez no mueras si te encuentras con un ninja de Uzushiogakure. Datsue y Eri son el top de la villa en cuanto a genins, sin contarme a mi, por supuesto. Tendrás más suerte con Amegakure, que han suplido su falta de calidad con la cantidad porque se han presentado seis o siete. No como Kusagakure, que tiene solo calidad, ¿no?

— No conozco a ninguno de los participantes de Amegakure, la verdad — Bueno, conocía a Karamaru, pero era el único. Juro suspiró — Supongo que tienes razón, pero es un poco cargante, ¿sabes? Creo que todos tienen unas expectativas muy altas en mí.

Era el único que había venido de Kusagakure, y por tanto, no solo el Morikage, sino Yubiwa, los espectadores, e incluso los otros ninja. Todos esperaban que dejara bien alto la gloria de su aldea. Y él, sinceramente, se sentía bastante presionado con el tema, ya no solo por su ascenso, si no por su aldea.

— No conozco a ninguno de los participantes de Amegakure, la verdad. Supongo que tienes razón, pero es un poco cargante, ¿sabes? Creo que todos tienen unas expectativas muy altas en mí.

— Yo conozco a un par. Uno que conocí antes del examen, que fue todo cháchara y nada de acción, y otro que conocí aquí, que parecía majo. El primero se llamaba Amedama Daruu, sé el nombre completo por el examen, sino ni papa, porque carismático no era mucho el chaval. Lo dicho, blablabla odio el té que no es negro como mi alma blablabla, aunque después hicimos las paces, más o menos, la verdad es que no creo que tenga muchas capacidades de combate. Y el otro, Inoue Keisuke, un tipo majo, no hablamos casi nada, pero no huele a nada, no te fíes demasiado.

Ahí tenía toda la información que podía darle sobre los amenios, sobre los uzuneses ya se la había dado toda, es decir, ninguna, porque un compatriota no traiciona a sus compañeros.

— Bueno, que me he explayado con los amenios. Entiendo lo que me dices, tienes que sentir una presión tremenda, eres todo lo que tiene tu villa en el examen. Lo que no entiendo es como puede ser que te hayan dejado venir solo, ¿no hay nadie más que pueda presentarse? Aunque hubiera sido por apoyarte o algo.

Yo decidí no presentarme porque escuché que ya había tres participantes de Uzushio, al final resultó que solo fueron dos, pero qué dos, macho. Uzumaki Eri y Uchiha Datsue. Ambos con el nivel de un Jounin, íbamos sobrados a más no poder. Entrar yo era bajar el listón, los Inuzuka no teníamos la reputación de los Uzumaki o los Uchiha.

— Yo conozco a un par. Uno que conocí antes del examen, que fue todo cháchara y nada de acción, y otro que conocí aquí, que parecía majo. El primero se llamaba Amedama Daruu, sé el nombre completo por el examen, sino ni papa, porque carismático no era mucho el chaval. Lo dicho, blablabla odio el té que no es negro como mi alma blablabla, aunque después hicimos las paces, más o menos, la verdad es que no creo que tenga muchas capacidades de combate. Y el otro, Inoue Keisuke, un tipo majo, no hablamos casi nada, pero no huele a nada, no te fíes demasiado.

Juro asintió, como si eso le estuviera diciendo algo. Realmente, no conocía a Amedama Daruu más que porque sabía que estaba participando en el examen. A Keisuke si lo conocía, de su pequeña "aventura" con Akame y con él, y no le parecía un mal tipo. Pero claro, ahora era su competidor. Prefirió no decir nada, puesto que había dicho que no conocía a ninguno, y ahora quedaría mal si le decía que si pero que se había olvidado de él.

— ¿Cómo puede una persona no oler a nada? — murmuró Juro, extrañado. ¿Es que no era humano acaso? Por mínimo que sudases, ya olería.

Después, la conversación fue más bien dirigida a cómo es posible que estes tu solo en el examen. Juro sonrió .Era una buena pregunta, porque él tampoco tenía ni puñetera idea de cómo había pasado eso.

— Bueno, que me he explayado con los amenios. Entiendo lo que me dices, tienes que sentir una presión tremenda, eres todo lo que tiene tu villa en el examen. Lo que no entiendo es como puede ser que te hayan dejado venir solo, ¿no hay nadie más que pueda presentarse? Aunque hubiera sido por apoyarte o algo.

