Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—No te preocupes, Nao-san. Lyn-chan, busca el momento adecuado, justo antes de que ataquemos —comenzó a decirle Ranklon mientras hacía tres sellos —. Y arrójame.
El clon extendió la mano hacia Lyndis, y un momento después se transformó en un gran fūma shuriken, plegándose al instante para que la peliplateada pudiese llevarla sin mucho problema.
La Ranko original se subió al ave y ayudó a Sakumi a subir, sintiéndose ya mucho más recuperada.
—Sujétate de mí, Sakumi-san —le indicaría al alzar el vuelo. Intentó hablar un poco con la médico, tanto para darle instrucciones como para animarla—. Si Nao-san mantiene las aves, quédate encima de ésta y mantente lejos del enemigo. Sólo desciende si es menester curarnos. En especial a Lyndis-san. Has demostrado habilidad, a pesar de temer. Eso... Eso es valentía verdadera.
Ranko se prepararía para el ataque mientras veía aquella mole helada en la distancia. No sabía qué era luchar contra un usuario de Hyōton. Tragó saliva. No debía de importarle, pues ganaría. Debía hacerlo.
PV:
139/240
–
+10
–
+24
– CK:
86/210
– Píldora de sangre superior:
20/50
– Shunshin:
0/5
– Ranklon CK:
48/210
–
-8
–
»En posesión de C-Rank no Kibaku Fuda
»En forma de Fūma shuriken
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (en el cinto)
¤ Portaobjetos básico [Capacidad 7/10] (ajustado sobre su cinto, a su izquierda), dentro el cual:
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
Ōkina Hyōrōgan [Consumible, +10CK/turno hasta 50CK]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
¤ Sai (a la cadera, a la izquierda) [Mango 9PV, Filo romo/Penetración 25PV]
¿Realmente algo como un pájaro de tinta podía elevarla en los cielos? Sonaba a un disparate, pero también había un enorme muñeco de nieve que estaba empezando a masacrar decenas de personas a algún que otro kilómetro de ellos, por lo que tal vez no sonaba tan rematadamente a una locura lo primero. En unos breves sellos, el clon se transformó en un shuriken bastante grande, que se plegó con facilidad. Lyndis lo cogió antes de que tocara el suelo, y acto seguido subiria en uno de aquellos animales de tinta alados. ¿Mancharían con el tacto?
En cualquier caso, y sin saber como comandarlo, dejaría que el resto le guiaran, mientras terminó de colocar el fuma shuriken en el lateral derecho de su cadera antes de que alzase el vuelo. Todavía su cuerpo se sentía resentido y dolorido, con un ligero hormigueo que deseaba que desapareciera cuanto antes si ella era la encargada de lanzar aquel arma.
Las vistas desde las alturas no eran tan claras como cuando Nao había emprendido el vuelo por primera vez. Podían ver el muñeco de nieve y su efecto en el campo de batalla. Una decena de metros a la redonda del muñeco había aparecido una feroz tempestad que descargaba kilos de granizo y nieve sobre cualquiera que estuviese bajo ella.
Apenas podían distinguir la colosal figura del muñeco entre tanta precipitación, ya no digamos la de las personas en su interior. Por suerte, podían tener una clara idea de qué estaba pasando en su interior por los gritos y suplicas que resonaban por todo el lugar. La gente que conseguía salir de la nevada, salía con magulladuras y contusiones por el granizo.
Por el lado de la alianza, se acumulaban varias decenas de ninjas, indecisos de si valía la pena atravesar aquella pesadilla e intentar salvar a sus compañeros o rodearla y enfrentarse a Hakai. Mientras el mencionado, estaba simplemente esperando donde la tormenta ya amainaba, sin siquiera planteandose entrar ahí. Hasta que vio a dos enormes pajaros de tinta dirigirse directamente hacia él, entonces entró de inmediato.
— ¡Ken-chan! Traen refuerzos aereos. — advirtió al tiempo que corría hacia su muñeco de nieve.
Cuando se mete en la nevada, le perdeis la pista. Podéis intuir más o menos donde está por la velocidad que llevaba y la dirección, pero para conseguir una visión tendréis que entrar o bajar al suelo. Mientras, los gritos de dolor siguen sucediendose, uno tras otro.
Sobre el pajaro, Sakumi obedece a su capitana y se agarra a ella con toda la fuerza del mundo mientras el animal de tinta surca los cielos helados. Desde luego, lo último que esperaba ver la médica en el campo de batalla era un muñeco de nieve gigante vapuleando al ejercito con una tormenta de nieve.
¤ Hyōton: Yukidaruma ¤ Elemento Hielo: Muñeco de Nieve - Tipo: Ofensivo - Rango: A - Requisitos:Yuki 60 - Gastos: 52 CK - Daños: 5 PV por turno durante 5 turnos - Efectos adicionales: Reduce en 10 puntos la Agilidad, la Destreza, el Aguante y la Percepción de toda persona en el area de efecto. - Carga: 6 - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: El muñeco de nieve mide cinco metros de alto y dos de ancho y la helada se extiende hasta veinte metros de diametro. El usuario puede crear el muñeco a diez metros, extendible hasta veinte si hay agua abundante como un lago, lluvia o incluso una nevada.
El usuario concentra una enorme cantidad de chakra y apoya las manos en el suelo. Acto seguido, aparece un enorme muñeco de nieve que provoca una fuerte nevada a su alrededor. La nevada impide la vision, provoca hipotermia e incluso es capaz de matar si se queda demasiado tiempo dentro.
