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18/08/2015, 21:14
(Última modificación: 18/08/2015, 21:16 por Karamaru.)
Esa mañana las palabras del antiguo maestro resonaron en la cabeza de Karamaru.
"No traten de hacer esto solos, busquen un equipo. Busquen un maestro que los guie en las afueras."
Había que encontrar un sensei, un maestro que te ayude a mejorar. El entrenamiento de uno siempre es mejor con un tutor, una persona sabia como lo era el maestro Kiyon.
«¿Por dónde andarán To, Furimura y Lao?» pensaba Karamaru mientras comía su desayuno y escuchaba el ruido del agua deslizar contra la ventana de su casa. Un poco alejada de la ciudad de Amegakure, sin edificios alrededor ni calles de asfalto. En cambio, tenía un pequeño sendero de tierra y algún que otro árbol para decorar el exterior. Estaba deteriorada pero por lo menos era un techo donde refugiarse de la lluvia.
Era verdad que poco tiempo había pasado desde su graduación, apenas unos pocos días en los cuales se dedico a arreglar su casa y conocer un poco los lugares de la ciudad. Tal vez no estaba entrenando mucho, o por lo menos no lo suficiente, pero quería tomarse las cosas con calma. Había que asentarse y conocer para después entrenar con tranquilidad.
Pero esa no era mañana de entreno. Tras vestirse, el calvo tomo su sombrero de paja con forma cónica y su gran túnica negra y salió a caminar en dirección al edificio de la Arashikage. En el camino pensaba en lo que sería pedir una misión, conocer por primera vez a la Kage de Ame y empezar a obtener ryos para mejorar la casa. No privilegiaba lo estético, pero a Karamaru siempre le gustó que todo se vea lindo. Pero ese no era el objetivo del viaje. Las gotas resbalaban sobre su túnica y su sombrero, protegiendo su ropa común, mientras el calvo pensaba en si su solicitud ya habría sido vista. Siguió las palabras de Kiyon y trato de conseguir un sensei con las autoridades de Ame, o por lo menos Karamaru creía que se le pedía a las autoridades.
Tras un camino que ya se iba conociendo de memoria, por fin llego a las puertas del edificio. Ingresó y se quito su sombrero, apoyándolo contra la espalda y sujeta por una cuerda a su cuello, y se dirigió a lo que venía a ser una secretaria. No hizo falta decir nada, ella se dio cuenta a que venía el shinobi y le entrego un papel sin siquiera decir nada, ni esperar nada a cambio. Esta decía algo así:
"Paisaje verde a mi alrededor. La lluvia infinita cae sobre mi y sobre los árboles que se encuentran en los territorios aledaños. A lo lejos se escuchan los truenos, en territorio desolado en donde ni siquiera algún humano se ha logrado asentar."
Una pregunta- dijo Karamaru rompiendo el silencio- ¿Estas segura que esto era para mi?
Pero la pregunta no encontraría a su preciada respuesta. La mujer se limitó a mirarlo y a volver a bajar la cabeza. Era raro, pero supuso que de todas las personas en Ame le podría tocar algún loco o algún fanático a los acertijos. Sin embargo, eso no era un intento barato de acercarse a la poesía. No llegaba a ser acertijo ni nada que se le pareciese, tenía una respuesta fácil pero amplia.
Claramente la solución era sencilla, que ni siquiera tenía sentido llamarlo solución. Cerca de Ame se encontraban unas llanuras con algún que otro árbol donde llovía especialmente fuerte. Karamaru ya se había informado de ese lugar y tenía pensado ir a entrenar allí para mejorar su resistencia al clima. Lo difícil de esto era el donde. Esas llanuras eran enormes y era casi imposible encontrar a alguien solo con esas pistas. Pero era algo que no importaba. Karamaru le apostó al azar y se volvió a colocar su sombrero de paja y tras guardarse el papel en el bolsillo debajo de su túnica negra azabache salió del edificio en dirección al destino.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
Ya era de mañana y alguien que golpea la puerta de la casa de Den, aquella persona parecía estar bastante apurada por la forma en que golpeaba. Ese golpeteo fue el sonido que despertó al joven genin quien se había graduado hace tan solo unos días y desde de aquel día de la graduación Den se la ha pasado holgazaneando pasando más tiempo leyendo y pintando que a entrenar, parecía que una vez graduado no tenía más nada que hacer pero su camino recién comenzaba.
—Qué raro… está lloviendo en Ame— Fueron las palabras de Den prácticamente bostezando al despertar y oír el sonido de la lluvia.
Para cuando Den se levanta los golpeteo en la puerta habían cesado, no había abierto la puerta cuando vio que habían deslizado un sobre por debajo la puerta, *¿Qué podrá ser?* era lo que pensaba el joven genin mientras habría el sobre, dentro de este se encontraba un dibujo de una especie de pradera en el cual se podía distinguir un árbol y una serie de marcas simulando una intensa lluvia además de un rayo partiendo el dibujo en dos.
—Esto está hecho por un aficionado, ¿pero para que enviarme esto?— Pero esta pregunta que se planteaba a si mismo se contestaría sola al voltear el dibujo y encontrar una especie de nota.
(Tienes una hora para llegar o serás relevado de tu rango como genin de la aldea)
*¿Qué clase de broma de mala gana es esta?, es obviamente la llanura que se encuentra cerca de la aldea… esto parece ser más una trampa que otra cosa* Den estaba dudaba en ir o no pero finalmente se decidió ir, con cautela pero ir al fin y al cabo. Tomando un desayudo e equipándose todo lo que creía que iba a ser necesario. Den partiría algo apurado ya el tiempo que le tomaría llegar era prácticamente justo.
