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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Después de haber podido al fin liberar tensiones, solo le quedaba una tremenda duda en la cabeza a la pelirroja. ¿Quién era esa chica que bien le había interrumpido, y por qué? La susodicha Ayame, que casi había estropeado el momento, lo había hecho así por las buenas, como si la conociese de toda la vida o algo así. Pero, si nunca la había visto...

«Maldita sea mi memoria...»

La chica chasqueó la lengua —¡Tsk! —y crujió los nudillos. Su ceño, claramente fruncido, no miraba a nadie en concreto, pero sin duda no mostraba agrado. Su cabeza estaba hecha un lío, y no sabía ni cómo podía empezar a organizarla. Quizás, el truco estaba en no morir con tanta facilidad, en buscar las maneras de volverse mas fuerte, y no morir tanto... la gente normal no moría con tanta facilidad, ¿no?

La chica dejó caer un suspiro, y caminó de un lado a otro del tatami de piedra caliza mientras abría y cerraba continuamente los puños. Mantuvo los ojos cerrados por unos segundos, que casi llegaban al minuto, y entre tanto intentaba tomar una respiración calmada y abundante.

Está bien, céntrate, y crea esa espada. —se dijo a si misma, con parsimonia y bajo tono.

Levantó el brazo en vertical a lo largo de su cuerpo, y en un gesto tosco y rápido lo estiró hacia su flanco. Rápidamente, unas decenas de papeles se desprendieron de su brazo, y formaron un fino estoque digno de un mosquetero. Realizó un giro brusco de muñeca, y siguió el movimiento con un gesto que implicaba por completo el brazo, haciendo que el estoque impactase contra el suelo.

Era de las pocas personas que había en los tatamis, el resto parecían entrenar para el torneo, aunque también había quien simplemente paseaba, o meramente expectaba. La pelirroja, liberaba un poco de tensión, después de todo, el torneo la traía un poco de los nervios en éstos momentos...
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#2
Odio tener que esperar… —Espeto Haze mientras deambulaba por los Tatamis, realmente la paciencia no era una de sus virtudes, había estado prestando mucha atención a las personas que entrenaban en los dojos puesto que quería aprender de cualquiera de ellos, pero no todos estaban prestos a dejar que observadores hicieran de las suyas, simplemente no les gustaba ser observados.

Llevaba un cuadernillo donde anotaba y dibujaba lo que le parecía curioso, llevaba un buen rato caminando, hasta que llego a uno en especifico mientras anotaba cosas en su cuadernillo, no vio a muchas personas y decidió tomar asiento, sin percatarse de que había alguien ahí practicando algo.

Observo como una pelirroja formo un estoque con lo que parecía ser papel que salió de su propio brazo, esto al Ojiblanco bastante sorprendido por lo que comenzó a bocetear aquello rápidamente en su cuadernillo — ¡Asombroso!... — Espeto bastante animado, pero dándose cuenta de que la había cagado, había tirado por la borda su anonimato como observador.

Ehm, espero no sea alguien de esos irascibles… — Pensó fugazmente, mientras dejaba de dibujar, aunque sí que torneo bastante la figura de la joven de cabello sangrantes.
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#3
La kunoichi caminaba por fuera de los tatamis, quería ver a los competidores de la segunda ronda del torneo de los dojos. Fue gracias a que sus padres decidieron venir a ver los combates que pudo asistir, caso contrario, su economía no era la mejor para poder costearse los gastos de viaje y estadía.