— La verdad es que no lo sé, yo tampoco me esperaba esto. No soy el único ninja de mi villa, como imaginarás. Sin ir más lejos, mi compañero de equipo, Yota, me derrotó completamente en el torneo. Estaba seguro de que cumplía los requisitos. Me extrañó mucho que no estuviera entre los participantes — admitió Juro —. También conozco a otro llamado Daigo. Esperaba que estuvieran por aquí, pero no los he visto. Es una pena. Menos mal que no hay pruebas por equipos, porque me comerían vivo.

— ¿Cómo puede una persona no oler a nada? —

— ¡Buena pregunta! Muy buena pregunta. Ni idea, macho. Será que la lluvia les ha borrado hasta el olor corporal, pero Stuffy se quedó loco porque no olía a nada.

— La verdad es que no lo sé, yo tampoco me esperaba esto. No soy el único ninja de mi villa, como imaginarás. Sin ir más lejos, mi compañero de equipo, Yota, me derrotó completamente en el torneo. Estaba seguro de que cumplía los requisitos. Me extrañó mucho que no estuviera entre los participantes. También conozco a otro llamado Daigo. Esperaba que estuvieran por aquí, pero no los he visto. Es una pena. Menos mal que no hay pruebas por equipos, porque me comerían vivo.

— Hombre, amenios he visto unos cuantos por aquí y por allá, pero de Kusagakure, tio, eres el único. No he visto a ningún otro, ya no hablemos de haber hablado con otro. Seguro que de repente en la fiesta del final del examen aparecen cinco o seis que "siempre han estado aquí". Pues estarán viviendo en un árbol porque por la villa ni los he olido.

Miré a Juro evaluando su reacción ante mis palabras antes de preguntarle de nuevo.

— ¿No estarán viviendo en un árbol?

Juro asintió ante la explicación de Nabi, aunque no estaba muy convencido. ¿Entonces todos los amejin no olían a nada? Puede que cada uno tuviese un olor más o menos fuerte, y los que tuvieran el olor menos fuerte fuesen los sosos. Juro no estaba seguro, y también había estudiado ciencia de los olores.

Por otro lado, Nabi no se cansaba de remarcar su soledad. A Juro se le enrojecieron las mejillas, avergonzado.

— Hombre, amenios he visto unos cuantos por aquí y por allá, pero de Kusagakure, tio, eres el único. No he visto a ningún otro, ya no hablemos de haber hablado con otro. Seguro que de repente en la fiesta del final del examen aparecen cinco o seis que "siempre han estado aquí". Pues estarán viviendo en un árbol porque por la villa ni los he olido. ¿No estarán viviendo en un árbol?

« ¿Fiesta de final del examen? » — Si, habría una, pero no sé si se podría llamar una fiesta precisamente.

— No solemos vivir en... —Juro se interrumpió, de pronto, como si tuviese una idea mejor —.Pero en tu villa no hay mucho de eso. Como no estén viviendo aquí, en el jardín de los cerezos.

Juro se llevó una mano al mentón, como si reflexionara mucho.

— Oye, quién sabe. Quizá sí. Los Kusajins nos adaptamos muy bien. Podemos vivir a base de agua y luz solar, como las plantas — dijo Juro, totalmente en serio —. Puede que se hayan quedado ahí arriba y estén esperando el mejor momento para aparecer. Deberías echar un ojo a los árboles de vez en cuando. Solo por si acaso.

—Puede que se hayan quedado ahí arriba y estén esperando el mejor momento para aparecer. Deberías echar un ojo a los árboles de vez en cuando. Solo por si acaso.

— Eh, he dicho que no los veo, no que me apetezca verlos. Estoy bien contigo de momento, si más adelante me veo en la necesidad de conocer más kuseños, ya sé donde ir. Justo donde yo nunca iría, ahí seguro que hay unos cuantos.

Mire al cielo distraído, no había mucho que decir. La gente parecía más interesada en las tiendas ambulantes de comida y en los picnics que en entrenar porque por esos lares apenas se veía gente, aparte de los que se habían perdido entre picnics y tiendas claro.

— Iba a decirte de pegarnos un poco, por los viejos tiempos, pero no me apetece que me acusen de sabotaje por dejar incapacitado al único participante de Kusagakure, así que creo que mejor no.

Lo dije un poco sin convicción, esperando que él se envalentonara y aceptara el reto de hacer una peleilla aunque fuese a Taijutsu básico.

Juro no pudo evitar sonreír ante los comentarios de Nabi. A veces me gustaba tomarle el pelo, aunque no sabía si él era consciente. Otras veces pensaba que Nabi se burlaba constantemente de Juro simulando tanta estupidez.