Antes de salir Den se aseguró de cerrar todo en su casa ya que no sabía cuánto tiempo estaría afuera, aun así no se sentía seguro yendo a destino ya que no sabía con que se encontraría exactamente en aquella pradera donde el viento sopla fuertemente y la tormenta es eterna. *Tal vez los shinobis que supervisan a los genin me han visto holgazanear mucho y esto sea un llamado de atención* Por la mente de Den empezaban a pasar las posible causas para que fuera llamado de esta forma.
- Bueno, pues aquí es.- Menciono Ichiro mientras relojeaba a su alrededor, una bandera roja, aunque algo descolorida flameaba en un poste de más de 3 metros de altura, justo en el lugar indicado por el mapa. El shinobi se acercó y se recostó al poste mientras trataba de descifrar que más tenía que hacer. En su entorno un bosque que silbaba con el leve viento que pasaba por el lugar, la lluvia, aunque era poca golpeteaba contra el suelo y los pequeños charcos que allí se habían formado. – Creo, que al final no era nada. – Suspiro el genin mientras doblaba aquel trozo de papel colores sepia y lo metía entre sus ropajes.
Comenzó a contemplar el entorno más detenidamente cuando una silueta apareció en la escena, aunque no pudo distinguir muy bien quien era por su lontananza, estaba seguro de que era una persona, quizá era el individuo que lo había citado a este lugar, o un simple viajero. Lo que si sabía era que en ese sitio no era muy común que las personas merodearan por allí, así que por precaución siguió observando a la figura mientras se acercaba a la zona donde él se encontraba. La lluvia casi se había detenido, pero todavía pululaban en el aire diminutas estelas de agua, que si bien no molestaban, las gotas corriendo por el costado de la cara y los ropajes del shinobi demostraba que si mojaban.
Unas horas antes…
Esa mañana Ichiro volvía del mercado de verduras donde trabajaba para ayudar en el hogar estudiantil donde vivía, no era una obligación, pero el shinobi lo hacía para contribuir con las personas que le daban un hogar y cuidaban a muchos niños y adolescentes que no tenían donde vivir en la villa, la mayor parte de su vida había pasado en aquel lugar, conociendo a muchos estudiantes y a los encargados del edificio, lo que había generado un gran cariño entre ellos.
Al entrar por la puerta y anunciarse como siempre lo hacia todos los mediodías una de las muchachas delegadas del lugar le llamo la atención. - Ichi, llego un correo para ti, toma.- Le extendió su mano, la cual estaba sujetando un sobre de color ocre, era extraño que el muchacho recibiera cartas en ese lugar, a menudo, para ser especifico los fines de semana iba a visitar a su familia en las afueras de la villa y por lo general estaba en el hogar estudiantil, lo que lo puso perplejo frente a la situación – Muchas gracias.- Dijo un poco inseguro y desconfiado tomado la carta mientras se secaba un poco con una toalla que se dejaba en la entrada de la puerta justo para ese uso. Era correcto, en la carta decía su nombre completo y su dirección de residencia actual.
Sin más espera, abrió la carta, adentro no tenía nada escrito, tan solo un mapa que no era más que del tamaño de una hoja común, pero tenía un título en negrita “Una oportunidad”.
Ichiro se sacó el pelo de la cara con su mano y se desperezo, pensaba si en realidad valía la pena ir hasta el lugar donde marcaba la X, lo delibero un poco mientras comía un cacho de pan que había sacado de la cocina –Quizá no sea nada, o quizás sea algo, prefiero sacarme la duda.- El joven esperaba de todos modos que fuera “algo”, sin embargo no estaba seguro de que esperar. Tomo su bandana ninja y los pocos Kunais que poseía en su poder.
La campanilla de la puerta del complejo sonó aludiendo que había sido abierta mientras el muchacho salía de ese lugar y emprendía a pie, un viaje en busca de la X marcada en el mapa.
Bien detallado no obstante simple, el lugar que señalaba este no estaba tan lejos de la villa y las indicaciones que prestaba eran sencillas de leer y comprender, seria fácil estar en pocas horas ahi.
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La niebla en el lugar era densa. Prácticamente era imposible ver más allá de cinco metros a la redonda sin ver una pantalla blanca que tapa la vista. Karamaru nunca había visto ese lugar, nunca llego hasta ese punto del país, pero no imaginaba que habría tanta niebla. Si sabría que había mucha lluvia, que en este caso ni siquiera era así ya que del diluvio común había pasado a una llovizna marcando que el cielo también se toma un respiro de vez en cuando.
¿Cuál es el sentido de llamarme a un lugar donde apenas puedo ver?- dijo Karamaru que ni siquiera tuvo tiempo de terminar la frase que había pisado un charquito de agua y casi se resbala- Encima justo hoy, osea porque te llaman cuando hay tanta niebla. ¿Es muy difícil que te llamen a un local de ramen? NOOOOOOO, tanta tanta mala suerte que me tienen que llamar a este lugar en el que no se ve nada y encima casi me caigo. Y lo peor de todo es que no tengo donde mier.....
Las boca de Karamaru quedo cerrada tras lo que acababa de ver. Otra vez no tuvo tiempo de poder terminar su frase. Casi como si estuviese preparado un trueno cayo a pocos kilómetros y la luz que reflejo mostró un pequeño punto rojo a la distancia. No se podía ver que era, pero no parecía natural. Fue un segundo, solo uno y en ese tiempo no se pude ver bien absolutamente nada y menos con esa niebla.
