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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
Kazuma ya se encontraba en el puesto, observando la variedad de menús que tenían, el cual era bastante amplio a pesar de ser un puesto ambulante. Mientras estaba en eso, tanto el pelo negro como el rubio se acercaron, Nabi parecía sentirse un poco mejor y Juro parecía curioso sobre el puesto.

En lo que ambos chicos se acercaron, el tendero se hizo a un lado y saco tres sillas plegables que el mismo acomodaría enfrente del puesto. Mientras hacía aquello, Nabi pregunto que abría para comer. Pero antes de que el Ishimura pudiera contestar el hombre dio un brinco un poco brusco, para luego empezar a hablar.

—¡Mirad chicos! —dijo mientras hacia un gesto que apuntaba a la barra—, tal vez lo jóvenes como vosotros no conozcáis mucho de las comidas tradicionales, pero os aseguro que el Takoyaki es lo mejor.

—Claro, pero se preguntaran ¿que es el Takoyaki? Y ¿por que luce tan genial?

—Bueno yo creo que… —No pudo terminar la frase debido a que el hombre le interrumpió, para responderse a sí mismo.

—Esta es un alimento casi divino, está hecho con carne de pulpo, harina de trigo y especias que dependen del estilo. Sin embargo mi estilo es el mejor, ya que utilizo solo ingredientes de la misma Uzu, incluidos los pulpos que yo mismo pesque.

—Por cierto —dijo en un leve tono conspiratorio—, mi puesto tiene nombre. Se llama Saki No Tako, que también significa el pulpo del destino, a que mola ¿cierto?

El peli blanco no estaba seguro de que responder. Pare el solo era un puesto de albóndigas de pulpo, pero para aquel hombre parecía ser el orgullo de su vida, quizás hasta le quisiera más de lo que querría a un hijo.

Sin embargo, el chico de piel morena tenía otra razón para querer visitar ese puesto.

Unos días antes, había pasado por el mismo carro, pero al querer probar la comida, Mizuki le dijo que no podían, ya que el maestro lo prohibía, puesto que para él, el que un protegido suyo se acostumbrara a alimentarse de comida chatarra en la calle era inaceptable. Aun sabiendo eso, la curiosidad del chico lo empujo a tratar de probar aquellas albóndigas de pulpo.

Después de todo, mientras que en casa creyeran que aun estaba con la sensei, no abría problema.

—Vale —dijo él, mientras trataba de sortear la animosidad del hombre—. Mientras esta lista la comida, ¿podría darnos algo de tomar?

El hombre asintió, mientras a cada uno le servia algo de beber, para luego comenzar a cocinar. Dejando a los chicos para que hablaran.
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#62
Para su alivio personal, Nabi parecia estar mejor, aunque no precisamente bien. Debía de sufrir alguna clase de mareo o lo que fuese. Tenía que admitir que no le extrañaba, él había recibido bastantes golpes. Kazuma también, pero ya se había desmayado. Supuso que a él no le pasaría nada, pero tendría que tener cuidado la proxima vez que la viesen, era una mujer más que peligrosa.

Juro le instó a acercarse, mientras tanto Kazuma como él se sentaban en unas sillas plegables. El hombres se puso a hablar de una comida tradicional que servía.

"No se si fiarme de un producto que necesita tanta publicidad..."

La charla era aburrida, ya sabía lo que era, harina, pulpo y poco más. Quería comer algo, y le daba igual el que.

Esta bien, tomare de eso — contestó, sin estar seguro de que pretendía con la charla, si no vendía mucho más. Mientras Nabi terminaba de sentarse, el hombre sacaría alguna clase de bebida.

Quizá algo de comer te haga sentir mejor — se dirigiría hacia Nabi, que parecía haberse sentado cerca suyo. Aun estaba extrañado por el repentino cambio.

Al acercarla, pudo ver que lo suyo era una sustancia verdosa, que se asemejaba mucho al te. Lo probo igualmente, en ese estado no le haría ascos a nada. Aun así arrugaría la nariz, no por el sabor, sino por lo que estaba sucediendo.

