Karamaru vio los ojos de Tomoe, se dio cuenta que no le gustó para nada que le llamase cara de mapa, y lo próximo que vio fue la arena. Podría haber evitado ese ataque de rencorosa pero por algún motivo simplemente se dejo tirar, aunque eso conlleve llenarse de arena.

El calvo comenzó a reírse mientras se levantaba y se sacudía la arena.

"Nota Mental: Seguir llamándola Cara de Mapa"

Una vez reincorporado y sin arena encima el calvo ya estaba listo nuevamente para echarse a correr. Lo más importante en ese momento era llegar al pueblo y encontrar al maestro de la kunoichi antes de los que perseguidores volviesen a atacar. Aunque seguramente no permitiesen que ambos alcancen ese pueblo, en algún momento deberían de aparecer.

Vi tus ojos, vi los ojos de uno de esos hombres y eran idénticos. ¿Acaso son familiares tuyos?

Yo no tengo familia.

Pero sí que debían de pertenecer al mismo kekkei...

"¿Kekkei? Poquito a poco Karamaru, poquito a poco"

¿Cómo que no tienes familia? ¿Qué pasó?

Cómoda o no, el monje quería indagar un poco en ese asunto. Tal vez así se ganase un poco más de su confianza y amistad.

¿Cómo que no tienes familia? ¿Qué pasó?

Aquella pregunta no pilló desprevenida a la pelimorada, era de esperar que una cuestión de aquel tipo surgiese tras su respuesta. Era lo normal y estaba acostumbrada a recibirla, sin embargo jamás había respondido a aquella pregunta con sinceridad. No por que a ella le importase lo más mínimo carecer de progenitores o al menos no conocerlos. Si no por una mera cuestión de orden, su pasado y su origen era uno de los muchos secretos que debían de guardarse en Amegakure. Uno más de todos los que se ocultaban tras las sombras de las máscaras de los Anbu y eso solo significaba una cosa: silencio absoluto.

Es más, ni la propia Tomoe conocía el ochenta por ciento de la verdad, solo lo justo para saber por que tomaba aquella dichosas pastillas que la convertían en alguien fácil de mantener controlada o al menos bajo un cierto control.

—No paso nada, simplemente no tengo familia— respondió como siempre lo había hecho y con una verdad a medias, aunque con una verdadera indiferencia pues a ella no le importaba lo más mínimo o eso es lo que siempre había creído ella misma pues lo cierto es que nunca había querido pararse a reflexionar sobre aquello y no sería en aquella maldita playa el día en que lo haría, ni mucho menos —Preocúpate más por correr que por esas tonterías— le reprendió con frialdad mientras aumentaba el paso para tratar de poner algo de distancia con su compañero aunque solo fuese por unos instantes

"No sé por que a todo el puto mundo le importan tanto que tenga o deje de tener familia..." no pudo evitar torcer el gesto un instante, mientras seguía avanzando a toda velocidad bajo aquella intensa lluvia y esa maldita arena "Odio está maldita playa"

Al calvo le tocó el que la pelimorada no quisiese hablar del tema. Si no tenía familia era por distancia, por malas relaciones o literalmente no tenía a ningún familiar cercano que la pudiese guiar, apoyar y acompañar. Karamaru sintió algo similar en su momento, cuando salió del templo y quedo en solitario vagando por el mundo. Sin siquiera un maestro o compañero o familiar que lo ayudase en esos momentos de duda.

No paso nada, simplemente no tengo familia.

Preocúpate más por correr que por esas tonterías.

Si yo venía regulando el paso por vos.- Karamaru rió y se dio cuenta de que Tomoe estaba lejos de hacer lo mismo. Ella aceleró y el calvo la siguió sin mucho problema.

¿Sabes una cosa? Yo tampoco tengo una familia directa, mi abuelo y mis padres están viviendo en un templo al que no tengo acceso. Estoy apartado de ellos aunque en parte por voluntad propia.

Pero aprendí que mientras me mantenga en la aldea voy a seguir teniendo una familia, cada shinobi, kunoichi y habitante yo lo consideró parte de mi familia. A vos también claramente, vos sos parte de mi familia.

Karamaru hizo silencio, prestó atención al ambiente para tratar de localizar sin éxito a alguno de sus perseguidores. Seguían solos en esa playa que parecía interminable, en el horizonte no aparecía nunca ese pueblo tan deseado.

¿O acaso no consideras a tu maestro tu familia?

El calvo comenzó a soltarle un sermón de los tipicos de Koji, además casi calcado: Empezaba contanado que el no tenía familia o al menos no podía verla y que eso le hizo ver que todos en la aldea son para él como si fuesen una... bla bla bla

"¿Por qué todo el mundo me viene con el mismo rollo?" se lamentó la Uchiha que no tenía ni el menor atisvo de ganas de soportar por decimonovena vez en el mes un relato de aquel tipo "¿Es qué no pueden dejarme en paz? Siempre dando la lata con los mismo... que hartón"

—¿O acaso no consideras a tu maestro tu familia? como era de esperar, finalizó con una pregunta que trataba de mostrarle la verdad que tenía ante sus ojos

—Si considerase a ese zopenco de Koji mi familia, no te habría dicho que no tengo familia— le espetó Tomoe de mala gana —Así que guardate tus ñoñerías para quién le importe— zanjó el tema sin mucho tacto, como solía ser habitual en ella

"Me importan todos una mierda bien gorda, como un hipopótamo de esos que salen en los libros" se reafirmó en su postura mentalmente, no quería ser tan excesivamente clara con alguien que acababa de conocer.

—Así que si has terminado de decir tonterías, démonos prisa— apremio de nuevo la chica.

Si considerase a ese zopenco de Koji mi familia, no te habría dicho que no tengo familia.

Así que guardate tus ñoñerías para quién le importe.

Ya te dije que te consideró familia, me importas.

Siguieron ambos avanzando un rato más, solo un poco más, pero lo suficiente para que el calvo mirase el suelo y se diese cuenta de algo interesante. Allí en la arena había rastros marcados que iban derecho en la misma dirección que lo hacían ambos ninjas.

¿Acaso esas son...

Así que si has terminado de decir tonterías, démonos prisa.

El calvo la tomó del brazo de forma brusca y se detuvo tratando de detenerla a ella también. Frunció el ceño, intrigado, mirando el suelo y apuntando con el índice la arena.

Eso son huellas... humanas... recientes. Están demasiado bien marcadas para ser de hace un tiempo.

Lo raro era que eran cuatro pisadas, dos personas. Dos huellas pequeñas y dos más grandes iban haciendo paso y paso hasta donde pudiesen llegar a ver los shinobi y kunoichi.