«Mas vale que sea eso porque si no...» el calvo quería seguir maldiciendo. Pero respiro hondo y volvió a pensar en porque el quería entrenar ahí algún día. Se quería hacer resistente al clima, soportar la lluvia y en este caso la niebla. Por lo tanto, se lo tomó como toma la mayor cantidad de cosas.
«¡Desafío!» Exacto, un desafío. Caminar entre la niebla con la vista nublada. Era solo una línea recta, sin muchas complicaciones. Y así fue que camino unos pocos minutos hasta estar a unos cinco metros de un mástil con una altura aproximada de tres metros. En la punta flameaba bandera roja en forma triangular. Todo parecía tranquilo hasta que bajo la mirada.
Un hombre, tal vez un poco más petiso que él se encontraba al lado del poste. No se llegaba a ver bien, solo se podía ver su silueta pero después de eso era una sombra entre la niebla. Karamaru supuso que ese era el hombre que lo había mandado a llamar.
¡Eh! ¡Tú! ¿Por qué me has llamado aquí? ¿Qué no podía ser en un lugar común?- gritó mientras se acercaba lentamente a la persona.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
Una vez llegado a paramo, Den pudo notar fácilmente que las condiciones climáticas no eran las mejor, pero ¿Cuándo hacia buen clima en Ame? La neblina estaba bastante densa dándole solamente unos metros de visión, caminar por estos lugares eran como caminar a ciegas exceptuando en los momentos en que el los relámpagos y los rayos iluminaban el lugar por unos instantes. Aunque este lugar se encontraba cerca de la aldea Den se sentía prácticamente perdido por la poca visión a causa de la niebla, pero cuando un rayo rompió el horizonte dando unos cuantos metros más de visión.
*¿Aquella persona será la que me mando la nota o solo será un viajero?, en todo caso el clima no está como para estar por este lugar, esto parece la calma antes de la tormenta* Pensaba Den mientras veía a una persona a menos de setenta metros por delante de él. Den usaría la última posición en la cual lo vio para guiarse teniendo que hacer una leve parábola de su trayectoria para colocar justo en el camino que él pensaba que la persona seguía.
Después de unos minutos de caminata en la cual había aumentado bastante su ritmo para intentar alcanzar a aquella persona, Den pudo escuchar claramente a alguien gritando y aquella persona se encontraba relativamente cerca ya que pudo escuchar todo lo que dijo. En ese momento se le paso por la cabeza que no era la única persona citada para venir a este lugar.
—Ya cálmate, yo también me tuve que levantar temprano para venir a este desolado lugar… sé que eh estado holgazaneando pero al fin llegue— Diría Den fuerte pero sin llegar a gritar en sí y pensando que la persona que lo mando a llamar se encontraba ahí.
Cuando tuvo la oportunidad de acercarse más noto a dos personas una para bastante cerca de su posición mientras que el otro se encontraba a algunos metros más alejado. Lo que realmente resaltaba era la bandera roja que se encontraba en ese lugar, Den no podía comprender que exactamente significaba aquella bandera triangular.
Cuando ve bien a la persona que tenía más cerca pudo ver su aspecto este vestía una túnica negra y tenía un sobrero, un poco más alto que Den y además por su tono de voz parecía estar de mal humor. Mientras que a la otra persona prácticamente no le prestó atención.
Mientras el joven seguía con la mirada concentrada, la figura que se acercaba iba tomando forma, se empezaba a asimilar a una persona de mediana estatura, portando un sombrero de paja y vestía completamente de negro, eso, o al menos a simple vista era lo que llegaba a denotar. «Sera él? » volvió a auto-cuestionarse el shinobi, que ya casi ni sabía que esperar o que esperaba en ese punto.
Hasta que un grito irrumpió en la serenata de la lluvia que caía y con su intensidad hizo volar a los pájaros más asustadizos que se encontraban cercanos a la zona, en un revoloteo alarmado, se llevaron por delante algunas ramas, mientras buscaban una salida hacia arriba del lugar donde retozaban.
“¡Eh! ¡Tú! ¿Por qué me has llamado aquí? ¿Qué no podía sermm mmsmdmoounn?”
Fue lo que pudo escuchar Ichiro mientras forzaba la cara con muecas tratando de oír la frase entera, pero sus esfuerzos fueron inútiles ya que no había entendido el final de la oración, claramente el nuevo personaje de la escena se había equivocado y confundido a Ichiro con quizá, la misma persona que él estaba esperando, eso lo dejaba en la misma situación del shinobi, así que bajo un poco la guardia, bajo la tensión de si cuerpo y aliviano su brazos, mientras movía su cabeza de lado a lado, tocando sus orejas con sus hombros, logrando así tronar su cuello.
Mientras suspiraba, se preparaba para contestar el grito a medias oído cuando fue interrumpido de nuevo. Una segunda voz, que sin descifrar lo que había dicho le llamo la atención, confirmando así, de que se encontraba una segunda persona en el lugar. – HEY! ACÉRQUENSE, A MI TAMBIÉN ME LLAMARON. – Respondió el joven, con un grito bastante alto como para el que estaba acostumbrado a usar, otra ráfaga de pájaros aterrorizados hicieron un coro cuando batieron sus alas alejándose del lugar. Luego de unos segundos se despegó unos cinco pasos del poste, en dirección de las personas que habían llegado. Siendo más los involucrados, podría conseguir información o tratar de descifrar lo que estaba pasando. Así que tres personas en un mismo sitio, con qué sentido…
- ¿Quien es Hentto? -
- Parecen un poco más hiperactivos de lo normal, ¿no lo crees?
