Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
12/04/2020, 15:33 (Última modificación: 12/04/2020, 15:34 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
—Lo rechacé porque alguien me enseñó una vez que una Alianza no es más que un papel mojado. Y si se rompía, yo quería estar del lado de Amegakure —dijo sin tapujos, cerrando los ojos y dando un suspiro—. Cosa que se ha demostrado al final. Odio tener que darle la razón. Y esta nueva Alianza Tormenta-Espiral es exactamente lo mismo —Daruu se tomó diez largos segundos antes de volver a hablar—. No obstante —comenzó, abriendo los ojos y señalándose a sí mismo con el pulgar y a Eri con el índice—... pienso que es lo mejor, y por tanto, estoy dispuesto a defender ese papel mojado con mi vida mientras se mantenga entero. Al fin y al cabo, si algo es muy delicado hay que trabajar con mucho más ahínco para que no se rompa, ¿verdad?
»Cuando luché contra Datsue, lo supe: un par de shinobi pueden cambiar el destino de todo Oonindo. Aquél día, él y yo arreglamos algo que estaba roto. Algo que rompieron él, Ayame, y en cierta manera, la misma Yui. Datsue ya está preparándose para ser Uzukage algún día. Y puede que yo en el futuro... es igual. —Negó con la cabeza y con las manos, con las palmas abiertas—. El caso es que puede que algún día el mando esté en nuestras manos. O en las tuyas.
»Las Alianzas se rompen. Pero se pueden volver a forjar. Nosotros tenemos que ser fuertes para que ningún otro amejin o uzujin gilipollas decida que es mejor iniciar una guerra entre nosotros. Simplemente.
Las palabras de Daruu tenían sentido. ¿Qué era una Alianza sino un par de firmas en un papel? ¿Acaso no era tan simple como romper ese papel y olvidarse como había hecho la Morikage? Claro que la nueva y renovada Alianza entre la Tormenta y la Espiral tenía las mismas condiciones.
Pero ella no iba a romper el papel.
—Cuando luché contra Datsue, lo supe: un par de shinobi pueden cambiar el destino de todo Oonindo. Aquél día, él y yo arreglamos algo que estaba roto.
De eso se trataba, de arreglar aquello que estaba roto, de unir los lazos que se habían desanudado por desacuerdos y rencillas que habían llegado a más. No podía sino estar alegre porque Datsue hubiera pasado de ser un granuja con todas sus letras al sucesor del Uzukage.
—Las Alianzas se rompen. Pero se pueden volver a forjar. Nosotros tenemos que ser fuertes para que ningún otro amejin o uzujin gilipollas decida que es mejor iniciar una guerra entre nosotros. Simplemente.
Eri bebió un poco de su refresco, pensando que en sus manos estaba cuidar aquel papel para que no volviera a romperse. Y, en algunos momentos, pensaba que, quizá, también podría volver a unir el pequeño trozo roto que era la Hierba en él.
Pero eso no podía decirlo en voz alta.
—Sin duda, si tuviera que decir quién es el protector de una alianza, te miraría a ti, y no te quedaría mal el sombrero de Arashikage —dijo, de pronto, dejando el vaso sobre la mesa—. No puedo evitar sentir admiración por vosotros, por ti, por Ayame, por Datsue, siempre seguís adelante os echen lo que os echen —elogió, y luego, sonrió—. Espero que un día yo también pueda colaborar para mantener unida esta Alianza.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Oye, oye —protestó—. Seguro que tú también eres capaz de mucho. —Volvió a mirarla y se esforzó en cambiar de tema—. Espero que nos toque en el torneo, así podemos medirnos las fuerzas.
»Y si no nos toca, siempre podemos echarnos un combatillo de entrenamiento entre rondas, ¿eh?
Eri aceptó el cumplido, esperando que ojalá Daruu tuviera razón.
—No estaría mal, la verdad, recuerdo que en el Examen de Chūnin nos tocaba combatir y al final nunca logramos hacerlo —no culpaba al combate anterior ni mucho menos, pero le hubiera gustado poder medirse con él.
Apuró su bebida. No le quedaba mucho.
—Y si no nos toca, siempre podemos echarnos un combatillo de entrenamiento entre rondas, ¿eh?
—¡También! Con la cantidad de Dojos que hay, sería una pena —coincidió—. Aunque tengo que hablar con Datsue, acordamos entrenar juntos el Raiton y al final no hemos coincidido, ¡se me acumulan las cosas con este chico! —bufó.