Si se crea sobre una masa de agua o una superfície especialmente húmeda, todo el que se encuentre en el rango y sobre dicha superficie en el momento de la creación, se quedará atrapado sobre la misma a menos que su Fuerza supere el Poder del ejecutor
Ranko observó la nevada. Nieve sobre campos de arroz. Qué poéticamente apocalíptico suena. Desafortunadamente, acercarse a los enemigos en dos pájaros gigantes significaba cero sigilo, y que sus oponentes estarían preparados cuando llegara el momento.
Así que tendrían que estar contra-preparados.
—¡Sakumi-san, Nao-san! ¡No entren a la nieve todavía! —les indicó Ranko en el aire. Luego le hablaría en voz un poco más baja a la médico — Recuerda, quédate lejos de los enemigos. Contamos contigo, Sakumi-san —No se lo preguntaba, sino que lo afirmaba. Hablar con el Amejin era más difícil debido a la distancia entre las aves, pero aún así lo intentó —. ¡Nao-san! ¡Lyndis y yo iremos a por Hakai y los suyos! ¡Asegúrate que se mantengan ocupados con nosotras! ¡Déjanos por encima, entre él y el muñeco! Y si tienes algo de apoyo ofensivo de largo alcance... Mejor. ¡Lyndis! ¡A con todo!
La castaña suponía que el general se refugiaría en su área nevada, así que intentaría cortarle el paso. Cuando las aves estuviesen en posición, Ranko buscaría un par de cosas dentro de su portaobjetos, y se metería una, su píldora de soldado, a la boca, para sentir sus reservas de chakra comenzar a recuperarse lentamente, luego saltaría, esperando ser seguida por Lyndis. Eran ninjas entrenadas, fuertes, y una caída controlada no les haría daño. Aunque el granizo era otra cosa.
Mientras caía, Ranko hizo algunos sellos, arrojó el segundo objeto, su kemuridama, al suelo justo antes de tocar tierra, y una nube de humo recibió su aterrizaje. Unos instantes después, Ranko surgió de la nube, wakaizashi desenvainada, avanzado dificultosamente entre el granizo, en dirección a donde supuso que Hakai estaría.
2 AO
PV:
144/240
–
+10
–
-5
– CK:
86/210
–
+10
– Píldora de sangre superior:
30/50
– Píldora de soldado superior:
10/50
– Ranklon CK:
48/210
–
»En posesión de C-Rank no Kibaku Fuda
»En forma de Fūma shuriken
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (en el cinto)
¤ Portaobjetos básico [Capacidad 7/10] (ajustado sobre su cinto, a su izquierda), dentro el cual:
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
Ōkina Hyōrōgan [Consumible, +10CK/turno hasta 50CK]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
¤ Sai (a la cadera, a la izquierda) [Mango 9PV, Filo romo/Penetración 25PV]
—Como usted ordene— Asintió ante las palabras de su capitán.
Nao recibió sólo dos órdenes: No entrar por el momento a al tormenta, y apoyar en lo posible desde lejos. «Ojalá fuera tan fácil como suena.» Rápidamente llevó a sus aves en persecución, de manera que Lyndis y Ranko pudieran saltar. Teóricamente, él era un respaldo, pero el hecho de que muchas veces sus aves también era su medio de ataque, no sabía si sus animales de tinta lograrían mantener su forma con ese granizo. «Sagisō-san, Zhaoren-san» Se sentía impotente, observando a su alrededor.
«Ya veo...»
El agua de los sembradíos parecía ser lo que había atrapado al resto de shinobis, pero él no sabía como liberarlos. ¿Se quedaría viendo? Tarde o temprano más shinobi de Kurama llegarían para lanzarle algún que otro proyectil, aunque por ahora parecían también mantenerse a raya por la propia tormenta.
—No quiero sólo quedarme mirando — Intentaría otear alrededor sin entrar en la tormenta, tratando de dilucidar si en el horizonte se acercaban más tropas. Temía enormemente que el avance de Hakai fuera sólo el preludio a algo muchísimo más grande. Además, no creía que los que estaban abajo de él fuesen a durar demasiado con ese frío.
Ver una guerra, no era tan divertido como los viejos libros decían.
«Algo anda mal, demasiado mal...» Tenía un presentimiento terrible. ¿Pero debía desobedecer órdenes?
25/04/2022, 10:38 (Última modificación: 25/04/2022, 10:58 por Zhaoren Lyndis. Editado 1 vez en total.)
El radio de la tormenta, estaba alrededor del gran muñeco de nieve, y avanzaba a la vez que lo hacía él. Tal vez él era el origen.
— ¡Esa mierda de nieve gigante parece el origen de la tormenta, intenta derribarlo como puedas mientras nosotras bajamos! — gritó a Nao, antes de seguir el vuelo raso de Ranko, en su misma dirección.
El ave de colores blancos con detalles negros perseguiria a la primera que descendió, y saltaría a la vez con Ranko en medio de la tormenta. Mientras su cuerpo volvía a tomar una mayor musculatura, así como otra vez de color rojizo y sus pupilas se menguaron. Caería con fuerza, pero desde una distancia prudencial para evitar hacerse daño en la caida, levantando algo de nieve mientras sonreía, ansiosa por buscar a su objetivo.
— ¡Vamos, no te escondas! ¡Nosotras también queremos jugar! — gritó esbozando una aguda sonrisa que mostraria sus afilados dientes.
