Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—Que malo eres regateando.— Admití rápidamente al escuchar su propuesta. —Tienes las de ganar, sí pierdes implemente sabría su nombre y sí ganas, sabrías todo lo que sé, no es un trato muy justo.— Entonces no hice esperar mi desacuerdo, quizá podríamos llegar a otro acuerdo.
Sin embargo, no estábamos ahí simplemente para charlar, la acción debía continuar, por lo que realicé mi arremetida como tenía previsto, lanzar la bomba de humo, acercarme y barrer el área con un mizurappa, pero todo se volvió confuso cuando al aproximarme, la cortina negra me engulló. "No puede ser, no he calculado mal"
La irritación ocular y nasal fue lo primero que sentí, y luego aquel ataque de tos, todas esas respuestas de mi cuerpo interrumpieron mi secuencia de sellos, no pude terminar la técnica; llevé mis manos a mi cara tratando de hacer una barrera entre mi nariz y el humo, pero sabía que era algo inútil, una vez que ya había hecho efecto solo debía salir de la humarada. "Él hizo algo" Me aseguré y entonces en vez de retroceder me desplacé en lateral, dirección derecha, me movería hasta lograr escapar de la oscuridad.
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90/140
– CK:
180/180
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+20
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+36(Mizurappa)
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Inventario
•Hitai-ate con el símbolo de Amegakure [en la frente]
•Portaobjetos avanzado [región lumbar]
Lo que Keisuke no había previsto ni visto era que su rival disponía de una buena estrategia para contrarrestar estratagemas contrarias basadas en cortinas de humo. Akame había adquirido, hacía relativamente poco tiempo, dominio sobre una segunda naturaleza de chakra; el Fuuton. Y en poco tiempo ya había aprendido una serie de técnicas básicas pero sumamente útiles; entre ellas, la que acababa de usar para volver la estrategia de Keisuke contra él.
Pasa y resulta que, nada más advertir la kemuridama que el amejin había arrojado entre ambos, Akame había retrocedido unos cuantos pasos mientras realizaba un jutsu de Viento para crear su propio chorro de polvo, empujando aquella cortina de humo en dirección a su creador, obstaculizándole e impidiéndole hacer lo que quiera que tuviese pensado hacer... Y obligándole a moverse.
Previendo esto, el Uchiha ya tenía en sus manos un total de tres shuriken antes de que Keisuke saliera de la cortina de humo. Sus ojos escudriñaban, ansiosos, el panorama; y en cuanto vio al amejin salir a ciegas y tosiendo por uno de los lados de la nube negra, disparó rápidamente las tres estrellas metálicas contra el desorientado genin.
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220/220
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212/250
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-8
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+10
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reg. dividida
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Sharingan activado
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x1 Acción Oculta revelada:
–utilizar el Sunabokori para crear otra nube de humo en dirección a Keisuke
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
- Daños: - - Efectos adicionales: Crea una nube de polvo que entorpece la vista - Sellos: Carnero - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La nube de polvo abarca 3 metros a la redonda por multiplicación
Esta técnica es utilizada para escupir una gran cantidad de viento cargado de polvo desde la boca. En sí, el polvo que expulsa el usuario ya es suficiente para cubrir un gran área, pero la técnica levantará polvo incluso más denso si se utiliza sobre el suelo.
—Coff coff.— A penas salí de la cortina de humo, y di una buena bocanada de aire la tos me atacó, una quinta de tos, ojos llorosos y mi rostro probablemente sí pudiera verlo estaría bastante rojo. La jugada me hacía salido por la culata y era aún peor cuando sentí el beso de aquellos filos clavándose en mi cuerpo, rompiemdo mi piel y dejando escapar unos hilos de aquél carmesí líquido.
Miré rápidamente a la dirección de dónde venía el ataque, con mi derecha quité las estrellas que se incrustaron en mi brazo izquierdo y entonces miré con cierto odio a Akame, estaba enojado porque nada de lo que estaba haciendo funcionaba; fue nada más deshacerme de las shurikens y entonces llevé mi siniestra a mi espalda. —Eres una caja de sorpresas, ¿no?— Emití con una voz un poco cansada.
