El Otoño seguía arrasando con sus frías mañanas. Las hojas llenaban las calles y caían sobre los hombres que madrugaban. Eran las cinco de la mañana y Karamaru se preparaba para un viaje un poco mas complicado que los anteriores. Esta vez iba a ser mas duradero y conllevaría la responsabilidad de vender toda la mercancía. Sin embargo, el shinobi no sabia de esta travesía hasta que el dueño de "Sake-Sake", Lee, le comento en la mañana.

¡Eh, pequeño!- exclamo el barbudo al ver a Karamaru- Te tengo un gran viaje para ti. ¿Conoces Tanzaku Gai?

Ya sabes la respuesta Lee. Pero cuentame, ¿Qué es eso?

Me lo imagine, si conoces el país del fuego ¿Verdad?

El calvo se paso la mano por la nuca y con una inocente sonrisa notaba la obviedad de la respuesta.

¿Tampoco? ¿Que no conoces nada? ¡La gran ciudad comercial de Tanzaku Gai te espera mi pequeñin!- vocifero Lee con los brazos abiertos- Bueno, tu ve que te llevaras una sorpresa

Y así fue como sin comprender las cosas Karamaru partió en su puesto habitual junto a uno de los guardias. Y pobre de ese guardia que lo único que recibió durante el viaje fue una tormenta de preguntas por parte del shinobi que estaba a su lado con respecto a su destino.

Al llegar a las murallas de la gran ciudad Karamaru solo sabia tres cosas acerca de ella: que esta llena de club de mujeres, que había gente con mucho dinero apostando todo lo que tenían y que nunca, pero nunca, había confiar en alguien en ese lugar.

Era una de esas mañanas en que Nabi madruga. Queriendo decir que se fue a dormir la noche de hace dos dias y se ha pasado todo un dia durmiendo y se despierta a las cinco de la mañana siguiente preguntandose porque hace tanto frio si la ventana esta cerrada, y es porque se ha meado encima. Es lo que tiene pasarse 36 horas seguidas durmiendo en estado casi comatoso. Resumiendo, se levantó y decidió aprovechar todo el descanso que tenia acumulado para irse de viaje.

Así que se duchó, comió algo, y bastón en la espalda, salió en busca de aventura. La pregunta que flotaba en el aire era ¿A donde? Pero tanto flotaba que Nabi no la veia, o tal vez era que el rubio estaba más ciego que un topo miope o puede que esto no sea más que una metafora y el Nabi sea idiota y ya. Hasta que no se habia perdido por un bosque no se decidió un destino fijo. EL PAIS DE LOS BOSQUES. Que ni se llamaba así ni estaba en la dirección a donde iba él. Pero eso era innecesario.

Unas enormes murallas se extendian ante él y a pesar de la temprana hora en la que habia salido el lugar estaba abarrotado. No recordaba así la villa de los bosques, aunque nunca habia ido a la villa de los bosques. Se metió pa dentro sin leer el cartel donde ponia claramente "Bienvenido a Tanzaku Gai"

Al entrar la masa de gente no hacia sino multiplicarse por varias decenas incluso miles, las calles se encontraban invadidas por una cantidad ingente de personas cada una a lo suyo, los tenderos intentaban vender sus productos, los viajantes abrirse paso por la ciudad, los turistas se enriquecian de las vistas mientras intentaban saber a donde tenian que ir y los borrachos iban dando bandazos buscando un sitio donde quedarse inconscientes. Ah, y los gatos hacian cosas de gatos, como rebuscar en la basura o cruzar a toda hostia para no llevarse un pisotón.

Y Nabi, bueno, Nabi miraba el lugar desde lo alto de un tejado preguntandose si de verdad eso era el país de los arbolitos, porque le sonaba aquella ciudad, pero él nunca habia ido al pais de los arbolitos. Así que esperaba encontrar algo desde otra perspectica, a pesar de que estaba ciego como una ostra.

La caravana continuo su camino por las calles internas de la gran ciudad del País del Fuego hasta llegar a un pequeño local, alquilado, en el cual se quedarían los miembros del viaje y serviría como "centro de operaciones". Rápidamente los siete hombres bajaron de sus puestos, acomodaron todo dentro del lugar y se dispusieron a hacer su primer vuelta de ventas mientras llegaba el atardecer. Dos guardias se quedaron en el local, de los dos comerciantes cada uno se llevo a un shinobi y por último, Karamaru iba por su cuenta con su mochila cuadrada y marrón llena de sakes. El pelado sabía que iba a ser bastante complicado el asunto de tener a tanta gente alrededor así que se llevo su sake sin alcohol sabor mondongo para tomar en el viaje. El problema es que Karamaru no se había percatado que era de ese sabor, él lo odiaba, pero se lo llevó pensando que era el de manzana.

