Tal y como esperaba, ella no se detuvo. Su hambre se lo impedía, quizás en parte también fuese la gula. Estaba disfrutando como una niña con zapatos nuevos y yo me alegraba de que así fuera. La verdad es que estaba bastante cómodo con ella y parecía que el uno con el otro, disfrutábamos de la compañía.

—¿Seguro? —Consultó tras tragar un trozo bastante grande del pastel—. Mira que no aceptaré reclamos luego —

— Segurísimo — insistí, dándole pues vía libre — Puedes acabártelo todo

Ni hizo falta que se lo repitiese siquiera dos veces. Se terminó la porción que tenía entre manos e instantes después se hizo con una nueva porción que iba a degustar.

— De hecho, creo que debería ir volviendo al apartamento

Simplemente asintió ante lo comentado por el de Kusa, para dejarle en claro que había escuchado y que, no dudaría en tomarle la palabra al momento de morder otro trozo de pastel. Estaba demasiado bueno como para desperdiciarlo.

—Bueno, ve tranquilo, nos estaremos viendo —le dijo alegremente con una sonrisa en el rostro. Que hubiese sido mejor si no tuviese restos de comida en la cara—. Muchas gracias por todo.

No iba a detenerle, ya él la había ayudado lo suyo, primero salvándola de básicamente suicidarse por un Lightning Elbow bien dado a un tronco y segundo, por aguantarla en su estado más depresivo y enseñarle un lugar en el que preparaban semejantes delicias.

En otras palabras, estaba hasta cierto punto en deuda con Yota, lo mínimo que podía hacer era dejarle ir sin más molestias.

Por su parte seguiría allí sentada al menos hasta terminarse el pastel completo. Luego seguramente iría hasta su propio departamento y se tiraría allí el resto del día hasta que terminase de digerir lo que se había comido durante las últimas horas.

Fue decir aquello y Koko me dio vía libre para marcharme. En mis condiciones iba a tomarle la palabra. Un buen descanso no me iría nada pero que nada mal, y cuanto antes mejor.

— Vale, gracias. Nos vemos pronto entonces

Me levanté de la silla y entonces caí en algo. No podía ser tan grosero después de todo.

— Casi se me olvidaba... — puse mi mano en el bolsillo y dejé sobre la mesa unas cuantas monedas — Supongo que con esto podrás pagar mi parte y, ¡Nos vemos en el Chunnin! Entrena duro y no desistas

Le guiñé el ojo derecho y alcé mi pulgar derecho. Estaba convencido que si se lo proponía lo iba a conseguir, y allí estaría yo para comprobarlo y ver si era capaz de sorprenderse a ella misma y hacerse con dicho rango, con el que sorprender, no solo a ella misma, sino a los suyos. A su kage no la iba a sorprender, pues si la había citado en aquel torneo, confiaba en su potencial y vio algo que la propia Koko no supo ver.

Después de aquello me fui alzando mi mano y agitándola para más tarde desaparecer de su vista.

Se suponía que ya todo estaba dicho, el Yotsuki se retiraría mientras que la rubia seguía tragando pastel hasta estar feliz con su hinchada barriga pero justo después de levantarse y disponerse a desaparecer de la escena, el chico regresó en sus pasos y dejó unas cuantas monedas. Gesto que bastó para alterar a la rubia que se levantó de golpe.

—¡Pero si tenemos los tickets! —exclamó.

Quiso devolver las monedas, alcanzó a tomar algunas pero al querer también moverse se tropezó y casi cayó de cara al piso. Una suerte que lograra estabilizarse en el momento justo y mantenerse en pie, pero tristemente ya se había ido y Koko se quedó allí, como una estúpida con algunas monedas en las manos.

—Bueno, dinero para mi —murmuró resignándose.

Después de ello sencillamente recolectó todas las monedas que el chico había dejado y se las guardó en el bolsillo. Luego de aquello siguió degustando el pastel.

Luego de terminarlo regresaría al departamento y probablemente no haría más que eso. «Podría haber dejado un cupón en lugar de dinero »pensaba mientras se llenaba la boca de pastel.