— Si algún día se da el caso, se amable con ellos, y mencionales mi nombre — dijo Juro, como si fuera famoso o algo así.

La conversación, sin embargo, empezó a tomar un rumbo diferente, puesto que Nabi tenía otras intenciones con el.

— Iba a decirte de pegarnos un poco, por los viejos tiempos, pero no me apetece que me acusen de sabotaje por dejar incapacitado al único participante de Kusagakure, así que creo que mejor no.

-- Bueno... No me gustaría usar ninjutsu u otras bazas por seguridad — murmuró Juro —. Supongo que podríamos darnos un par de golpes. Siempre y cuando no me hagas otra raja.

Lo dijo en broma, pero también lo pensaba. Imagínate que quedaba lesionado de alguna forma y eso le impedía terminar el examen.

« Nabi no haría nada así aproposito. Confío en él »

— Bueno... No me gustaría usar ninjutsu u otras bazas por seguridad. Supongo que podríamos darnos un par de golpes. Siempre y cuando no me hagas otra raja.

— Venga, va, solo Taijutsu del bueno.

Me levanté de golpe y Stuffy me imitó, emocionado.

— Tú no, ¿quieres matarlo o qué?

Resopló y se tumbó encima del banco para mirar desde ahí, claramente contrariado con que nunca le dejase pegar a Juro. Si él supiera lo pronto que eso de la educación y el entrenamiento amistoso iba a acabar... Me planté en medio de la pequeña plaza de piedra donde solían hacerse los combates y esperé que Juro me siguiese.

— Cuando quieras, Juro, el mejor participante de Kusagakure, maestro de los vientos, a ver qué tal tu Taijutsu.

Hice el sello tradicional y una ligera reverencia antes de ponerme en guardia.

Nabi accedió al combate. Juro sonrió, aunque por dentro, todas sus alarmas estaban gritando: "PELIGRO". Sus neuronas colapsaban y había un pequeño en la cabina. Esperaba que pudieran apagarlo.

« Muy bien. Se te da como el puto culo y aun así aceptas » — Bueno... Era un ninja, ¿No? Toda la experiencia era buena y todo eso.

Stuffy hizo un ademán de unirse, pero Nabi le impidió hacerlo, alegando que no quería matar a nadie y algo más. Era curioso. La otra vez, lo había distraido tirandole un hueso para evitar que se uniese. ¿Acaso esa pequeña bestia también podía pelear? Si era así, Juro se preguntó que clase de cosas podría hacer un perro tan pequeño.

— Cuando quieras, Juro, el mejor participante de Kusagakure, maestro de los vientos, a ver qué tal tu Taijutsu.

— N-no te pases, ¿vale? Ser participante del examen no me hace mejor ninja. ¡Y el taijutsu no es mi fuerte! — protestó Juro, claramente disconforme con el trato que le daba Nabi.

Ambos avanzaron hasta la plaza de piedra en la que se entrenaba. Juro imitó el sello tradicional y la ligera reverencia de su compañero de peleas, y entonces, el combate empezó.

Juro avanzó hacia Nabi, corriendo, y se plantó a menos de medio metro de él. Afianzó las piernas y los brazos, para tener un buen punto de apoyo, y entonces, alzo el brazo derecho, dispuesto a darle un puñetazo en la cara. No puso toda su fuerza en él, sino que buscó darle un golpe rápido y volver a retraer el brazo para mantener la posición defensiva, como el gancho de un boxeador.

El inicio de Juro, aunque energético, fue muy pobre. Venir corriendo de frente e intentar un puñetazo, así, sin más, sin fintas, sin un triste movimiento lateral o algo. Yo qué sé, el típico "¿Eso de ahí detrás es un amejin honrado?" o al menos el intento. Pero no, Juro vino de frente y ejecutó un puñetazo con su diestra.

Una cosa es que Taijutsu no fuese tu fuerte pero tirarte a lo loco, bueno, era muy locura.

Le bloqueé el golpe sin problemas con mi brazo izquierdo, agarré su brazo derecho con el mio para evitar que se pudiese escapar y, por último, busqué pegarle un rodillazo con mi pierna izquierda en su lado derecho, ahora completamente expuesto. Después le soltaría y me prepararía para su contraataque.

Nabi fue capaz perfectamente de detener su golpe. Realizó un bloqueó con el brazo izquierdo, y entonces Juro sintió como le agarraba con el otro brazo.

« Oh, oh... »

El golpe fue contundente. Un rodillazo en su lado derecho. Juro se contrajo un momento, movido por el dolor, pero aún no había acabado del todo.

