Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Realmente comenzaba a sentir que sobraba por allí, después de todo solo conocía a Datsue y este obviamente iba a querer ponerse al día con los que fueron sus compañeros en la academia. No podía culparle, ella hubiese hecho lo mismo.
La rubia lideró la marcha, se internó en la residencia y tras cruzar un simple pasillo repleto de puertas, llegaron al comedor que habían preparado para el festejo. Aunque Koko probablemente se iría tan pronto como pudiese.
Pero antes tenía que dar alguna indicación, ¿no? Al menos dirigir unas pocas palabras a los invitados. Así que para ello volteó y con una sonrisa en el rostro comenzó a hablar.
—Primero que nada, permítanme darles la bienvenida a la residencia del clan Sakamoto, como verán, hemos preparado esta habitación para que se sientan a gusto durante la celebración —celebración de vaya uno a saber qué, no recordaba siquiera si le habían mencionado algo pero poco importaba—. Si llegasen a necesitar algo siéntanse libres de comunicárselo a cualquiera de los meseros del clan —añadió, presentando a los mozos con un gesto de sus manos—. Y por favor, no hagan sus necesidades fuera del cuarto de baño o en el caso de las mascotas, en algún árbol de fuera —obviamente aquello último iba dirigido a aquel dueño del perro, que según se había escuchado por ahí, tenía cierta costumbre de orinarse donde se le antojase.
«Ahora… ¿debería avisarles que hay guardias en cada puerta? Aunque tampoco es que vayan a atacarles ni nada… »pensaba seriamente, pero seguramente los guardias se encargarían de lo que sea que pudiera suceder si alguno decidía intentar irse por algún pasillo ”equivocado”.
Entonces, solo restaba una cosa y probablemente la pecosa podría desaparecer.
6/12/2017, 05:10 (Última modificación: 6/12/2017, 05:26 por Uchiha Datsue.)
Plum resopló.
—Pff… No creo, tía —respondió, en susurros, a Eri—. He oído que son como unos veinte hermanos… ¿y todavía más hijos secretos? ¡Habría que denunciar al padre por patriarca opresor! —exclamó en murmullos, muy ofendida.
Mientras tanto, Datsue oía las aventuras de Akimichi Sora, que pese a no ir sobradas en emoción, al menos eran honestas. Una cualidad que el Uchiha, últimamente, no veía muy a menudo.
—No te habrán regalado algún libro relacionado con los Uchiha, ¿eh? —preguntó, a Sora—. Mi Hermano te pagaría un pastizal por él —le aseguró.
Luego miró a Hanako, que seguía callado y sin abrir la boca, y se preguntó cuánto tiempo podría aguantar sin decir ni una palabra. «Seguro que toda la velada hasta despedirse». Giró la cabeza para mirar a Nabi, con una sonrisa traviesa dibujada en su rostro. Estaba a punto de apostarle a Nabi precisamente su hipótesis sobre Uzumaki Hanako cuando recordó que estaba enfadado con él. Frunció el ceño, cerró la boca y volvió la vista al frente, con cara de muy ofendido.
—Primero que nada —empezó Koko, para luego dar un pequeño discurso sobre las normas básicas de comportamiento y los meseros que le atenderían, soltando entremedias una pequeña pulla a Nabi que arrancó una sonrisa al Uchiha—. ¿Alguien quiere preguntar algo?
—Ninguna, ninguna —dijo rápidamente—. Bueno… —se mesó la barbilla, pensativo—. Somos un poco ruidosos… ¿Hay algún problema con eso? —preguntó—. Oye, y gracias otra vez por dejarnos celebrar la fiesta aquí. Es todo un puntazo.
Aclaradas las dudas, buscó con la mirada dónde sentarse. En la cabecera de la mesa era lo ideal, así podría hablar con unos u otros sin esfuerzo, pero ya que la fiesta era en honor a Nabi… suponía que le correspondía aquel lugar a él. Así pues, se dirigió a la mano derecha de ésta.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Eri torció el gesto, la verdad es que el comentario de Plum tenía su punto, pero aún así, ¿tenían a todos sus hijos esclavizados para poder pagar tal mansión? ¿O simplemente es que tenían mucha influencia? Buscó una frase más acertada para contestarle, pero al no hallarla simplemente se encogió de hombros, si no era patriarcado opresor era explotación infantil.