Se tardó un rato hasta llegar a una avenida principal, paso ese tiempo haciendo de turista por las calles internas. Ya había visto a tres borrachos tirados en el suelo y un mini-casino con un par de juegos en su interior. Pero ahora era diferente. Las calles veían a gente con traje y mujeres bien preparadas. Parecía un ámbito mas formal que tenía gente de mas nivel aunque también se llegaba a ver a algunas personas desaliñadas. Tras varias cuadras caminando y vendiendo algunos sakes Karamaru se paró en seco por algo que le había llamado la atención. En el edificio de enfrente una cabellera rubia se asomaba en el techo. Tal vez era un borracho que terminó en ese lugar sin saberlo y hasta ahora las únicas ventas que había tenido el calvo fueron a gente pasada de bebida. Así que para seguir con la buena fortuna, Karamaru se dispuso a subir al tejado para hablar con el rubio.

¡Buenas!- comentó el shinobi de Uzu cuando se colocó a la espalda del hombre tras un rato de subir escaleras- ¿Se viene una buena noche verdad? Una como para seguir bebiendo y seguir de fiesta.

«Sigo sin creer como pueden estar tomando a estas horas, pero bueno, mejor para mi»

Tuviste la suerte de encontrarte a un vendedor del mejor sake que hayas probado, y también el más barato. ¿Quieres uno? Tenemos de todos los sabores, no hay ninguno como el nuestro en todo el País del Fuego.

Desde aquel tejado habia una vista impresionante del cielo. En aquella mañana habia quedado de un color azul claro acompañado por varias nubes de formas aleatorias que de vez en cuando se asemejaban a alguna figura conocida. En ese caso se trataba de un perro oliendole el culo a un elefante. Estas nubes hacen cosas muy raras.

Espera un momento, yo habia subido al tejado a mirar las calles. Ups.

Bajó la mirada al espacio terrenal, donde se encontraba una ciudad llena de borrachos y oportunistas. Lo que vio le cautivo más que el cielo. Dos borrachos estaban insultandose botella en mano, gritaban tanto que hasta el rubio desde aquel tejado podia escucharles. Se acercó a la cornisa para verlo mejor, o verlo al menos.

Lo que paso a continuación le cogió totalmente por sorpresa. Estaba centrado en aquel par de desechos sociales que combatian a insultos por ver quien estaba más borracho, o eso parecia. Se balanceaban mientras soltaban improperios que ni ellos eran capaces de acabar de pronunciar. Entonces un malevolo calvito se coló por detras, por donde él no era capaz de verlo y le habló cuando menos lo esperaba, asustando al pobre shinobi y propiciando su caida.

Tras el imprevisto, el rubio se fue a girar sin darse cuenta de su posición respecto al suelo, provocando que se resbalara, cayendo del tejado junto a una teja que habia en el borde. Pero la cosa no acababa en una caida de varios pisos, pues por suerte, o por desgracia caeria sobre uno de los borrachos que justo se habia desmayado. La calle entera aguantó la respiración. Pues, aunque él no lo sabia en ese momento, habia caido sobre el sobrino favorito del primo de la tia segunda del dueño del club privado más famoso y poderoso de la ciudad.

El rubio se levantó pesadamente, se sacudió el polvo de la ropa, se disculpó haciendo una pequeña reverencia con toda la gente de la calle y volvió a subir al tejado tranquilamente escalando con chakra la pared. Cuando llegara señalaria con el dedo al calvo que le habia provocado la caida.

TUUUUUUUUUUUUUUU

Se acercaria a él para verle mejor. Y lo que veria era que tenia una bandana de Uzushiogakure, es decir, que era un shinobi como él. Pero su cara y su apariencia en general no le sonaba para nada. ¿Quien? ¿Como se habia graduado? Parecia mayor que él, ¿seria un gennin veterano? Todo en él era muy sospechoso.

¿Quien eres? ¿Por que tienes esa bandana si no pareces un shinobi? ¿Y POR QUE ME HAS TIRADO?