Mientras caminaba, la kunoichi de cabellos dorados observaba a los diferentes shinobis y kunoichise que practicaban sus habilidades, cosa que a la rubia le parecía absurdo dado que se estarían mostrando sus poderes públicamente antes de sus respectivos combates. Curiosamente de entre tanto desconocido encontró una cara que si le resultaba familiar: Hyuuga Hazegawa que al parecer también estaba observando a los ninjas entrenándose
Decidió acercarse a saludar cuando vio una chica de cabellera roja que convirtiendo su brazo en papel luego le dio forma de estoque -Mira quien vino a participar en el torneo- dijo la rubia con una leve sonrisa al ver a Aiko encima de los tatamis
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#4
La kunoichi de cabellera color carmín estaba en uno de los tantos tatamis que habían en la zona. No era ni el mas grande ni el mas pequeño, tan solo uno mas de otros tantos. Pese a que muchos lugareños y turistas estaban dándole un buen uso, había otras tantas personas que meramente observaban, como si fuesen a sacar de ahí los puntos debiles de un posible contrincante. La idea parecía realmente absurda, puesto que no sabías quién te iba a tocar, y no sabías quienes de los allí presentes eran participantes del susodicho torneo.

Así pues, la chica podía liberar tensiones con tranquilidad, e incluso si alguien la retaba, podía luchar con todo su potencial. Total, lo que buscaba en esos momentos era justamente pillar fama, y no había mejor manera que exhibirse. Fuese como inmortal, o como combatiente, solo debía hacerse a conocer...

De pronto, la chica escuchó a alguien inquerir que había sido asombroso. Ésta no pudo evitar alzar la ceja mientras lo buscaba con la mirada. Allí vio a un chico de ojos blancos, que casi parecía ciego. Con cabellera castaña clara, camisa y pantalones, así como un chaleco que contrastaban tonos blanco, negro y marrón respectivamente.

«¿Acaso me ha visto... o se refiere a otra cosa ese chico?»

La pelirroja no pudo ocultar su discordia, no sabía a qué se había referido exactamente ese tipo ciego. Jamás había visto a un ciego antes, pero... se suponía que tenían los orbes como ese, ¿no? Sin color, como si no tuviesen vida.

Creyendo que éste no le había dirigido la palabra a ella, la chica quiso continuar con su pequeña ceremonia de desestrés. Pero, antes de desviar del todo su mirada hacia otro sitio, cayó en cuenta de un pequeño gran detalle. El chico estaba dibujando, tenía un bloc entre manos, y blandía un pincel.

«¿Cómo es posible? Entonces... debe poder ver...»

Su cara no dibujaba mas que duda, su mueca era mas que perceptible. Sin dudar un solo segundo, se encaminó hacia el chico, entre tanto la espada que blandía desapareció en unas pocas de hojas. Al llegar a una altura no demasiado próxima, apenas cuatro metros, se detuvo.

Agitó la mano un par de veces frente a él, y mas curiosa que un gato, no pudo evitar lanzar la pregunta. —¿Me puedes ver?




Reika, mi personaje no te recuerda, lo olvidó por morir varias veces. Para que lo tengas en cuenta, tu me conoces pero yo a ti no xD

PD: Hazegawa y Reika, ¡yo los ahorco! ¿Por qué ponéis "—" para pensamientos, siendo que ese símbolo es para dar comienzo a una conversación? Me líais que flipas xDD

PPD: Usen el código "pensamiento" que para eso está, leñes xD
Código:
[p="color que quieras"]"texto"[/p]
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#5
Ehm…claro que puedo verte. —Dijo el Ojiblanco un poco extrañado, al momento en el que la chica de los cabellos sangrantes le agito la mano, le toco la palma de la mano con un dedo para demostrarle que no estaba ciego, acto seguido escucho una voz a sus espaldas y reconoció a la joven de cabellos dorados.

¿Podrías firmar mi bloc…? — Dijo entusiasmado mostrándole el dibujo que había hecho de la pelirroja, uno bastante bueno para ser un mero boceto aunque resalto bastante su figura y le agrego mas pechos de los que tenia, capturo el momento en el que su piel se convertía en papel. —Sera un Honor para mí tener el boceto firmado…— Agrego sonriente, observando el boceto de reojo.

