Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Ranko cayó ante su coletazo. Marrow aprovechó para agacharse y sacarse la Uchigatana que se había quedado incrustada en su tobillo. Sus huesos habían conseguido resistir y si se la sacaba, la regeneración acelerada del chakra de su señor conseguiría arreglarlo. No ahora, no en unos segundos, habia sido un golpe demasiado fuerte y estaba demasiado debil para eso. Por suerte, no necesitaba moverse para acabar con eso.
Cogiendo la uchigatana con una mano, la puso en vertical, apuntando la punta a Ranko, que estaba arrastrandose hacia su querida, o su cadaver. Marrow le dedicó una mirada a Toshio, después a su compañera, la amejin que estaba también inconsciente a unos metros.
— Rindete, o me aseguraré de rematar a cada una de tus compañeras. — su rostro estaba ensombrecido, era dificil saber si era por la falta de sangre o por la seriedad con la que hablaba. — Decidete rápido.
Empezó a acercar la hoja a Ranko mientras señalaba a Jun con su mano libre. En un instante, podría segar la vida de las dos kunoichis.
• PV:
62/270
––
• CK:
101/200
–
10/200
––
+10
–
Explicaciones:
Daño Provocado:
¤ Capa de Chakra (Versión 1) - Tipo: Apoyo, Ofensivo - Requisitos: Ninguno - Gastos: 21 CK por onda de chakra - Daños:
12 PV por quemadura
25 PV por coletazo
35 PV por onda de chakra
- Efectos adicionales:
El CK del bijuu accesible del usuario regenerará si no se usa chakra del bijuu
+12 a Fuerza, Resistencia, Aguante, Agilidad y Poder
Defensa de 10 PV
-10 PV/turno en caso de no controlar al bijū
- Velocidad: Muy rápida (onda de choque) - Alcance y dimensiones: -
La primera capa de chakra forma un denso velo de energía alrededor del jinchūriki. Esta capa, similar en apariencia a un líquido en ebullición, es burbujeante y de color rojo anaranjado y dota al jinchūriki de una cierta protección física. Los cambios físicos que son experimentados son más pronunciados que durante el Aspecto de Bijū, pero además se forman las orejas encima de su cabeza y de una hasta nueve colas tras el final de su espalda a partir de la capa de chakra y con las que son capaces de interactuar con el entorno.
Para los jinchūriki que no han aprendido a controlar a sus bijū, el chakra de la bestia tenderá a ser perjudicial: experimentará un proceso de corrosión en su propio cuerpo que finalmente podría terminar dañándolo con un uso prolongado. Esto también se aplica a aquellos que entren en contacto con ellos.
Esta capa de chakra suele adquirirse por un creciente estado de rabia, tensión, estrés o peligro, cuando el sello que contiene al bijū se debilita y en consecuencia deja al jinchūriki en un estado de menor control sobre su propio cuerpo con cada cola liberada. Aunque no se ha observado que los jinchūriki lleguen a perder por completo el control en este estado, sí es cierto que se vuelven más salvajes y agresivos.
En el caso del jinchuuriki del Kyuubi, si no ha controlado a su bijuu, normalmente este estado presenta de una a tres colas. La cuarta puede ir emergiendo poco a poco. Si llega a emerger por completo, alcanza lo que se conoce como Versión 2 y pierde el control.
Ruhara consiguió defenderse y forcejear con el pelirrojo, evitando que Toshio consiguiese quemarle la cara a cambio de quemarse las manos y el brazo. El chico siguió forcejeando para conseguir una mejor posición, pero entonces escuchó un fuerte golpe a sus espaldas. Un fuerte golpe que supo que no pertenecía a Ranko.
Ya estaba. Era su fin, estaba acabado, jodido, muerto.
Ruhara habló, con una sonrisa melancólica, y Marrow le pidió que le rindiese o mataría a sus compañeras. Toshio también sonrió, melancólico. El general le pedía que se rindiese, pero él ya lo había hecho antes de que se lo dijese.
Este ya no era él peleando por vivir, era él revolviéndose para buscar, al menos, una muerte en combate.
— Nos vemos. —Acabó por decir, casi con tristeza, antes de soltarle el brazo y realizar un sello, escupiéndole una aguja directamente al cráneo (4 PV).
Luego la soltaría. Si aquella aguja impactaba en su objetivo, acabaría atravesando su cerebro y matándola. Esa era su respuesta.
— Moriremos todos de todos modos ¿no? —Dijo, girándose lentamente—. Te lo dije. Moriré aquí, no puedo huir... apenas y bien puedo respirar... pero no te lo voy a dejar fácil.