Por su lado, Datsue acababa de preguntarle a Sora sobre los libros que le habían regalado, ensanchando la sonrisa tímida que asomaba entre sus dos abultados mofletes.
—Pues sí, la verdad es que eran varios, dos relacionados con el clan Akimichi, uno sobre el clan Uzumaki y otro relacionado con el clan Uchiha —alegó el chico, bastante orgulloso —Pero si hablas de Akame, creo que me lo regalaron porque estaba en bastantes malas condiciones por su culpa, de tanto leerlo... Lo siento, Datsue —se disculpó el chico aminorando la sonrisa.
Todos se pararon frente a Koko que comenzaba a darles explicaciones sobre el recinto y el lugar donde iban a quedarse durante la fiesta. Eri bajó la vista cuando la chica mencionó algo sobre hacer sus necesidades en el cuarto de baño, y sin querer miró de reojo a Nabi. ¿Cómo se le ocurría mearse en el felpudo de Datsue?
—¿Alguien quiere preguntar algo?
Antes de que ninguno pudiese decir nada, Datsue se adelantó, preguntando sobre si había algún problema con el ruido que pudieran ocasionar. Tanto Eri como Sora no tenían ninguna pregunta pues pretendían portarse bien, así que solo añadieron una pequeña reverencia.
—Gracias por dejarnos utilizar su mansión para la fiesta, Koko-san —agradeció la joven.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
10/12/2017, 14:44 (Última modificación: 10/12/2017, 14:46 por Inuzuka Nabi.)
Seguí a esa mala gente a una distancia prudente, casi podía sentir la mirada de Datsue en el cogote y eso que lo llevaba delante, hasta que estos se pararon a escuchar a la anfitriona. Para cuando me di cuenta ya había dado más indicaciones de las que quedaban por dar pero algo dentro de mi me decía que había escuchado todo lo que iba dirigido a mi.
—. Y por favor, no hagan sus necesidades fuera del cuarto de baño o en el caso de las mascotas, en algún árbol de fuera —
Si esa fiesta se suponía que era en mi honor... La última vez que le hago caso al manipulador hijo de un chacal de Uchiha que tenía por compañero, ¡¿cómo me había dejado engañar así?! Estaba claro que había usado sus poderes mentales en mi contra, es más, si él solo tenía que poner la casa y ni eso había hecho el muy... Osease que yo lo había hecho todo y él ¿qué? Mirar y aplaudir, y ni siquiera estaba aplaudiendo.
—¿Alguien quiere preguntar algo?
—Ninguna, ninguna. Bueno…. Somos un poco ruidosos… ¿Hay algún problema con eso? Oye, y gracias otra vez por dejarnos celebrar la fiesta aquí. Es todo un puntazo.
—Gracias por dejarnos utilizar su mansión para la fiesta, Koko-san —
— Espera, espera. Koko se queda, ¿no? — me dirigí a Datsue, que, para varias, era el director de aquel musical. — Koko-san, ¿te quedas? Celebrar una fiesta y dejar fuera a la anfitriona no lo apruebo. Uso mi autoridad como señor de honor de la fiesta para invitarte formalmente.
Sentencie abriéndome paso entre la muchedumbre. Stuffy fue más rápido y menos disimulado, pues al pasar pisó ambos pies de Datsue, que vengativo era este perro. Empezó a dar vueltas alrededor de la kunoichi mientras movía la cola de un lado a otro y le olfateaba los pies como si fueran comida.
De momento todo estaba desarrollándose bien, con suma tranquilidad e incluso respeto, suficiente para que incluso Datsue le hablase adecuadamente y sin soltar bromas o alguna indirecta para todo el clan. Incluso agradecimientos que podía considerar sinceros.
Siendo así, la pecosa no pudo hacer otra cosa que responder con afabilidad.
—No hay ningún tipo de inconveniente con el ruido, pues las habitaciones están bastante alejadas de este sector, tampoco tendrán que soportar intervenciones de ninguno de los integrantes del clan —salvo por una personilla en particular que tiende a ignorar todo lo que se le dice, una suerte que le hayan dado ganas de irse a pescar—. No hay nada que agradecer, tan solo disfruten del festejo —esta vez acompañó sus palabras con una reverencia y finalmente volteó.