Tracé una linea recta e imaginaria en mi mente hacia Uchiha, y entonces solo fue hace un simple y único sello con mi zurda, la cual se mantenía oculta, y entonces mi cuerpo parpadeó, y se movió a una gran velocidad directamente hacia el poseedor de los ojos rojos, justo en el momento de nuestro encuentro dirigí mi diestra, en forma de puño, a su estómago, un golpe cargado de energía. Con ese último movimiento fue más que suficiente para que mi cuerpo empezara a pasar factura, el cansancio estaba empezando notarse...
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51/140
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-39
– CK:
130/180
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Inventario
•Hitai-ate con el símbolo de Amegakure [en la frente]
•Portaobjetos avanzado [región lumbar]
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
¤ Ōkashō ¤ Impacto de la Flor de Cerezo - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Iryō-Nin 10 - Gastos:
12 CK
(Iryō-Nin 20) (multiplicable x2)
(Iryō-Nin 40) (multiplicable x3)
(Iryō-Nin 60) (multiplicable x4)
(Iryō-Nin 80) (multiplicable x5)
(Iryō-Nin 100) (multiplicable x6)
- Daños: +20 PV al daño por taijutsu básico - Efectos adicionales:(Irō-Nin 100) En la forma activa o liberada del Sōzō Saisei, el usuario puede coger chakra de la reserva y gastar 0.6*X CK para causar X PV extra (máximo total de daño: 300 PV) - Sellos: - - Velocidad: - - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo, el golpe causa daños en 4 metros a la redonda
Aunque algunas personas ven a esta técnica como un tipo de "fuerza sobrehumana", en realidad no es más que una aplicación del Ninjutsu médico que requiere de una gran capacidad de concentración y un minucioso control del chakra. El usuario moldea una gran cantidad de chakra en el interior de su cuerpo y después lo concentra en una de sus extremidades. Este se libera en el momento del impacto, causando un gran daño. Depende, sobre todo, de la cantidad de chakra utilizado; aunque los ninjas más experimentados son capaces de concentrar toda la energía en la yema de uno de sus dedos. Cuando el suelo se ve afectado por la técnica, este es pulverizado en pequeñas piezas que se dispersan como si de pétalos de flores se trataran, de ahí el nombre de la técnica.
1/04/2018, 16:07 (Última modificación: 1/04/2018, 16:07 por Uchiha Akame.)
La estrategia del Uchiha salió a pedir de boca, y apenas unos segundos después de liberar su propia cortina de humo en dirección a Keisuke, el amejin salió de la cobertura entre sonoras toses. Akame le disparó sus shuriken con un tiro hábil que acertó al muchacho en el brazo. Sin embargo, el genin de la Lluvia estaba lejos de ser derrotado; y arrancándose las estrellas metálicas de su propia carne, formuló un sello de mano que el Sharingan de Akame distinguió perfectamente.
«¡Demasiado lento!»
Akame vió cómo Keisuke se desplazaba a toda velocidad hacia él, retrayendo el brazo derecho mientras cerraba el puño. «¡Demasiado obvio!» El Uchiha se limitó a flexionar las rodillas, ladearse ligeramente y dejar que sus dos antebrazos ocuparan la posición que el puño de Keisuke estaba a punto de golpear.
Sin embargo, justo cuando los nudillos del amejin hacían contacto con sus brazos dispuestos para bloquear, el Sharingan de Akame le reveló que aquel golpe guardaba una peligrosa sorpresa. Una descarga de chakra extremadamente potente y bien dirigida le impactó con la brutalidad de un toro embravecido. El Uchiha ahogó una exclamación de sorpresa y luego salió inevitablemente propulsado hacia atrás.
Voló por los aires unos cuantos metros hasta finalmente tocar tierra de forma poco sutil. Rodó por el tatami mientras notaba cómo sus brazos estaban flojos producto del tremendo impacto. «¡La hostia! ¿Pero qué demonios ha sido eso?»
—Joder, buen golpe —tuvo que admitir, entre jadeos, mientras se ponía en pie no sin dificultad—. Eso... Nunca había visto una técnica así, Keisuke-san.