Ranko caería intentando interceptar a Hakai en su camino al muñeco de nieve. Sin embargo, Hakai había modificado su trayectoria inicial y al seguirla con los ojos vería por qué. Un hombre de negra melena recogida en una cola de caballo se alzaba a unos cuatro metros de su posición, aún dentro de la nevada. Era alto, medía casi dos metros, y era corpulento, sus musculos eran apreciables incluso desde la distancia y la nieve, sobre todo, porque no vestía prenda superior alguna.
A su lado, había un hombre de la alianza, temblando de frio y apenas consciente ya. Ken estaba ante él en posición de combate y le soltó un devastados puñetazo en la cabeza, dejandolo inconsciente o algo peor.
Finalmente se giró ante tal alboroto, suspirando agotado al ver el arma de Ranko.
— Armas, ¿huh? Otra decepción.
Volteó su cuerpo pesadamente, abriendose paso entre la nieve con algo de dificultad para colocarse entre las atacantes y Hakai, quien al ver que ya había conseguido que se enfrentasen, procedió a alejarse más de ellas.
Entonces cayó Lyndis tan salvaje como era posible y a Ken se le iluminó la mirada.
— ¡Aquí estoy! ¡Peleemos! — les hizo gestos a ambas de que viniesen a por él, ignorando por completo a Hakai.
Contra más se acercasen, más cicatrices y cortes abiertos verían en Ken. Algunos por el granizo, algunos de arma, ninguno demasiado serio. Hakai, en cambio, ni tenía ni una cicatriz ni un rasguño y se movía por la nevada como un conejo blanco, como si el frio y la nieve fuesen un día más para él.
— Ken-chan, me quieren matar.
— ¡Callate! ¡Y te dije que no hicieses nada que me molestase! ¡No me puedo ni mover con esta nieve!
Cada uno estaba a unos cuatro metros de Ranko, Ken a su izquierda y Hakai justo enfrente. El primero parecía querer ir directamente a por ellas, mientras que el segundo quería alejarse tan rápido como fuese posible. Y eso era, muy rápido, el doble de veloz que Ranko en ese momento.
Nao desde el cielo ves como el ejercito de la Alianza empieza a rodear el area de la nevada y se encuentra con el ejercito de Kurama. Los de Kurama, conocedores de la técnica, saben qué riesgos pueden o no tomar con ella. Atacan desde dentro, se aprovechan a los que intentan ayudar a los atrapados por el hielo, algunos incluso se hacen pasar por atrapados, los shinobis del copo de nieve tienen pocos escrupulos.
Aún así, desde fuera puedes ver que el muñeco de nieve se va derritiendo solito, cada vez la nieve es menos constante y más fina. Tal vez esté por la mitad de su duración, pero ¿cuantas vidas se perderán hasta que acabe? Sakumi te mira en silencio, tensa, incapaz de hacer nada desde el aire pero sin ninguna orden más de su capitana, tiene las manos tan atadas como tú.
Ranko pocas veces se había imaginado como líder. Aquellas ocasiones en las que fantaseaba con ser una ninja de leyenda, lo era sola. Solo Hakuto y ya. Pero en ese momento tenía que serlo, y una líder lo es por sus decisiones.
¿Intentar seguir a Hakai a pesar de a) la nevada/granizada y b)el tal Ken? El guardaespaldas sería una molestia enorme si quedaba suelto, y tal parecía que la velocidad de Hakai le hacía difícil de atrapar ya de por sí. ¡Incluso más si tenían a otro enemigo impidiéndoselo! ¿O era mejor encargarse de Ken? Si lo derrotaban, tendrían via libre para ir tras Hakai, aunque esto significaría la posibilidad de perderlo, o de dejarle matar a más aliados.
"Hakai se saldrá de mi alcance antes de que me pueda acercar, y Ken ya está a distancia perfecta. Además, Nao debe mantenerlos cerca. Atacará si es necesario. Convirtamos esto en un dos contra uno."
Si todo salía bien, Ken sentiría dos manos tomándole de los tobillos. Luego, éstas tirarían de él hasta dejarle enterrado dentro del suelo, sólo la cabeza por fuera.
— Lo siento — diría una Ranko que se alzaba detrás de el, emergiendo del arrozal helado como un topo mágico —. Esto... Esto era para tu amigo. Pero... Creo que no será tan fácil alcanzarlo.
Desafortunadamente, el moguragakure no jutsu tenía un límite de rango, de lo contrario habría permanecido debajo intentando alcanzar a Hakai. El hielo y el frío le hicieron temblar al instante. Desenvainaría su wakizashi y se la pasaría al clon de piedra que estaba frente a Ken, y asintería. El clon le devolviería el gesto. Sería más fácil que ella lo hiciera.
"Estamos en guerra. Ya vi los frutos de mi piedad."
Luego habló a Lyndis, quien posiblemente deseara combatir con aquel hombre.
—Lo siento, pero la pelea es con Hakai. Alcancémoslo. Lánzalo apenas esté dentro del alcance.
Ranko, evidentemente falta de energía, vería que su clon de piedra se inclinara para usar las dos wakizashi, la de verdad y la de piedra, para degollar a Ken, aunque se voltearía en el último instante. Si todo salía bien y lograban lidiar con Ken, comenzaría a correr buscando al general.