Iba a retirarse, a cruzar la puerta más próxima que estaba literalmente a unos metros de su ubicación, pero en cuanto dio un primer paso algo la interrumpió, obligándola a girar la cabeza en busca de la persona que le hablaba.
El tal Nabi, aquel por el que se había organizado la fiesta. «¿En serio? ¿No tenía que estar en la cocina? »pensaba la rubia que se había quedado un momento boquiabierta por las palabras del joven Inuzuka.
El asunto era que si a pesar de la invitación, ella buscaba escapar de la escena, probablemente terminaría con las calcetas —de un blanco impecable— teñidas de alguna tonalidad amarillenta, puesto que el perro del chico ahora estaba dándole vueltas alrededor y por algún extraño motivo se había concentrado en olisquearle los pies. «Joder, no me digas que me están apestando los pies »pensaba la kunoichi en lo que se acuclillaba, teniendo especial cuidado de doblar bien la falda del kimono para que no se arrugase.
—Bueno, supongo que puedo pedirle a alguien más que se encargue de la cocina —respondió haciendo un leve puchero y estirando las manos en un intento por tocar al can.
A no ser que Stuffy sea un caso especial que odia a las rubias pecosas y heterocromas, debería de poder tocarle, tal vez, es decir, se llevaba bien hasta con los cocodrilos del clan.
Cordialidad, respeto, sin malos entendidos… Por el momento, la elección de realizar la fiesta allí estaba resultando todo un acierto. En otros tiempos, no hacía tanto, hubiese considerado aquella la casa del enemigo. Un castillo al que ni loco se hubiese acercado, temeroso de no volver con vida. Se había peleado con todas y cada una de las Sakamoto que había conocido, pero desde el día en que se había cruzado con uno de los hermanos, la situación parecía haberse reconvertido.
«Me pregunto si Noemi le contó a Koko que nos enfadamos… Demasiado tranquila la veo».
Nabi, en un extraño arrebato de educación impropio de él, insistió en que Koko se quedase en la fiesta. El Uchiha lo miró con una ceja alzada, curioso. «Vaya, vaya, vaya, y luego decías que no estabas interesado en las mujeres… Ya veo por dónde vas, bri… ¡Auch! ¡Serás hijo de perra!». Stuffy acababa de arañarle ambos pies al pasarle por encima. «Voy a tener que añadirte a ti también a la lista, ¡perro!».
Koko, por su parte, y tras meditarlo unos instantes, aceptó la oferta, comentando que pediría a otro que se encargase de la cocina. Plum no dio crédito a lo que acababa de oír. Toda su expresión corporal lo decía: ojos abiertos como platos; cejas alzadas; boca abierta… Pronto su voz también dio fe de su sorpresa:
—¿Ibas a cocinar para nosotros? —Miró a Datsue. Luego a ella otra vez—. Confiesa, ¿con qué te está chantajeando Datsue? —No encontraba otra explicación lógica para que Koko se tomase la molestia de prepararles la cena—. Confía en mí, cómo ese capullo te esté extorsionando, ¡le arrancaré los dientes a puñetazos uno a uno!
Datsue suspiró. Plum siendo Plum.
—Soy el único aquí con hambre, ¿o qué? —preguntó, ya sentado, ante la parsimonia del resto. Inconscientemente, sus ojos se desviaron hacia el Akimichi, quien instantes antes le había asegurado que los libros relacionados con el clan Uchiha ya habían sido leídos y releídos por el propio Akame. «No me sorprende. Por algo los de su promoción le llaman el Devoralibros».
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
— Espera, espera. Koko se queda, ¿no? Koko-san, ¿te quedas? Celebrar una fiesta y dejar fuera a la anfitriona no lo apruebo. Uso mi autoridad como señor de honor de la fiesta para invitarte formalmente.
Eri miró primero al que acababa de hablar para luego, posteriormente; mirar a la rubia pecosa que allí se encontraba, dispuesta a salir por la puerta para desaparecer de la estancia. Ella frunció el ceño, ¿pero ella no se quedaría desde un principio con ellos? ¡Era lo más normal! Por ello era su casa...
—Es cierto, Koko-san, ¿no te quedas con nosotros? Será divertido... —incitó la joven, acercándose a ella.
—Bueno, supongo que puedo pedirle a alguien más que se encargue de la cocina —ante aquellas palabras, la joven pelirroja sonrió satisfecha.