« Maldición, los pechos nunca me salen a escala…, no creo que se dé cuenta »

Al girar la cabeza y observar a la rubia, confirmo su identidad y le saludo con la mano, esbozando una sonrisa leve. — ¡Reika-chan! Me alegra verte por aquí, ¡cuánto tiempo eh! — Dijo de forma amigable, para volver a caer en la pelirroja.
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#6
«¿No me ha visto acercarme?» se dijo la kunoichi mientras continuaba acercándose a Hazegawa y Aiko no le dirigía la palabra «¿Para tanto fue lo de la vez pasada?» se decía a si misma -Hazegawa-san! es verdad a pasado algo de tiempo...igual no fue mucho- respondió al muchacho ojiblanco con quien habían hecho equipo para una misión, de un vistaso rápido observo que le estaba ofreciendo un dibujo a la pelirroja -Veo que también dibujas- le dedico al ojiblanco luego de ver aquel boceto.

-Aiko-san...- hizo una pausa -¿como has estado?- saludo al fin a la pelirroja -ha pasado tiempo de la ultima vez- y hasta donde la rubia recordaba había sido la única que incluso, debido a sus habilidades telepáticas, había terminado no del todo bien. Poco le importaba a la rubia, la colorada cuestionaba las habilidades del clan Yamanaka como si tuviese un gran secreto que esconder «A decir verdad...no me molestaría mucho saber que tanto guardas en esa cabecita tuya....solo tendría que aprender o desarrollar alguna técnica que me permita acceder a esos recuerdos tuyos...no importa que tan guardados los tengas» para la rubia la idea era clara: algo se escondía....y ella en algún momento lo sabría....solo era cuestión de tiempo hasta saberlo
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#7
El chico no tardó en tocar la mano de Aiko, después de haber aclarado que efectivamente podía ver. Curioso, cuanto menos. ¿Por qué no tenía entonces color en los ojos? Casi parecía tenerlos muertos, ausentes de vida alguna. Ésta no pudo evitar mirarlo extrañada, por llamarlo de alguna manera. No daba crédito, era como un ciego que podía ver...

Ostras... pues si que puedes ver. —confirmó. —El color de tus ojos... pensé que eras ciego...

El sujeto no tardó en pedirle a la pelirroja que le firmase el bloc, el dibujo que había hecho. Para cuando ésta miró el boceto, se trataba de su propia figura, el momento exacto de cuando esgrimió la espada. El chico la había captado con bastante calidad, pese a que solo se trataba de un mero boceto.

«¿Firmarle el dibujo? ¿sabrá que soy la inmortal de la que hablan los rumores por los dojos...?»

Antes de que le diese respuesta, una tercera persona hizo aparición, y fue el segundo en llegar quien recalcó su presencia. Al parecer se conocían, ambos desvelaron sus nombres. Y antes de que la pelirroja hubiese dado respuesta al chico, la rubia resaltó el detalle de que también dibujaba. Sin comerlo ni beberlo, se había metido en mitad de una amistosa charla en mitad de un tatami.

Sin embargo, su silencio no pudo aguantar demasiado. La pelirroja quedó anonadada cuando la otra chica le saludó, como si la conociese de toda la vida. Sin duda, el destino era realmente caprichoso, últimamente no hacía mas que cruzarse con gente que la conocía pero sin embargo ella no podía reconocerlos. Maldita fuese la hora en que a su inmortalidad se le había puesto esa traba para con la memoria...

Siento mucho no saber quien eres... supongo que me conociste antes de haber muerto alguna que otra vez. —espetó, sin miedo alguno. —Es lo que tiene morir, que pierdes la noción del tiempo y las personas...

»¿Eramos amigas o algo?

La chica tomó el dibujo del joven de ojos blancos, y tras ello tomaría el pincel. Con destreza y parsimonia, la chica dejaría grabada su firma en el borde inferior derecho del dibujo, tal y como el chico le había solicitado.