AO:
1. Iwa Bunshin no jutsu usado dentro de la nube de humo.
2. Moguragakure no jutsu usado inmediatamente después.
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
Ōkina Hyōrōgan [Consumible, +10CK/turno hasta 50CK]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
¤ Sai (a la cadera, a la izquierda) [Mango 9PV, Filo romo/Penetración 25PV]
[color=lightblue]¤ Kage Bunshin no Jutsu ¤ Henge no Jutsu ¤ Doton: Moguragakure no Jutsu ¤ Doton: Iwa Bunshin no Jutsu ¤ Doton: Shinjū Zanshu no Jutsu
Por suerte, para ella no tardó en recibir una invitación a un nuevo combate que aceptó más que gustosa con una afilada sonrisa, mientras crujía sus dedos tan solo abriendo y cerrando las manos.
— Si tanto te molesta la nieve, salgamos de este vendaval y démonos de palos bien a gusto — sonrió más que dispuesta a dar el primer paso contra él.
Pero antes siquiera de poder reaccionar, el suelo se lo tragó cómicamente, dejando tan únicamente su cabeza plantada en el cómo cualquiera de los cultivos que había allí presente. Aquello hizo que relajara todos sus tensados músculos, decepcionada por aquel espontáneo desenlace, aunque poco convencida de que aquello acabara así. De serlo, los ninjas de kurama eran más decepcionantes de lo que se había imaginado. Gruño decepcionada dispuesta a seguir a Ranko, mirando de reojo donde aquel hombre se había quedado.
27/04/2022, 20:00 (Última modificación: 27/04/2022, 23:18 por Akamatsu Nao. Editado 3 veces en total.
Razón: Cambiando la palabra animal por felino, solo para especificar. Edit 2: Soy idiota y por copiar la tabla borré una cosa, perdón xD
)
Los gritos continuaban, los aceros chocaban, la sangre se derramaba y la nieve caía.
Nao observó todo, llegando a una conclusión. «No hay tiempo.» A toda velocidad, volaría justo encima del muñeco de nieve, sobre su cabeza. Aquella técnica le estaba dando demasiada ventaja al ejército enemigo completo, así que si quería ayudar de verdad, lo mejor era actuar ahora antes de que fuese demasiado tarde.
—¡Kobayashi-san! ¡Por favor salte y venga conmigo! — le indicaría.
Movería al ave de Sakumi por encima de la suya, permitiéndole a la kunoichi poder deslizarse suavemente, no sin que el propio Nao usase sus brazos para asegurarse de que ella quedase a salvo en sus brazos y no tropezar en su caída. «Ahora.» Una vez que sobrevolase la cima del muñeco de nieve, sacaría un pergamino.
—No me quedaré a esperar a ver como termina la historia, YO MISMO LA ESCRIBIRÉ—. Dibujó con ímpetu un león.
El felino cayó en picado disparado hasta el muñeco, siendo que Nao también lanzó su otra ave contra la coronilla del siniestro hombre de nieve. ¿Sería el estallido de los animales lo suficientemente fuerte para hacerle algo? ¿Podía realmente Nao confiar en su propio poder? «Por favor, al menos un agujero...»
(Sumijutsu 60) (máximo dos leones, divide regen. de chakra)
- Daños: 60 PV por impacto - Efectos adicionales: El usuario puede montar sobre sus leones, mejorando su velocidad de carrera un 50% - Sellos: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Cada animal es de máximo dos metros y puede alejarse a un máximo de diez metros del usuario
La técnica más característica de la especialidad del Sumijutsu. El ninja infunde chakra rápidamente a la tinta con la que dibuja diversos animales en sus pergaminos. En el momento en el que se retira el pincel, los dibujos saltan desde el pergamino, crecen en tamaño y actúan de acuerdo a la voluntad del usuario. Aunque estén constituidos por tinta, estos animales pueden aguantar golpes de taijutsu básico e incluso resistir el embite de hasta tres armas pequeñas. Los golpes reducen el daño que causa la técnica. Esta variante de la técnica permite crear desde uno a tres leones formados enteramente de tinta que pueden correr hasta chocar contra el adversario, arañándole o mordiéndole en el proceso, y luego estallando en una nube de tinta que lo arroja en direccion contraria. Los animales pueden usarse a modo de transporte, para evitar la fatiga física o para recorrer distancias en un lapso de tiempo menor a lo que lo haría si fuese a pie.
Sí, Ken estaba enterrado e inmovilizado, pero Ranko había olvidado la primera norma de la caza. Nunca arrincones a un animal salvaje.
El jutsu que detenía al hombre flaqueó tanto como lo hacía Ranko, que había apartado la mirada y solo había alcanzado a oír el chocar de las hojas contra algo, algo que no era carne.
— ¡No puedes matar con esa falta de determinación, niña! Y con espadas...
Ken había parado ambas hojas con su mano, que ahora no solo estaba libre, sino que se encontraba reforzada por una capa de hielo increiblemente dura. Usando esa mano, tomó impulso y le dio un cabezazo en toda la nariz a la Ranklon de piedra, para acto seguido, una vez fuera, agarrarla del cuello con su brazo no cubierto de hielo y estamparla contra el suelo. Ranklon de piedra quedaría hecha polvo, literalmente.
Tanto Ranko como Lyndis comprobarían que la forma en la que combatía Ken no tenía nada que ver con su Shinobi Kumite. Parecía más un estilo caotico que solo dependía de la fuerza, sin técnica de ningún tipo.
— Así se mata. Ahora,¿alguien quiere pelear de verdad o vais a seguir usando armas? — se sacudió el polvo y el hielo del brazo, a la espera de la respuesta.