Kazuma...¿Cuanto cuesta esto? Nadie ha dicho nada del precio — susurró, a ambos chicos, para que solo ellos le oyesen.
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#63
Nabi se sentó en una de esas poco elegantes sillas plegables. Sin decir nada más dejo que tanto sus compañeros como el tendero que parecia todo un orador intercambiaran palabras. Aunque fue bastante unilateral. El cocinero no paraba de hablar y hablar, echando epicidad y corazón a su plato, parecia que más de venderles un simple plato tradicional de pulpo les estaba ofreciendo una oportunidad única de explorar todo un nuevo mundo. Admiraba el arrojo del hombre, pero era solo una comida como tantas otras. Aún así, tenia que admitir que echarle toda aquella emoción a un negocio con tan pequeño margen de beneficio era algo que poca gente podia hacer.

Tras el sentido discurso del hombre todo lo que Nabi habia sacado en claro era el nombre del puesto, Saki no Tako, y que pescaba pulpos. Tras finalizar su sermon, Kazuma le instó a que les ofreciera algo mientras hacia la comida. A lo cual el pulpero les sirvió tres tazas de lo que parecia ser té. Juro le dio un trago y puso una cara rara. Y Kazuma ni lo miro. Por su parte, el rubio no estaba muy por la labor, no tenia sed ni hambre, así que prefirió dejar el té para despues. El marionetista le dijo que bebiera a ver si se sentia mejor.

No es por sed ni hambre, ese último golpe que me he dado contra Kazuma me ha dejado más tocado de lo que pensé. En un rato estaré mejor. Pero de momento, me esperaré a que llegue ese pulpo para beber.

Dicho eso, se estiró en la silla. Se sentia más despierto que antes, poco a poco se iba recuperando. El siguiente en hablar volvió a ser Juro, que estaba en racha. Esta vez preguntaba por el precio. Nabi se limitaria a esperar la respuesta por parte de Kazuma ya que aquello no iba con él.
Nabi
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#64
Los jóvenes por fin se encontraban acomodados frente al puesto, esperando que por la comida que posiblemente les alegrara un poco el día. Sin embargo Juro parecía estar preocupado en cuanto al precio, lo cual era algo entendible, ya que después de tanta propaganda era de esperarse que el sujeto intentara algún tipo de usura.

—Está bien, estuve leyendo los precios y estos tres especiales de la casa salen en unos 60 ryos. Así que no se preocupen, que me alcanza el dinero —le aseguro aquello a ambos compañeros, en vista de que los dos parecían haber pensado lo mismo.

«Sin embargo, es todo lo que me queda y el viejo no me dará mas dinero hasta la próxima estación… Más vale que este delicioso»

Luego de dar unos cuantos sorbos a su té, el almuerzo parecía estar listo. Pues el olor a fritura y carne era suficiente como despertar los instintos alimenticios de cualquiera. Sin prisa alguna el tendero les sirvió, aunque lo hizo de una manera un poco ceremoniosa quizás hasta exagerada. Sin embargo Kazuma no presto mucha atención a aquello, pues se encontraba inmerso en la colorida presentación del plato. Un pequeño barquito de madera con seis albóndigas dentro, cubiertas con recortes de vegetales y salsa.

Cautivado por aquello que abría de comerse, el Ishimura dio el acostumbrado “Buen Provecho” y sin mirar a sus compañeros empezó a comer, mientras el cocinero los miraba expectante.

A pesar de su ansiedad, la experiencia de aquella primera mordida no fue como lo esperaba. Ya que pese a haber probado pulpo en muchas ocasiones, ninguno tenía un sabor o textura similar. La carne era un poco más suave y grasosa, pero a aun con ese gusto inesperado siguió comiendo, sin siquiera fijarse en sus amigos.

—Joder, es raro, pero esta bueno ¿Qué tiene? —pregunto con la boca aun medio llena.