Akame se incorporó profundamente dolorido; por suerte el golpe no le había roto ningún hueso, y aun podía tenerse en pie. Sin embargo, una rápida evaluación de su contrincante le reveló que él no estaba en tan buenas condiciones.
—¿Lo dejamos aquí? Creo que ha sido un buen combate. Breve pero intenso —propuso—. Aunque si quieres continuar no te pondré pegas. Que no se diga que los de Uzu nos amilanamos a la primera de cambio.
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150/220
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-70
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222/250
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reg. dividida
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Sharingan activado
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Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
Con un poco de fortuna, Akame no sacó ningún otro as bajo la manga y optó por intentar bloquear mi ataque, garrafal error porque no pudo deducir que no era un ataque común y corriente, nada más realizar contacto con él, descargué toda la energía que tenía acumulada y el impacto fue brutal, el pelinegro salió propulsado varios metros. Y poco más fue lo que pude ver, mi mente se nubló por un par de segundos y mis rodillas tocaron el suelo inevitablemente, la respiración ahora sí que era una dificultad para mi, y la única forma de mantenerme fue con la ayuda de mi siniestra, haciendo de apoyo también.
—No iba a permitir que te fuera sin siquiera darte un solo golpe.— Admití con cierto orgullo desde mi posición, que no era nada complaciente para mi, pero era la manera de mantenerme sí el combate continuaba su rumbo. No obstante, Uchiha se dio cuenta de mi deplorable estado, era más que evidente quien ganaría sin duda. —Por mi está bien, estoy exhausto.— Solo con decir aquellas palabras me incliné hacia atrás y me senté.
"Hay una gran diferencia entre nosotros" Recordé sus técnicas y movimientos, luego aquellas orbes rojas, aún no sabía nada de ellas.
—Eres bastante fuerte.—
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Akame sonrió, dedicando una ligera inclinación de cabeza a su contrincante mientras relajaba todos los músculos de su cuerpo. Los brazos y el tórax todavía le dolían del poderoso puñetazo que había recibido; «¿y esa extraña técnica? Fue como si hubiera concentrado todo su chakra en los nudillos de su puño... Desde luego, Keisuke-san es mucho más de lo que aparenta...»
Los ojos del Uchiha retomaron su color azabache habitual cuando el Sharingan desapareció. Se dejó caer sobre el tatami de forma idéntica a como lo había hecho Keisuke y, echando la cabeza hacia atrás, respiró hondo. El aire inundó sus pulmones y salió lentamente por sus labios, ayudando a calmar la tensión que todavía le atenazaba las piernas.
—Gracias —dijo, escueto, ante el cumplido de su rival—. Pero todavía tengo mucho que aprender. No estoy ni siquiera cerca de alcanzar a las personas a las que me he propuesto superar.
Akame hablaba con el corazón, y por una vez, no se sintió mal al decirlo; no hubo frustración ni resentimiento. Entrenar le reconfortaba.
—Hacía tiempo que nadie me golpeaba tan duro —añadió poco después—. Sólo por eso, te diré cómo se llama mi Dōjutsu...
Con un ágil salto se puso en pie, estirando los brazos en la espalda.
—Sharingan. El legendario Kekkei Genkai del clan Uchiha.
El sudor recorría todo mi cuerpo, mi respiración agitada iba en disminución, al igual que los latidos de mi corazón; visualicé como el pelinegro se ponía cómodo, el también estaba cansado, o eso parecía. —Imagínate, sí a ti te falta bastante, yo ni siquiera estoy a tu nivel.— Admití y luego miré sus orbes negras.
Sonreí al escuchar su declaración. —Yo soy un debilucho.— Levanté mi brazo derecho demostrando mi bicep, el cual era bastante común. —No tengo nada que presumir.— Comenté jocoso.
"Así que se llama Sharingan"
—Quisiera decir que tengo un Kekkei Genkai legendario y un clan legendario pero no pertenezco a uno.— Me puse de pie a la par que él. —Con el nombre es más que suficiente.— Caminé hacia donde había dejado el morral y tomé mi botella con agua para luego dar un largo y refrescante trago.
—¿Te vas a quedar un par de días por aquí en el país de la tierra?— Pregunté para aprovechar el descanso.