Hitai-ate (Frente)
- Kurogane no Wakizashi (En el costado izquierdo de la cadera, bajo la Uchigatana)
- Kurogane no Uchigatana (En el costado izquierdo de la cadera, encima de la Wakizashi)
- Brazales del héroe de hierro negro (Equipados)
Portaobjetos 7/10
Kurogane no Shuriken x1
Paquete de 15 makibishi Kurogane
Paquete de 5 senbon Kurogane x2
Chīsana Makimono
Hilo shinobi
¤ Shikomishindan ¤ Disparo Preparado de Agujas - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos:Shurikenjutsu 25 - Gastos: 8 CK/aguja - Daños: - - Efectos adicionales: Permite lanzar agujas previamente ocultas en la garganta - Sellos: Carnero (una mano) - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: -
Técnica utilizada en su origen para el disparo de agujas a puntos débiles, o envenenadas, cuando el usuario se encontraba atado o incapacitado parcialmente. Previamente a la batalla o en el transcurso de ésta, el usuario se traga un número indeterminado de agujas (máximo 10), y las dispara con la ayuda de un impulso de chakra y un sello manual. Ya sea para disparar a un blanco en concreto o para tratar de inflingir el máximo daño posible a un oponente a poca distancia, se trata de una técnica muy útil.
Ruhara tenía su atención en Toshio, ¿qué otra cosa podía hacer aparte de observar aquel hermoso rostro? Y repasar las muchas ganas que tenía de partirselo. Cuando el pelirrojo soltó una mano para hacer un sello, supo que algo se venía. Aún lo tenía agarrado de una mano, como una pareja de enamorados, así que podía descartar cualquier técnica para escapar. Y Ruhara solo conocía una técnica de un sello a una mano.
Apartó la cara a tiempo para que la aguja no llegase a clavarse, sino que pelaría parte de su mejilla, dejandole un corte bastante feo. Apretó el agarre, resollando por el dolor.
— Si vas a intentar matarme, al menos hazlo de forma original.
Esa misma técnica era la que tenía ella para emergencias, si llegaban a ponerse a cuerpo a cuerpo, pero estaba demasiado agotada para contestarle a ese malnacido.
Pero cuando Toshio se giró lentamente para mirar a Marrow, no le vio a él. Era su cara, sí. Sus ojos teñidos por el chakra de un bijū. Su pelo. Su carne. Sus huesos. Su cuerpo. Pero no él. No realmente.
Si la mirada de Marrow era tranquila, distante y de un tono serio, la de los ojos que le contemplaban era la misma y al mismo tiempo la opuesta. Tenía la tranquilidad del frío hielo. Distante no por su forma de pensar, sino por algo más literal y tangible, como el águila que contempla las hormigas desde el cielo. Tenía la seriedad de quien autoridad para gobernar. Para gobernarlos a todos.
—Has hecho un buen trabajo, Marrow —dijo, para su General, Kurama.
Se dio cuenta que estaba apuntando con una hoja a una inconsciente, y que en frente había un ninja que le desafiaba. Soltó una carcajada gutural, divertido por la situación, pero no le dio más importancia. Sus órdenes habían sido barrer con el suelo los restos, y dichas órdenes estaban prácticamente cumplidas. El bando contrario necesitaría un milagro para darle la vuelta a la situación, y ya se sabe: los milagros los conceden los dioses.
Y si existía un dios en aquel mundo, ese estaba de su parte.
—¡¡¡MI EJÉRCITO!!! —rugió, su voz imponiéndose sobre los oídos de sus más allegados. Sus oídos, clavados en el ninja rebelde, pues incluso un cervatillo podía convertirse en un animal peligroso cuando se ve acorralado y en peligro de muerte—. ¡¡¡PASAMOS A LA SIGUIENTE FASE!!! ¡¡¡QUIEN SE RINDA, QUIEN SE ARRODILLE; APRESADLOS!!! ¡¡¡YA SABÉIS QUÉ HACER CON EL RESTO!!!
La aniquilación total del ejército enemigo sería, desde luego, una gran victoria en aquel Día del Rayo. Pero, tomar prisioneros… Bueno, eso era ganar hoy, y ganar mañana.
«Discúlpame por la interrupción, Marrow. Continúa. Tengo asuntos que atender en otro... lugar»
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20/06/2022, 00:28 (Última modificación: 20/06/2022, 00:53 por Kurogane Toshio. Editado 1 vez en total.)