—Es una receta secreta de familia, disfrútenlo —contesto aquel hombre mientras les picaba un ojo a los chicos.

El peliblanco le tomo la palabra al hombre y siguió comiendo, ahora de una manera más calmada. Se estaba tomando su tiempo para degustar su comida, pero ya se había comido tres bolitas fritas y en cada una encontraba sabores y texturas que le resultaban desconocidos. Sin embargo aun estaba disfrutando la comida, por lo que no pensó mucho en eso.

Todo parecía estar normal, pero sería poco el tiempo que las cosas durarían así.

Cuando el piel morena se encontraba a dos albóndigas de terminar su plato, un fuerte alboroto interrumpió su comer. De un momento a otro vio como una figura se abalanzaba contra el tendero y luego de darle un par de golpes lo detuvo contra la pared mientras lo esposaba.

—¡ Al fin te he encontrado, farsante! —Exclamo lo que parecía ser un agente de la ley.

—Espere… ¿Qué es lo que sucede con usted? —Pregunto Kazuma, que se encontraba visiblemente molesto, pues no solo habían interrumpido su comida, sino que también habían agredido fuertemente a la persona que tan amablemente le había atendido.

—Con que ellos son tus nuevas víctimas —dijo el oficial, mientras la incertidumbre se apoderaba de la situación.

—Verán chicos —dijo mientras forcejaba un poco con el tendero—. Este hombre esta solicitado por la ley, bajo cargos de estafa e insalubridad. Por fin lo he capturado después de dos semanas en el caso.

—¿Que? —fue lo que alcanzo a decir Kazuma, mientras se le notaba bastante consternado.

—Este hombre que ven aquí, atrae a la gente con amabilidad y mucha propaganda. Pero en ningún momento les dice que sus albóndigas de pulpo realmente están hechas de ratas, perros, gatos y otros animales callejeros muerto que el consigue por donde pasa.

—SUELTAME… MALDITOS BURGUEZES, NO MERECEN PROBAR MI DELICIOSA COMIDA… JODER HASTA SUS RATAS SON BURGUEZAS INCLUSO ESTANDO MUERTA. Y YO SI SE DE ESO —Grito el vendedor a todo pulmón, mientras se agitaba y sacudía para liberarse.

—Silencio, tendrás mucho tiempo para gritar todo lo que quieras cuando estés en tu celda —exclamo el agente de la ley luego de darle con su cachiporra.

—Lamento esto chicos, pero también me tendré que llevar el puesto como evidencia.

Pero al menos Kazuma ni siquiera contesto, ya que tan rápida sucesión de hecho y verdades lo había dejado anonadado, mientras aun sostenía las albóndigas de quien sabe que en su plato.
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#65
Kazuma le tranquilizó, alegando que eran baratas y que él se encargaría de pagarlas. Juro aceptó, a regañadientes.

A cada uno le fue otorgado un plato, con seis de esas albondigas extrañas de pulpo, con salsa y otras cosas. Kazuma fue el primero en lanzarse a por la comida, parecía desde luego, el más hambriento de los tres. Empezó a devorarlas, y pareció extrañarle el sabor, aun hablando con la boca llena.

Intentando no mirar, probó la primera. Era cierto que era un tanto extraño, pero estaba hambriento. Escuadrinó su rostro ante el tendero, sin entender que incluiría esa "receta de familia". Pero Kazuma les estaba invitando, no podía hacerle el feo. Así que siguió con la segunda, aun con esa pequeña inquietud.

Esta se manifestó cuando iba por la tercera, casi la mitad de su plato. Alguien irrumpió y atacó al vendedor. Se llevo en un gesto inconsciente su mano derecha al portaobjetos, soltando de golpe los palillos, que hicieron un pequeño ruido al chocar contra el frío suelo.

Tan rápido como lo hizo, lo soltó, al ver que se trataba de alguien del bando bueno.

— No puede ser... — dejó los restos de la tercera bola en el plato, y se esforzó por no vomitar lo que tenía, lo que le faltaba ya...

