27/01/2019, 22:16
En ese preciso instante se estaba librando una intensa batalla moral en el interior de Amedama Daruu. Por un lado, los Hermanos del Desierto le habían demostrado de sobra que no se podía confiar nunca en un uzujin. Por otro lado, Ayame había asegurado de que Uzumaki Eri se había arrepentido de esposarle. Y no ayudaba que le viniese a la mente una contradicción importante: si él había atacado a Akame, y si él se había negado a disculparse ante el Rey Rata, por qué Sarutobi Hanabi le había dormido y devuelto a Amegakure sano y salvo, en lugar de, simplemente, decirle a Shanise que Daruu intentó matar a Akame y tuvieron que defenderse?
«Por evitar conflictos mayores», se apresuró a contestarle su otro yo, ese pequeño hijo de puta que siempre está ahí para recordarte el lado funesto de las cosas. Sí, sí, claro que sí. Por evitar conflictos, ¿no? Pero entonces, ¿tan seguro era que Hanabi quería secuestrar a Ayame? Porque eso sí que habría sido un gran conflicto.
Y si Uchiha Datsue sabía de los planes de su hermano, si lo sabía, ¿por qué intentó pedirle ayuda a Daruu, exponiendo sus intenciones con Aiko?
¡Pero luego en el examen...! ¡Mira lo que había pasado luego en el examen!
Era como si mil voces distintas intentasen convencerlo tirando de él y empujando para hacerse oír por encima del resto. Y a Daruu todo eso le superaba. Le estaba superando.
Los barrotes del balcón repicaron con intensidad cuando Daruu estampó su cabeza contra ellos.
—Qué harto estoy de todo, joder.
«Por evitar conflictos mayores», se apresuró a contestarle su otro yo, ese pequeño hijo de puta que siempre está ahí para recordarte el lado funesto de las cosas. Sí, sí, claro que sí. Por evitar conflictos, ¿no? Pero entonces, ¿tan seguro era que Hanabi quería secuestrar a Ayame? Porque eso sí que habría sido un gran conflicto.
Y si Uchiha Datsue sabía de los planes de su hermano, si lo sabía, ¿por qué intentó pedirle ayuda a Daruu, exponiendo sus intenciones con Aiko?
¡Pero luego en el examen...! ¡Mira lo que había pasado luego en el examen!
Era como si mil voces distintas intentasen convencerlo tirando de él y empujando para hacerse oír por encima del resto. Y a Daruu todo eso le superaba. Le estaba superando.
¡POOOM!
Los barrotes del balcón repicaron con intensidad cuando Daruu estampó su cabeza contra ellos.
—Qué harto estoy de todo, joder.