Ruhara consiguió evitar la aguja por poco. Por muy, muy poco. Podría perfectamente haber continuado con su ataque y haber escupido incluso más agujas, pero algo... una presencia, más bien, lo hizo detenerse por completo.
Llegó a girarse, sí, pero a quien vio no fue a Marrow, o mejor dicho no se trataba del todo de él. Toshio se paralizó, dejando incluso de forcejear con Ruhara mientras escuchaba el discurso de Kurama. Seguía siendo el cuerpo de Marrow, el de un chico más o menos de su altura, pero que de alguna manera ahora parecía enorme. Imponente como una jodida montaña. Parecía... más.
Comprendió entonces que nada de lo que estaba haciendo tenía sentido. Quizás podría matar a Ruhara ¿pero qué conseguiría con eso? Incluso si mataba a Ruhara y a Marrow, o a Ruhara, Marrow y todo el ejército. No conseguiría nada entonces, pues tras ellos no había un estratega ni un líder. Había un dios.
Toshio levantó las manos lentamente y clavó las rodillas en el suelo con la cabeza agachada. Casi se sintió aliviado al hacerlo. ¡No tenía por qué pelear más! Y así, quizás, le perdonaban la vida. O al menos eso había dicho Kurama. Sí. Eso era lo mejor. Aunque se sintiese como un trozo de mierda por rendirse y no ser capaz de cumplir sus promesas de salvarlos a todos, al menos podría estar vivo para sentirse mal... ¿verdad? Esto era lo mejor que podía hacer. No había otra solución ¿verdad?
Esta era la única forma que tenía de volver a casa ¿verdad?
Eso es lo que creía, pero si era así... ¿por qué no podía dejar de llorar?
Las palabras de Kurama habían sido claras. Los que se rindiesen vivirían. Los que se arrodillasen vivirían. Quería prisioneros. Solo había una persona arrodillada en escena y de los tres cuerpos inertes en el barro Marrow no conocía a ninguna que se hubiese rendido. Sin embargo, su Dios quería prisioneros. La mirada de Marrow se paseó del filo de su hoja a la mujer que apuntaba, después a la que se encontraba al lado de ésta, a la inexperta amejin a la que practicamente había dado caza y, finalmente, al pelirrojo arrodillado.
A pesar de su habilidad o de su personalidad peligrosamente parecida a la de Ruhara que tenia el pelirrojo, cualquiera de las kusajin era más fuerte y, por lo tanto, más valiosa. La de la trenza tenía uniforme de chunin. Sabía lo que tenía que hacer, a pesar de las palabras que había usado Kurama, quería prisioneros. Ya habría tiempo para que se arrodillasen o les cortase la yugular y, sin embargo, le quemaba. No podía simplemente dejarlas vivir después de haberse negado repetidamente a rendirse. No era justo. Tampoco iba a matarlas.
Alzó la mirada a Ruhara, que observaba la espalda de Toshio con una expresión confusa. Parecía querer volver a su sadismo habitual, pero aún tenía que coger carrerilla.
— Ruhara, usa tus esposas con el chico, yo me encargo de estas tres.
Ruhara rebuscó en su portaobjetos de inmediato, sacando unas esposas supresoras de chakra. Se acercaría por la espalda de Toshio para esposarlo con una delicadeza que probablemente no volviera a ver en ella, porque justo después de esposarlo posaría la planta de su pie en la espalda del chico y lo tiraría de boca contra un charco. Su orgullo aún estaba demasiado herido para mofarse, pero eso valdría.
— ¡Ruhara!Suficiente. — siempre que Kurama hablaba a través de él, parte de su autoridad se quedaba en el durante unos segundos.
Desactivó la capa de chakra y se agachó, aún espada en mano para comprobar que seguían con vida. Una de ellas estaba fria ya. Por suerte, la chunin seguía con vida. Con la única persona consciente asegurada, procedería a traer el orden al campo de batalla. La justa balanza que él tenía que equilibrar. Cogió la Uchigatana y la usó para amputarle el pulgar de la mano derecha a Ranko, rapido y limpio. En la difusa linea entre la inconciencia y la vigilia, Ranko sentiría un dolor extremo antes de volver a caer hacia el lado de la inconciencia de nuevo. Le hizo un rápido tratamiento para evitar que se desangrase o se infectase la herida y fue a la siguiente.
Muerta, sin ninguna duda. Era de esperar por la reacción de su compañera antes.