Plum, por su parte, hizo gala de su tan conocida actitud en los tiempos de la escuela. Eri apretó los labios al escuchar como defendía a Koko por la supuesta extorsión que le estaba haciendo Datsue a la rubia —el cual tampoco lo desmintió—, Sora se rascó la nuca, sin saber muy bien qué decir ante todo ese embrollo. Él estaría mucho mejor en silencio leyendo un libro sobre las antiguas bestias que estar discutiendo vete tú a saber por qué.
—Soy el único aquí con hambre, ¿o qué?
—No seas impaciente —le regañó la pelirroja, tomando otro asiento y sentándose ella también —. Koko-san, ¿por qué no te sientas comigo? Nunca hemos hablado, puede ser divertido —se ofreció la joven, con una sonrisa dibujada en el rostro.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—Bueno, supongo que puedo pedirle a alguien más que se encargue de la cocina —
Aquello me dejo perridifuso, sí, perridifuso, no me parece justo que los patos tengan un adjetivo para su difusión y los perros no, ¡si eso no es especismo ya no sé de qué estamos hablando! Datsue había conseguido que nos dejaran hacer la fiesta en una pedazo de mansión, pero que la persona que nos había conseguido esa excepcional sala fuera a cocinar para nosotros era lo más cercano a la explotación que se podía ver en Uzushiogakure. Sin embargo, Plum se me adelantó en acusar al Uchiha de capullo engreído.
Iba a soltarle yo tambien que era mala gente cuando recordé que no era el momento ni el lugar ni las circunstancias me acompañaban especialmente. Que Plum le hubiese soltado un rapapolvo me había ayudado a ignorar el hecho para más adelante, aunque la probabilidad de que no me acordase era abrumadora.
A diferencia de mi, que estaba debatiéndome con conceptos que hace menos de un año hubiesen parecido ajenos a mi personalidad, como pensar y meditar y hablar con decencia, Stuffy estaba en su Nabidad personal, se había meado en un felpudo, había recibido amor de Eri y ahora lo recibía de Koko, si conseguía algo parecido a una caricia de Plum y volvía al felpudo de Datsue para cagarse en él, sería, efectivamente, SU día. Porque hasta él era consciente de que Datsue había hecho algo malo a Koko por como habíamos reaccionado todos, que entendiese que era un machista opresor y un vengador empedernido ya igual le iba a costar un par de capítulos más.
Decidí, contrariamente a mi forma de ser, no decir nada más, en vista de que tampoco parecía que nadie me exigiese que dijese nada más. Hanako estaba ya sentado cuando el Uchiha se sentó a su lado, lo cual era bastante impresionante porque juraría que Datsue había ido directo a sentarse. Sin duda, las capacidades de Hanako eran algo digno de mención, de hecho, tenía a Eri a un lado y a Datsue al otro y podría jurar que ninguno de los dos se había dado cuenta de su presencia todavía. Pensé en sentarme al lado de la pelirroja, pero ofreció ese puesto privilegiado a Koko y tuve que buscarme la vida, así que fui al sitio más alejado del vengativo hijo de chacal que había "organizado" la fiesta.
Stuffy, cuando Koko dejase de acariciarle, si es que Koko dejaba de acariciarle en algún momento, se iría tras Plum con su típica expresión de perro lelo con la lengua fuera y pasos cortos y acelerados.
Siendo que ninguno parecía estar en contra de que ella se quedase, probablemente lo haría, de paso podía asegurarse de mantener un ojo encima del animal al que estaba acariciando para que no se ponga a orinar en cualquier parte que le pareciera adecuada, aquello abarca también los pies de alguien de cualquiera del clan.
Aunque una de las invitadas parecía dispuesta a darle una paliza a Datsue, a saber si realmente era por los supuestos chantajes o en realidad era una excusa para golpearle y… en cualquier caso Koko estaría de acuerdo.
—Si quieres golpearle nadie del clan intervendrá —afirmó con una sonrisa cordial dirigida a la tal Plum.
Confiaba en que el Uchiha entendería que no iba en serio con eso, y en cualquier caso, dentro de aquella mansión podría decirse que estaba prohibido darse de golpes, en los jardines externos es otra historia.