Hablo - "Pienso" - Narro
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El Uchiha torció el gesto ante las palabras de Keisuke. No les faltaba verdad, pero tal y como él lo veía, era una simple cuestión de mundo; Uchiha contra no-Uchiha. No había más. Claro, su propio sensei se encargaría de darle la lección de humildad de su vida durante el Examen de ascenso a chuunin, poco después de aquel día, pero en ese momento el joven uzujin todavía era un genin aventajado con muchos pájaros en la cabeza.
Sin embargo, Akame sí que se permitió el lujo de replicar a las siguientes palabras de Keisuke.
—Bueno, puede que tu poderío físico no sea algo a destacar... Pero ese golpe fue duro. ¿Cómo lo hiciste? ¿Es algún tipo de Taijutsu secreto? —preguntó como quien no quiere la cosa—. ¿Y qué más habilidades tienes, entonces? Aparte de manejar el Suiton. No te habrán dado esa bandana por nada, ¿no? —agregó, jocoso, con una sonrisa torcida.
Akame realizó un par de estiramientos más y luego se paseó por el tatami para recoger sus shuriken. Los guardó religiosamente en su portaobjetos y, tras recortar la distancia que le separaba de su fiel mochila de viaje, abrió la misma para sacar una cantimplora llena de agua bien fría. Desenroscó el tapón, bebió un largo trago y luego la ofreció a su contrincante.
—Sí, todavía tengo que entrenar más —respondió después—. Estoy preparándome para un evento bastante notable que tendrá lugar dentro de poco en mi Aldea.
—No hay nada que con un poco de chakra no puedas hacer, ¿no?— Reí. —Podría darte otra demostración, sí es lo que quieres.— Hice una breve pausa y luego caí en cuenta de algo. —Bueno, estoy seguro que con esos ojos que tienes habrás visto algo de lo ocurrido.— Comenté con cierta seguridad, después de todo ¿quién me decía que el ojo blanco no tenía funciones similares al ojo rojo?
Luego de aquello di otro sorbo a la botella de agua para darme cuenta que había acabado toda el agua, sacudí la botella de agua, pero no salió ni una gota más. —No soy tan diestro como para manejar tres elementos, el suiton es el único que manejo.— Dije sin darle mucha importancia. El pelinegro caminó acercandose a mi, buscando entre sus cosas también su cantimplora para realizar lo mismo que yo, cuando terminó me ofreció un poco de la misma. —Gracias.— Sonreí en forma de agradecimiento.
—Ya verás que te irá bien.— Concluí cuando terminé de beber y le devolví su botella.
—¿Podrías ayudarme con esto?— Pregunté sacando un par de vendas, gasas y una pequeña botella de alcohol. —Lo haría yo mismo, pero el combate me dejó bastante cansado.— Sin embargo, no esperé a su afirmativa, tomé la botella de antiseptico, la abrí y vertí el contenido en mi brazo izquierdo, justo donde estaban las heridas, pero mi mano estaba un poco temblorosa, haciendo que desechara más liquido del habitual.
—Sí estas tan interesado en mis habilidades, te las mostraré, pero tendrás que confiar en mi, ¿te parece?— Ofrecí.
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«Ni caso, es un farol. Después de haberme preguntado tantas cosas es imposible que tenga ni remota idea de lo que hace el Sharingan», pensó Akame ante las palabras del amejin.
Luego la conversación se fue volcando más hacia las aptitudes de Keisuke, cosa que el Uchiha agradeció profundamente. Llegaba a incomodarle a partir de cierto punto cuando alguien intentaba averiguar más sobre su Kekkei Genkai. «Además, esto es sorprendente... Ese equipamiento... ¿Este tipo es un ninja médico?»
—Claro —respondió el uzujin ante la petición de su compañero, acercándose para asistirle en lo que él dijera—. Sin ofender, Keisuke-san, pero no tengo costumbre de confiar en shinobi de otra Aldea.
El pelinegro accedió a mi petición y en un par de segundos se encontraba a mi disposición. —Es simple, solo es que me ayudes a vendar la herida.— Comenté mientras yo me encargaba de limpiar las mismas con la gasa que había sacado previamente. —Es un poco difícil hacerlo con una mano.— Concluí y luego le facilité el rollo de vendas. —Aquí hay adhesivo.— Señalé para que cuando terminara con el vendaje lo asegurase.