No señor. No era bueno en el taijutsu, pero no se iba a dejar.

Juro apartó la mano derecha, liberándose del agarre, y entonces cargó con todas sus fuerzas contra Nabi, antes de que ese pudiese retroceder, buscando embestirlo. Después de placarlo, lo tirase al suelo o no, aprovecharía el momento para combinarlo con una patada de su pierna derecha en dirección a su lado derecho.

Sinceramente, pensé que no lo aguantaría o que recularía y buscaría otra forma de afrontar el asunto. Pero Juro, en su locura interior, se abalanzó sobre mi, placandome. Me recuperé a tiempo para no caerme y ver como se disponía a darme una buena parada en el lado derecho del cuerpo.

Decidí que lo mejor sería imitarle. Me lance sobre él, dándole un placaje con todas mis fuerzas cuando él solo tenía una pierna para apoyarse. Sin duda, perdería el impulso de la patada, no llegando a ejecutarla. La única incógnita era si caería o lograría mantener el equilibrio.

En cualquier caso, alcé la guardia y la atención en busca de su próximo movimiento.

Juro embistió a Nabi y consiguió que reculase. Pero el uzujin no iba a detenerse ahí, claro. En cuanto Juro se lanzó, dispuesto a dar la patada, Nabi se lanzó también, imitando el comportamiento de Juro. Esta vez, Juro tenía la pierna elevada, y al recibir el golpe, no pudo evitar caerse al suelo.

— ¡Mierda!

Juro respiró pesadamente, tratando de recuperarse del golpe. Se levantó con ambas manos y volvió a alzarse en frente de Nabi, tratando de mirar como poder pillarle.

«Está atento a todo. Tendré que esforzarme un poco »

Juro volvió a lanzarse hacia Nabi, y levantó el puño derecho, dispuesto a darle un puñetazo en la cara. Avanzó hacia él, dispuesto a darle...

... y entonces, haciendo una finta, se agachó, y llevó el puño derecho al estómago de Nabi con toda la fuerza que pudo. Después, reculo con un pequeño salto y se puso en guardia.

Juro no se dio por vencido ni por una milésima de segundo. Saltó del suelo dispuesto a darme una segunda ronda tan emocionante y violenta como la primera, sino más.

Vino a mi de frente, otra vez, parecía no aprender de sus errores porque me lanzó otro puñetazo a la cara como si fuese a decir "Oh, dios mio, no me lo esperaba". Estaba preparado para volver a bloquearlo y dejarle expuesto de nuevo, sin embargo, su mente perversa aprendió durante esos minutos que no podía ser tan obvio con sus ofensivas.

Así pues, ese puñetazo desvió su trayectoria dirigiéndose a mi estómago, haciéndolo imbloqueable desde mi posición. Pero yo no iba a dejarme hostias así como así. Conforme su puño se dirigía a mi pecho de macho uzunes, me doblé propinandole un buen cabezazo en la frente con mi frente, y de paso, minimizaba el dolor del golpe.

Sin embargo, lo que sentí al golpearle no fue carne ni hueso, ni siquiera cartilago o cerebro, sino metal, metal endeble, metal malo, como metal de mentira. Al separarme de él con una mano en el estomago vi lo que había golpeado. Su bandana. Eso tenía que ser trampa.

— Eso, claramente, va en contra del reglamento.

Mi elocuencia le convencería de que era una clara victoria para mi, pues él había roto todas las normas.

La finta de Juro fue más que funcional. Logró su objetivo: engañar a Nabi. Quizá porque este pensaba que Juro no valía en el taijutsu, o porque se confió, pero el chico logró colarsela.

El puñetazo le dio en todo el pecho, provocando que se doblase de dolor. Entonces, aprovechando esto, Nabi trató de propinarle un cabezazo (que Juro no habría podido esquivar ni en el mejor de sus casos). Sin embargo, el destino quiso que su frente chocara contra la bandana de Juro.

— Eso, claramente, va en contra del reglamento.

Juro se dio cuenta entonces de lo que había pasado. Era casi surrealista.

— ¿Eh? — murmuró, incrédulo. Luego, se espabiló y comenzó a protestar por aquel juicio tan injusto —. Y-yo no la he usado, has sido tú, que te has chocado con ella. ¡La llevaba ahí todo el tiempo y lo has permitido!

» Además, tú también llevas la tuya en el cuello. Si hubiera atacado a tu cuello con un puñetazo me habría dado igual.