Aquí tienes... creo que es la primera vez que me piden ésto, la verdad... jajaja.
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#8
Las palabras de la chica de cabello rojo le dejaron bastante descolocado, como era posible que muriera pero siguiera allí, aquello no era lógico y mucho menos le parecía tener sentido tales cosas, pero parecían de lo más normales ya que lo charlaban como si fuera cualquier cosa, decidió no alarmarse y tomarlo con calma.

« Hombre…yo diría que no te recuerdo y ya, pero enga…»

A ver, no lo termino de comprender… ¿cómo es que has muerto y sigues aquí, en carne y hueso? — Pregunto un poco curioso, cogiendo de regreso el bloc firmado asintiendo.

Reika-chan, ¿por qué no tomas asiento?, venga…venga…— Palmeo el suelo del tatami un par de veces indicándole que tomara asiento, con una sonrisa en los labios.

Para solucionar ese tipo de pérdidas de memoria, deberías llevar un diario…así mueras o no, tendrías un registro de lo que sabes o no, yo que tu, les pediría siempre un recordatorio a mis amigos, algo así que respalde lo que diga el diario…— Aporto una idea bastante elaborada para que sostuviera sus recuerdos, pero no era algo original puesto que lo había visto en una serie animada en la Jomp.

¿Puedo bocetearte después Reika-chan?... — Pregunto sonriente, alternando la conversación entre ambas cada tanto.
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#9
-Algo así, nos conocíamos y justo te veo ahora y vine a ver como estabas[/colo]- respondió a la chica pelirroja «¡Borrón y cuenta nueva! Pero ahora quiero saber como es que es inmortal» se dijo la kunoichi de cabellos dorados «Esto responde el porque le molestaba tanto las tecnicas mentales de mi clan...Pero ¿Porque?» -[color=red]También reconocí a Hazegawa-san y quise venir a saludarles a ambos-

Podría ser una solución- Agregó Reika a lo dicho por el muchacho ojiblanco acerca de llevar sus memorias por escrito -El tema es que también olvidaría donde dejó guardado sus memorias escritas en el diario- dijo la rubia con una sonrisa, pues en verdad era lamentablemente gracias o tener tus memorias anotadas pero no recordar donde -No veo un porque no - respondió la kunoichi a la propuesta del Shinobi del Clan Hyuuga...Aunque ni se imaginaba como seria su figira ilustrada
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#10
Mientras que el chico no tenía ni idea de qué andaba hablando la pelirroja, la rubia reaccionó indiferente a lo que ésta había dicho. La de cabellera dorada afirmó conocerla, así como al llamado Hazegawa, y al verlos quiso acercarse a saludarlos. EL chico, por contra, si que tenía curiosidad en saber por qué iba a haber muerto, y sin embargo seguía viva. No era algo natural, iba contra toda regla humana. Sin demora, instó a la otra chica a que se sentase a su vera, palmando un par de veces el tatami a la par que lo solicitaba.

¿No habéis escuchado por aquí sobre una pelirroja que es inmortal? —preguntó en respuesta, irónicamente. —Pues soy yo. Me he pasado unos cuantos días dándome publicidad, e incluso dejando que me atravesaran el corazón con una lanza para demostrarlo al público...

»Esperaba que al menos llegase a oídos de todos los que están por estas tierras.

Hazegawa intentó ayudar al problema de memoria de la pelirroja, sin saber realmente a qué podía deberse, salvo por lo poco que ésta había comentado. La solución era sencilla y eficaz, apuntar las cosas en un cuaderno, así después podría recordar las cosas. Estaba bien pensado, pero para su verdadero problema, no tenía eficacia... puesto que si perdía la memoria, sería al menos por un tramo de un año. Suficiente como para olvidar que apuntaba las cosas que no debía olvidar...

La rubia argumentó que posiblemente terminaría olvidando donde había dejado la libreta, dando paso a que Aiko se encogiese de hombros. —Si, seguramente terminaría así... igual, tengo toda la eternidad para aprender a memorizar las cosas importantes, o igual me aburro de todo... a saber.