Una voz ronca y seca que demostraban varios años de ser usada, se exclamo. Una cabellera totalmente blanca de canas, atada como la tradicional estilo samurái dejando una cola de caballo a media espalda, unos crecimientos que eran largos, pero no llegaban al elástico caían sobre su rostro del lado izquierdo. Su ceño fruncido, mientras que sus ojos negros como el carbón observan todo lo que los niños estaban haciendo en aquel lugar, arrugas en su frente y debajo de los parpados junto con una barba lacia de unos cuantos centímetros de su pera demostraban su longevidad.
Usaba unas caravanas del tamaño de una moneda color oro colgando de sus orejas. Su vestimenta era simple, un traje entero todo negro. De su lado izquierdo una especie de tela le recubría el torso, y finalmente, las tradicionales botas tabi, que estaba usando para mantenerse en total equilibrio sobre aquel poste a unos cuantos metros de altura.De protección, unas especies de placas blancas en su hombro izquierdo, unas cintas cruzadas en sus ante brazos y una espada, que trazaba una diagonal en la espalda, era todo lo que poseía el viejo jounin.
Mientras era espectador de las acciones de los ninjas que se encontraban abajo, Sin lugar a dudas era él el que los había hecho llamar, hace mucho tiempo, desde la finalizacíón de los exámenes, el viejo maestro había venido seleccionando a sus próximos discípulos y al parecer los había encontrado. Aunque no obstante el espectáculo no iba a brindar mucho más que eso, decidió a esperar que los estudiantes se encontraran y aprender un poco más de ellos, para luego así, entrar en escena.
- Sisisisis, Claro que si Senpai, claro que si! me muero por jugar con ellos.
Una voz, bastante nerviosa, aunque llena de energía, le contesto al maestro desde su espalda.
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El grito del calvo encontró una respuesta, pero no de la persona esperada. Un poco mas a la derecha, cerca del poste, otra figura apareció y esa fue la que replicó. Karamaru no era el único citado, y eso lo hizo calmar un poco. Tres figuras cerca de un poste, reunidas por algún motivo desconocido en el medio de la nada. Dos o tres personas reunidas por una o tal vez más. Pero Karamaru entendió al instante de que se trataba.
«¿Con qué quiere que esto sea en equipo?»
El sensei era rebuscado o exigente o bromista o hijo de puta, pero los había llevado hasta allí un día con mucha niebla. A buscar un punto en el medio de una llanura que se encontraba por casualidad, con la ayuda de los truenos. Tres personas se encontraron en el lugar, una todavía incógnita y apoyada contra el poste. Karamaru espero en silencio para ver si respondía ante su grito y el del otro hombre.
Pero estaba exactamente igual que los otros dos. Sin idea de que pasaba, o por lo menos de quien los había llamado y por qué. Karamaru sabía quien lo había llamado, era su futuro o mejor dicho ya actual sensei. El sucesor de Kiyon y el shinobi esperaba que estuviese a su altura. Por lo menos en habilidad o forma de enseñanza, porque de sabiduría pocas personas podrían llegar al nivel de su antiguo maestro. El sonido del tercer hombre retumbo en sus odios y comenzó a caminar. Se movió antes que la segunda figura, esa que había gritado un poco después que él mismo lo hiciera. Por lo tanto llego antes a la ubicación del poste para ver a un hombre de tez negra y cabellos grises con cara de niño. Tendría la edad de Karamaru, aunque sea aproximadamente, y una altura parecida. La cabeza de Karamaru seguía tapada por su sombrero de paja, seguramente dificultaría la visión de su rostro y la túnica haría lo mismo con su ropa común. Por ahora se mantenía oculto en esa clandestinidad que le generaba su abrigo. Se paró firmemente a un metro del poste sin generar sonido alguno con su boca. Esperaba que su "supuesto futuro compañero", que por lo menos en la mente de Karamaru por ahora era eso, se acercara igual que él.
Quería ser cauteloso, tomarse las cosas con calma. Sabía que ninguno de los tres fue el invocador, si no que eran los invocados. Generalmente hubiese roto el hielo primero, pero esta vez no estaba de muy buen humor por la niebla, pero poco a poco este se le iba yendo mientras se daba cuenta de las cosas. Sabía que su llamador debía de estar cerca, pero no sabía que tanto. Nunca podría darse cuenta que tres metros por arriba de sus pies, estaría camuflado un anciano que miraría a los tres niños desde las alturas.
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*¿Por qué intenta esconderse con esa clase de ropa y ese sombrero?*
Den pensaba que la otra persona que se encontraba en este paramo seria quien los mando a llamar pero aquella persona les llamo la atención y pidió que se acercaran ya que él también había sido llamado a este lugar. Cuando logra acercarse un poco más al otro individuo ve detenidamente a aquella persona nota que no es más que otro joven como él, el chico poseía una tez oscura, el pelo algo desordenado con un tono grisáceo. Den no pudo seguir observando ya que una cuarta persona se encontraba en este lugar.
“Parecen un poco más hiperactivos de lo normal, ¿no lo crees? “
Rápidamente después de hablar con su voz ronca Den pudo deducir que había una quinta persona y no paso mucho tiempo antes de que hablara, la tranquilidad parecía nula por la forma de hablar de este nuevo individuo y también creaba desconfianza en Den hasta hacerlo retroceder un paso rápidamente.
—Buenos días… ¿podemos saber la razón por la que nos han citado a este lugar?—
El joven genin no perdía el tiempo e intentaba ir directo al grano ya que supuso que el mensaje que le dejaron era solo para hacerlo venir, de otra forma probablemente no hubiera venido a este lugar. Esta situacion le daba a Den un aura de desconfianza tan así que tenía su mano izquierda sobre su kit de dibujo, ante las más mínima señal de que algo raro pasaba se iría rápidamente.