Sin embargo, el rostro de Nabi no delataba ni rastro de enfado, era solo que se habia emocionado un poquito. Parecia más frustrado que cabreado.

El rubio se cayo. Se levanto y se volvió a caer. Pero esta vez varios pisos para abajo. Al parecer, entre la borrachera y la sorpresa de Karamaru el hombre se había caído hasta el suelo cayendo sobre otro borracho más. Pero en un momento de lucidez, el borracho demostró ser un shinobi y escalo una pared solo con los pies.

«Con que es shinobi.... ¿Y esta tomando? ¿No estaba prohibido el alcohol?» observando un poco mas su cuello, Karamaru vio la misma insignia que él tenía «¿Y es de Uzu? Que vergüenza...»

Las primeras palabras del borracho le habían causado gracia al calvo, mejor dicho, la palabra. Karamaru no pudo resistir a decir YOOOOOOOOOOOOOOOOOO bromeando al borracho mientras aguantaba la risa. Era un borracho graciosos por lo menos, hay tímidos, hay enojados, pero esta vez le toco uno gracioso por suerte.

Shinobi, ¿YO? ¿Estas seguro que soy shinobi?.... ¿Soy shinobi? ¿Somos shinobis? ¿Existen los shinobis? ¿Te tire? ¿Te caiste? ¿Existen las caidas? ¿Tu? ¿Yo? ¿Existimos? Dicen que un tropezon no es caida peroooooo ¿Esta vez fue caida? ¿O un tropiezo? ¿Existen los tropiezos? ¿Que existe? ¿Somos como somos? ¿Todo esto es un genjutsu? ¿La ciudad entera es un genjutsu? Toma un poco del elixir de la verdad y resolveras todas tus incognitas mi querido amigo aunqueeeeee ¿Existen las incognitas? ¿Existe el elixir de la verdad? Bueno eso si te lo puedo responder- Karamaru abrio la mochila marron y cuadrada para revisar sus sakes y vio uno que decía "Mondongo".

«Je...JeJe....JeJeJe»

Toma- dijo Karamaru tras estirar el brazo y agitar un poco la botella- Por un pequeño precio tendras todas las respuestas al alcance de un trago. O la botella entera, o tal vez dos.... las que hagan faltas.....

Al parecer los pelos que le faltaban en la cabeza se le habian acumulado en los cojones. Empezó a vacilar a Nabi descaradamente como si fuera algún tipo de retrasado mental. A lo que el rubio solo se cruzó de brazos y esperó a que el idiota aquel terminara su discurso. Si a eso se le podia llamar "discurso" o algo. Basicamente, se dedicó a espetar un montón de preguntas que cada cual superaba en estupidez y rintintin a la anterior llegando a un climax de sinsentido que simplemente sobrepasaba a cualquier limite visto oido y escrito.

Lo que le falta de pelo en la cabeza lo tiene de tonto.

Despues de aquel tedioso sermon. Sacó droga de su mochila de drogadicto y le ofreció una botella a Nabi diciendo que ahí encontraria todas las respuestas... emborrachandose. Madre mia.

Mira, chaval, drogate todo lo que quieras, pero la proxima vez no te acerques a alguien que esta al borde de un tejado para darle un susto por detras. Y sobretodo, despues no vaciles a dicho alguien. Porque has tenido suerte que yo tengo paciencia, pero cualquier otro te partiria la boca por muy calvo y muy borracho que vayas.

Dicho eso pasaria por al lado de Karamaru para bajar del tejado, ya le habia jodido la pelea de borrachuzos ya que uno habia acabado aplastado contra el suelo por un externo. Lo mejor seria irse cuanto antes mejor, antes de que alguna banda de borrachuzos liderados por el calvito se acerquen a por venganza. Al pasar por al lado del muchacho se despediria con su tipico comentario sarcastico.

Por cierto, no encontraras a Dios al final de ninguna botella. Así que deja de drogarte, que es malo. Acabaras matando a alguien.

Tras darle una palmadita con fuerza en la espalda empezaria a bajar escaleras. Sin embargo, poco duraria su bajada, pues un par de borrachos estaban subiendo maldiciendo al que habia dejado invalido a su compañero de fiesta.

Túuu... ruvitoh... te boi... a dar de lo lindo... hip...

Lo ke él ha dicho...

Joder, los zombirrachos...

Se dio la vuelta y volvió a subir, llegó arriba y allí encontraria al calvito.

Oye, dile a tus subditos que se calmen.