Hakai, por su parte, celebraría que habían desviado su atención a Ken. Su plan había sido todo un exito. Ahora, desde la distancia, podía girarse tranquilamente hacer un sello y pum, escupió una gran andanada de agua. Sin embargo, no fue a por ellas, sino que se estampó contra el suelo enfrente suyo. Tras golpear el suelo se alzó de nuevo como una enorme ola que empezó a arrasar lo que encontraba a su paso.
Si Ranko y Lyndis no se apartaban, serían una cosa más que ser arrollada.
Entonces un enorme impacto resonó por el lugar, desde el cielo, Nao había lanzado un par de poderosos animales contra el más poderoso de los muñecos de nieve, haciendolo colapsar sobre sí mismo. La ventisca paró en el mismo momento en que la cabeza del muñeco tocó el suelo. Eso se ganó los vitores de gran parte del ejercito de la Alianza y una sutil sonrisa en el rostro de Ken, que por fin podía moverse con normalidad.
Sakumi le había hecho caso. Cómo para no hacerselo al creador de los pajaros sobre los que vuelas. En su rostro se dibujaba la más clara preocupación.
La masa de agua abarca 4 metros de ancho y 3 de alto, y recorre 10 metros
Suiton: Baku Suishōha: la masa de agua alcanza 7 metros de ancho y 5 de alto, recorre 6 metros y, al caer provoca un hundimiento en el suelo creando un pequeño lago de 10 metros de diámetro
El usuario escupe una gran cantidad de agua, que lanza al suelo. El agua rebota y crea una ola que recorre una distancia considerable y arrastra consigo a los enemigos. Utilizando una mayor cantidad de chakra, es capaz de crear una ola gigantesca que, al caer, rompe el suelo y crea un hundimiento en forma de estanque.
(Suiton 80, Suiton: Baku Suishōha) El usuario puede subirse encima de la ola, moviéndose a gran velocidad y atacando a sus adversarios.
- PV:
200/260
–
- CK:
128/150
–
-22
–
- Daño provocado: 20 PV por golpe
- Acciones ocultas:
A diferencia de los ninjas, tú aprendiste en la calle, donde el mejor golpe es el que se da fuerte. No tienes su destreza ni postura pero lo compensas con una fuerza digna de mención
· Cualquier golpe: 8 PV + (Fuerza/5)
· Bloquear: Reduce el 50% del daño a recibir, antes de aplicar la reducción de Resistencia.
¤ Hyōton: Kōri no Harinezumi ¤ Elemento Hielo: Erizo de Hielo - Tipo: Ofensivo (cortante) - Rango: A - Requisitos:Yuki 50 - Gastos: 22 CK (multiplicable x2) - Daños: 10 PV por impacto cuerpo a cuerpo - Efectos adicionales: Defiende 40 PV - Carga: 2 - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo.
El usuario cubre rápidamente una parte de su cuerpo en hielo fortificado con puas y espinas. En caso de que el daño detenido sea cuerpo a cuerpo, el atacante recibe el daño especificado, en cualquier otro caso, solo detiene el daño, sin provocar daño alguno.
Nao sintió alivio al ver que logró destruir a la abominación de nieve y la granizada se detuvo, esperando que luego de eso la batalla pudiera reanudarse en favor de la Alianza. La médica entonces preguntó por el estado de sus compañeras, pero Nao entonces descendió rápidamente mientras hablaban.
—En lugar de preguntarnos por ello, ¡iremos a comprobarlo! — Diría dirigiéndose a la última posición donde vieron a Hakai. El genin ya estaba demasiado harto de todo. —Kobayashi-san, por favor, cuando vea oportuno, salte y únase a Sagisō-san y Zhaoren-san, pues puede que la necesiten mucho más que yo ahora mismo. Además, estoy por hacer una locura y usted correrá peligro si permanece a mi lado — En esos momentos, no había manera en que pudieran continuar protegiéndola a la vez que peleaba. —Sus manos no son para lastimar, ¡sino para cuidar de otros! Nosotros hemos de mancharnos de sangre para que usted no deba hacerlo, así que aún si siente que las cosas están fuera de control, confíe y permanezca firme en lo que usted cree. Debe ser doloroso observar como todos pelean mientras usted observa sus espaldas, ¡pero usted es fuerte por lo mismo! Por que nosotros podemos arriesgarnos de esta forma poniéndonos enfrente, porque sabemos que usted siempre estará ahí. Ahora, ¡por favor préstele su fuerza a ellas! — Bajaría, pero no tanto para llegar al suelo, sino que se mantendría volando a unos metros por encima de las cabezas de los demás.
Una vez que se acercase lo suficiente, tendría que dedicarle unas cuantas palabras a los ninjas de Kurama. Iban a escuchar un sermón, pero no sería de parte de Hakuto la líder del escuadrón ni de la kunoichi demoníaca con voz de oni.
—Un simple muñeco de nieve, ¿con esos juegos infantiles planeaban detener a la Alianza? En las cosas en la que me hacen desperdiciar chakra... — Su mirada no era la del joven pintor que le gustaba ver las hojas caer, sino la de un shinobi que tomó prestada la fama de la furiosa tormenta. —Ahora que los veo, no son más que hombres diminutos que sólo pueden dirigir a un ejército de ninjas aún más inútiles— Apretaría con fuerza el pincel en su boca. —¿El temido Hakai que huyó en cuanto tuvo un agujero dónde esconderse? DEBERÍAN CORRER AHORA DE NUEVO; ANTES DE QUE ME ABURRA DE USTEDES — Diría buscando amedrentar a los ahí presentes.