—No me ofendes, y sí esa es tu decisión está bien.— Concluí. —Usaré mis habilidades cuando sea necesario entonces.— Aseguré, dando a entender que mi propuesta había quedado totalmente denegada. —Sé de lo que va nuestra labor, pero... En lo personal no he hecho nada para que tengas que desconfiar de mi, ¿o sí?— Lancé la pregunta al aire.
"Él es bastante diferente a Koutetsu... ¿Qué será de su vida?"
—¿Por casualidad conoces a un shinobi llamado Koutetsu?— Ya que tenía la oportunidad, preguntaría por él.
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—¡Ah, bueno, con eso no hay problema! —exclamó el Uchiha—. He tenido que vendarme y vendar a otros en varias ocasiones, por desgracia. Aunque estoy seguro de que mi habilidad haciéndolo le parecerá bastante insuficiente a un ninja médico —agregó, socarrón—. ¿Qué te parece?
Akame tomó las vendas y el adhesivo, las colocó alrededor de las heridas de Keisuke y luego cortó varias tiras de la longitud apropiada con ayuda del kunai que guardaba oculto bajo su manga derecha. Finalmente, fijó bien los vendajes y los selló con algo de adhesivo. Mientras, Keisuke iba exponiéndole su punto de vista al uzujin.
—Desde luego que no, compañero —replicó Akame cuando el de la Lluvia le preguntó si había alguna disputa personal entre ellos dos—. Confío en ti tanto como confiaría en cualquier ninja de Ame —agregó con una sonrisa.
Cuando terminó el vendaje, se frotó las manos con satisfacción.
—¿Y qué tal? ¡Je! Ya te dije que he tenido que coserme un par de veces...
Entonces el amejin le preguntó por Kōtetsu. «¿Kōtetsu? ¿Hagakurei Kōtetsu?» Akame puso gesto reflexivo durante unos instantes.
—Si te refieres a Hagakurei Kōtetsu, un tipo moreno, de pelo blanco y ojos grises... Hace mucho que no le veo. Estuvimos en la misma clase en la Academia, e incluso hicimos algunas misiones juntos... Pero desde hace tiempo no sé nada de él.
—Lo bueno es que no hay ningún ninja médico que venga a evaluar tu trabajo.— Sonreí de la misma manera que él. Levanté el brazo para ponerle el trabajo mucho más cómodo, visualicé como se desempeñaba en aquella tarea, "mecanismo oculto de kunai en brazo derecho..."
Entonces escuché la respuesta a mi interrogante, una respuesta bastante neutral. —Cuan diplomático eres.— No sabía sí él me entendería, pero no estaba totalmente de acuerdo con su posición. —Por mi parte confiaría más en ti que en cualquier otro shinobi de Uzushiogakure que no conociera, es mejor trabajar con alguien conocido, a mi parecer.— Planteé mi punto de vista.
Fue cuestión de segundos para que el pelinegro terminase de vendar mis heridas y les aplicara el adhesivo, me aseguré de que no se fueran a caer y moví un poco más el brazo.—Al parecer también has visto lo beneficioso que puede ser tener implementos médicos.— Hice una breve pausa. —Te quedó bien, quizá para la próxima te contrate para que me cosas jajaja.—
Solo con nombrarle, Akame recordó varias características físicas de la persona a quien me refería, era evidente que sí le conocía. —Sí, sí, ese mismo.— Confirmé con las primeras palabras, luego supe que habían estudiado juntos, posiblemente se habrían gradudo en la misma promoción y todo. —Oh, pues lo conocí
hace casi un año, sí mi memoria no me falla.— Traté de recordar la fecha en la que coincidimos en aquel viaje. —Pues quería saber como estaba y eso, tuvimos una aventura casi imposible de creer y bueno quería aprovechar la oportunidad para mandarle saludos.—
"Sí tuviera que elegir en quien confiar entre Akame y Koutetsu, indudablemente sería Koutetsu."