La pelirroja por su parte le ofreció sentarse a su lado, seguro con la intención de integrarla más fácilmente ya que la pecosa tan solo conocía a Datsue.
—Gracias —tan pronto como dijo eso, dejó libre a Stuffy y se dirigió a la mesa, no sin antes intercambiar algunas palabras con los criados.
Tras ello, tomó asiento junto a la tal Eri. Para este momento, Maki dejó algunas bandejas sobre una mesa a un lado de todo y se fue por una de las tantas puertas que daban con ese comedor.
—Me temo Datsue, que como jamás me especificaste que comerían ni bien llegaran habrá que esperar un poco —afirmó tratando de ser amable a la hora de tirarle abajo la idea al Uchiha—. Ah, y si alguno tiene alergia por alguna cosa dígalo, solo para estarnos seguros de que nadie terminará envenenado por error.
Y ese era el motivo por el que Koko no había cocinado nada hasta el momento, solo que lo había olvidado por un instante ya que siempre da gusto contradecir a Uchiha Datsue, aunque sea en asuntos tan triviales.
«¡Me cago en…!». Frunció el ceño. No sabía por qué, pero había creído que aquellas dos se llevarían mal. «Como se unan contra mí estoy perdido…»
—Pues quizá lo haga —replicó Plum, desviando la mirada hacia Datsue—. ¡Porque esto huele a chamusquina!
El Uchiha enseñó las palmas de las manos, conciliador. Plum era como una cerilla, la mínima chispa bastaba para encenderla.
—Vamos, vamos. No es culpa mía que sea buen negociante —se defendió, para luego preguntar si no tenían hambre, tratando de cambiar el rumbo de la conversación.
Como Datsue no le había dicho a Koko la hora de llegada, la cena no estaba lista todavía. Una cena que, tras la pregunta de Koko sobre alergias, podría variar en su menú.
—Yo soy alérgico al huevo —comentó, mientras el resto se iba sentando—. Creí que ya te lo había dicho.
Pronto se dio cuenta de una cosa: las posiciones estaban desbalanceadas. Él, Hanako, Eri y Koko a un lado. Plum —que se había sentado al lado de Nabi, tras pasar olímpicamente de Stuffy—, el propio Nabi, y presumiblemente el Akimichi, quien todavía no se había sentado, al otro. «Ains, estos chicos…»
—A ver, moveos una posición para aquí —dijo Datsue a los que estaban sentados a su lado, mientras se levantaba y ocupaba el asiento principal. El asiento del patriarca, quedando de frente a todos—. Así quedamos simétricos.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Eri se encontraba sentada y esperando a Koko para que se sentase a su lado. Lo demás le pareció menor pues tampoco le interesaba como Plum lograba patearle el culo a Datsue por décima vez en toda su vida, ¿o puede que más? Aunque seguía pensando que si Datsue se pusiera serio le ganaría menos. «Será que es masoquista» pensaba seriamente la pelirroja, «no tiene otra explicación.»
Koko mencionó que la comida tardaría un poco por lo tarde que habían avisado. Eri levantó la mano, pero al ver que era una acción innecesaria rápidamente la bajó y esperó a que Datsue dijese a lo que era alérgico.
—Soy alérgica al plátano —informó ella a su acompañante femenina.
—Yo soy alérgico a la mayonesa —dijo rápidamente el único Akimichi de la sala mientras cerraba el libro que llevaba y lo guardaba bajo su manga izquierda.
Rápidamente Datsue vio algo que no le gustó en las posiciones de la mesa —o eso se intuía— pues quiso cambiar los asientos para estar simétricos, Eri lo miró de arriba a abajo, allí, sentado en el asiento que se encontraba frente a todos los demás. La pelirroja se levantó y rápidamente protestó:
—¡Protesto! —exclamó, horrorizada —. ¡El que debería sentarse ahí es Nabi! La fiesta se está celebrando en su honor, ¡acaparador!
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
a—. Ah, y si alguno tiene alergia por alguna cosa dígalo, solo para estarnos seguros de que nadie terminará envenenado por error.
¿Alergias? ¿Qué clase de persona débil e infame es capaz de no ser capaz de comerse algo? Si se puede comer, se debe comer. Y si no se come que sea porque no se quiere, como yo y las verduras, o yo y las setas, o yo y todo lo que sea medianamente sano. La sanidad es para personas débiles e infames.
