30/04/2016, 20:17
El shinobi se encontraba en su habitación, terminando de colocarse la indumentaria típica y que lo caracterizaba, solamente le faltaba ponerse el chaleco de tela y tomar su abrigo de cuero del perchero. La puerta de su cuarto tenía la puerta corrediza abierta, esta daba directo hacía un pequeño patio interno que existía en la vivienda.
Parece que va a seguir lloviendo.
Otra vez, como ayer y el día anterior y seguramente llovería mañana, y el día siguiente a ese, como en el verano y como en el invierno que era. Así eran las cosas en la aldea oculta de la Lluvia. De todas maneras tenía que salir de su hogar y marchar hacía el edificio del Arashikage. No tenía muchos mas datos de los que su abuelo le habría facilitado, una nota que lo citaba a cierta hora, en el edificio anteriormente mencionado y algo sobre un posible compañero.
Mejor no perder más tiempo y salir de una vez.
Terminó de juntar sus cosas en silencio, se colocó su kit medico en el lado derecho de su cintura. Una vez vestido y con su abrigo encima marchó por la galería de la casa hasta una vacía sala común, normalmente usada para comer con su anciano pariente.
El abuelo no se encuentra aquí, juzgando por la hora que es debe estar en la clínica. Dejaré una nota y me iré.
Tomó un papel y un pequeño lapiz y escribió con velocidad pero aun así una buena letra un corto aviso notificando la razón de su salida, aunque no sería mucha sorpresa para la persona que lo iba a recibir, después de todo esta fue quien le mando a trabajar.
Bien, ya es momento de salir.
Abrió su paraguas para evitar tanto como fuese posible recibir la fría agua de la aldea y sin mas caminó por las artificialmente iluminadas calles de Amegakure. Sin nada ni nadie que lo interrumpa en el trayecto llegaría en tiempo y forma a su destino.
¿Me recibirá un encargado? ¿O me llegará a atender la propia Arashikage?
Susurraba al caminar, sus palabras se volvían pequeñas llamaradas de vapor a causa de la diferencia de temperatura.
Parece que va a seguir lloviendo.
Otra vez, como ayer y el día anterior y seguramente llovería mañana, y el día siguiente a ese, como en el verano y como en el invierno que era. Así eran las cosas en la aldea oculta de la Lluvia. De todas maneras tenía que salir de su hogar y marchar hacía el edificio del Arashikage. No tenía muchos mas datos de los que su abuelo le habría facilitado, una nota que lo citaba a cierta hora, en el edificio anteriormente mencionado y algo sobre un posible compañero.
Mejor no perder más tiempo y salir de una vez.
Terminó de juntar sus cosas en silencio, se colocó su kit medico en el lado derecho de su cintura. Una vez vestido y con su abrigo encima marchó por la galería de la casa hasta una vacía sala común, normalmente usada para comer con su anciano pariente.
El abuelo no se encuentra aquí, juzgando por la hora que es debe estar en la clínica. Dejaré una nota y me iré.
Tomó un papel y un pequeño lapiz y escribió con velocidad pero aun así una buena letra un corto aviso notificando la razón de su salida, aunque no sería mucha sorpresa para la persona que lo iba a recibir, después de todo esta fue quien le mando a trabajar.
Bien, ya es momento de salir.
Abrió su paraguas para evitar tanto como fuese posible recibir la fría agua de la aldea y sin mas caminó por las artificialmente iluminadas calles de Amegakure. Sin nada ni nadie que lo interrumpa en el trayecto llegaría en tiempo y forma a su destino.
¿Me recibirá un encargado? ¿O me llegará a atender la propia Arashikage?
Susurraba al caminar, sus palabras se volvían pequeñas llamaradas de vapor a causa de la diferencia de temperatura.