Finalmente, quedaba la amejin. Dentro de la pequeña afición de Marrow, no había nada aleatorio. Elegía los dedos que se llevaba cuidadosamente. El chico con el que se encontró en la estación era un corazón, tal vez un anular, un genin a medio cocer. La kusajin que había partido su armadura de huesos con sus piernas desnudas, ella era un pulgar, una chunin algo novata pero con gran fuerza. La amejin era un meñique, una genin novata. Estaba seguro que algún día sería mucho más que un pulgar. Hasta entonces... tras tomarle el pulso y comprobar que estaba viva, repitió el proceso, esta vez con el meñique de la zurda. Jun tendría el mismo fugaz momento de lucidez de Ranko, un dolor terrible que te despierta pero te noquea poco después.
Ruhara se quedaría vigilando a Toshio durante todo el proceso, por si se le ocurrían más ideas de las suyas. Lo que le había dejado claro el pelirrojo es que no era de fiar. Marrow parecía satisfecho consigo mismo, había castigado a los blasfemos y había conseguido lo que quería, todo estaba en orden de nuevo para él.
Podeis postear los tres si quereis, sino en 72 horas se concluirá esta trama con la conclusión que sea pertinente. Ranko y Jun os despertais muy brevemente y apenas podeis decir unas palabras, pero si quereis rolearlo, adelante.
¤ Dedo pulgar de la mano derecha mutilado (otorga 1 punto)
El poseedor de este defecto ha perdido un dedo importante de una de sus manos. La principal desventaja es que el ninja pierde la capacidad de realizar sellos a dos manos hasta que no pasen seis meses desde la adquisición del defecto y tenga una Destreza igual o superior a 60 y a una mano con la mano afectada con una Destreza igual o superior a 80.
Este defecto se invalida si se encuentra un sustituto aceptable y funcional para el dedo perdido.
Código:
[b][color=indianred]¤ Dedo pulgar de la mano derecha mutilado (otorga 1 punto)[/color][/b]
[descripcion]El poseedor de este defecto ha perdido un dedo importante de una de sus manos. La principal desventaja es que el ninja pierde la capacidad de realizar sellos a dos manos hasta que no pasen seis meses desde la adquisición del defecto y tenga una [Destreza] igual o superior a 60 y a una mano con la mano afectada con una [Destreza] igual o superior a 80.
Este defecto se invalida si se encuentra un sustituto aceptable y funcional para el dedo perdido. [/descripcion]
¤ Dedo meñique de la mano izquierda mutilado (otorga 1 punto)
El poseedor de este defecto ha perdido un dedo importante de una de sus manos. La principal desventaja es que el ninja pierde la capacidad de realizar sellos a dos manos hasta que no pasen seis meses desde la adquisición del defecto y tenga una Destreza igual o superior a 60 y a una mano con la mano afectada con una Destreza igual o superior a 80.
Este defecto se invalida si se encuentra un sustituto aceptable y funcional para el dedo perdido.
Código:
[b][color=indianred]¤ Dedo meñique de la mano izquierda mutilado (otorga 1 punto)[/color][/b]
[descripcion]El poseedor de este defecto ha perdido un dedo importante de una de sus manos. La principal desventaja es que el ninja pierde la capacidad de realizar sellos a dos manos hasta que no pasen seis meses desde la adquisición del defecto y tenga una [Destreza] igual o superior a 60 y a una mano con la mano afectada con una [Destreza] igual o superior a 80.
Este defecto se invalida si se encuentra un sustituto aceptable y funcional para el dedo perdido. [/descripcion]
22/06/2022, 18:36 (Última modificación: 22/06/2022, 20:41 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
El dolor la despertó. Tuvo un súbito impulso de adrenalina, y un sinfín de emociones se aglomeraron en su mente. Su mano izquierda se alzó por un instante, deseando tomar a Marrow del cuello y estamparlo contra el suelo. Sus ojos color miel le miraron, como queriendo calcinarlo con su aura. Gritó, mas no fue un grito de dolor, sino uno de furia.
Ranko volvió al abismo de nuevo, pues lo anterior había sido sólo una reacción, algo que no duraría más de una fracción de segundo y no serviría de nada.
Las voces que animaban a Hakuto se callaron lentamente, y la imagen del cadáver de Lyndis, así como el rostro de Marrow, quedó grabada a fuego en su memoria.
Y Sagisō Ranko, la Sagisō Ranko que había sido por tanto tiempo, murió ese día.
Ranko había tomado este tema con hueco extra, así que obtendrá la mitad de la exp.