Sin embargo, el porcentaje de personas débiles e infames era tremendamente más alto de lo que yo hubiese imaginado nunca. Si bien no soy un genio, bueno, iba a decir que algo de memoria tengo, pero la verdad es que no, aunque me sonaba vagamente que Eri o Datsue eran alérgicos a algo. Y como siempre, tengo que acertar en mis dos sonaciones, siendo ambos alérgicos. Debería ser adivinador, ni ninja ni hostias.
—Yo soy alérgico al huevo
—Soy alérgica al plátano
—Yo soy alérgico a la mayonesa
Ahí, el destino debía de estar jugandome una broma, Shiona-sama desde el más allá tenía que estar poniendome a prueba en conocimiento shinobi o algo así. Un Akimichi con una alergia alimentaria... eso suena a ninja de Kusa mal informado, suena, huele y hasta sabe. Justo cuando estaba a punto de olvidarme de que de repente todo el mundo es alérgico a algo, la voz de mi conciencia me lo recordó.
— Yo... soy intolerante a la lactosa.
Me gire para ver a Hanako con la mano igual de levantada que cuando había saludado aunque esta vez era para pedir el turno de palabra como si estuviéramos en una reunion de intelectuales o algo.
— Bueno, en realidad puedo comer de todo, solo que después tendré unos gases terribles.
Solo ese tono y su expresión sombría podían conseguir algo inalcanzable para el resto de los mortales, hablar de pedos sin que resultase ni remotamente gracioso.
— ¿Pero qué os pasa? ¡Si solo es comida! ¿Cómo os habéis vuelto todos alérgicos a algo sin avisarme? Esto es bullying.
—A ver, moveos una posición para aquí. Así quedamos simétricos.
Y con sus santos cojones, bañados en el Santo Grial y enjuagados en el jabón del mismisimo Kyubi, Datsue se levantó y se plantó en la silla patriarcal, en la silla alfa. Me levanté y le señalé con el dedo deliberadamente con una mirada concentrada y asesina.
— ¡Eso se merece un duelo de caballerías mínimo! Levantaos todos, vamos a jugarnos la vida por ese sitio.
Pues eso, que medio mundo era alérgico a algo y de puro milagro a Koko se le ocurrió preguntar, de lo contrario seguramente todos hubiesen terminado internados o como mínimo con gases.
—Huevo, plátano, mayonesa, y un intolerante a la lactosa —repitió para sí misma mientras parecía analizar la situación. A pesar de que ella ya no sería la encargada de cocinar.
Uno de los meseros se acercó a la pecosa y comenzaron a cuchichear un poco a expensas de los demás, principalmente sobre lo que podría cocinar Maki quien seguramente ya estaría preparando algo que tal vez, y solo tal vez, tuviese alguna de todas las cosas mencionadas. Aunque las probabilidades de que fuese así eran muy altas ya que esa chica tiende a usar huevos en casi todo lo que prepara o sino queso.
Así fue como simplemente pasó de todo lo que los demás hablaban, sobre lo de las sillas que cada uno debía de ocupar y también las protestas del Inuzuka con respecto de las alergias. A decir verdad, que ese chico haya optado por hablar de esa manera dejaba algo intranquila a la rubia. «¿Será alérgico a algo y no quiere decirlo? Espero que después no le dé una diarrea descontrolada »pensaba justo para el momento en que el mesero se asentía para luego enderezarse y quedar de pie allí junto a Koko.
—Les interrumpo un momento —dijo mirando a los demás, de ser el caso que la escuchasen proseguiría—. La comida probablemente se demore en llegar y resulta imposible saber si lo que se prepare resultará agradable para todos así que les propongo que cada uno pida un plato individual. Así al menos estaremos seguros de que todos comerán bien.
Y en caso de que no la escuchen se tendrán que aguantar con lo que sea que les llegue, que muchas ideas a ella por lo menos no se le vinieron a la cabeza sobre lo que podría cocinarse.
10/01/2018, 05:08 (Última modificación: 10/01/2018, 13:39 por Uchiha Datsue.)