Poco despues los borrachos llegarian al tejado donde estaban ambos shinobis. A cada cual más borracho que el anterior, dando bandazos de lado a lado. Tenia más miedo de que estos se hicieran daño que que se lo hicieran a él. Esperaba que el lider de los borrachos se hiciera cargo de sus dos amiguitos.

«¿Drogarme? Si yo no me drogo.... ¿Y encima borracho? ¿No era que tu eras el borracho? Pues parece que no»

Karamaru se había quedado un poco sorprendido. No se le ocurrió respuesta alguna en el momento, solo se quedo parado mirando al rubio y pensando para sus adentros.

«¿Como puede ser que no sea borracho? ¿A cuanta gente me habré confundido? ¿Y si le trate de vender a gente que no era borracha y pensaba que si lo eran? Dios, seguro pensaran que soy un estúpido... Pero por lo menos no me drogo, eso es importante»

Unas palabras sonaron sin sentido en la cabeza del shinobi. Retumbaron pero no se entendían.

¡Yo no soy borra.....!

Karamaru estaba apunto de gritarle a la nada. Cuando se recupero el no-borracho ya no estaba ahí. Había dejado a Karamaru mas estúpido que antes. Empezó a dar vueltas para tratar de encontrar al otro shinobi de Uzu mientras trataba de recordar porque sentía algo raro en la espalda.

«¿Donde se metió? Me dejo aquí con la cosa esta de mondongo.....»

Sin embargo, al instante, cuando Karamaru ya había guardado la botella y se la había colgado de nuevo, el hombre estaba volviendo. Y encima con pretensiones.

¿Subdit..?- no termino de decir la palabra que detrás del torpe salieron dos corpulentos hombres con barbas largas que caminaban torcido salieron detrás maldiciendo.

«Emmmm... ¿Súbditos? ¿Se supone que tengo que ayudar a este no-borracho, medio torpe, shinobi rubio de Uzu.?»

Karamaru estaba de pie, sin moverse, pensando. No sabia si irse o ayudar al rubio o no hacer nada. Solo estaba ahi, viendo a los tres hombres acercarse de a poco.

El calvo no pareció reaccionar hasta que vio a los dos borrachos que se debatian para subir los escalones, que cada vez subian más lentamente, Nabi paso por el lado de Karamaru y se colocó detras. Esperando que el susodicho los ordenara retirarse o les ofreciera más bebida para que se calmaran. Sin embargo, este se quedó quieto, como dudando de como detenerlos.

Su lentitud, tuvo sus consecuencias. El borrachuzo que estaba más cercano a los dos muchachos se tropezó con un escalon y en un intento de no caerse rodando escaleras abajo se agarro a lo primero que pilló, que seria en este caso, la ropa de Karamaru. Total, que ambos acabaron cayendo y arrastrando al último ebrio.

Rodando escalera abajo toparon con una barandilla de seguridad para que la gente no se cayera del edificio al subir la escalera exterior, barandilla que rompieron y se dejaron en manos de la gravedad. Con la tan mala suerte de ir a caer de nuevo sobre el mismo borracho sobre el que anteriormente habia caido Nabi, que ni lo habian movido de ahi. Karamaru se encontraria encima de tres borrachos, a cada cual más aplastado que el anterior.

Al parecer, durante el tiempo que los dos borrachos habian subido las escaleras, los demas se habian quedado abajo esperando a ver que pasaba. Al caer los tres encima del borracho original, el Ebrio Alfa, los demas borrachos rasos se arremolinarian alrededor del calvo, no dejandole ningún hueco para escapar y empezarian su ritual de ataque psicologico.

Oie, tú, ¿ke ases ensima de nuestro compadre?

Te bamosh a dar dosh lecsiones, ke con una no lo bas a entender, so tonto.

I te bamosh a pinshar con voteias rotas.

Contestó el más cercano al monton de borrachos que habian caido del cielo esgrimiendo una botella que no solo estaba intacta sino que ademas estaba llena de algun tipo de licor.

Pero shi esha voteia nosta rota.

Se miraron durante un segundo, el borracho de la botella le dio un mamporrazo al que le habia contestado partiendole dicha botella en la cabeza y esparciendo el liquido del interior, que para más dramatismo era rojo.

Puesh aora shi.

Y apuntaria amenazadoramente a Karamaru con los restos de la botella que eran afilados como solo el vidrio roto podia serlo.