*¿Por que razon nos habran traido hasta este lugar tan... tan hemoso para dibujar a diferencia del dibujo del aficionado con la que me mandaron esa nota?*
Pero a Den aun le quedaba la duda de quien sera la persona que intenta esconder su imagen, la cual parece haberse calmado ya que despues de le pidio que calmase no ha dicho nada.
Las otras personas se acercaron al lugar donde se encontraba el mástil erguido que sujetaba la bandera que flameaba por causa del viento, esto le permitió al shinobi observar de cerca otros aspectos de los que allí habían acudido. Mientras lentamente se desperezaba, obtenía datos físico de aquellas personas, el primero, que sin emitir respuestas, luego de Ichiro manifestar el llamado, estaba completamente cubierto, aunque la lluvia había cesado en aquel lugar, traía el tradicional equipo que lo protegía de esta, por sus rasgos faciales o los pocos que se veía y su estatura, asumió que tenían la misma edad.
Bajo los brazos y los aflojo un poco, sus ojos ahora se habían trasladado al otro muchacho, este lucía un vestuario un poco más descubierto, si bien el clima era frió, no era algo insoportable, no encontró problema en su vestimenta, al parecer traía la cara descubierta y dedujo que también podían compartir la misma edad. Esta persona de cabellos oscuros dio un paso atrás y soltó unas palabras que a Ichiro le parecieron banales en su momento, ya que no comprendía de que hablaba «Se referirá a mi?» volvió a indagarse el shinobi en su interior mientras buscaba una respuesta en su cabeza para aquellas palabras.
En tanto el clima parecía acomodarse, la lluvia había parado completamente, la neblina empezaba a disiparse haciendo más cómodo el encuentro que allí inauguraban los tres ninjas citados misteriosamente por cartas. – Buenos diás- atino a contestar rápidamente mientras pensaba una respuesta coherente, ya que había recalcado anteriormente que él también había sido citado y poco tenía que ver con la planificación de aquéllos genin en el lugar. – Disculpa, yo fui quien grito, también fui citado- caía en un estado reiterativo, dejando claro su inocencia en el tema.
Luego emitió una risa, corta, aunque no del todo falsa para calmar un poco la tensión que se había generado en el ambiente, levanto su mano y se rasco la nunca para apaciguar los nervios y volvió con una intromisión hacia los genin – Simplemente vine porque recibí esta nota- el muchacho rebusco con su mano en sus ropajes para sacar una carta, claramente escrita a mano. Pero al intentar enseñárselas advirtió que este último integrante tenía la mirada un poco perdida hacia el poste. Sin darse cuenta de lo que estaba pasando dio un giro lentamente pusilánime tratando de también coincidir con el punto de visión de su compañero.
- Capitán Hentto -
Una sobra, que ahora era un poco más visible gracias a la baja densidad de la niebla, se encontraba encima del poste, esta propino un salto hacia arriba y cayo de cuclillas junto a los jóvenes, lo poco de niebla que quedaba se disipo, como si el impacto de la caída hubiera sido con tanta fuerza y firmeza que limpio la panorámica con las ráfagas que produjo. Hentto había descendido del lugar que se encontraba en primera instancia, no se sabía cuánto tiempo el hombre anciano había estado presente en ese lugar pero de seguro mucho más tiempo de lo que los genins pudieran advertir.
El maestro se puso erguido de brazos cruzados frente a los estudiantes, su ojos negros, una mirada tan fría y tan cortante como una espada, atravesaba por unos segundos cada uno de los que estaban allí presente. Se mantuvo unos segundos así para poder presentarse – Mi nombre es Hentto- hacia otra intromisión la voz ronca del experimentado shinobi, que a pesar de decirlo en voz alta y de palabras marcadas, lejos estaba de ser un grito, ni siquiera parecía que había forzado sus cuerdas vocales – Capitán Hentto y a partir de hoy seré su maestro – repaso de nuevo las caras de sus alumnos como un águila acechando a su presa.
– Y él es Míster Chango – presento a su ayudante señalando con la cabeza, que, de atrás de su figuras salió un chimpancé, el mismo apoyado en sus brazos delanteros apenas alcanzaba la cintura de Hentto con su cabeza. Un pañuelo rojo bastante vistoso eran las únicas vestimentas del animal, que sin emitir ninguna palabra se quedó inmóvil alado de su dueño.
– No hace falta que se presenten- añadió mientras los jóvenes se alineaban frente a él, la energía que emanaba de su cuerpo y la pose parecían que podía darle órdenes a una piedra y esta la seguiría sin dudarlo al pie de la letra - Hōzuki Ichiro- hizo una pausa – Genin de Amegakure, 12 años, proveniente del gran clan Hōzuki de Kirigakure, ninja medianamente balanceado, destaca en su inteligencia y destreza, elemento a fin, agua. Tu historia y tus deficiencias las veremos en el campo de batalla – paso su visión al joven con sombrero de paja manteniendo la misma postura amenazadora, creando un clima tenso, quizá se queria ganar el respeto de los joven a primera instancia utilizando el miedo como herramienta, o podría ser que fuera simplemente un viejo amargado e intimidador de menores - Habaki Karamaru – Se detuvo de nuevo – Genin de Amegakure, 12 años, monje del templo en Shinogi-To, ninja medianamente balanceado, la inteligencia y su fuerza destacan sobre su otras habilidades, elemento a fin el fuego, Katon. Por favor, quítate el sombrero para que tus nuevos compañeros te vean la cara.
