Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
—Pues si os habéis cansado de jugar con mis sentimientos con tu técnica —esgrimió Daruu, cruzándose de brazos con gesto ofendido—, creo que estabas por enseñármela, ¿no?
Ayame esbozó un mohín.
—Oh, venga, no te enfurruñes —le dijo, acariciando su antebrazo con delicadeza—. Sólo quería mostrarte la técnica, no sabía que te iba a afectar tanto...
Se apartó de él un paso y se llevó una mano al mentón, pensativa.
—Veamos... —murmuró para sí. Ella ya había diseñado varias técnicas de sonido, así que su funcionamiento ya casi le salía de forma instantánea. Pero Daruu, que no tenía ninguna experiencia en aquel campo... Necesitaba encontrar la manera de explicárselo de manera simple y comprensible—. Es una técnica ilusoria, así que las bases del Genjutsu ya las sabes. Lo que tienes que hacer es concentrar el chakra en un punto del terreno que puedas ver cerca de ti, y visualizar que tu voz va a salir de ese mismo punto y no desde tu boca. ¿Me sigues?
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Ayame puso una de sus caras de cachorrito y apeló a la paciencia de Daruu, excusándose en que sólo había sido una forma para mostrarle la técnica.
—Bueno, ya ha pasado —concedió el, resoplando—. Venga, vamos a probar.
La muchacha se apartó un poco de él y se llevó una mano al mentón, buscando las palabras adecuadas. Daruu sonrió, divertido, y apoyó el peso del cuerpo en la pierna derecha, ladeando el rostro. Por una vez, era agradable estar en el lado de los que aprendían.
Según palabras de Ayame, Daruu sólo tenía que visualizar —muy bien traído por su parte este concepto— su voz saliendo de un punto en concreto y no desde su boca.
—Sí, claro, creo que lo capto. A ver. ¿El sello era Pájaro, no? Venga. —Dio un paso atrás, carraspeó, y entrecerró los ojos, mirando a los labios de Ayame. Haría sonar su voz como si la hubiera hablado ella.
»¡ProbandoOOOoo! —La voz no sonó desde la boca de Ayame, y no sólo eso, sino que además Daruu soltó un gallo muy ridículo. Se sonrojó, se rascó la coronilla y admitió la pifia—: Vaya, pues no es tan fácil, ¿eh? —rio.
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
—Sí, claro, creo que lo capto. A ver. ¿El sello era Pájaro, no? —preguntó, accediendo a probar suerte tras la explicación de Ayame—. Venga.
El chico dio carraspeó y dio un paso atrás. Entrecerró los ojos, y Ayame no pudo evitar reírse cuando se dio cuenta de que le estaba mirando a los labios fijamente.
[psub=dodgerblue]¿Qué intentará?[/color] Se preguntó, llena de curiosidad.
—¡ProbandoOOOoo! —exclamó. Pero no sólo no consiguió hacer proyectar su voz en la boca de Ayame, sino que además le salió una especie de gallo muy raro. Como si de un adolescente en plena pubertad se tratara. Ambos se rieron al unísono—: Vaya, pues no es tan fácil, ¿eh? —admitió, rojo como un tomate, mientras se rascaba la nuca.
—Vas a tener que intentarlo más veces. Prueba a... —le dijo Ayame, y extendió ambos brazos como si empujara hacia él—. Intenta imaginar que empujas tu voz fuera de tu boca.
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Ayame reconoció que Daruu debería intentarlo más veces, y le dio un consejo: ¿y si probaba a imaginar que empujaba su voz fuera de la boca?
Claro, era muy fácil decirlo así, pero no os imagináis la paletada que estaba a punto de cometer Daruu. Pájaro. El muchacho tomó aire, puso las manos delante de él para imitar a Ayame, y las extendió mientras decía.
—BuuuuaaaAAAah. —Levantó una ceja—. Esto no pirula, Ayame.
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
2/04/2019, 22:33
(Última modificación: 2/04/2019, 22:33 por Aotsuki Ayame.)
Lo que Ayame no esperaba era lo que estaba a punto de suceder. Porque Daruu, el pobre muchacho, se había tomado el consejo de la kunoichi a lo literal. Demasiado literal: Alzó las manos y extendió ambos brazos hacia delante, tal y como había hecho ella.
—BuuuuaaaAAAah —bramó, en una suerte de... ¿Bostezo? Fuera como fuese, estaba claro que no funcionó. Daruu levantó una ceja, ofuscado—. Esto no pirula, Ayame.