Sólo había una cosa que se le daba mejor que dibujar, y esa era presumir.
Dentro de su cabeza, sin embargo, la voz en su interior parecía casi la de otra persona completamente a la del shinobi que ahora mismo hablaba con poderío delante de todos. «AHHH, SI, QUÉ BUEN PLAN. Sí si, ser un bocón se te da demasiado bien, Akamatsu. ¡AHHHHH! Por favor, espero que ellas puedan pensar en algo.» Sólo necesitaba perder el tiempo lo suficiente para que pudieran reagruparse. Aunque fuesen solo unos segundos.
¤ Bandana ninja(Atada al brazo derecho) ¤ Portaobjetos básico(En la pierna izquierda ~ 4/10)
Chīsana Makimono x2
Kunai
Hilo Shinobi
Otodama
Picadura de Mosquito
¤ Kit de dibujo(Espalda baja) ¤ Karakasa-Obake(Colgando en la espalda) ¤ Ninjatō(Cintura)
¤ Kit de sellado de Sumijutsu(Guardado en su habitación)
¤ Autoridad de la Tormenta - Legado de:Amekoro Yui en el año 200 - Requisitos: Pertenecer a Amegakure
La historia de Amekoro Yui, que ajustició sin remordimientos a todos los ninjas que apoyaron al traidor que acabó con la vida de Ruichi Yuukaito, es conocida por todo Oonindo. Se cuentan historias —ciertas o no— sobre la poca piedad que se tiene en la Lluvia con los traidores y desleales. Eso, sumado a la reputación de sus ninjas como tenaces e implacables, hace que el usuario disponga de una bonificación de 20 puntos a Carisma a efectos de causar intimidación (por su complexión, el uso de su Poder, o la exhibición de la mejor de sus sonrisas amejin), excepto ante shinobi y kunoichi de la misma aldea. Además, los civiles del País de la Tormenta tienden a respetar más la autoridad de sus ninjas.
28/04/2022, 11:22 (Última modificación: 28/04/2022, 14:21 por Zhaoren Lyndis. Editado 2 veces en total.)
Ken no tardó en salir del agujero y eliminar con facilidad al clon de Ranko, cubierto de una capa afilada de hielo. Aquello fue a partes iguales una alegría por el hecho de las ganas que tenía de combatirlo, pero a la vez una decepción general por no haber eliminado a otro combatiente, reafirmando la capacidad combativa de estos. Hakai lanzó un par de perlas azuladas, que rápidamente se convirtieron en una gran ola que buscó arrollarlas. La gran distancia que los separaba, hizo que Lyndis pudiera reaccionar a tiempo. Salto hacia un lado, e igualmente necesito algo de carrerilla para terminar de evadirlo por completo o hubiera sido arrastrada por ese falso mar. Y casi al unísono, otro fuerte ruido hizo acto de presencia en la parte posterior, en el origen de la tormenta.
Nao había conseguido deshacerse con relativa facilidad de aquel enorme golem helado. Poco a poco la temperatura pareció volver a su estado natural para aquella época y lugar, y los copos de nieve cesaban de caer de la misma forma que el gran hombre de nieve se deshacía por momentos. También, el cuerpo de la oni se sentía más ligero. Puede que hubiera sido el hecho de que la nieve y la baja temperatura por fin cesara, pero sintió como sus músculos algo agarrotados cesaban esa desagradable tensión.
El amejin volvió a aparecer, ofreciendo nueva asistencia y renovados ánimos, mostrando que no pensaba dar su brazo a torcer tras dirigirles unas bonitas palabras a todos los presentes.
— Bien, bien... Ahora que ya no tenemos esta estúpida nieve molestándonos, podemos pelear en condiciones — giró el cuello lentamente, haciéndoselo crujir para encorvarse posteriormente hacia delante en posición de recepción—. ¡Yo me ocupo de este, que no se os escape Hakai!
Ranko flaqueó, y su siguiente paso se tambaleó. Su cuerpo tembló, aunque se recuperó al instante.
—Mal... dición.
Claro que no salió bien. No tuvo en cuenta todas las variables, y el plan fue en vano. Sólo apartaron a Ken del camino por un instante. Su jutsu para inmovilizarlo había funcionado por una fracción de segundo, pero a costa de su clon, al no poder mantener el chakra suficiente para continuar el flujo del mismo entre ambas. Cerca de Ken yacía su wakizashi. Y ahora, colgando del lateral de Lyndis, había un sello explosivo. Al menos le había dado a su novia un arma, y esperaba que lo utilizara.
—Confío en ti, Lyndis. —le dijo con determinación la castaña.
La tormenta de nieve había cesado, pero una nueva tormenta: Nao había descendido para intimidar a los ninjas de Kurama. Ranko sólo pudo sonreír, deseando tener tal carisma.
"Igual que con los Kages. Yo soy un garrote, no un pincel de shodo."
Inspirada por las palabras de Nao y con la espalda cubierta por Lyndis, Ranko comenzó a correr en dirección a Hakai, aunque al lanzar éste una gran oleada, concentró chakra en las piernas. En instante, Ranko apareció en línea recta, pasando de la ola en diagonal, y al aparecer en una nubecilla de hojas, daría una patada doble al suelo, provocando un estallido de agua y plantas de arroz al salir la chica disparada hacia Hakai. Si no lo alcanzaba con los 32 metros totales de desplazamiento, lanzaría el Hitoshin una vez más. De cualquier manera, buscaría lanzarle a la cara una patada potenciada, tanto por su Hitoshin como or su Hakuto no Tenbu [-40PV]. No se contendría. Si rompía algo con su pierna, adelante. Si su ataque fallaba, buscaría quedarse tan cerca de su oponente como fuese posible, lista para contraatacar.