Sin casi permitir que nadie hablara volteo a ver al último personaje presente en la reunión, el joven de cabellos oscuros que habia llegado en ultimo lugar, pero fue el primerizo en notarlo – Y por último, Fuwa Den, Genin de amegakure, 13 años, descendiente de la gran familia Fuwa, también un ninja bastante balanceado que sobre salta por su inteligencia, aparte, el primero que me noto en el lugar, elemento viento. – termino soltando aire agresivamente por su nariz que cualquiera allí lo pudo haber escuchado.
– Espero que hayan entendido la situación, los cite a este lugar porque elegí sus expedientes entre los otros estudiantes que se encontraban en la academia. De aquí no hay vuelta atrás. Hacia adelante o la renuncia. De mi por ahora solo sabrán mi nombre, les voy a permitir que me hagan solo una pregunta cerrada, es decir que las únicas respuestas que emitiré son “si” y “no”, que contestare con total sinceridad, tómenlo como la primera prueba
La cara del anciano volvió a tornarse totalmente seria – Piénsenlo, no me gusta malgastar tiempo eligiendo estudiantes para luego mandarlos a casa, aunque no tengo problemas en hacerlo. Imaginen que tienen muy poco tiempo para interrogar a un enemigo, ¿cuál sería su pregunta?.- El jonin se quedó prácticamente congelado mientras le daba tiempo a sus estudiantes para pensar.
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Unos ojos azules traspasaron la niebla. Una cabellera negra también se dio cuenta por quien habíamos sido citados. Lanzó una pregunta al aire, que el de tez oscura se limitó a responder con inocencia, todavía no se enteraba quien fue el que nos llamó. Karamaru permanecía en silencio, viendo la conversación de los otros dos gennin y pensando. Pensaba en muchas cosas, ninguna en particular, pero no le gustaba hacerlo al mismo tiempo que hablaba. Pero al poco tiempo, esto se vería interrumpido.
Imposible de ver, tapado por el sombrero, Karamaru no había podido detectar al hombre que estaba sobre el poste. No solo era su sombrero el que no le permitía ver para arriba, si no que también la niebla ayudaba a esa situación. Sin embargo, y afortunadamente, un anciano saltó desde el poste hacia el suelo para quitar la niebla que había alrededor de los cuatro hombres. Su pelo canoso poseía una cola de caballo y dos mechones que recaían sobre su cara. Una barba de igual color y arrugas y pendientes que adornaban su cabeza. Un traje negro sobre su cuerpo, y sobre este un pedazo de tela de un color parecido al naranja le tapaba el lado izquierdo de su torso. Como armamento poseía una protección en el hombro izquierdo y una espada que cruzaba diagonalmente la espalda.
«¿Hentto? ¿Capitán Hentto?» se repetía Karamaru mientras veía a lo que se suponía era su nuevo sensei. Parecía serio, duro o estricto. Al calvo le gustaba, pero también creía que era necesario que sea un poco divertido, aunque después de todo Kiyon no lo era y se la pasaba bien entrenando en el templo.
El hombre venía acompañado de un mono con una tela roja en el cuello pero antes siquiera de pararse a contemplarlo el anciano volvió a hablar. Parecía como que hubiesen encendido una radio, porque cuando empezó nunca paró.
«Ichiro y Den, Ichiro y Den. Supongo que están acá por el mismo motivo que yo» pensaba Karamaru mientras el capitán presentaba a cada uno. En especial a Karamaru le pidió descubrirse y sin problema alguno dejo caer su sombrero de paja sobre su espalda dejando que se cuelgue de una cuerda a su cuello. El pelado estaba tranquilo ya no lo molestaba la niebla ni la lluvia ni el barro. Sabía que por fin iban a empezar a entrenar.
Rápidamente, una supuesta primera prueba surgió. Una simulación, nos ponía en una especie de interrogatorio de corto tiempo solo para que pensáramos rápido una respuesta lógica con el único objetivo de hacerle una pregunta seguramente sin-sentido al sensei. Con los ojos ámbar clavados en el sensei, Karamaru realizó una pregunta para confirmar sus deseos.
¿Habrá mas pruebas como esta durante el día de hoy?
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
Un hombre bastante anciano se bajó de la cima del poste y con ese salto logro despejar un poco la niebla circundante. Una entrada con estilo para un anciano con el cabello en forma de cola de caballo totalmente canoso al igual que su barba haciendo resaltar sus ojos negros, en su cara se podía apreciar una buena cantidad de arrugas dejando sin lugar a duda que se encontraban con un hombre bastante mayor. En su hombro izquierdo llevaba una especie de armadura de placas, pero lo que más sobresaltaba a los ojos de Den no solo sus caravanas sino su espada.
El anciano se presentó con una voz bastante ronca como Hentto y enseguida reafirmo dándose el rango de capitán y que sería el sensei de los 3 muchachos presentes. Además sin dejar respiro presento a su chimpancé el cual se encontraba a las espaldas de él, lo único que parecía llevar su mascota era un pañuelo rojo.
*Con que un sensei… a decir verdad no vendría mal alguien me ayudara a guiarme en este camino que tomé*
Hentto empezó a presentar a sus nuevos alumnos de una manera bastante objetiva, algo que Den apreciar ya que quería a alguien que ande sin rodeos. Primero presento a Ichiro del clan Hōzuki, en segundo lugar presento a Karamaru un monje del templo Shinogi-To y por ultimo a Den, a los tres los catalogo como shinobis balanceados y todos destacaban en su inteligencia. Luego de presentarlos empezó a hacer una pequeña explicación por así decir ya que dejaba muchas cosas en duda y dejando.