—¡JAAAJAJAJAJAJAJAJA! —Las tornas habían cambiado. Y en aquella ocasión era Ayame la que se retorcía por el suelo, muerta de la risa. Y aún tenía suerte de no estar escuchando las carcajadas de Kokuō, ahora dentro de ella—. No... ¡No lo decía de forma literal, bobo! —le dijo, limpiándose las lágrimas—. Tienes que imaginar con mucha fuerza que la voz no sale de tu boca, sino de otro lugar.
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Ayame, sin embargo, estalló en una risa que la arrojó al suelo como a él antes. Daruu se cruzó de brazos, enfurruñado. En el fondo sabía que desde fuera había tenido que ser gracioso, y aún así no le sentó bien.
—No... ¡No lo decía de forma literal, bobo! —le dijo, limpiándose las lágrimas—. Tienes que imaginar con mucha fuerza que la voz no sale de tu boca, sino de otro lugar.
Levantó una ceja. Suspiró, y volvió a juntar las manos en el sello del Pájaro. Nuevamente, volvió a mirar a los labios de Ayame.
—Ñiñiñiñiñi, soy el aguuaaaaa —se burló, con una sonrisa. La mitad de la frase salió de sus labios, pero la parte clave salió de los de Ayame—. ¡Toma ya! ¡Casi! —exclamó el muchacho, dando un brinquito y cerrando el puño.
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
Tal y como había ocurrido anteriormente con Ayame, Daruu no se mostró muy contento con la reacción de la kunoichi. Había levantado una ceja, en aquel gesto que ya se había convertido tan suyo como el ceño fruncido de su padre o el rostro apático de su hermano, y tras lanzar un suspiro al aire volvió a juntar las manos en el sello del Pájaro.
—Ñiñiñiñiñi, soy el aguuaaaaa —dijo, burlándose, y Ayame se llevó una mano a los labios en un gesto reflejo cuando la segunda parte de su frase sonó desde ella—. ¡Toma ya! ¡Casi!
—Já. Já. Muy gracioso —bufó, reincorporándose con una sonrisa—. No está mal, lo estás pillando más rápido que yo con tu técnica.
»La segunda fase de la técnica es la imitación: Podrás imitar cualquier voz que conozcas. Para eso, debes recordarla e imaginarla de la forma más clara que seas capaz. Y, nuevamente, visualizar que esa voz sale de tus propios labios... o de otra fuente si es que lo combinas con la primera parte de la técnica. Aunque creo que será más fácil que lo intentes primero contigo mismo.
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Ayame elogió sus progresos, y Daruu se rascó la coronilla, sonrojado. Luego pasó a instruirle sobre el segundo uso de la técnica, el de imitar voces. Ahora además de imaginar su propia voz saliendo de otro punto, debía cambiar el chip e imaginar otra diferente. Daruu se mareó de sólo pensarlo, y se excusó con un suave aspaviento de la mano derecha.
—Sí, sí... mejor lo dejo para otro momento. Oye, Ayame, ya sé que yo te he enseñado la mía, pero muchas gracias a ti también —dijo, y se acercó a ella para darle un abrazo—. Ahora, ¿qué te parece si nos vamos a la habitación, nos duchamos y seguimos con nuestro fin de semana?
»¿Suficientes cosas de ninjas? —rio.
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
Pero Daruu pareció abrumarse ante la explicación de Ayame:
—Sí, sí... mejor lo dejo para otro momento —dijo, y Ayame soltó una risilla—. Oye, Ayame, ya sé que yo te he enseñado la mía, pero muchas gracias a ti también —añadió, abrazándola.
Y Ayame, inmensamente feliz, no pudo menos que sonreír con brillante ilusión.
—No tienes que dármelas —respondió.
—Ahora, ¿qué te parece si nos vamos a la habitación, nos duchamos y seguimos con nuestro fin de semana? ¿Suficientes cosas de ninjas?
Daruu y Ayame rieron juntos.
—Suficientes cosas de ninjas —accedió ella—. ¡Y después saldremos a comer por ahí!
Y así, ambos shinobi reanudaron el camino de vuelta a El Patito Montés. Dos shinobi que intentaban por todos los medios abandonar durante aquellos tres días sus vidas como ninjas y disfrutar como una pareja normal y corriente de un viaje romántico para ellos dos.
—¿Tienes alguna idea de dónde podemos ir a comer? —preguntó en voz alta desde el baño, mientras terminaba de vestirse tras haberse pegado una buena ducha.