—¡Quédate quieto!
PV:
164/240
–
+10
– CK:
42/210
–
+10
–
-14
–
-20
– Píldora de sangre superior:
50/50
– Píldora de soldado superior:
30/50
– Shunshin:
5/5
– Hakuto no Tenbu:
3/3
–
¤ Hitai-ate [Protección 7PV)] (en el cinto)
¤ Portaobjetos básico [Capacidad 7/10] (ajustado sobre su cinto, a su izquierda), dentro el cual:
Shuriken x 3 [Corte superficial 8PV, Corte/impacto 12PV]
Kemuridama [Consumible, 6m de humo por 2 turnos]
Hilo shinobi [Consumible, 10/10m]
Ōkina Hyōrōgan [Consumible, +10CK/turno hasta 50CK]
C-Ranku no Kibaku Fuda [Consumible, 30PV, 1.5m radio]
¤ Wakizashi (a la espalda, a la altura de la cadera, empuñadura hacia la derecha) [Mango/vaina 12PV, Corte superficial 18PV, Corte 22PV, Penetración 30PV]
¤ Sai (a la cadera, a la izquierda) [Mango 9PV, Filo romo/Penetración 25PV]
¤ Shunshin no Jutsu ¤ Hitoshin (Técnica de Kusagakure) ¤ Shinobi Kumite: Hakuto no Mai(Primer alterador) ¤ Gōken Ryū: Hakuto no Tenbu (Tercer alterador)
Nao tomó las riendas de la situación. Le explicó a Sakumi que iba a hacer una locura tan peligrosa que mejor saltase del pajaro. La joven médica asintió y saltó cuando el ave estaba lo bastante baja. La zona de alrededor del muñeco aún estaba bastante desierta y pudo escabullirse allí, manteniendose en guardia y a la espera.
Entonces, el artista decidió dar un sermón bastante descortés a las tropas de Kurama, que si bien no tuvo mucho efecto en ellas, sí lo tuvo en las de la Alianza. Algunos de los de Kurama se quedaron intimidados, mirandose entre ellos esperando una señal de su Dios. Y la señal llegó.
Ni Hakai ni Ken prestaban atención a nada que no fuesen sus respectivos rivales.
Ranko se lanzó a la ofensiva, esquivando la enorme ola con un movimiento instantaneo y siendo observada con tenaz agudeza visual de Hakai. Ésta volvió a saltar, rompiendo el suelo en mil pedazos e imprimiendo toda su fuerza en esa patada.
El chico, con su pulcro pelo corto y negro y su elegante vestimenta, no dudó en hacer un único sello que lo cubrió en una nube de humo. La pierna de Ranko encontró carne, halló hueso y lo partió por la mitad. Apenas un segundo después, el humo se disiparía y la kunoichi vería que no se trataba de Hakai. Se trataba de un ninja de Kusagakure, o más bien, el cuerpo inerte de uno de ellos.
A varios metros a la izquierda de Ranko, Hakai, que se había cambiado por un cadaver, hizo un sello más. El de la Serpiente. La Hakuto escucharía muy brevemente un sonido siseante. Un sonido conocido. El sonido de un...
¡BOOOOOOOOM!
Una enorme explosión centrada en el cadaver que Ranko acababa de patear silenció el campo de batalla durante un instante (65 PV + contusion). Instante que Hakai aprovechó para levantar el puño bien alto y decir dos sencillas palabras. Él, en el fondo, era un chico sencillo. No le gustaban los planes enrevesados, le gustaba el poder plano, le gustaba hacer lo que le decían y vivir holgadamente.
— ¡Por Kurama!
Automaticamente, como si de un nuevo viento se tratase, la duda se borró de todos los rostros de los shinobis del copo de nieve. Todos repitieron las palabras de Hakai, en diferentes tempos, a diferentes volumenes, pero no hubo un solo ninja que no lo dijese. En alto o para sí, pero todos compartían un solo dios. Kurama.
El envite de las tropas se vio alimentado por esa nueva energia. Golpearon con más fuerzas que nunca, hicieron retroceder al otro bando con pasmosa facilidad.
Sin embargo, las palabras de Nao no habían caido en saco roto. Una voz, desconocida y atropellada, dijo algo. Algo nimio, algo que dijo para sí, que apenas se oiría por encima del ruido de espadas chocando, de gritos de dolor, de insultos...
— Por Yui.
No se había oído. Nadie lo había oído. Sin embargo, la llama renació. Aunque nadie lo había oído, todos lo habían sentido, en lo más profundo de su ser. La gente recordó por qué peleaban. ¿Por las villas? Claro. Pero solo eso no te lleva al campo de batalla. No te lleva a la guerra en un puto cenagal de arroz. Lo que te lleva a la guerra, es algo mucho más importante. El saber que no estás solo. Que hay gente que se ha sacrificado por ti, para que tú puedas hacerlo por quienes son importantes para ti.
Los padres y madres de todos que hoy no podían luchar, porque habían luchado otro día. ________¡POR YUI! ...............................................................¡POR KENZOU! ________________________________________________________________¡POR SHIONA!