Antes de dejar a Den elaborar una pregunta adecuada a la situación, uno de sus nuevos compañeros se adelantó preguntando si habría más pruebas hoy. *Considerando que aún es temprano, además de que Hentto dijo que esta es la primera prueba y es algo rápido, concluyo que su respuesta será si*
Den intentaba limitarse a escuchar la respuesta de su nuevo sensei ya que la pregunta había sido planteada fue planteada, pero le incomodaba que fuera una pregunta algo vaga.
—Creo que esa pregunta se responde sola en consideración a que fuimos elegidos entre todos los demás integrantes del curso y no creo que esta primera prueba demuestre nuestras habilidades o talentos—
Ichiro se quedó callado ante la aparición de aquel señor, escucho atentamente lo que dijo, mientras observaba las pocas gesticulaciones que hacia el jonin, mientras los nombraba uno por uno, el muchacho giraba su globo ocular clavando en la mirada de sus otros dos compañeros. El anciano casi no paraba de hablar, era un momento de confusión para todos los presentes en el campo, una figura había aparecido de la nada y no paraba de predicar frente a los jóvenes citados allí, en realidad, no estaba prestando mucha atención de lo que decía.
El genin volvió a concentrarse en su “maestro”, pero todavía no encontraba la bandana de la villa. Pero luego razono, alguien normal no podría tener tanta información sobre los estudiantes, aparte de que sus análisis psicológicos y el de todos los ninjas, eran totalmente secretos. Volvió en sí, y se volvió a integrar a la charla justo cuando este hizo una pregunta cerrada. «¿No entiendo a qué quiere llegar?» Ichiro se quedó expectante mientras intentaba razonar, puso su mano en su cuello y lo froto un poco, por lo general lo hacía para aliviar tensión. Cuando sus compañeros rompieron el silencio y efectuaron un pequeño dialogo.
“¿Habrá más pruebas como esta durante el día de hoy?”
En primer lugar el genin había pensado que esa sería una buena pregunta por parte de su compañero, lo que lo hizo ganar un poco más de confianza y una sonrisa se dibujó en su cara, pero a los segundos Den aporto:
“Creo que esa pregunta se responde sola en consideración a que fuimos elegidos entre todos los demás integrantes del curso y no creo que esta primera prueba demuestre nuestras habilidades o talentos”
Era verdad, el anciano les había dicho que lo tomaran como una primera prueba, eso dejaba con obviedad que habrían más. Tras tanto pensar, Ichiro dejo salir un suspiro profundo, eh intento sumarse a la discusión de su compañeros – Es verdad, dijo que habría más pruebas.- Se detuvo tras observar a sus compañeros y se concentró en el de mayor rango – ¿Corremos peligro de vida en las pruebas?, creo que es importante saberlo. – luego de formular su pregunta sus palabras se vieron un poco desviadas a los otros alumnos que estaban a su lado.
- Capitán Hentto -
Tras observar la reacción de sus alumnos y el entre cruces de palabras, bajo la cabeza, moviéndola de un lado a otro con un símbolo de negación, los volvió a observar, aunque su inteligencia era destacada, al parecer seguían siendo unos niños y sus habilidades de deducción las tendría que pulir mucho más de lo que estaban ahora
– Bueno ya escuche suficiente irrumpió el jonin, mientras sacaba una pipa de debajo de su tapado naranja y la encendía a la par que daba una pitada. Seguía observando a los niños. - No están preparados para hacer este tipo de pruebas, las preguntas se las haré de nuevo, cuando terminemos, por su bien, espero me las sepan responder. Acoto el anciano, mientras emitía una calada de humo blanquecino hacia el cielo, el olor a tabaco fuerte empezó a invadir el lugar.
A continuación, puso sus manos con el símbolo del carnero, y un pergamino apareció frente a él, lo tomo rápidamente y se dirigió a sus alumnos – Los shinobis tenemos varias especialidades, como en una misión, la primera es la recolección de información y rastreo. Cada vez que se presenta un percance este es el primer paso basico de todo estratega.- Hentto les mostró el pergamino enrollado – Aquí dice algo, el pergamino lo llevara Mister Chango. Deben encontrarlo, atraparlo, quitarle el pergamino, leerlo, memorizarlo en caso de perderlo y traérmelo de vuelta.- concluyo el shinobi, - ¿Alguna pregunta?.- dijo desinteresado mientras volvía a dar una calada de su pipa, el tabaco tomaba colores rojizos con cada inhalada y reflejando una combustión. Tras eso, le alcanzo el pergamino a su compañero primate, este lo ato a su espalda como si fuera una espada y salió corriendo hacia la selva apoyado en sus cuatro extremidades, llegando al follaje dio un salto de un metro trepándose en un árbol y se perdió en lo espeso de los matorrales. Mientras el anciano seguía fumando y esperaba que sus alumnos dijeran que estaban listo para dar la orden de salida.
Nivel: 14
Exp: 13 puntos
Dinero: 500 ryō
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· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
"—Creo que esa pregunta se responde sola en consideración a que fuimos elegidos entre todos los demás integrantes del curso y no creo que esta primera prueba demuestre nuestras habilidades o talentos— "
Y se suponía que los tres integrantes eran inteligentes. Al parecer, ese no lo era tanto debido a su reacción. Karamaru sabía lo que preguntaba, y esperaba que Hentto fuese capaz de comprenderlo porque no tenía muchas ganas de responderle a Den. Pero unos segundos más tarde se escucho la voz del de tez oscura y cabellos grises. Sin darle chance al sensei de que hable antes que él, Karamaru comenzó a hablar para aclarar cosas.
Primero, no, no corremos peligro de muerte. Un jonnin de la aldea nunca dejaría que un simple alumno muriera. Hay que pensar que tenemos familia, y nadie tiene el poder como para decidir legalmente si aniquilarnos o no. Así que te podes quedar tranquilo.
