4/11/2017, 20:31
— ¿Me estás diciendo que estuvistéis entrenando juntos y aún así casi le arrancas un brazo? No sé yo si quiero entrenar contigo después de que me hayas confesado eso...
— ¡Empezó él! Yo fui en plan suave, con un poco de Taijutsu para practicar y ver si usaba algún estilo de cuerpo a cuerpo diferente al nuestro y el muy loco me hizo un Fuuton que me dejó más tonto todavía.
Me excusé, solo faltaba que pareciera que el malo era yo cuando era Juro, el psicopata violento, quien me obligó a ponerme serio. Por suerte, se rindió antes de que volviese a atacar su brazo, sino igual sí hubiera acabado siendo manco. La verdad es que esas garras eran más mortales de lo que uno pudiese pensar.
— Contigo no sería tan agresivo.
Despues la chica cogió un palo que estaba ahí tirado por casualidad y lo lanzó tan lejos como pudo tras embaucar a Stuffy para que lo fuese a buscar. El perro salió corriendo tan rápido como pudo tras el palo, y lo alcanzó y se pasó de largo y siguió corriendo.
— Y ese chico de Kusagakure, ¿cómo se llamaba?
— Juro, del apellido ni me acuerdo.
Le respondí observando al perro girarse entendiendo que igual no recordaba del todo qué estaba buscando. Tenía una media sonrisa burlona en el rostro, no descojonandome porque Eri estaba ahí e intentaba no enfadarla más, sino estaría tirado en el suelo muriendome de la risa.
— ¡Empezó él! Yo fui en plan suave, con un poco de Taijutsu para practicar y ver si usaba algún estilo de cuerpo a cuerpo diferente al nuestro y el muy loco me hizo un Fuuton que me dejó más tonto todavía.
Me excusé, solo faltaba que pareciera que el malo era yo cuando era Juro, el psicopata violento, quien me obligó a ponerme serio. Por suerte, se rindió antes de que volviese a atacar su brazo, sino igual sí hubiera acabado siendo manco. La verdad es que esas garras eran más mortales de lo que uno pudiese pensar.
— Contigo no sería tan agresivo.
Despues la chica cogió un palo que estaba ahí tirado por casualidad y lo lanzó tan lejos como pudo tras embaucar a Stuffy para que lo fuese a buscar. El perro salió corriendo tan rápido como pudo tras el palo, y lo alcanzó y se pasó de largo y siguió corriendo.
— Y ese chico de Kusagakure, ¿cómo se llamaba?
— Juro, del apellido ni me acuerdo.
Le respondí observando al perro girarse entendiendo que igual no recordaba del todo qué estaba buscando. Tenía una media sonrisa burlona en el rostro, no descojonandome porque Eri estaba ahí e intentaba no enfadarla más, sino estaría tirado en el suelo muriendome de la risa.
—Nabi—