Una situación de lo mas rara provocaría la torpeza del rubio. Tras volver con los dos borrachos, Karamaru no pudo hacer nada para evitar ser tomado de la ropa y que lo lanzaran para abajo por las escaleras. Sin embargo, el pelado seguía tomándose las cosas con un humor gritando un pequeño ¡WIIIII! mientras rodaba por las escaleras junto con los dos gordos.

El buen humor que mantuvo el shinobi no quería durar mucho ya que la situación se hacía cada vez mas peligrosa. Cayeron varios pisos tras escapar de las escaleras y al caer Karamaru se dio la cabeza contra el piso y quedo medio mareado.

Se frotaba la cabeza mientras trataba de levantarse, lo único que veía era manchas grandes y redondas de colores. Cada vez más cerca. Y cada vez mas.

«¿Que me esta pasando? Como me duele la cabeza...» pensaba Karamaru mientras retomaba la compostura. Pero cuando al fin se sintió bien vio gordos y borrachos y gordos borrachos, mirándolo como si fuese un fenómeno de circo y diciéndole muchas cosas menos alagos.

«Dos, cuatro, seis, ocho.... ¿Ocho o siete? Vamos de nuevo, dos, cuatro, seis, ocho, diez, doce, trece...» Trece hombres rodeaban al pelado de Uzu buscando una pelea. Rápidamente tomo su baston y se puso en posición de pelea tras abrirlo con su flujo de chakra.

¡EEEEEEEEEEHHHHHH, RUBIO VEN A DARME UNA MANO! TU ME METISTE EN ESTO

A ver muchachos, el del problema es el rubio de haya arriba, no yo- dijo Karamaru en susurros- Asi que cuando baje le damos a él, no a mi. Yo soy el bueno, yo les puedo regalar bebidas, y él solo les puede dar.... bueno..... ya saben....... se cayo sobre uno de ustedes ¿no? ¿Que tipo de persona hace eso?

CK: 100 - 12 = 88

El monje drogadicto no dijo nada y antes de que pudiera decir algo el borracho le agarró y se cayeron rodando a lo que él soltó un wiii, muy comico. Tipico de los borrachos, tomarselo todo a risa. Habia que admitir que al menos el alcohol habia relajado al calvito. Aunque normal, a saber que llevaba el liquido que le habia intentado encasquetar tras reirse de él, eso no podia llevar solo alcohol, debia de tener todo tipo de sustancias a cada cual peor que la anterior y más fuerte.

Al Nabi bajaria las escaleras para asomarse por la barandilla que habia quedado tras la caida de los borrachuzos partiendo gran parte de esta. Al parecer esperaba que el rubio bajara a ayudarle y despues le susurró algo a los ebrios que lo rodeaban mientras sacaba un palo. Todos los borrachos reaccionaron ante el palo.

¡KUIDADO! K tiene un palo, retorce, retroza, retarce, K SUS EXEIS PATRAS

Los que aún podian oir algo, intentaron recular, aunque eso resultó en varios de los suyos tropezandose y cayendose provocando un efecto domino que hizo que más de la mitad acabaran por los suelos. A lo que el de la botella respondió.

No os degeis enganiar, en verdad no tiene ningún palo, es un jenyusu. ¿No veis ke no tiene un pelo de tonto?

Mientras tanto, Nabi se reia desde lo alto del edificio aunque no era consciente de que habian más borrachos subiendo por la escalera, y estaba tan entretenido en la escena de abajo que no se enteró del que tenia detras hasta que esta agarrandolo se tiro por el hueco que habian dejado los que habian caido antes. Antes de darse cuenta estaba encima de un montón de cuerpos, empezando por los dos borrahcos que habian tirado a Karamaru, Karamaru y el borracho que la habia tirado a él.

Nabi se levantó, dejando a un lado al montón de borrachos y el shinobi entre el montón de borrachos para enfrentarse a los zombirrachos que le rodeaban.

eztosh malditosh no paran de llober. NOS INVADEN LOS LOCOS.

El borracho alfa en cuestión se lanzaria en una embestida torpe con la botella rota en mano a por el rubio, quien sin parpadear le propiciaria una patada en la mano que le haria soltar el arma y un puñetazo en el estomago que lo dejaria KO. El resto de zombirrachos se lanzarian a por sangre de shinobi.

Levanta va, deja de gandulear y ayuda.

Diria mientras, baston en mano, se defendia como podia de aquella muchedumbre.