»Por cierto, ¿ha venido mucha gente de Amegakure? La verdad es que sé que de Uzushiogakure éramos unos cuantos, da gusto ver nuevas caras salidas de la academia.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Somos cinco personas —contestó, y desvió la vista hacia arriba acariciándose la barbilla—. Vamos a ver... aparte de Ayame y de mí... Tres más. Rōga, Ren y un tal Kisame. No lo conozco.
»De Uzushio ya lo sé, nos lo contó Datsue —aseguró, sonriente—. Me gustaría volver a hablar con Reiji-kun. Tuve un combate con él, y aunque esté muy verde es bastante bueno para su nivel.
«Ayame, Daruu, Rōga... Ren, ¿será esa chica? Kisame... No sé quién es. »
Datsue fue el encargado de contarle a Daruu, y probablemente a Ayame también; quienes venían desde Uzushiogakure. Ella recordaba como había venido con Hana y, a parte de ellas dos, Datsue, Reiji y un tal Takumi que conocía por Hiroki, pero nunca había tenido la oportunidad de coincidir con él.
—Me gustaría volver a hablar con Reiji-kun. Tuve un combate con él, y aunque esté muy verde es bastante bueno para su nivel.
—Reiji es maravilloso, me hizo un arma hace poco y es una maravilla. A parte de un buen shinobi, es un gran herrero —informó la chica—. Pelee con él y es bastante diestro, y menos mal que cogió una de madera —recordó que Reiji intentó no ir fuerte contra ella—. ¿De qué lo conoces?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Daruu no tenía la seguridad de poder hablar libremente con Eri sobre lo que sabía exactamente de Reiji. Que el chico tenía el chakra de un bijū y que había pedido reunirse con Ayame. Pero técnicamente lo conocía ya de antes, de modo que en lugar de mentir, omitió esa parte de la historia:
—La verdad es que precisamente de esa pelea de entrenamiento —explicó—. Estuvimos hablando un poco de mis espadas, de la suya... poco más. Últimamente estoy utilizando más Bukijutsu, así que me interesaba medirme con alguien especializado. —Sonrió.
Al parecer, habían coincidido en una pelea de entrenamiento tanto él como Reiji, donde se habían medido con sus espadas. Resultaba que Daruu había comenzado a entrenar en Bukijutsu, así que era normal que quisiera medirse con un chico experimentado en armas como era Sasaki Reiji.
—¿Y cómo te va? La verdad es que últimamente estoy interesada en Bukijutsu, pero no sabría por donde empezar...
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
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—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Daruu sonrió enigmático y se cruzó de brazos, inclinando la cabeza hacia atrás en el respaldo del asiento.
—Ah... sobre cómo me va, me temo que tendrás que esperar a ese combatillo que nos hemos prometido —dijo—. Así puedo enseñártelo en directo. —El amejin cogió su vaso e hizo bailar a los dos hielos que, tristes, se derretían en el fondo, ya sin bebida que refrescar. Distraído, miraba cómo patinaban en el cristal—. Dime una cosa: ¿qué os hace a los Uzumaki tan especiales? Quiero decir, no te lo tomes a mal. ¿Pero tenéis alguna técnica insignia de Fūinjutsu, o algo? ¿O sois simplemente una familia de larga tradición como los Sarutobi y los Senju?
Daruu le dio largas, principalmente porque habían acordado combatir en algún momento y sería entonces cuando le enseñara lo que necesitase saber de Bukijutsu, aunque lo sentiría en sus carnes y no lo escucharía por teoría.
—. Dime una cosa: ¿qué os hace a los Uzumaki tan especiales? Quiero decir, no te lo tomes a mal. ¿Pero tenéis alguna técnica insignia de Fūinjutsu, o algo? ¿O sois simplemente una familia de larga tradición como los Sarutobi y los Senju?
—bueno... —era cierto que su familia tenía una larga tradición, sobre todo en Uzushiogakure, y también...—. A parte de que nuestro Fūinjutsu es uno de los más difíciles de romper y somos especializados en ellos, también podemos manipular el- —paró de inmediato.
¡Ella le había preguntado sobre Bukijutsu y no le había respondido! ¿Y Eri tenía que decirle de qué iba su clan? Se cruzó de brazos y arqueó una ceja con una media sonrisa en el rostro.