El chico ofreció a Reika un dibujo para después, y ésta aceptó sin pensarlo dos veces. El chico parecía realmente un entusiasta del dibujo, pocos conocía que además de entrenar pudiesen dedicar el tiempo a una afición que ocupa tanto tiempo. Al menos, ocupa mucho tiempo a quienes quieren hacerlo bien, después de todo se dice que el dibujo es 90% práctica, y un 10% talento.
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#11
El Ojiblanco se llevo la mano al mentón pensativo, meciéndose el mismo reflexionando un poco antes las palabras de la chica del cabello sangriento, aunque no logro hacer muchas conjeturas al respecto, tampoco quiso hacer mucho énfasis en ello.

¡Pues yo escuche que había un ramen muy bueno por aquí…pero de alguien inmortal, pues…no, nada en realidad. — Acoto en voz baja, como si lo dijera para sí mismo aunque cualquiera a su lado, lograría oírle.

¡Tu vida debe de ser un poco triste a decir verdad — Dijo Haze dejando caer su cabeza sobre su mano, ladeando el rostro sobre su palma. — Normalmente la gente nace, vive y muere…pero eso tú lo sabes, normalmente la gente se preocupa por que ven el tiempo pasar y todos quieren cumplir sus sueños y aspiraciones, antes de morir…pero para ti debe de ser diferente, o eso creo al menos. — Dijo cambiando de posición, llevando sus manos hacia atrás para apoyarse de estas mientras está sentado.

¡¡Pero…bueno! Yo me ofrezco a ayudarte con tu diario, podría hacerte algunas ilustraciones…con las entradas, y cuando pierdas tu memoria, supongo que te mostraría tu diario…con tu letra debería de poder convencerte a ti misma. — Esbozo con una sonrisa, sabía que podría funcionar, al menos si ella era la que moría.

¡Y no te preocupes, la verdad me gustaría ayudarte — Dijo decidido, usualmente el Ojiblanco no solía tener mucha presencia en la vida de sus amigos y compañeros, poder hacer algo transcendental por alguien le llenaba realmente.
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#12
La rubia había llegado hace unos días y había logrado ver algunos de los combates pero realmente no había escuchado nada de una inmortal -No...Nada acerca de una inmortal...Lo siento- respondió a la chica de cabellos rojos -llegue hace unos días pero no escuché nada...hmmm...quizá mis padres sepan algo, luego les preguntaré- con seguridad los padres de la kunoichi de cabellos dorados sabrían algo ellos siempre tienen los oídos bien abierto sobretodo si de algo relevante se trata...Pero por mas inmortal que fuese la chica pelirroja no dejaba de ser una gennin, y por tanto, sin importancia como era de esperarse.

-¿Arashikage-sama no ha iniciado investigación por la causa de tu "muerte"? - probablemente habría sido por manos de algún ninja extranjero, la rubia pensaba, quizá inocentemente, que ninjas del mismo país no buscarían asesinarse entre sí...pero en este mundo todo era posible -«Quizá a ella no le interese, pero yo estaría buscando al menos la forma de recordarlo todo » pensaba la rubia
Hablo - Pienso - Telepatía

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#13
La pelirroja soltó la bomba, y esperó recibir una respuesta afirmativa, pero para nada fue así. El chico fue el primero en contestar, negando haber escuchado por el lugar algo relacionado a una inmortal, incluso alegó que lo más importante que había escuchado era sobre un ramen catalogado como "muy bueno". Sin duda, para nada era lo que la pelirroja quería escuchar. Por otro lado, la rubia también negó haber escuchado cualquier rumor sobre Aiko, pero comentó que preguntaría a sus padres, pues seguramente ellos habrían oído algo.

La pelirroja dejó escapar un tendido suspiro. «Y eso que llevo varios días dándome a conocer por el lugar... nada, que no hay manera...»

Rápidamente, el chico comentó algo que sin duda tocaría la fibra de la kunoichi. Su vida debía ser realmente triste —afirmó— para tras ello relatar que normalmente una persona siempre tiene objetivos que cumplir antes de su muerte, pero que ella seguramente ni lo tenía, puesto que no esperaba la muerte. Sin duda, había calado a su antiguo yo.