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Los muchachos habían tenido suficientes cosas de ninjas por ahora, de modo que se dirigieron al Patito Montés para darse una ducha y descansar antes de retomar de nuevo aquél viaje que se suponía que iba a ser dedicado al descanso y a la relación. Daruu se metió en la ducha primero, y cuando salió, se tiró en la cama feliz y relajado. Cuando Ayame terminó, le preguntó desde el aseo si tenía algo pensado para comer.
—Pues la verdad es que no —canturreó Daruu alegremente—. Pero eso es lo bonito, ¿no?
Y así pues, Ayame y Daruu salieron de nuevo a la aventura en Notsuba. Esta vez se dirigieron a la parte norte de la ciudad, donde dio la casualidad de que se toparon con un parque enorme. Un parque que casi parecía un bosque, con árboles grandes y riachuelos, un parque que habría sido impensable encontrarse en Amegakure. Por ese mismo motivo, fascinados, y aunque ya tenían hambre, se metieron de lleno a dar un buen paseo. Fue una grata sorpresa que dentro del parque hubieran varios bares con terracitas. Daruu señaló una de ellas, emocionado, y tiró de la mano de Ayame para guiarla a una mesa desocupada.
El bar estaba en un claro con suelo de grava. Las mesas y sillas estaban todas al aire libre, de aluminio. Una caseta de madera hacía de refugio para los camareros y los cocineros. Tras la barra había un hombre regordete que le estaba sirviendo una cerveza a una mujer con el pelo castaño y unos músculos más grandes que el diámetro del cuello de Daruu.
Daruu se sentó en la mesa libre y cogió un cartoncillo que había en medio de la mesa.
—¿¡Cómo!? —exclamó—. ¡Que te ponen comida con la bebida! ¿Pero cómo ganan dinero? ¡Si encima está baratísimo!
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
—Pues la verdad es que no —canturreó Daruu, de buen humor—. Pero eso es lo bonito, ¿no?
Ayame se rio y salió del baño. En aquella ocasión se había atrevido con unos pantalones cortos y una nueva camiseta de tirantes que se cruzaba tras su espalda. No era una ropa que pudiera utilizar en Amegakure, por lo que no se sentía del todo cómoda con ella. Pero había sentido curiosidad, y el buen tiempo de Notsuba la había terminado de animar a atreverse con aquel modelo.
Así, ambos volvieron a salir por las calles de Notsuba. Se dirigieron hacia el norte, por donde aún no habían explorado, y enseguida dieron con un enorme bosque. O un parque tan grande que parecía un bosque. Los árboles se alzaban en toda su plenitud, contrastando con la siempre plana llanura que rodeaba la ciudad, y varios riachuelos serpenteaban entre los troncos.
—Siempre echo esto de menos cuando volvemos a estar rodeados de tantos edificios de hojalata y luces de neón —comentó, respirando hondo para embriagarse de la fragancia del bosque.
Los dos muchachos terminaron dando con varios bares con las mesas fuera del local. Daruu señaló una de ellas y tiró de su mano para guiarla hacia ella. Habían abandonado la hierba para dar con un suelo de grava. El barecito no era más que una pequeña caseta de madera en la que trabajaban los camareros y cocineros, y era desde allí donde despachaban los pedidos.
—¿¡Cómo!? —exclamó Daruu de repente, sacando a Ayame de su concienzudo examen a uno de los camareros que andaban cerca de ellos y que lucía unos músculos con los que parecía poder partir ladrillos con sus puños—. ¡Que te ponen comida con la bebida! ¿Pero cómo ganan dinero? ¡Si encima está baratísimo!
—¿En serio? —preguntó Ayame, genuinamente sorprendida—. ¿Seguro que no pone nada? Busca a ver si tiene letra pequeña, o un asterisco, o algo así
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
Ayame estaba tan sorprendida como él. Le dijo que mirase a ver si la carta tenía letra pequeña, asteriscos, cosas así. Daruu se acercó la carta, entrecerrando los ojillos como la rendija de una ventana por la que se cuela el aire de forma tan comprimida que silba como el aullido de un lobo. No. A aquello lo llamaban tapas, ¡y no tenían el precio escrito! La bebida estaba más cara que en Amegakure, pero muy poquito. Y al parecer la comida era... gratis.
Se había acercado la carta tanto a la cara que no había visto a la camarera acercarse.
—Te la puedo leer si te has dejado las gafas —rio la muchacha, una chica joven con el pelo rubio claro. Sujetaba animadamente una libreta de anillas.
—¿Eh? N-no. Oye... ¿las tapas estas? —preguntó, señalando la carta.