Y segundo, respondiendo a tus aclaraciones falsas, ¿Den, verdad?- pero sin esperar respuesta, seguro de ella, prosiguió- Si hubieses pensado un poco más, formaremos un equipo. Oh casualidad, los tres nos destacamos por nuestra inteligencia durante la academia, así que no era raro que nos pusieran juntos. La primer prueba, obviamente, sería para probar esa capacidad, y a ese tipo de pruebas me refería. Lo que él quería era ver que tan rápido funciona nuestra mente, que tan inteligentes somos y como actuamos ante una situación de misión como lo es interrogar a un rehén con poco tiempo de acción. Mi duda fue si habría más pruebas de estas, para estar atento y actuar con rapidez, pero obviamente que no nos cito aquí solo para preguntarnos una cosa. Con esto no nos evalúa por completo, pero si una parte importante de nosotros, por no decir la más. Por lo tanto, obviamente nos testeara de alguna otra forma, pero piensa un poco antes de tratar de corregirme.
Bien cortante, Karamaru expresaba sus pensamientos. Verdaderos o falsos, no se sabrán por ahora, ya que apenas finalizó el sensei dio un signo de negación. Seguramente, por ver a sus alumnos discutir. Esa situación, fue la que llevo al calvo a callarse y esperar la reacción del peliblanco que sin dejar mucho tiempo para que alguno de los otros dos hable, comenzó una explicación.
«¿Nos hará de nuevo otra pregunta de este estilo? Por lo menos respondió mi duda» Pensó alegremente Karamaru sin reflejarlo en su rostro. Pero igual que antes, sin dar un segundo de respiro, comenzó a hablar de nuevo tras sacar un pergamino de la nada. Era otra prueba, o eso parecía. "Información y rastreo".
Sin dar mucho tiempo a reflexionar las palabras, que Karamaru resumió rápidamente en "Encontrar, Atrapar, Quitar, Leer, Memorizar, Devolver". Esta rápida deducción por parte del calvo le permitió que apenas el chimpancé de pañuelo rojo saliera corriendo, este saliera detrás dejando su túnica negra y su sombrero de paja tirados en suelo. Esto dejaba al descubierto su pantalón gris, su cinturón azul y su túnica sin mangas de color naranja. Con un poco menos de niebla que antes, el calvo llegó a ver como su objetivo se internaba en los densos matorrales del lugar. Ese era el destino de su persecución.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
Ichiro reafirmaba que había más pruebas pero enseguida plateo la posibilidad de que hubiera riesgo de muerte, algo que Den desestimaba ya que un jounin no pondría en peligro a un grupo de genin. En un principio Karamaru empezó a decir algo muy cercano a lo que pensaba en ese momento hasta que llego “Hay que pensar que tenemos familia,…” , esas palabras hicieron que el joven Fuwa bajara la mirada al suelo, los sentimientos de soledad y melancolía empezaban a brotar en su mente. Esos sentimientos de Den se verían opacados por las palabras de Karamaru quien empezó a decir que lo dicho por den era falso y seguido de esto empezó una especie de regaño por así decir ya que no fue exactamente eso.
*Nuevamente da muchos rodeos con lo que quiere decir, ¿Por qué no dice las cosas directamente y ya?... se nota que no soporta que alguien lo corrija*
Cuando iba a responderle nuevamente a Karamaru el sensei dio por terminada la discusión para proponer la siguiente prueba. Mientras fumaba de su pipa Hentto empezó a explicar una de las especialidades de los shinobis, en este caso rastreo y recopilación de información. La prueba consistía en sacarle al chimpancé el pergamino que llevaría, memorizarlo o traerlo de vuelta, Mister Chango ato el pergamino en su espalda y salió corriendo.
*Acá posiblemente tenga ventaja a diferencia de mis nuevos compañeros*
Den se encontraba listo, saco de su kit de dibujo un pergamino y su pincel, solo esperaba a que la segunda prueba comenzara, se le podía notar la ansiedad por empezar para autoevaluar sus habilidades en esta especialidad.
– Empiecen, nos vemos del otro lado.
El shinobi había vuelto a sacudir la cabeza y desapareció junto con un humo blanco que fue arrastrado con el viento, Karamaru ya no estaba con el grupo, luego de un intercambio de opiniones había salido disparado tras el objetivo, el mono del sensei que llevaba el pergamino.
¿Qué sería el otro lado? Al parecer la prueba tenía un límite de distancia, Ichiro volvió a desperezarse hacia atrás intentando tronar su espalda y soltó un bostezo, paso sus dos manos por su cara, después de todo parecía una prueba fácil, no tendrían que esforzarse mucho –Hey. – exclamo intentando llamar la atención del muchacho de cabellos oscuros que se había quedado en la zona
– ¿sabes alguna manera de encontrar ese mono rápido?. Lo puedo tomar por sorpresa fácilmente, pero no sé cuánto tiempo me llevara encontrarlo.- se dirigía un poco serio Ichiro a su compañero, por algo habían sido un equipo, tenían que colaborar unos con otros aunque habían arrancado con el pie izquierdo.
Del otro lado del bosque, sobre una piedra gris, Hentto fumaba una pipa. Mientras sus clones escondidos observaban a los niños.
El primero seguía a Karamaru, que enseguida de adentrarse en el bosque le perdió pisada al mono, que al parecer era más rápido que él, tenía que encontrar una manera de localizarlo, a su alrededor no había más que árboles, al mirar hacia arriba se veían sus copas y como la luz ingresaba en la enorme jungla. Pocos rastros había dejado el mono, aunque el musgo barrido, delataban que se había apoyado en ciertas ramas.
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