De golpe, su conciencia había vuelto a su ser. Con un despertar muy agitado, no entendía para nada lo que estaba pasando. Ella pensaba que ya estaba muerta. Tan así, que su reacción a lo que acababa de hacer Marrow fue demasiado tardía. Aunque sentía un dolor inaguantable en su mano izquierda, el dolor general de su cuerpo tampoco era algo que dejaba pasar por alto. Abrió su boca pero no pudo gritar, sentía que no tenía voz ni para eso.
La percepción en ese momento le era difusa, pero lo último que vio fue a su cazador, casi encima suya y con una espada de gran tamaño en mano.
«Bueno, ahora si ¿No?»
Casi al instante de eso, una vez más se le apagaba el televisor. Tenía muy claro que esta vez sí había terminado. No veía otra opción. Finalmente todo eso acabó.
Toshio no hizo siquiera el amago de resistirse cuando le ordenaron a Ruhara ponerle las esposas. Tampoco soltó un comentario de los suyos ni sonrió aparentando confianza ni hizo ninguna de esas cosas que solía hacer para intentar darse confianza. Simplemente no le quedaba el orgullo para hacerlo, pero entonces la muy desgraciada decidió empujarlo contra el barro.
— Hija de puta, te voy a... —Nada. No le iba a hacer nada, porque sabía que como se levantase no dudarían en matarlo.
Por suerte, ahí estaba Marrow para asegurarse de que tratasen a los prisioneros con un mínimo de respeto... justo antes de coger a dichos prisioneros e ir a arrancarles los dedos.
— ¡Oyeoyeoyeoye! ¿¡Qué estás haciendo!? —Pero Marrow no se detuvo, y Toshio no pudo hacer más que cerrar los ojos y apartar la mirada para no ver lo que estaba sucediendo—. Joder...
Ya se lo había dicho Kinumi semanas antes: Solo era un ninja mediocre y en cambio aquí estaba él intentando hacerse el héroe. Sabía que era débil y que ni siquiera en el mejor momento de su vida habría tenido posibilidad alguna de hacer algo. Esa era una lección que la vida nunca había dejado de enseñarle, y en cambio aquí estaba él siguiendo intentando hacerse el héroe.
«Yuki, Tamao, Kinumi... les prometo que volveré, ¡así que manteneos a salvo, por favor!»
Él también lo sabía bien. Lo más lógico habría sido haberse quedado en la aldea siendo herrero después de la primera vez que se estampó de morros con la realidad, y en cambio aquí estaba él...
«Ranko, Jun... saldremos de esta, lo prometo».
... Que no se había cansado de intentar hacerse el héroe, pero ¿cuánto tiempo más aguantaría?
Shiten había logrado abrir la retaguardia justo a tiempo para que los medicos pudiesen evacuar a la mayoria de heridos. Mientras ellos habían contenido al general, Komachi y Yuki habían contenido a Hakai y Ken y todo un flanco del ejercito de Kurama. Sin embargo, Hakai era un experto en malgastar tiempo. No murieron ni se llevaron grandes heridas, pero ambas salieron exhaustas de la batalla. Ninguna de las dos se rindió. Yuki, por suerte, fue retirada por Tamao, su amigo médico. Pero Komachi se negó a ir a ninguna parte sin su hija, adentrandose contra el grueso del ejercito con las energias minimas, siendo apresada tras quedar inconsciente de pura extenuación.
La bijuudama había causado muchos más daño de los esperados. Shiten con un brazo podía abrir la retaguardia y mantener a raya al ejercito durante un rato, pero no salir con vida de allí. Murió de pie, recibiendo todo el envite del ejercito sin retroceder ni un solo paso. Muchos soldados de Kurama asegurarían que aquel hombre había seguido peleando a su máximo nivel incluso después de que su corazón dejase de latir. Incluso cuando dejó de respirar, siguió golpeando y acaparando las armas arrojadizas que de otra forma hubiesen ido detrás de sus subordinados.
Kaido quedó inconsciente del impacto de la bijuudama, fue hallado y apresado junto a muchos otros que tuvieron la suerte de salir con vida de esa bomba. Zetsuo consiguió evacuar junto a la mayoria de la unidad medica con el respaldo de su general, Shiten.
Tras la caida de Shiten y la proclamación de Kurama, la guerra acabó. El ejercito del copo de nieve no persiguió a los que habían conseguido retirarse, sino que aseguró su posición y tomó tantos prisioneros como esposas tuvieran. Les quitaron todas las armas, las bandanas y cualquier objeto que pudiese ser peligroso. Descansarían lo justo antes de partir. Partir hacia sus nuevas vidas como prisioneros del único y verdadero Dios.