Observó, impactado, como se llevaban al hombre que los había engañado, y que tan amablemente se habia portado con ellos. Pensó, ausentemente, en la presentación del principio, y en como se había extrañado por ella. Ahora todo tenía más sentido....

— Eh...Bueno... — no supo que decir, era demasiado para él. — Al menos la carne estaba asada, porque así es inofensiva ¿No?

Lo que faltaba ya, encima ahora contraer alguna enfermedad por haber probado ese tipo de carne.
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#66
Finalmente, las bolas de pulpo llegaron. Tres platos con sus respectivas bolitas con su salsa. Nabi le dio un trago al té porque en seco no iba a entrar ni una sola de esas esferas. Hecho eso, dio un mordisco a una de ellas. La salsa estaba bastante buena pero la carne no parecia pulpo. No era ningún experto de pulpo, y no estaba especialmente mala, pero eso no era algo que se sacara del mar. De hecho le recordaba a la carne de conejo.

Pero bueno, estaba de invitación. Así que no iba a quejarse. Kazuma sabria donde les estaba metiendo, o no. Entonces apareció un señor que empezó a acusar de estafa al señor del pulpo. Nabi se acabaria su primera bolita de carne deloquefuere mientras miraba fijamente al señor que decia que era carne de animales callejeros. Bueno, si Juro no habia muerto cuando ya llevaba dos, no se iba a morir él. Acabado la primera dejo el palo en el plato y se levantó.

Una vez acabada la escena, hablaria.

¿Entonces no hay que pagar nada, no? Pues perfecto. ¿Qué quereis hacer ahora, chicos?

El chico estaba tranquilo, a diferencia de los otros dos que parecian haberse alterado por haber comido carne de perro callejero. Una vez, Nabi habia comido una cucaracha, y una araña, oh y aquel grillo, hostias, y el dia que le dieron rata asada. Nunca habia sido especialmente asqueroso con la comida. Solo esperaba que el té no fuera pis de rata, eso sí que era asqueroso.

Pero... ¿el té era té?

Esperaba que sus compañeros se recuperaran del shock, a ver que decian.
Nabi
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#67
Con toda seguridad había ocurrido algo fuera de lo común.

La cara de Kazuma era prueba de aquello, pues aunque ya habían transcurrido unos minutos desde que el oficial apreso al vendedor. El joven aun no estaba seguro de cómo reaccionar, ya que en parte estaba molesto por el engaño, pero por otro lado, los días que estuvo en la calles había comido cosas peores.

—Cielos, que situación tan embarazosa… de verdad lamento que pasara esto —fue lo que respondió a sus compañeros, a pesar de que su respuesta poco tuvo que ver con las preguntas de los mismos.

El Ishimura tomo un poco de aire y observo el ambiente mientras permitía que el soplo escapara suavemente de sus pulmones en un largo y cansado suspiro. Mientras estaba en eso, repaso mentalmente todos los sucesos de aquel día, a la vez que hacia un esfuerzo enorme por encontrar algún punto positivo en todo aquello.

Pero salvo el hecho de que debía desconfiar de las cosas con demasiadas propagandas, no encontró nada agradable entre sus memorias.

—Bueno chicos, me rindo, de verdad creo que hoy no es mi día —dijo mientras se le veía un poco avergonzado. Y hasta un ojo inexperto hubiera podido apreciar que el peso de todo lo que había ocurrido durante el día le tenía un poco estresado.

—Ha sido una jornada con muchas vueltas, así que me iré a casa y… No sé, creo que dormirá hasta mañana y veré si entonces me va mejor —aseguro aquello mientras dejaba caer un poco sus hombros.

—Y ustedes ¿Qué harán?
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#68
A diferencia de Kazuma y de Juro, Nabi parecia estar perfectamente. Quiza simplemente le diese igual, o la locura le estuviera afectando otra vez. Pestañeo, recuperando el color de su cara, pensando en que, al fin y al cabo, el mal ya estaba hecho.