Era realmente confuso intentar saber qué shinobis estaban diciendo qué nombres, pero las tornas se giraron de inmediato. El arrebato de voluntad que había poseido al ejercito de la Alianza consiguió contrarrestar con facilidad el del ejercito de Kurama.
A pesar de todo, estaban bastante parejos en cuando a fuerza bruta se refería. Sin duda, el resultado del combate de sus capitanes tendría una fuerte repercusión, tanto para la moral como para la fuerza del ejercito en general.
Ken por otro lado, solo se crujió los nudillos tras todo el espectaculo de ambos ejercitos.
— Solo quiero un combate entretenido. — afirmó mientras se acercaba a Lyndis formando de nuevo hielo en sus puños.
A dos metros de ella, se detuvo y lanzó dos puñetazos rápidos al aire. Obviamente, los puñetazos no impactarían a la kusajin, pero el hielo, afilado y duro, salió disparado de sus puños hacia ella (20 PV por puñetazo). Después solo esperó a ver su reacción.
- PV:
140/150
–
- CK:
192/260
–
-26
–
- Daño provocado: 65 PV sello explosivo en el Kawarimi + contusion
- Acciones ocultas:
¤ B-ranku no Kibaku Fuda ¤ Sello explosivo de rango B - Tipo: Consumible - Tamaño: Pequeño - Requisitos:Destreza 50 - Precio: 1400 ryos - Daño: 65 PV/explosión - Efectos adicionales: -
Los sellos explosivos son papeles con un sello inscrito, que, tras un sello del usuario (necesaria técnica de Bukijutsu), tras un tiempo preestablecido en turnos (determinado en el momento de colocación, no inferior a tres turnos), o tras despegarlo de su sitio, provocan una fuerte explosión. Esta versión explota en un radio de tres metros.
¤ Kawarimi no Jutsu ¤ Técnica del Reemplazo de Cuerpos - Tipo: Apoyo - Rango: E - Requisitos:Ninjutsu 25 - Gastos:
11 CK
30 CK (reemplazo por un clon o adversario)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Esta técnica no podrá volver a ser utilizada en 8 turnos
(Aguante 80) Esta técnica no podrá volver a ser utilizada en 5 turnos
(Ninjutsu 60) El usuario puede añadir un sólo sello adhesivo al reemplazo, o dejar clavada un arma con un sólo objeto atado con un hilo (una vez por combate)
(Ninjutsu 80), (Destreza 60), (Fuerza 60) El usuario es capaz de reemplazarse por uno de sus clones (una vez por combate)
(Ninjutsu 100), (Destreza 60), (Fuerza 60) Si el usuario tiene más de 40 puntos en Fuerza que el oponente, puede utilizarlo (o a un clon de éste) como reemplazo (una vez por combate)
- Sellos:
Carnero → Jabalí → Buey → Perro → Serpiente
(Ninjutsu 60) Carnero
(Ninjutsu 80) Carnero (una mano)
- Velocidad: Instantánea
Con esta técnica, el usuario reemplaza su propio cuerpo con cualquier otro objeto del área, generalmente con un bloque de madera o una roca, en el momento en el que un ataque da en el objetivo. Esto crea una conveniente ilusión óptica, pues hace pensar al enemigo que el ataque ha sido todo un éxito. Entonces, el usuario puede utilizar la pérdida de atención del enemigo para atacarle desde otro punto (no es posible aparecer a sus espaldas, pues te reemplazas por un objeto del campo de batalla que puede estar en cualquier sitio) o huir del campo de batalla. Es un Ninjutsu básico que se enseña en la mayoría de las academias ninja, pero muy pocos novatos salen de la academia sabiendo usarlo perfectamente. Pocos ninjas llegan a dominarla todavía mejor, pero los que lo hacen son capaces de utilizar esta técnica como una ofensiva inesperada.
¤ Fuda: Kassei-ka ¤ Sello Adhesivo: Activación - Tipo: Ofensivo - Rango: D - Requisitos:Bukijutsu 10 - Gastos: 15 CK por sello - Daños: - - Efectos adicionales: Activa un sello adhesivo a distancia - Sellos: Serpiente - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
Los sellos pueden activarse a una distancia máxima de 10 metros
(Bukijutsu 50) Los sellos pueden activarse a una distancia máxima de 30 metros
(Bukijutsu 100) Los sellos pueden activarse a una distancia máxima de 100 metros
El shinobi utiliza esta habilidad para activar un sello o etiqueta adhesiva a distancia, sin necesidad de utilizar un hilo para tirar de él, una fuente de fuego o que el enemigo trate de despegarlo. Tras realizar el sello necesario, la etiqueta desprende un intenso brillo blanquecino durante unos instantes antes de liberar su contenido. No es posible frenar la activación, a no ser que el adversario conozca una técnica que se lo permita y suficiente tiempo de reacción.
- PV:
200/260
–
- CK:
104/150
–
-24
–
- Daño provocado: 20 PV por puñetazo
- Acciones ocultas:
- Daños: Taijutsu base + 20 PV - Efectos adicionales: Si el golpe no impacta, el hielo sale disparado como proyectil. - Carga: 2 - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El proyectil de hielo mide como un puño y avanza hasta 3 metros antes de desvanecerse.
El usuario envuelve sus puños en cantos helados que se deshacen tras golpear o, en caso de que el golpe cuerpo a cuerpo falle en golpear a alguien, salen disparados por la fuerza del puñetazo hasta 3 metros antes de deshacerse en pequeños cristales de hielo.