—¿Qué les pasa?
—¿Son gratis con la bebida? ¿Sin pagar nada?
—Sí. Una para cada uno.
—¿¡DOS!?
La camarera se echó a reír.
—Se nota que no sois de por aquí —dijo—. Bueno, ¿qué va a ser entonces?
—Pues... una Ame-Cola. Y unas patatas bravas.
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
Ayame buscó con él, pero ninguno de los dos encontraron ninguna trampa en aquel extraño negocio. Tapas lo llamaban. Y siempre venía una con cada bebida pedida. ¿Pero cómo era eso posible?
—Te la puedo leer si te has dejado las gafas —la voz de una camarera que acababa de materializarse junto a ellos como por arte de magia consiguió sobresaltarla. Se estaba dirigiendo a Daruu, que al parecer buscaba con tanto ahínco que parecía querer comerse la carta con los ojos.
——¿Eh? N-no. Oye... ¿las tapas estas? —preguntó Daruu.
—¿Qué les pasa?
—¿Son gratis con la bebida? ¿Sin pagar nada?
—Sí. Una para cada uno.
—¿¡DOS!? —exclamaron Daruu y Ayame al mismo tiempo, boquiabiertos.
Y la camarera se rio ante su reacción.
—Se nota que no sois de por aquí —dijo—. Bueno, ¿qué va a ser entonces?
—Pues... una Ame-Cola. Y unas patatas bravas.
«¿Patatas bravas? ¿Eso qué es?» Los ojos de Ayame recorrieron la carta a toda velocidad, y no tardó en encontrarlo. Unas patatas cortadas y servidas con dos salsas, una de ellas picante. Aquello le hizo torcer el gesto.
—Para mí agua y... esto... ¿to... rreznos? ¿Qué es eso?
Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō
· Fue 40
· Pod 100
· Res 60
· Int 60
· Agu 80
· Car 40
· Agi 60
· Vol 60
· Des 100
· Per 80
7/04/2019, 18:48
(Última modificación: 7/04/2019, 18:48 por Amedama Daruu.)
—Morro de cerdo frito y crujiente —respondió—. A mi no me gusta, tiene mucha grasa. Pero como te veo cara de confundida, te lo voy a traer, lo pruebas y me dices. Si no te mola me lo llevo a otra mesa, ¿vale? —La camarera anotó en la libretilla y se alejó tranquilamente canturreando.
—Bua, pues los torreznos están tope ricos —indicó Daruu, cuando ya se había marchado—. Eso sí, luego tendrás que darle un par de vueltas a Notsuba para bajarlos —rio Daruu.
La chica no tardó mucho en volver con las dos bebidas y las famosas tapas. Daruu, ojiplático por el tamaño de su plato, agradeció a la muchacha y comenzó a degustar sus patatas bravas con una felicidad extrema.
Daruu y Ayame charlaron sobre asuntos sin importancia, experiencias en misiones pasadas y tonterías varias mientras disfrutaban como dos civiles normales y corrientes su fin de semana primaveral —casi veraniego—. Pero la realidad era una hija de puta e iba a devolverles de golpe a sus verdaderos seres. De hecho, iba a devolverles a una época aún más oscura que la que estaban viviendo últimamente. Iba a traerles fantasmas del pasado.
Y una resolución a un conflicto abierto.
Para entonces, la terraza estaba abarrotada. Era muy difícil discernir quién estaba hablando y de qué, y probablemente gracias a eso fueron capaces de captar aquella conversación. Claro que de la misma manera, era imposible saber quienes eran los que hablaban.
—Yo no sé qué es lo que quiere la jefa con los Byakugan de aquél crío, tía —habló una voz femenina a las espaldas de Daruu, quien automáticamente quedó helado y tieso como una estaca. Sus ojos se pararon en los de Ayame. Lentamente, se llevó el dedo índice a los labios—. Los podía haber vendido hace ya meses, habríamos sacado una fortuna.
—A mi me da igual, nos sigue pagando bien. Por lo visto con esto es diferente —contestó otra mujer—. Se trata de algo personal. ¿Sabes, es el hijo de aquella puta de Amegakure que nos obligo a huir de la aldea.
—¿La cornuda aquella? Pff, todavía pienso que engatusar a Hanaiko Danbaku fue una muy mala idea. Mira lo que nos trajo. El exilio. Estábamos a punto de hacernos con la aldea.
—Tampoco es que nos vaya mal en el negocio de ahora, ¿eh? ¡Venga, tómate otra, joder!