Nabi pareció intentar sembrar la duda respecto al te, con algun fin malvado. Parecia estar disfrutando de verlos asi. Gracias al shock, se pudo abstener que enfadarse, y simplemente actuo con indiferencia.

A mi me sabia a te — se encogio de hombros, no tenía mas que decir, y Kazuma parecio ignorarle.

Se mantuvo quieto, con los brazos colgando, escuchando la disculpa de Kazuma. Un impulso salio de el, movido por la lastima de ver como estaba y que habia pasado. Se acercó y le dio una palmadita en el hombro.

Tranquilo, sabemos que no es culpa tuya — intento sonar tranquilo — Ademas...siempre es bueno probar cosas nuevas

Tampoco termino ahi, comentó que iba a retirarse a dormir. Pensó en todo lo que habia pasado, los golpes, el entrenamiento, el enfado...No podia culpaele.

Quiza todos necesitamos un descanso —comento, neutralmente — Supongo que yo tambien me ire, mañana parece que va a ser un dia duro
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#69
Kazuma se disculpó por lo ocurrido como si fuera culpa suya o algo. Que victimista era esa gente. No es como si fuera su padre o como si nos hubiera obligado a ir a punta de kunai, simplemente era el sitio más cercano donde podian comer y estaban famelicos. Casualidades de la vida. Nabi se acercó al peliblanco y le dio una palmadita en la espalda.

Venga hombre, no seas lloron. El único que tiene la culpa aqui es el pulpero, que no hacía pulpo. Tú solo tenias hambre.

Juro tambien le animó. Aún así, Kazuma dijo que hoy no era su dia y que mejor irse ya a casa para lo que fuera que les esperara la mañana siguiente. La verdad es que el trio habia aguantado suficiente para varios dias, pero al siguiente ya iban a tener más, así que estaba de acuerdo en descansar lo que les quedaba.

Sí, yo creo que todos hemos tenido un dia complicado, y mañana más y mejor. Así que nos vemos en la playa en cuanto salga el Sol. Y venid más serios, que hoy os habeis pasado.

Dijo con una sonrisa. Si no seguian la conversación, se marcharia en direccion a su casa. Comeria algo y dormiria hasta el dia siguiente. Que si tenian que estar antes del amanecer, iba a ser jodidamente pronto. Con suerte, no hacia un calor infernal durante esa noche y podia dormir.

A ver, recordad que es verano, en esta y en la siguiente trama. Porque no tiene sentido que de un dia para el siguiente cambiemos de estacion xD así que al rush y ya nos ponemos al dia estacionalmente.

P.D. Cread uno de vosotros y dejadme a mi el ultimo turno. Y ponedle un titulo molon eh
Nabi
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#70
Al contrario de lo que Kazuma esperaba, sus compañeros se comportaban de una manera comprensiva, dándole a entender que lo ocurrido no había sido culpa suya.

Con aquellas palabras reconfortándole, podría irse tranquilo a casa. Por lo que se tomo un momento para despedirse, después de eso todos partieron en direcciones distintas, todos con distintos pensamientos y expectativas respecto al día que les esperaba.

***


Más tarde, cuando había caído la noche y cuando el peliblanco se encontraba en su habitación. El sueño se le hacía esquivo, pues su mente se encontraba llena quimeras, algunas portadoras de preocupación y otras portadores curiosidad.

Todo aquello era tan nuevo para él.

El trabajo en equipo y el obedecer órdenes directas, la tolerancia y el respeto. Eran cosas que conocía, pero con la cuales no se encontraba regularmente. Aun así, aquello era una parte pequeña del contexto, pues esas ideas que le fatigaban no solo harían mella en el.

Ahora tenía compañeros, y dichas inquietudes también se cernirían sobre ellos. Desde ese momento en adelante se trataría menos de él y más del grupo. Ese era el significado de haber formado un equipo. De ese día ya no sería completamente libre de las decisiones que tomaba. Ese era el significado de tener un capitán.

Esas y muchas cosas más pasaron por su mente antes de permitirse caer vencido por el sueño.
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