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Al escuchar a Keisuke decir que él confiaba más en Akame que en cualquier otro shinobi de Uzu, el mentado alzó ambas manos en un gesto que parecía querer decir "yo me lavo las manos".
—Eh, amigo, por mí bien —añadió, sin perder aquella expresión afable de su rostro maltratado—. Y sobre lo de coserte, pues no es que le tenga cariño a la aguja y el hilo. Pero si la paga fuera buena... —«eso ha sido muy... Datsue», se dijo a sí mismo el Uchiha, inmediatamente después.
Cuando la charla prosiguió por donde Keisuke quería llevarla —al parecer, por algún tema relacionado con Kōtetsu—, Akame no pudo evitar que el gusanillo de la curiosidad le picase.
—¿"Una aventura casi imposible de creer"? Suena a la clase de historia que no me importaría oír —agregó con una ligera carcajada.
Akame no dio su brazo a torcer en ningún momento, por lo que no seguí insistiendo con el tema de la confianza, así que ese tema quedaría cerrado por completo. —No es moral aprovecharse de situaciones relacionadas con salud para beneficiarse económicamente de ello, en ocasiones la gratitud de las personas es el mejor pago.— Comenté para concluir con ese tópico también, seguramente el pelinegro se daría cuenta de mi desacuerdo con cobrar por algún proceder como ese.
—¿Conoces las Llanuras del hielo?— Por simple curiosidad pregunté aquello. —Bueno, fue cuestión de suerte o el destino, no sabría bien que decir, pero ahí coincidí con Koutetsu.— Expliqué brevemente, ahora mismo no estaba observando directamente a Akame, mi mirada yacía en el horizonte, y mi mente recordaba detalles de aquel viaje. —Fuimos a un pueblo en dónde inaugurarían un hotel, eran unos días de vacaciones que tuve, pero eso no es muy relevante; lo importante era que en esas tierras habían vivido una raza de aborigenes hacia muchos años, aparentemente cuando fue el tiempo de las guerras muchas personas se vieron desplazadas y algunos llegaron a esas islas, ahí tuvieron unas batallas con los nativos, según tengo entendido fue una guerra que duró bastante tiempo y finalmente con ayuda de unos miembros de Clan Sarutobi lograron ganar la potestad.— Hice la primera pausa. —El punto es que se creía que esos seres estaban extintos o algo por el estilo, como agradecimiento los miembros de dicho clan obtuvieron puestos importantes en la ciudad, y todo transcurrió pacíficamente, no obstante, la verdad oculta tras todo era verdaderamente atroz.— Vino a mi mente los descubrimientos que habíamos hecho.
—Koutetsu y yo estábamos ajenos a lo que ocurría detrás del telón, nos vimos envueltos en una guerra, los nativos reclamaba lo que por ley les pertenecía, y vaya que eran fuertes, tenían unas condiciones físicas y un poder excepcional. Según nos contó uno de los miembros del clan Sarutobi, ellos nunca exterminaron a los Seltkalt, los redujeron y les permitían hacer asaltos en el pueblo para poder vencerlos nuevamente y quedarse con la gloria, los tenían aparentemente acorralados, encerrados y simplemente los utilizaban para sus beneficios... El clan Sarutobi fue perdiendo poder y número de miembros hasta reducirse prácticamente a un solo miembro apto para hacer frente a ellos, y fue justo en ese momento en que nosotros estábamos ahí que la guerra estalló.—
Las imágenes venían a mi mente con cierta facilidad, el encuentro con la princesa, cuando preparamos las bombas de aceite y la brea, nosotros derrotando el primer guerrero y también rodeado del ejercito de cadáveres. —Afortunadamente ese miembro de los Sarutobi era excepcional y pudo hacerles frente, por un momento pensé que moriría ahí.— Dejé de recordar aquellas escenas y miré entonces las orbes negras de mi acompañante. —Koutetsu y yo nos apoyamos, salimos con vida al trabajar en equipo y nos marchamos cuando tuvimos la oportunidad.—
—¿Has tenido algún encuentro interesante con algún miembro de mi aldea?— Mostré interés para saber sí él tenía algo que contar.
Hablo - "Pienso" - Narro
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