Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Taeko parecía indicarle que siguieran el camino aunque el jabalí estuviese detrás de ellas, sin embargo, a la que avanzaban un poco hacia su destino, el animal continuaba un trecho. No parecía querer atacarlas, pero sí olfateaba y se comportaba de manera extraña. Aunque, ¿cómo actuaba un jabalí de forma tranquila?
—¿Estará solo?
Como si la naturaleza quisiera responderle a su pregunta, de entre los matorrales salió otro. Bien, quizá habían encontrado una familia entera de jabalíes. Eri señaló el árbol más alto y murmuró:
—Vamos a subirnos al árbol, si vemos que no pueden treparlo, avanzamos por ahí, a ver si podemos perderlos...
Si la peliplateada decía que sí, se acercaría al árbol y comenzaría a treparlo lo más rápido que pudiera.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Apenas Eri hubo terminado de murmurar, un tercer jabalí salió de entre los matorrales, esta vez más cerca de ellas. Taeko tragó saliva y asintió hacia la pelirroja, intentando no ponerse muy nerviosa. Quería seguir el plan de la chica moviéndose lo más lento posible para no alterar a los animales, pero ella escaló un árbol cercano rápidamente.
Al instante en el que Eri se movió, las tres bestias guarrearon fuertemente y comenzaron una aterradora embestida. Taeko, sin pensarlo mucho, corrió hacia un árbol diferente al que se había subido Eri, concentró chakra en los pies y subió el tronco velozmente, con el corazón en mano. Se sentía algo pesada gracias al arroz de su mochila. El árbol tembló al ser golpeado por los jabalíes. No eran exageradamente grandes, pero se notaban unos animales muy fuertes. Taeko le dedicó una mirada de preocupación a Eri, quien estaría en un árbol a algunos metros de distancia de ella.
Los animales correrían por el camino solo para regresar a toda velocidad y atacar de nuevo. La peliplateada no podía tomar su libreta y carboncillo para escribir, así que no podía comunicarse efectivamente con la uzujin.
"¡Cielos! ¿Qué les pasa? ¿Será que es su territorio? ¿No les gustan las chicas? ¿Es época puerco-romántica? Quisiera haber estudiado jabalogía..." pensó, preocupada.
Al momento en el que la pelirroja echó a correr, los tres jabalíes —uno de ellos salió nada más la kunoichi se movió— embistieron contra ellas. Taeko corrió a otro árbol diferente al que había elegido la del Remolino, y los animales, pendientes de la segunda muchacha, comenzaron a atacar sin piedad al árbol donde estaba subida. Eri miraba a Taeko con los ojos llenos de preocupación, ¿qué podrían hacer en esa situación?
—¡Taeko-san! —exclamó, ya dándole igual los animales —. ¡Respóndeme solo con asentimientos o negaciones! ¿Puedes saltar de árbol en árbol? —preguntó, llevándose ambas manos a la boca para intentar amplificar su voz —. ¡Debemos escapar, y pronto!
O la terminarían embistiendo las bestias.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100