Si, a decir verdad antes era una vida realmente triste. No tenía objetivos, ni gente cercana, ni tan siquiera familia... pero, ahora tengo un objetivo en mente, y la vida se ha vuelto algo mas..."divertida".

Apenas dejó tiempo para contestar a la chica que el joven rápidamente inquirió ayudarla con su diario, hasta ofreció hacerle dibujos o ilustraciones a cada entrada que ella hiciese, asegurando que para él no sería un problema. Sin duda, si ella misma lo escribía y el lo guardaba y adornaba con sus dibujos, no fallaría a la hora de recordar. «Pero... sería un coñazo...»

La verdad es que te agradezco de veras la oferta, pero no se me da muy bien eso de los diarios... no tengo paciencia para ello, y nunca me ha gustado, sinceramente. De todas gracias, muchas gracias.

Para cuando quiso dar cuenta, la rubia preguntaba sobre si la Arashikage había abierto una investigación sobre su supuesta muerte. La chica no pudo ocultar la mueca, hasta alzó una ceja, sin comprender del todo de lo que ésta hablaba.

¿Cuál de entre tantas muertes...? —preguntó. —Además, la señora Arashikage aún no sabe que tiene a una inmortal entre sus genin...
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#14
¿Y cuál es tu Objetivo ahora?...Bueno, hasta que mueras y lo olvides. —Inquirió el Ojiblanco, cerrando su cuadernillo e introduciéndolo en su bolso, el que llevaba a modo de mariconera de medio lado, poco abultado como indicador que viajaba con poca cosa encima.

Hm… ¿crees que será muy producente? Teniendo en cuenta que vuelves a la vida, te usarían para misiones suicidas… o cosas por el estilo —Espeto el Hyuuga con algo de parsimonia pasando sus dedos por su mejilla, rascándose está un poco.

Aunque me da curiosidad… ¿cómo es que llegaste a ese estado? Hmmm…a ver, Retratare tu historia, las aventuras de una inmortal, joder eso si que vendería…podría probar como escritor, dibujar se me da bien. —Dijo esbozando una sonrisa, se le ocurrían muchas ideas sobre las posibles aventuras que podría inventarle a la pelirroja, ver tanto anime y manga tendría un fin productivo.

« Ahora que lo pienso a detalle, mientras menos personas lo sepan mejor, que todos lo sepan…no es buena idea, pero si es lo que quiere, pues nada…a ver como la lía.»

Aun así, ¡soy partidario de que hagamos algo más productivo! — Dijo animado, poniéndose de pie de un salto, — Te apoyaremos en la siguiente lucha, desde las gradas obviamente, somos de la misma aldea, inclusive si necesitas ayuda en el entrenamiento, aunque no creo que podamos hacer mucho — Dijo rascándose la nuca levemente, con una sonrisa leve.
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#15
La rubia se mantuvo en silencio escuchando a sus dos interlocutores. Como antes intuía la kunoichi de cabellos dorados, sabía que la pelirroja guardaba algún secreto, el ojiblanco decía que debido a eso podía ser, aunque soraba mal, usada para misiones suicidas «Ni que fuera un objeto» Se dijo a sí misma en pensamientos luego de escuchar las palabras de Hazegawa.

-Arashikage-sama no es estúpida- le dijo a la joven de cabellos rojos, no lo dijo de forma brusca -No creo que a nuestro Kage se le escape información tan básica como de que son capaces sus ninjas...o eso creo- dijo y luego hizo una mueca torciendo los labios -De todas formas...Con lo público que lo estás haciendo, de seguro ya se enteró-

-Saliendo de tema...¿Como te esta yendo en el torneo Aiko-san?- preguntó a la kunoichi de cabellos rojos, interesada un su desempeño en el torneo.
Hablo - Pienso - Telepatía

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