—¡Ajá! No voy a caer, Amedama, ¡tu no me hablarás de Bukijutsu hasta el combate! Así que tendrás que esperar también para ver qué le hace a los Uzumaki tan especiales —se estaba tirando demasiadas flores, porque ella no era un caso excepcional en su clan, pero, ¿qué demonios?—. Ese es el trato, en el combate, nos confiaremos aquello qué busca saber el otro.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Eri frunció los labios y le dedicó nuevamente una mirada con los ojos entrecerrados. ¡Tampoco era justo que no le hablara del Bukijutsu y se había quedado con toda la intriga! Pero luego soltó una carcajada, el ánimo de Daruu era contagioso.
—Lo veré durante nuestro combate. —Eri asintió, conforme—. Voy a pagar.
—¡Espera! —Eri se levantó de inmediato, haciendo que la silla donde estaba sentada se tambalease por la efusividad de la Uzumaki—. Yo también tengo que pagar, voy contigo.
No tardaron mucho en hacerlo. El lugar parecía ir bastante bien.
—Por cierto —llamó la atención de Daruu una vez hubiesen pagado—. ¿Sigues algún tipo de entrenamiento especial? En plan, entreno por la mañana, por la tarde también, o descansas... —preguntó—. Oh, ¿ves mucho a Ayame?
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
19/04/2020, 14:58 (Última modificación: 19/04/2020, 15:15 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
Daruu tenía intención de invitarla, pero Eri insistió en que ella también debía pagar su cuenta. Al fianl, cada uno hizo lo propio y junto a la uzujin, el Hyūga salió del bar.
—Por cierto —dijo Eri—. ¿Sigues algún tipo de entrenamiento especial? En plan, entreno por la mañana, por la tarde también, o descansas... Oh, ¿ves mucho a Ayame?
—Esto... —Daruu se sonrojó—. Estamos juntos. La veo continuamente —dijo, finalmente—. En cuanto al entreno, normalmente todos los días que no voy de misión hago un poco de ejercicio. Luego si tengo que aprender algo... la verdad, cuando algo me interesa soy bastante intensivo. A veces demasiado, acabo haciéndome daño.
19/04/2020, 16:59 (Última modificación: 19/04/2020, 16:59 por Uzumaki Eri.)
Eri se rascó la nuca mientras enseñaba una sonrisa nerviosa. A veces olvidaba ese pequeño detalle.
—En cuanto al entreno, normalmente todos los días que no voy de misión hago un poco de ejercicio. Luego si tengo que aprender algo... la verdad, cuando algo me interesa soy bastante intensivo. A veces demasiado, acabo haciéndome daño.
A Eri le solía fascinar ver como todos aquellos shinobi y kunoichi que conocía se entrenaban de forma diferente, y Daruu no era menos: entrenaba, hacía ejercicio, iba de misión..., claro que, al ser jōnin, no iba a parar quieto ahora que tenía más responsabilidades. Ella quería entrenar más y seguir yendo a mejor, pero nunca llegar a ser la mejor, eso se lo dejaba a Datsue.
—No te fuerces —pidió ella, luego señaló una calle—. Tengo que volver a Nantōnoya, creo que voy a entrenar un poco más antes del primer combate, estoy super nerviosa —confesó, jugando con sus manos de forma nerviosa—. Así que, o nos vemos allí o... Nos veremos tras la siguiente ronda. —Bien si pasara, como si no pasase, podría quedar con Daruu otro día y hacer ese combate amistoso que quería.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—No te fuerces —pidió ella. Daruu sonrió y se encogió de hombros. No podía evitarlo. La kunoichi señaló una calle—. Tengo que volver a Nantōnoya, creo que voy a entrenar un poco más antes del primer combate, estoy super nerviosa —confesó, jugando con sus manos de forma nerviosa—. Así que, o nos vemos allí o... Nos veremos tras la siguiente ronda.
Daruu le dedicó una pequeña reverencia.
—Tranquila, tú combate como lo haces contra tus compañeros y todo irá bien. Ponerte nerviosa sólo hará que rindas peor —aseguró Daruu, haciendo énfasis con una mano—. Te deseo mucha suerte. Nosotros nos enfrentaremos, sea en el torneo o fuera de él. ¡Espero que pases de ronda! —dijo, y se dio la vuelta, despidiéndola con la mano—. Excepto, claro, que te toque contra mi o contra Ayame. —Soltó una carcajada divertida.