Daruu apretó los puños y bajó la vista, tenso, a punto de saltar al cuello. ¿Algo personal? ¿Todavía conservaban los ojos? ¿Pero qué...?
—Entonces, ¿qué es lo que pretende la jefa, socia?
—Venganza. Que venga esa puta y que pague por lo que nos hizo. Quiere hundirla, a ella y a toda su familia.
—Oh, sí. Eso suena mucho a Naia.
Daruu se llevó una mano a la boca lentamente. Se mordió el dedo pulgar.
Nivel: 32
Exp: 71 puntos
Dinero: 4420 ryōs
· Fue 30
· Pod 80
· Res 40
· Int 80
· Agu 40
· Car 50
· Agi 110
· Vol 60
· Des 60
· Per 100
—Morro de cerdo frito y crujiente —respondió la camarera, y Ayame torció el gesto, no demasiado convencida. Le gustaba la carne, sí, pero cuando se trataba de partes tan específicas no podía evitar sentir cierto repelús—. A mi no me gusta, tiene mucha grasa. Pero como te veo cara de confundida, te lo voy a traer, lo pruebas y me dices. Si no te mola me lo llevo a otra mesa, ¿vale?
—Vale, lo probaré. Muchas gracias —dijo, inclinando la cabeza.
—Bua, pues los torreznos están tope ricos —intervino Daruu, cuando la camarera ya se había alejado canturreando de forma tranquila—. Eso sí, luego tendrás que darle un par de vueltas a Notsuba para bajarlos.
La camarera no tardó en regresar con los pedidos, y ambos se quedaron boquiabiertos ante el tamaño de los platos. Al final decidieron pactar compartir las dos famosas tapas, y así poder probar ambas cosas. Al final resultó los torreznos no estaban nada mal, estaban bastante salados y el sabor frito les quedaba muy bien. Aunque, tal y como les había advertido, tenían bastante grasa. Sobre las patatas bravas, tal y como se temía Ayame, picaban bastante, pero la muchacha se conformó con coger los trozos que tenían menos salsa y así lo esquivaba con ayuda de su fiel vaso de agua. Mientras tanto, Daruu y Ayame conversaron de cosas triviales, sin importancia, cosas que no eran de ninjas, como habían acordado.
Pero el peso de la bandana nunca les abandonaba, ni siquiera cuando no la llevaban encima.
—Yo no sé qué es lo que quiere la jefa con los Byakugan de aquél crío, tía —Una voz femenina sonó tras la espalda de Daruu. De forma casi instantánea, ambos enmudecieron, ella rígida como una tabla, él pálido como la cera. Él intercambió una mirada con ella, y se llevó el dedo índice a los labios—. Los podía haber vendido hace ya meses, habríamos sacado una fortuna.
—A mi me da igual, nos sigue pagando bien. Por lo visto con esto es diferente —respondió otra mujer—. Se trata de algo personal. ¿Sabes, es el hijo de aquella puta de Amegakure que nos obligó a huir de la aldea.
«No puede ser... no puede ser...» Pensó Ayame, con el fuego comenzando a hervir en sus venas.
—¿La cornuda aquella? Pff, todavía pienso que engatusar a Hanaiko Danbaku fue una muy mala idea. Mira lo que nos trajo. El exilio. Estábamos a punto de hacernos con la aldea.
—Tampoco es que nos vaya mal en el negocio de ahora, ¿eh? ¡Venga, tómate otra, joder!
Ayame vio cómo Daruu apretaba los puños, y le dirigió una mirada cargada de preocupación.
—Entonces, ¿qué es lo que pretende la jefa, socia?
—Venganza. Que venga esa puta y que pague por lo que nos hizo. Quiere hundirla, a ella y a toda su familia.
—Oh, sí. Eso suena mucho a Naia.
«Naia...» El rostro de Ayame terminó de ensombrecerse y sus dedos acariciaron momentáneamente la pequeña libreta que siempre llevaba consigo, ahora en el bolso. Tanto tiempo... ¡Llevaba tanto tiempo buscando alguna pista sobre aquella harpía! ¡Y ahora la tenía justo frente a sus ojos!
Ni siquiera se dio cuenta de que Daruu se había llevado una mano a la boca y se había mordido el dedo pulgar. Ayame se levantó, con la mirada gacha.
—Voy al baño, dame un momento —murmuró, y sus labios se contrajeron en una falsa sonrisa.
Porque su verdadera intención era rastrear la dirección de aquellas dos voces, ver de quiénes eran, y grabar sus rostros a fuego en su memoria.
|