Los gritos, injurias y acusaciones no tardaron en hacerse oír. Cuando el aire ocupaba la silla, a nadie parecía importarle. Pero, oh, se atrevía el Uchiha a sentar su sucio culo en ella, y todo el mundo perdía los estribos. Datsue, que sabía atacar dónde dolía, optó por no replicar a ninguno ellos. En su lugar, se reclinó sobre la silla, colocó los pies sobre la esquina de la mesa, cruzándolos, y se cruzó también de brazos.
Detrás suya, pareciendo desde la posición de los contrarios que él formaba parte de la figura, un enorme cuadro. Era un hombre, desnudo de torso para arriba, de enormes músculos, muy definidos —se le marcaban incluso las venas— y varias cicatrices. Tenía el pelo blanco y largo, al igual que su barba, y miraba desde una posición de altura, envuelto en un aura de luz, como si de un Dios se tratase.
—Duelo de… ¿caballeros? —A Plum parecía a punto de estallarle una vena de la frente—. Ah, claro, como por tradición se sienta el patriarca a pie de mesa, ya no podemos hacerlo ninguna de nosotras, ¿eh? ¡Maldito marichulo opresor! —le espetó a Nabi—. ¡Y una mierda te sientas ahí! ¡Ese sitio es para Koko, que para algo es la anfitriona!
Datsue se lo estaba pasando pipa. Plum incluso había oído mal, entendiendo caballeros por caballerías, y la bronca ya estaba armada. «Esta chica siempre oye lo que quiere...»
—Aquí os espero —dijo, arrogante como pocas veces lo era. Quizá, algunos, pensasen que lo de matar a un Kage y hacerse con medio bijuu se le había subido a la cabeza. En realidad, solo quería un poco de guasa. Aunque lo otro no tenía por qué ser falso...—. ¿Os ponéis a la cola o todos juntos? —agregó, subiendo la apuesta, esbozando una sonrisa bobalicona.
Fue entonces cuando Koko intervino, ajena o sin interés alguno en tomar parte de aquella discusión, preguntando qué preferían comer cada uno. Datsue se relamió los labios, con la boca hecha agua. Ya que le daban a elegir…
—Pues me gustaría empezar con un pequeño plato de caviar, a poder ser. Ya sabes, para ir abriendo el apetito. ¿Tenéis fugu? ¿Sabéis prepararlo? Oh, eso estaría genial —teniendo en cuenta lo bien que se solía llevar con las Sakamoto, quizá no fue su mejor idea del mundo. Ni de lejos—. Unos langostinos de segundo no estarían mal tampoco. Un pulpo a la uzureña entre medias... Oh, y almejas, por favor. —Rara era la vez que encontraba un sitio donde supiesen preparar buenas almejas. Más que la calidad del producto, lo importante era la salsa—. Oh, y unos mejillones, si puede ser. ¡Y-y unas zamburiñas! —Agregó rápidamente. Por los Dioses, casi se le olvidaban, con lo buenas que estaban. «Joder, hoy pienso ponerme las botas»—. Y de postre… Bueno, ya te diré. Poco a poco mejor, ¿eh?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Después del revuelo que se montó por haber echado la bronca a Datsue cuando éste se había adueñado del especial lugar que ahora mismo ocupaba, Eri solo se sintió molesta e incómoda por qué estaría pensando Koko de todo esto. La miró de reojo, pero no parecía molesta, en verdad no sabría leer la emoción que denotaba su rostro.
Así que se encogió en la silla y esperó a que se calmasen, ella ya había movido demasiada mierda y lo que menos quería es ver a Plum saltando encima del cuello de nadie.
Aunque si que quiso saltarle al cuello a Datsue por ser un gallito y un prepotente, pero se contuvo. Ya le pegaría la patada en sus partes cuando llegase la ocasión, ya...
Koko interrumpió preguntándoles sobre lo que querían comer, y fue Datsue quien habló primero, pidiendo... ¿Caviar? Pero aquel chico, ¿de qué iba? Lo fulminó con la mirada y torció el gesto, pero luego se giró a Koko, claramente avergonzada.
—Pues... La verdad es que yo con un platito de fideos me conformo, Koko-san, no me gusta cenar mucho... —alegó la joven pelirroja, removiéndose en su asiento —. Tampoco quiero causar molestia.
Sora, por su parte, no podía hablar, puesto que el ataque de Plum hacia Datsue le había costado atragantarse con un regaliz y todavía intentaba librarse de él, pero parecía que a nadie le había importado.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100