La situación que se había dado se volvía mas rara que la anterior e iba en aumento. Ya la calle estaba libre, ninguna persona cruzaba por ahí, todos evitaban al enorme grupo de borrachos que estaban haciendo un espectáculo. Tras tratar de poner a los borrachos de su lado, y ver que algunos ya se iban corriendo por creer que su bastón era un genjutsu recibió un gran golpe desde arriba. Parecía que alguien mas se había caído y dejaron a Karamaru medio tonto. Trataba de recuperarse cuando vio al rubio unos metros mas lejos peleando con un par de borrachos. El pelado estaba rodeado de borrachos que se trataban de levantar aunque su panza se los impedía.

«Hum... ¿Qué pasó? ¿Qué hago en el piso?» Pero no era momentos de preguntas. El rubio pedía ayuda, y esta vez el vendedor se iba a tener que poner en contra de su clientes. Karamaru se levantó como pudo, tomó su bastón y salio corriendo para tomar al otro shinobi de la remera y llevárselo con un gran salto. Se habían alejado unos diez metros de la posición donde se encontraban antes.

¿Ya dejaste de jugar?- preguntó Karamaru- Saquémonos esto de encima así me puedes comprar una bebida con tranquilidad. Espero que sepas usar tu bastón igual que yo, veamos a cuantos puedes derribar- terminó el calvo con unas risas. Le gustaba bromear, sabía que esto no era una pelea seria.

«Bueno, hay ocho hombres. Uno armado, con media botella de su jefe que yace en el suelo. Siendo borrachos seguro que esto resulta....»

Karamaru comenzó a realizar sellos con sus manos y tras unos instantes ocho Karamaru hacían fila delante del rubio. Los borrachos no entendían lo que pasaba, pero no tenían intención de retirarse. Tras pensar un rato, los ocho hombres comenzaron a correr en dirección al rubio, Karamaru y sus clones.

¿Peleo solo yo o quieres ayudar rubiesito? Enseñame que puedes hacer con ese bastón.- comentó el calvo a modo de broma mientras él y sus clones se preparaban para pelear.

CK= 88 - 21 = 67

Esos borrachos atacaban con unas ganas muy sobrias, sin embargo, apenas conseguian mantener a raya a Nabi, si no hubiera sido porque eran casi una decena de borrachos contra un único shinobi, el rubio hubiera barrido el suelo con ellos. A eso cabia añadir el problema del segundo shinobi calvete, que se mantuvo en el suelo durante un buen rato, como se aprovechaba de que se habia llevado un pequeño golpe de nada.

Mientras el Nabi bloqueaba y golpeaba con su baston a los que parecian innumerables ebrios, Karamaru se levantó y agarró al muchacho y saltó fuera de la muchedumbre.

¿De jugar? Yo he estado aguantando a tus borrachos mientras tu te echabas una siesta. Y encima quieres venderme de tu droga. Espero que al menos sepas como usar el palo ese al que llamas bastón.

Acto seguido, el pelinexistente hizo sellos y alrededor de Nabi aparecerian muchos más calvos, en total eran ocho. ¿Que se pensaba el hacedor de borrachos? ¿Que él no podia hacer clones? NADIE LE DECIA ESO A NABI NABI. El rubio hizo los mismos sellos y alrededor de los clones de Karamaru aparecian un total de diez Nabis contando al original. Los clones rodearian a los borrachos, siendo una mayoria numerica de dieciocho shinobis contra ocho borrachos.

Así es como se hace, novato.

Los ebrios empezaron a retroceder hasta chocarse unos con otros, para ellos todos aquellos clones que eran tristes imagenes más falsas que un billete de un ryo parecian reales como la vida misma.

SUS DIJE KE ERAN VRUJAS, A LA OJERA CON EL KALBITO.

El borracho más loco seria el primero en arremeter contra un clon de Karamaru, que acabaria por caerse y clavarse la botella a si mismo en la pierna. Los demas decidieron cargar al ver a su "lider" tan confiado, muchos tuvieron un final parecido, dandose de lleno contra un muro por intentar embestir un clon, dandole un cabezazo a la pared en vez de al clon...

Era todo un espectaculo, un espectaculo que Nabi observaria desde el lugar en el que estaba.

El espectáculo ya no parecía una pelea para sacarse de encima a los borrachos. Esto ya era más una competencia de quien hacia mas clones entre el rubio y Karamaru. El pelado estaba a punto de hacer los sellos para realizar mas clones pero los hombres que estaban encerrados comenzaron a actuar. Empezaron a correr y a enfrentar a los clones pero no duraron mucho. Cada uno atravesó a un clon y terminaron dándose de lleno contra el muro o el piso.

«Asi no voy a poder demostrarle al rubio que manejo mejor el bastón...» se lamentaba Karamaru mientras veía a los borrachos doloridos en el suelo. Uno de ellos sangraba, al parecer se había clavado su propia botella en la pierna. A cada momento demostraban ser cada vez mas estúpidos.

Esto no tiene gracia- comentó el shinobi al rubio- Se vencen ellos solos. Yo pensé que sería mas divertido pelear con alguien. Todavía no pude pelear con nadie desde que salí del templo.

El calvo junto sus manos e hizo desaparecer sus clones restantes. Se puso en posición de pelea, listo para noquear a los hombres que estaban en el suelo.

¡Hey! Vamos a ver quien es más rápido. Si noqueo mas hombres yo me tienes que comprar un par de bebidas. Es mi negocio, me vas a tener que ayudar.

Sin esperar respuesta, comenzó a correr en dirección al hombre herido pero algo le sorprendió. Dos hombres con armadura salieron de la nada y con rápidos movimientos, casi imperceptibles, golpearon a cada uno de los borrachos antes de que Karamaru se pudo acercar a uno.

«¿Pero qué?» no se entendía la situación hasta que los dos hombres se plantaron frente al pelado. Eran dos de los guardias compañeros que tenía en la caravana.

¡Tenía la situación controlada! Quería pelear un poquito- dijo Karamaru haciendo puchero con su cara.

Bueno, de nada por la ayuda. ¿El rubio también estaba molestando?

No soy un nene. No me molesta nadie, pero no, déjenlo en paz. Acepten que yo también soy de su nivel y me peudo defender solo- obviamente Karamaru sabía que estaba muy lejos de alcanzar la velocidad y la fuerza de esos dos hombres- Igualmente, supongo que gracias.

De nada, nos vemos en el cuartel.

En un instante, los dos hombres desaparecieron dejando una pequeña cortina de humo. El pelado se quedo inmóvil, con bastón en mano, lamentándose de la situación y susurrando algunas cosas sin sentido.

Nabi se deleitaba de la pelea de los borrachos contra sí mismos y su inteligencia. Era una pelea desequilibrada y obviamente unilateral, pero era gracioso de ver, como para colgarlo en iutube, aunque aun no existia. Bueno, el calvito soltó que tenia ganas de violencia y se lanzó contra los indefensos ebrios palo en alto balbuceando que si vencia más borrachuzos le tendria que comprar su droga.

Ni aunque me pagaras te cogia de tus sustancias, mira lo que has creado y no te cansas. Dedicate a vender flores, es más... menos destructivo creo que es la mejor forma de decirlo.

Sin embargo, su loca embestida seria frenada por dos armadurillos que aparecieron de la nada y noquearon a los que quedaban de pie, como si tal cosa. La sorpresa se podia palpar en el rostro del monje drogadicto, al parecer, eran conocidos. Se enrabietó con ellos quejandose de que él era un igual, aunque era obvio que no, pero bueno, mejor no meterse en asuntos de alopecicos. Aunque obviamente, metio la oreja a ver que decian que pudiera usar a su favor contra Calvo-chan.

Al final no hubo ninguna discusion importante, el joven emborrachador acepto su sitio por debajo de aquellos armadurillos en la escala social y todos desaparecieron con la tipica salida con humillo de los ninjas y Calvochan se quedó ahí toh rallao y maldiciendo por lo bajo.

Parece que han venido tus papis calvos a darte un buen rapapolvo. Eso te pasa por violento e incitador a la drogadicción. En el infierno hay un caldero reservado para la gente como tú.

El rostro del rubio distaba mucho de ser serio o enfadado, estaba riendose, como siempre. Apesar del toque de humor acido que tenian sus comentarios sí era cierto que condenada aquel comportamiento tan... de pegarse por pegarse. Tal vez tuviera que darle una paliza a aquel muchacho para hacerle ver que la violencia no era tan chachi ni guay como él se creia. Pero eso seria muy hipocrita.

Con las manos en los bolsillos y el baston de nuevo en su espalda, el Uzushiogakureño esperaria a ver la reacción del calvito emborrachador.